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TG - Capítulo 707
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Capítulo 707: Lo sabía.

Capítulo 707: Lo sabía.

Aurora se ajustó su vestido ligeramente incomoda con lo que llevaba.

Desde hace mucho tiempo que ella no usaba un vestido tan elegante, ajustado y fuera de lo que ella le gustaba llevar.

Aurora se giró al espejo observando el largo vestido de color blanco que llevaba, los encajes brillaban en tonalidad celeste, resplandeciendo con evidencia.

Ella tenía los hombros descubiertos y mientras que su largo cabello caía por su espalda.

A pesar de su entrenamiento ella no había ganado musculo y su físico tampoco había aumentado. Era más desde que llegó a este mundo, ella notaba la vitalidad en sus mejillas y en su piel blanca.

Una joven mujer delgada llena de energía y vitalidad, tal era la vista que reflejaba en el espejo y la única rareza era la firmeza de sus ojos y la espada enfundada en su cadera.

A pesar de que este vestido no era algo que le gustaría llevar, Aurora no negó el cuidado en el vestido y el diseño que concordaba con lo que a ella le gustaba.

El vestido era ligero y ‘simple’ comparado con lo que a los terranovense le gustaba llevar y lo más curioso era la mezcla de elegancia con la comodidad de movimiento.

Que ella llevara una espada ceremonial en su cintura dejaba a la vista que el vestido podía usarse para la batalla.

“¿Te gusta? Cithrel puso mucho cuidado cuando se estaba haciendo.”

Aurora escuchó una voz a su espalda y observó Melorrill, llevando una pechera de cuero que cubría una camisa blanca y pantalones de cuero.

“Oh, no me mires a mí. Yo solamente soy un guardaespaldas. No tengo importancia en esta fiesta.” Dijo Melorrill reconociendo lo que pensaba.

“Me gusta mucho el vestido. Se siente cómodo.” Respondió Aurora volviendo a mirarse con una sonrisa.

La comodidad era lo que Cithrel había puesto más empeño y entendiendo que a ella no le gustaba este tipo de ropa, lo que hizo que Aurora sonriera sin querer al pensar en su amiga.

Aurora notó que Melorrill sonreía no por ella, sino que probablemente por Cithrel.

“No pareces un simple guardaespaldas.” Comentó Aurora y con curiosidad, preguntó. “¿Qué clase de estatus tiene una Dragona Mitológica en este imperio?”

Su curiosidad era sincera. Ella quería saber qué tipo de autoridad tenia Melorrill en el imperio, pero también su cercanía con Cithrel.

Era obvio que Melorrill que se llevaba bien con Cithrel o al menos esta última le permitía actuar despreocupadamente, concediéndole varios privilegios.

“Soy su guardaespaldas. No soy parte del Imperio en sí. Bueno, no realmente como otros nobles. Lo que lleva a que no sea leal como ellos.” Dijo Melorrill en calma y con una sonrisa, añadió. “Sin embargo, he visto a Cithrel crecer desde que es pequeña. Es imposible no acercarme a una niña tan ambiciosa.”

Al no ser parte del imperio significaba que la lealtad que Aurora había visto no existía, al menos no hasta tal punto.

Sin embargo, fue claro que Melorrill la apreciaba y por las últimas palabras mostraba que llevaba mucho tiempo con Cithrel.

Aurora que estaba por preguntar más, vio su brazalete que vibraba y luego leyó el mensaje de Cithrel, mencionando que ella estaría un poco más tarde en la fiesta.

“Ella se retrasó…” Informó Aurora dudando sobre qué hacer.

“Oh, sí suele suceder. Cithrel ha estado ocupada. A veces también aparecen algunas ‘ratas’ queriendo interponerse en su camino.” Comentó Cithrel y viendo su curiosidad, explicó. “Desde los nobles idiotas hasta extranjeros suicidas. Ella no te quería mencionar nada debido a que tu estas muy ocupada.”

¿Era así? Aurora frunció el ceño durante un segundo.

No era que Cithrel la necesitaba para nada, ya que probablemente tenia cientos de individuos que podían cumplir sus órdenes, pero, aun así, por primera vez se enteraba de algunas cosas en lo que estaba ocupada su amiga.

“Vamos. No es necesaria esperarla.” Dijo Aurora en calma, enviándole un mensaje a Cithrel para que se ocupara de sus asuntos.

No se preocupaba por Cithrel, ya que probablemente existían muy pocos que podían amenazarla… No, pensando en la ‘Abuela’ de su amiga y la fuerza del imperio, era probable que no existiera amenazas.

Sin embargo, eso no quitaba que existieran individuos que fueran una molestia que necesitaba perder tiempo para resolver.

Aurora prefirió ir a la fiesta así Cithrel se dedicaba a sus asuntos sin tener que apresurarse por ella.

“¿No quieres llegar junto a la Emperatriz?” Se burló Melorrill, pero movió sus dedos lanzando magia espacial.

Llegar junto a la Emperatriz del Imperio Falion causaría revuelo en la fiesta y atención a su persona, así que era un punto para adelantarse. Por supuesto, probablemente ya su estatus se había extendido lo suficiente como para que todos estuvieran informados de su relación con Cithrel.

Aurora vio el espacio agitarse y luego ella llegó a una sala y observó los escalones que llevaban a lo que ella suponía que era el salón principal.

La gran sala de bienvenida estaba llena de personas, pero muy pocos subían y Aurora siguió a Melorrill subiendo los escalones mientras sus tacones altos sonaban por cada escalón.

Antes en la sala de bienvenida se encontraba varias personas conversando, mayormente jóvenes y mientras en los escalones únicamente se acercaban aquellos de mayor estatus.

Cuando ella alcanzó el último escalón, Melorrill desapareció y la entrada se abrió revelando una amplia sala.

“¡Aurora Campbell, la Luz del Imperio!” La voz de Melorrill resonó por toda la sala.

La expresión de Aurora cambio ligeramente al sentir la mirada de aquellos presentes en el interior.

Hombres y mujeres de distintas especies y cuyas presencias variaban se giraron para mirarla y Aurora, simplemente caminó al interior.

La broma de Melorrill con el título inventado simplemente hizo que ella diera una pequeña sonrisa y se diera cuenta de que no estaba nerviosa ni incomoda.

Enfrentarse a personas importantes no significaba mucho cuando ella ya se había enfrentado a Dioses y hasta mantenía negocios con uno de ellos.

Así que en vez de centrarse en las personas que ella no conocía, Aurora observó la gran sala, los mozos que caminaban con copas de vino y como diferentes grupos estaban divididos.

Por la atmosfera, muchos tenían pequeños grupos y conversaban entre ellos, cada uno con conjuntos diferentes y a la vez todo ellos lujosos.

Aquí no solamente se encontraban nobles del Imperio Falion que Aurora había visto antes, sino que se encontraban Reyes y Emperadores de otras naciones vecinas.

Aurora tomó una copa de vino y se dirigió a rincon al no reconocer a nadie o al menos, no lo suficiente como para acercarse a hablar.

Lo bueno era que ella no necesitaba relacionarse con nadie si no quería.

“…”

Aurora levantó la copa en saludo básico al ver al Duque Torvaris mirarla con demasiado respeto… El mismo Duque cuya hija casi termina ejecutada por Cithrel cuando ella llego a este imperio, le devolvió el saludo con suma cordialidad.

El respeto que el hombre mostraba no era debido a que reconocía el estatus que Cithrel le había dado, sino que su mirada revelaba agradecimiento, probablemente por ese día.

“Los Torvaris son leales.” Una voz suave sonó cerca y cuando Aurora se giró para mirar la mujer, sonrió. “Aunque algunas veces excesivamente.”

La mujer alta y de ojos claros, la observó con una sonrisa dando la mano en saludo. La forma que se acercó y saludo, tuvo tintes terrícolas que Aurora reconoció.

Formal, pero a la vez natural muy alejado de lo que la nobleza mostraba.

“Condesa Alva de Alturia.” Saludó la mujer cuando Aurora le dio la mano y con una sonrisa, añadió. “Es un honor conocerla, Su Excelencia Aurora Campbell.”

“No es necesario ser tan formal.” Respondió Aurora y mirando la mujer, dudó un momento y preguntó. “¿Usted es la esposa de Yukimura Kageyasu?”

Yukimura Kageyasu rango SS de Japón y parte de los militares de esa nación. Aurora recordaba al hombre, pero más recordaba la historia de ese hombre o su título en Terra nova.

A él lo llamaban Vizconde de Alturia.

“Oh, mi… ¿Conoce a mi esposo?” La Condesa Alva se cubrió su boca con su mano sorprendida y sonrió felizmente, sin contener su felicidad al escuchar que fue reconocida.

“No demasiado. Aunque he tenido contacto con él.” Respondió Aurora luego de presentarse y con una sonrisa amable, comentó. “También conozco su historia de amor. Muy única y conmovedora.”

La mujer soltó una pequeña risa ante su comentario y fue inconfundible el orgullo que ella mostraba. Un orgullo no por estatus, sino que por su devoción a su esposo.

Según lo que Aurora había escuchado, la antigua ‘Vizcondesa’ Alva había esperado a su marido durante muchos años estando soltera hasta que eventualmente la tierra se conectó con Terra nova.

Era más, él y ella habían tenido un hijo… Lo cual mostraba lo profundo que fue la conexión de Terra nova con la Tierra.

“Me causa vergüenza que me reconozcan por esa historia. Gran parte fue por su espera. Mi esposo es un hombre dedicado y guapo, me alegro que me haya esperado incluso cuando no sabíamos si sería posible encontrarnos de vuelta.” Dijo la Alva en una voz ligeramente baja y sonriendo suavemente, añadió. “Según lo que he escuchado la vida en la Tierra fue difícil.”

La vida de la tierra luego del Gran Cataclismo fue difícil y más para aquellos que perdieron su familia de Terra nova y quedaron solos… Ni hablar de las dificultades que posteriormente fueron surgiendo.

“Lo fue. Lamentablemente aquellos que debieron manejarlo como corresponde no lo hicieron.” Respondió Aurora de inmediato.

Su respuesta fue instantánea que vino automáticamente porque sabía quién manejó la conexión de Terra nova y la Tierra.

Aión podría haber hecho un mejor trabajo, de tal hecho no había duda, pero Aurora tuvo otra pregunta… ¿Que hubiera hecho ella en ese momento si tuviera, aunque sea una pequeña parte del poder de ese individuo?

Lo hubiera manejado mejor. Tal respuesta fue instante.

No se trataba de solucionar la vida de las personas, simplemente si él no hubiera ignorado todo y hubiera sido más proactivo, quizás la destrucción y el caos que surgió luego del Gran Cataclismo no hubiera sucedido al nivel en el que ocurrió.

Aurora agitó la cabeza alejando tales ideas. Era un sinsentido pensar en lo que ella hubiera hecho en ese tiempo y más cuando tenía muchas cosas que hacer ahora, que no se atrevía hacer.

Alva al verla cambió de tema y Aurora disfrutó la charla con la mujer. La Condesa Alva era elegante, carismática y mayor que todo, conocía muy bien la forma de interactuar con una terrícola.

Dejando de lado la etiqueta que la nobleza exigía, ella habló de varios temas incluyendo a su esposo y los minutos pasaron.

Aurora conversó por diez minutos hasta que ella notó a Urfin Jadegrog entrando al salón acompañado de varios enanos.

“Disculpe, Condesa.” Disculpándose con la agradable mujer que le había hecho compañía, Aurora se alejó por medio la sala queriendo seguir a Urfin.

Ella no había tenido tiempo para conversar con él debido a que estuvo ocupada en su entrenamiento y en este punto no podía contener la curiosidad sobre Alice.

El tiempo que tuvo para entrenar fue una ventaja, pero a la vez fue difícil de sobrellevar y más cuando tantas dudas perturbaban su mente.

A mitad de la sala, viendo a Urfin dirigirse entre una multitud, Aurora notó como un joven delgado se interpuso en su camino.

“Le gustaría un baile con…”

“Lo siento, estoy ocupada.” Aurora ignoró al joven y cuando lo estuvo pasando sintió que el joven se movía y ella se giró de inmediato.

Vio al joven había tratado de agarrar su brazo con una expresión fría y al darse cuenta de que no la atrapó, la expresión del joven primero se llenó de vergüenza al no poder agarrarla, pero luego se llenó de ira.

Aurora observó al joven de piel bronceada y cabello dorado, analizó su vestimenta y notando las joyas y la extravagancia excesivamente, supuso el estatus.

¿No es un simple noble, probablemente Príncipe de un Reino o Imperio? Aurora analizó rápidamente y viendo la expresión de enojo ella lo supo.

Sea quien sea, no era muy inteligente…

“Es mejor que mantengas tus emociones y mires a tu alrededor.” Intervino Aurora antes de que el noble dejara salir sus emociones.

Aurora observó los alrededores, vio a todos los nobles del Imperio Falion observando con miradas penetrantes. No importaba si eran mujeres o hombres, cada una de las miradas eran como dagas lanzadas por calamidades o semidioses.

La mayoría de los otros invitados parecía no entender la atmosfera, pero ella si… Cithrel le había dado un estatus lo suficiente elevado como para que cualquier Príncipe, Rey o incluso Emperador tuviera que tener cuidado de sus modales.

Entre la multitud Aurora vio a un hombre de dos metros sumamente musculoso apuntándose a sí mismo y ella reconoció al ‘Soldado más leal de Su Majestad’, y su expresión tembló durante un segundo antes de suspirar e ignorarlo.

“Es mejor que te retires y probablemente contrates guardaespaldas… Aunque dudó que sobrevivan.” Dijo Aurora en calma y viendo la expresión del joven, lo vio retirarse y ella agitó la cabeza al darse cuenta de que la atmosfera volvió a la normalidad.

Aurora suspiró al ver que el hombre de dos metros bajaba sus brazos decepcionado y frunciendo el ceño durante un momento, no entendió que buscaba ese Dios.

“Ignóralo. Está desesperado porque le pidas que haga algo.”

Aurora escuchó una voz que reconoció y vio que Gruvreas se acercaba con una copa de vino.

El enano de cabello blanco, la observó durante un momento sin verla agitada o incomoda por su reunión o por ver a otro de los Dioses Infernales queriendo ‘acercarse’.

“Eso hare.” Respondió Aurora volviendo a buscar por el salón a Urfin y al notar que los alrededores se difumaron en un color dorado, se centró en su ‘aliado’.

Gruvreas estaba con su copa de vino girándola dudosamente y tras unos segundos, suspiró.

“Urfin Jadegrog no tendrá respuesta que buscas. A pesar de que sus colegas se han acercado a tus amigos, no es lo suficiente para saber la verdad.” Dijo Gruvreas con calma.

Su expresión estaba llena de calma, pero su mirada se notaba ligeramente complicada. Como si tuviera que decir algo, pero no quisiera.

“¿Que sucede?” Preguntó Aurora con una expresión solemne.

Gruvreas al ver su expresión suspiró y luego sacó una moneda dorada en su bolsillo, la expresión compleja creció, aunque al final habló.

“Desde este momento nada está en mi control y no puedo desobedecer.” Dijo Avaricia, el Dios del Infierno y pasando la moneda, declaró. “Tomar la moneda no será nada bueno, pero mi deber es dártela. Aunque esto puede dañar nuestra recién creada alianza, espero que eventualmente entiendas que solo cumplo órdenes.”

Aurora frunció el ceño de inmediato y dudó al mirar la moneda.

Avaricia trabajó bastante para acercarse a ella y Aurora lo sabía, la forma que se acercó y logró que ella aceptara un trato fue lo suficiente bueno para que ella se sintiera cómoda.

Algo que otros Dioses Infernales no habían logrado, al menos no de la forma que él lo hizo. Sin embargo, que ahora estuviera diciendo que lo que sucedería no estaba en ‘su’ control y ‘no podía desobedecer’ hizo que Aurora pensara en alguien.

La Emperatriz del Infierno, la Primordial del Fuego y la Destrucción y su cuñada se empezó a mover.

A pesar de que Aurora no sabía que haría la moneda, al final fue atraída de inmediato debido a la exactitud del comentario de Gruvreas sobre Urfin y la misión que ella había pensado.

Aurora respiró profundamente y…

“Está bien.” Declaró tomando la moneda dorada.

De inmediato sus alrededores cambiaron y todo desapareció volviendo se oscuro, hasta que empezó a escuchar ruido de golpes, entonces su visión volvió.

“Ug…”

Aurora volvió a escuchar ruido de dolor y luego vio a alguien que no había visto desde hace mucho tiempo.

Joven y delgada con un cabello negro atado en una colega. Ella tenía varios moretones y su brazo estaba torcido mientras gruñía de dolor.

Para Aurora fue imposible no reconocer a Nicole, pero ahora la que veía era muy diferente a lo que ella recordaba. Su compañera y amiga era feroz y su entrenamiento a veces era violento.

Sin embargo, aquí era diferente… La atmosfera es diferente.

“Creo que es hora de parar.” La voz vino desde una esquina y el Emperador Víctor, se acercó a Nicole con una expresión preocupada en su rostro.

Una expresión que Aurora podía decir con claridad que jamás había visto, al menos no con la preocupación actual que revelaba cierto afecto.

Nicole al mirar su brazo, utilizó su otro brazo para acomodarlo y soltando un gruñido de dolor forzó su aura de combate alrededor de su cuerpo y su brazo, reforzando sus huesos y obligando a que su regeneración y su cuerpo volviera al estado máximo… O al menos lo intentara.

“Estoy bien.” Respondió Nicole volviendo a levantarse y respirando hondo sin ocultar la pesadez y cansancio en su voz, declaró. “Volvamos a luchar.”

La voz, la mirada y la expresión. Aurora había visto la ferocidad de Nicole, pero esta vez su voz llevaba cierto deseo de mejorar teñido de locura y desesperación.

Aurora reconoció el aura de combate débil, notó las ojeras en Nicole, la expresión de locura en su rostro y como ella forzaba su cuerpo en mantenerse en pie, no solamente exigiendo su cuerpo para mantener sus heridas, sino que su conciencia del cansancio.

Esto no era un entrenamiento de ferocidad… Era la locura de una persona que tenía un objetivo a sus ojos y estaba dispuesta a todo para conseguirlo.

Era imposible que Aurora no reconociera el dolor y el deseo de la venganza, al igual que la locura que ella también había sentido.

“Si necesitas ayuda puedes decirme.” Dijo Víctor Pelegrine a su aprendiz y…

“Si llega el momento lo hare, maestro. Por ahora, necesito su ayuda para fortalecerme.” Respondió Nicole West.

Junto a esas palabras la joven volvió a atacar y la visión se hizo añicos disolviéndose a sus alrededores.

Cuando Aurora volvió a entrar en razón, ella se mordió los labios y…

“Mierda…” Maldijo girándose de inmediato en dirección a la salida ignorando completamente a Gruvreas.

Alice no le había contado a nadie sobre la verdad… Era imposible que Aurora no reconociera el dolor, la desesperación y el deseo de venganza de Nicole.

A pesar de que ella sabía que sus amigos sufrirían, Aurora había pedido que se les avisara a sus amigos más cercanos como Nicole, porque ella no quería que se sintieran tan desesperado como alguna vez ella se sintió.

Sin embargo…

“Alice…”

Alice no había revelado la verdad y se había guardado todo, llevando a que el dolor que sería momentáneo se transformara en desesperación y locura.

¿Por qué su hermana no hizo lo que ella pidió? ¿Por qué se guardó todo? Las preguntas surgieron en la mente de Aurora y ella abrió la puerta para abandonar la sala, pero en el otro lado vio a Cithrel.

“¿Que sucede?” Preguntó Cithrel al notar su expresión.

“Alice no reveló la verdad.” Respondió Aurora de inmediato y mientras activo un artefacto para moverse, notó el silencio y también la expresión de Cithrel.

Viendo la expresión de sorpresa de Cithrel, Aurora se dio cuenta.

Esa sorpresa no era por las acciones de Alice, sino que sorpresa a que ella se enterara y Aurora se dio cuenta.

“Así que lo sabias…” Murmuró Aurora al ver la expresión de Cithrel.


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TG - Capítulo 708
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Capítulo 708: Fuera de sí.

Capítulo 708: Fuera de sí.

“Así que lo sabias…”

Cithrel escuchó el murmullo de su amiga, Aurora y su expresión se tambaleó, sin saber cómo reaccionar.

Algo inaudito para su estatus, pero Cithrel no pudo controlarlo y solamente se calmó cuando el espacio alrededor de ambas se distorsionó.

Su mente trabajó con toda rapidez para buscar una respuesta, pero al ver los ojos negros de Aurora llenos de ira, al final suspiró.

“Lo sabía.” Murmuró Cithrel en voz baja mientras aparecían en la habitación de Aurora.

El aura de Aurora se elevó pareciendo una espada afilada queriendo cortarla, pero su amiga se forzó a controlarse. Aurora sabia controlar sus emociones y siempre trataba de ser calmada, pero la ira en los ojos era evidente.

Al igual que la sensación de traición.

“¿Desde cuándo?” Preguntó Aurora forzándose a calmar sus emociones.

Su voz era fría y sus ojos aún más, pero ella la observó no queriendo perderse ningún rastro de emoción… Sin querer que Cithrel mintiera de vuelta.

“Alice me informó de tu llegada. También me pidió que te cuidara, ayudara y te mantuviera distraída… El máximo tiempo posible.” Respondió Cithrel y viendo la expresión de Aurora, ella reveló. “No es muy difícil interferir que planeaba algo.”

Alice y ella no se hablaban habitualmente y no se llevaban bien. Estaban muy lejos de ser amigas y la conexión más importante entre ellas era Aurora.

Sin embargo, esta vez Alice le envió una carta y si bien no reveló la verdad, si lo suficiente como para que ella se diera cuenta de que la hermana de su amiga planeaba algo más allá del plan original.

“¿Y tú no me dijiste nada?” Preguntó Aurora apretando el puño con ira.

“Yo…” Cithrel vio su mirada y su ira, pero al final suspiro. “Lo siento.”

Yo solo quería ayudar… Tales eran las palabras que quería decir, pero Cithrel no lo hizo, sabiendo que cualquier respuesta se sentiría como excusa.

“¿Lo siento? ¿Eso es todo?” Preguntó Aurora apenas conteniendo su ira. 

Su tono revelaba que esperaba más, pero al final al verla respiró hondo tratando de calmar su ira, pero de repente el calor se elevó a su alrededor y la ira en vez de mermar, aumentó.

“¿Justo en este momento te tenías que aliar con Alice?” Gruñó Aurora y como si no pudiera controlar sus emociones, declaró. “Mi amiga y mi hermana me traicionan a la primera oportunidad.”

Su tono sonaba decepcionado y también llevaba cierto enojo. Aurora que normalmente controlaba perfectamente sus emociones en momento donde estaba furiosa, ahora no pudo hacerlo.

No. No le permitieron hacerlo.

El calor se elevó y Cithrel se dio cuenta de quién era y…

“Solo quería ayudar.” Las palabras que ella no quería salir eventualmente salieron de su boca.

Cithrel primero se quiso tapar su boca, pero su cuerpo tampoco reaccionó a su voluntad y fue en ese momento que ella se dio cuenta… Su propio cuerpo ya no estaba bajo su control.

“¿Ayudar? Hubiera sido de ayuda si me dijeras que es lo que mi hermana estaba planeando.” Respondió Aurora con sarcasmo y molestia ante su respuesta.

Cithrel se esforzó para recuperar el control de su cuerpo, pero quien lo controlaba era superior a ella… En el ‘espectáculo’ de una Primordial todos eran actores.

Y ahora Cithrel se sentía como una espectadora, a pesar de que su cuerpo se movía sin querer.

“¿Que hubieras hecho? ¿Irte? Solo trate de ayudarte, Aurora. Sin embargo, siempre lo haces difícil.” Su voz se fue elevando cada vez más estimulada por el ‘Fuego’ de la ‘Ira’.

La Primordial del Fuego mostró su amplitud de dominio estimulando simplemente el fuego de la ira tanto en ella como en Aurora, llevando a que la discusión escalara.

“¡No necesitaba este tipo de ayuda!” Replicó Aurora mientras su rostro enrojecía sin darse cuenta de quien la estaba afectando.

A pesar de que el enojo era estimulado, las palabras eran reales… Cithrel lo sabía y por tal razón ella buscó controlar su cuerpo de vuelta.

“¿Y qué tipo de ayuda quieres?” Las palabras salieron de su boca y a pesar de que Cithrel desesperadamente se esforzó para volver a recuperar el control, continuo. “¡Siempre que trató de ayudarte me rechazas!”

Cithrel vio en sus recuerdos como preparó la bienvenida de Aurora. Ella recordó haber planeado la compra de todo tipo de elixires que podrían ayudar a su amiga a progresar más rápido.

Todo fue rechazado desde el principio… Luego cuando escuchó Aurora hablar sobre una espada, ella quiso ayudarle y… Fue rechazada.

Ni hablar de antes. Antes de que este plan entrara en acción y Aurora hablaba con ella, su amiga jamás le pedía ayuda o si ella le ofrecía ayuda del imperio, su amiga la rechazaba.

Cithrel tenía confianza para ayudar a Aurora a que mejorara o incluso si no lo hacía, ella le iba a prestar la fuerza necesaria para enfrentar a cualquier enemigo. Ya fuera mortal o un dios.

Y, aun así, incluso si ella le ofrecía todo tipo de ayuda sin costo, Aurora le rechazaba … ¿Qué clase de persona tenía derecho de ser especifica con la ayuda que le ofrecían?

“Nunca aceptaste mi ayuda… Ayuda que tú también me ofrecerías.” Declaró Cithrel sin poder controlarse.

Ella también se sintió enojada. No de que Aurora no aceptara su ayuda, sino que de si la situación hubiera sido inversa, su amiga le hubiera ofrecido la misma ayuda.

Y lo peor era que Aurora probablemente se forzaría a ayudar, aunque rechazaran su ayuda y más si la situación era critica. Tal persona era su amiga.

Sin embargo, ella tuvo que controlarse cada vez que era rechazada tratando de no molestar demasiado a su amiga que ya tenía mucha presión.

“Yo…”

Cithrel estuvo por hablar, pero al ver la expresión de Aurora al escuchar sus palabras, ella se controló.

Su mente se concentró y todo su alrededor desapareció, entonces en medio de la nada voces empezaron a surgir.

Empezó como una voz pequeña, pero se fue multiplicando y en distintas voces de todo tipo. Niños hablaban con su padre para ir a la escuela, padres hablaban sobre su trabajo y jóvenes sobre su estudio universitario.

Las voces se fueron elevando y multiplicando. Trabajadores, granjeros, artesanos, aventureros… Desde nobles a ricos, desde humanos hasta razas únicas.

Las voces de los súbditos del Imperio Falion, leales o no, empezaron a ser oídas por ella mientras Cithrel forzaba los pasos previos de su Apoteosis a aparecer.

“Es mejor hablar luego.” Dijo Cithrel al abrir sus ojos. Esta vez su cuerpo volvió a su control, aunque de manera superficial.

Las voces en sus oídos se convirtieron en un poder que la llevó a recuperar el control. Ya fuera sorpresa o simplemente diversión, la entidad que la controlaba lo dejó de hacer, aunque sus emociones no se estabilizaron.

“No. Volveré a la tierra de inmediato.” Respondió Aurora también calmándose ligeramente.

Su amiga no notó la extrañeza, pero Aurora era buena en controlar sus emociones. Así de capaz era su amiga y Cithrel al escuchar que ella quería regresar, mantuvo la calma.

“Entiendo, le pediré a mi abuela que prepare el portal.” Respondió Cithrel y observando a Aurora, dudó un momento, pero salió de la habitación.

Sus emociones no eran estables y Cithrel no quiso quedarse hablando.

Aurora no aceptó su ayuda a pesar de que ella podía ofrecerle todo tipo de ayuda que necesitaba. Tal hecho, para Cithrel no era una molestia ni algo que le desagradaba.

A sus ojos así era su amiga, así que Cithrel lo aceptaba, como probablemente Aurora aceptaba muchas cosas de ella que probablemente no era lo mejor.

Cithrel desde que leyó la carta de Alice, planeó mantener silencio queriendo que Aurora pudiera tomarse un descanso o incluso que entrenara.

Esperaba que Alice resolviera todo antes de que Aurora tuviera que volver, porque una vez que volviera, Cithrel entendía que su amiga no le pediría ayuda… Aurora era esa clase de persona.

Desde el principio apoyó a Alice, porque pensó que era lo mejor y por tal razón al inicio solo se disculpó, sin querer decir sus razones ni excusarse de sus acciones.

Cithrel desde el inicio estaba dispuesta a cargar con cualquier consecuencia que podría dañar su amistad y la razón era bastante simple… Alice estaba haciendo lo que creía correcto por el bien de Aurora a pesar de las consecuencias en su hermandad y al reconocer tal voluntad, ella no quería quedarse atrás.

Después de todo, su amiga era importante más que la amistad misma.

******

Aurora trató de respirar calmando las emociones que estaba sintiendo. Mayor de ellas era enojo por Alice, que como su hermana no estaba dirigió hacia Cithrel.

Se sentía traicionada y enojada de que Alice le mintiera y la engañara. No se trataba de que Alice no tuviera secretos, sino que este asunto era algo que habían acordado y ahora toda la confianza que ella había puesto a su hermana se derrumbaba.

¿Qué más le mentía Alice? Tal pregunta llevó a que Aurora se cambiara de ropa con rapidez.

Alice podría haber estado mintiendo en muchos asuntos y tal idea estaba creciendo a pesar de que Aurora no quería pensar en ello.

En el fondo, quería imaginar que Alice tenía sus razones al igual que Cithrel para mentirle, pero… No podía detener el enojo y la decepción.

El enojo no era solamente por la mentira, sino que por la traición. Aurora confiaba en Alice y ahora estaba enojada de que su hermana le mintiera y la engañara de esta manera.

No se trataba de no mantener secretos o que Alice hiciera lo que ella pedía, simplemente se trataba de la confianza que ambas tenían, una confianza que estaba basada en ambas.

Este plan lo llevaron a cabo ambas y como tal, Alice no debería haberle engañado… No de esta manera.

“Mierda…” Maldiciendo en voz baja, Aurora de inmediato se dirigió a la entrada de su habitación y salió.

Al salir, se dio cuenta de que Melorrill estaba esperando en la entrada y en ese momento se detuvo frunciendo el ceño al verla.

“Vamos, te llevare a la iglesia.” Dijo Melorrill con una voz apagada.

Sonaba profesional, pero sin el ánimo y la energía que a veces mostraba. ¿Estuvo escuchando antes? Tal duda llevó a que Aurora frunciera el ceño, pero eventualmente asintió.

El espacio a su alrededor se distorsionó y en donde ambas aparecieron no fue en una sala de la iglesia, sino que en una calle en alguna parte de la ciudad.

“El carruaje te llevara a la iglesia.” Informó Melorrill y viendo su extrañeza, explicó. “El viaje te llevara a que te calmes. Puedes estar enojada con Cithrel, pero tu tampoco eres alguien fácil de complacer. Antes de tu llegada vi a Cithrel movilizando todo el imperio para traerte todo tipo de elixires que te ayudarían a mejorar y la rechazaste de inmediato.”

Al inicio Aurora encontró extraña la situación debido a que Melorrill podía moverla espacialmente directamente a la iglesia, pero al escuchar su explicación ella frunció el ceño.

¿Cithrel preparó muchos elixires para ayudarla? Aurora recordó cuando ella llegó la forma que Cithrel se la rebuscó para ofrecer su ayuda de tal manera que ella no se sintiera agobiada por aceptarla.

Esta vez la ayuda no venía de un Dios o una entidad que podría causarle algún problema venia de su amiga e igualmente ella rechazó muchas cosas que Cithrel le ofrecía.

“…”

Aurora no respondió, pero pudo calmar sus emociones al escuchar las palabras de Melorrill y ella se dirigió al carruaje y entró al interior sentándose mientras la entrada se cerraba.

Las ventanas del carruaje estaban bien cerradas impidiendo que se viera el exterior y al mismo tiempo que alguien de afuera la viera.

“Es difícil…” Murmuró Aurora no por sus emociones, sino que al darse cuenta de la situación.

Ella dirigió su enojo con Cithrel que desde que ella había llegado la estuvo apoyando ofreciéndole todo tipo de ayuda e incluso si se excedió no revelándole sobre Alice, ella tampoco había revelado sus dudas abiertamente.

Si hubiera aceptado toda la ayuda de Cithrel desde los elixires, las armas y todo lo que ofrecía, ella podría haber fortalecida con mayor rapidez. Tal hecho era irrefutable.

Y ella rechazó gran parte a pesar de que Cithrel quería lo mejor para ella, no se trataba de un movimiento político para fortalecer el Imperio o en busca de alguna ventaja, simplemente era amistad… Y, aun así, Aurora la rechazó.

¿Cuál era la razón? ¿No confiaba en Cithrel? ¿Creía que Cithrel iba a aprovecharse de alguna manera? A veces comparaba la ayuda de Cithrel con la ayuda que le podían ofrecer los Dioses que andaban a su alrededor queriendo acercarse y tal comparación revelaba que ella no confiaba en Cithrel.

Al menos no confiaba como confiaba en Alice.

“Bien, voy a disculparme…” Murmuró Aurora.

Por supuesto, seguía enojada de que Cithrel no revelara, aunque sea sus pensamientos sobre lo que le pidió Alice e iba a pedir una ‘disculpa’, pero no estaba realmente molesta. No podía estarlo cuando ella notaba que su amiga quería ayudarla, aunque sus acciones no fueran las indicadas.

Aun así, Aurora quería disculparse porque no había aceptado la ayuda que Cithrel le ofreció. Ayuda que venía sin intenciones secundarias.

Cithrel no era como aquellos Dioses que ella no podía controlar y que podían hacer lo que fuera, su amiga buscó ayudarla honestamente. Tal ayuda debía ser apreciada y en cierto sentido aceptada.

Después de todo, al menos Aurora creía que los amigos podían ayudarse sin necesidad de deberse favores.

Aurora al decidirse suspiró y relajó en el asiento observando el interior y luego sintiendo el exterior.

Ella quería saber cuánto se demoraría, pero al extender sus sentidos en el exterior, su expresión se volvió seria y un escalofrió recorrió toda su espalda.

Aurora quiso sacar una espada de su anillo espacial, pero este fue sellado sin que se diera cuenta y ante tal situación, ella abrió su mano condensando una espada de aura roja.

Con una expresión solemne ella abrió la puerta y lo primero que vio fue un gran palacio con enormes pilares y a cada lado cientos de individuos de toda clase… Cada uno con una fuerza comparable a una calamidad.

A rangos SSS.


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