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TG - Capítulo 708
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Capítulo 708: Fuera de sí.

Capítulo 708: Fuera de sí.

“Así que lo sabias…”

Cithrel escuchó el murmullo de su amiga, Aurora y su expresión se tambaleó, sin saber cómo reaccionar.

Algo inaudito para su estatus, pero Cithrel no pudo controlarlo y solamente se calmó cuando el espacio alrededor de ambas se distorsionó.

Su mente trabajó con toda rapidez para buscar una respuesta, pero al ver los ojos negros de Aurora llenos de ira, al final suspiró.

“Lo sabía.” Murmuró Cithrel en voz baja mientras aparecían en la habitación de Aurora.

El aura de Aurora se elevó pareciendo una espada afilada queriendo cortarla, pero su amiga se forzó a controlarse. Aurora sabia controlar sus emociones y siempre trataba de ser calmada, pero la ira en los ojos era evidente.

Al igual que la sensación de traición.

“¿Desde cuándo?” Preguntó Aurora forzándose a calmar sus emociones.

Su voz era fría y sus ojos aún más, pero ella la observó no queriendo perderse ningún rastro de emoción… Sin querer que Cithrel mintiera de vuelta.

“Alice me informó de tu llegada. También me pidió que te cuidara, ayudara y te mantuviera distraída… El máximo tiempo posible.” Respondió Cithrel y viendo la expresión de Aurora, ella reveló. “No es muy difícil interferir que planeaba algo.”

Alice y ella no se hablaban habitualmente y no se llevaban bien. Estaban muy lejos de ser amigas y la conexión más importante entre ellas era Aurora.

Sin embargo, esta vez Alice le envió una carta y si bien no reveló la verdad, si lo suficiente como para que ella se diera cuenta de que la hermana de su amiga planeaba algo más allá del plan original.

“¿Y tú no me dijiste nada?” Preguntó Aurora apretando el puño con ira.

“Yo…” Cithrel vio su mirada y su ira, pero al final suspiro. “Lo siento.”

Yo solo quería ayudar… Tales eran las palabras que quería decir, pero Cithrel no lo hizo, sabiendo que cualquier respuesta se sentiría como excusa.

“¿Lo siento? ¿Eso es todo?” Preguntó Aurora apenas conteniendo su ira. 

Su tono revelaba que esperaba más, pero al final al verla respiró hondo tratando de calmar su ira, pero de repente el calor se elevó a su alrededor y la ira en vez de mermar, aumentó.

“¿Justo en este momento te tenías que aliar con Alice?” Gruñó Aurora y como si no pudiera controlar sus emociones, declaró. “Mi amiga y mi hermana me traicionan a la primera oportunidad.”

Su tono sonaba decepcionado y también llevaba cierto enojo. Aurora que normalmente controlaba perfectamente sus emociones en momento donde estaba furiosa, ahora no pudo hacerlo.

No. No le permitieron hacerlo.

El calor se elevó y Cithrel se dio cuenta de quién era y…

“Solo quería ayudar.” Las palabras que ella no quería salir eventualmente salieron de su boca.

Cithrel primero se quiso tapar su boca, pero su cuerpo tampoco reaccionó a su voluntad y fue en ese momento que ella se dio cuenta… Su propio cuerpo ya no estaba bajo su control.

“¿Ayudar? Hubiera sido de ayuda si me dijeras que es lo que mi hermana estaba planeando.” Respondió Aurora con sarcasmo y molestia ante su respuesta.

Cithrel se esforzó para recuperar el control de su cuerpo, pero quien lo controlaba era superior a ella… En el ‘espectáculo’ de una Primordial todos eran actores.

Y ahora Cithrel se sentía como una espectadora, a pesar de que su cuerpo se movía sin querer.

“¿Que hubieras hecho? ¿Irte? Solo trate de ayudarte, Aurora. Sin embargo, siempre lo haces difícil.” Su voz se fue elevando cada vez más estimulada por el ‘Fuego’ de la ‘Ira’.

La Primordial del Fuego mostró su amplitud de dominio estimulando simplemente el fuego de la ira tanto en ella como en Aurora, llevando a que la discusión escalara.

“¡No necesitaba este tipo de ayuda!” Replicó Aurora mientras su rostro enrojecía sin darse cuenta de quien la estaba afectando.

A pesar de que el enojo era estimulado, las palabras eran reales… Cithrel lo sabía y por tal razón ella buscó controlar su cuerpo de vuelta.

“¿Y qué tipo de ayuda quieres?” Las palabras salieron de su boca y a pesar de que Cithrel desesperadamente se esforzó para volver a recuperar el control, continuo. “¡Siempre que trató de ayudarte me rechazas!”

Cithrel vio en sus recuerdos como preparó la bienvenida de Aurora. Ella recordó haber planeado la compra de todo tipo de elixires que podrían ayudar a su amiga a progresar más rápido.

Todo fue rechazado desde el principio… Luego cuando escuchó Aurora hablar sobre una espada, ella quiso ayudarle y… Fue rechazada.

Ni hablar de antes. Antes de que este plan entrara en acción y Aurora hablaba con ella, su amiga jamás le pedía ayuda o si ella le ofrecía ayuda del imperio, su amiga la rechazaba.

Cithrel tenía confianza para ayudar a Aurora a que mejorara o incluso si no lo hacía, ella le iba a prestar la fuerza necesaria para enfrentar a cualquier enemigo. Ya fuera mortal o un dios.

Y, aun así, incluso si ella le ofrecía todo tipo de ayuda sin costo, Aurora le rechazaba … ¿Qué clase de persona tenía derecho de ser especifica con la ayuda que le ofrecían?

“Nunca aceptaste mi ayuda… Ayuda que tú también me ofrecerías.” Declaró Cithrel sin poder controlarse.

Ella también se sintió enojada. No de que Aurora no aceptara su ayuda, sino que de si la situación hubiera sido inversa, su amiga le hubiera ofrecido la misma ayuda.

Y lo peor era que Aurora probablemente se forzaría a ayudar, aunque rechazaran su ayuda y más si la situación era critica. Tal persona era su amiga.

Sin embargo, ella tuvo que controlarse cada vez que era rechazada tratando de no molestar demasiado a su amiga que ya tenía mucha presión.

“Yo…”

Cithrel estuvo por hablar, pero al ver la expresión de Aurora al escuchar sus palabras, ella se controló.

Su mente se concentró y todo su alrededor desapareció, entonces en medio de la nada voces empezaron a surgir.

Empezó como una voz pequeña, pero se fue multiplicando y en distintas voces de todo tipo. Niños hablaban con su padre para ir a la escuela, padres hablaban sobre su trabajo y jóvenes sobre su estudio universitario.

Las voces se fueron elevando y multiplicando. Trabajadores, granjeros, artesanos, aventureros… Desde nobles a ricos, desde humanos hasta razas únicas.

Las voces de los súbditos del Imperio Falion, leales o no, empezaron a ser oídas por ella mientras Cithrel forzaba los pasos previos de su Apoteosis a aparecer.

“Es mejor hablar luego.” Dijo Cithrel al abrir sus ojos. Esta vez su cuerpo volvió a su control, aunque de manera superficial.

Las voces en sus oídos se convirtieron en un poder que la llevó a recuperar el control. Ya fuera sorpresa o simplemente diversión, la entidad que la controlaba lo dejó de hacer, aunque sus emociones no se estabilizaron.

“No. Volveré a la tierra de inmediato.” Respondió Aurora también calmándose ligeramente.

Su amiga no notó la extrañeza, pero Aurora era buena en controlar sus emociones. Así de capaz era su amiga y Cithrel al escuchar que ella quería regresar, mantuvo la calma.

“Entiendo, le pediré a mi abuela que prepare el portal.” Respondió Cithrel y observando a Aurora, dudó un momento, pero salió de la habitación.

Sus emociones no eran estables y Cithrel no quiso quedarse hablando.

Aurora no aceptó su ayuda a pesar de que ella podía ofrecerle todo tipo de ayuda que necesitaba. Tal hecho, para Cithrel no era una molestia ni algo que le desagradaba.

A sus ojos así era su amiga, así que Cithrel lo aceptaba, como probablemente Aurora aceptaba muchas cosas de ella que probablemente no era lo mejor.

Cithrel desde que leyó la carta de Alice, planeó mantener silencio queriendo que Aurora pudiera tomarse un descanso o incluso que entrenara.

Esperaba que Alice resolviera todo antes de que Aurora tuviera que volver, porque una vez que volviera, Cithrel entendía que su amiga no le pediría ayuda… Aurora era esa clase de persona.

Desde el principio apoyó a Alice, porque pensó que era lo mejor y por tal razón al inicio solo se disculpó, sin querer decir sus razones ni excusarse de sus acciones.

Cithrel desde el inicio estaba dispuesta a cargar con cualquier consecuencia que podría dañar su amistad y la razón era bastante simple… Alice estaba haciendo lo que creía correcto por el bien de Aurora a pesar de las consecuencias en su hermandad y al reconocer tal voluntad, ella no quería quedarse atrás.

Después de todo, su amiga era importante más que la amistad misma.

******

Aurora trató de respirar calmando las emociones que estaba sintiendo. Mayor de ellas era enojo por Alice, que como su hermana no estaba dirigió hacia Cithrel.

Se sentía traicionada y enojada de que Alice le mintiera y la engañara. No se trataba de que Alice no tuviera secretos, sino que este asunto era algo que habían acordado y ahora toda la confianza que ella había puesto a su hermana se derrumbaba.

¿Qué más le mentía Alice? Tal pregunta llevó a que Aurora se cambiara de ropa con rapidez.

Alice podría haber estado mintiendo en muchos asuntos y tal idea estaba creciendo a pesar de que Aurora no quería pensar en ello.

En el fondo, quería imaginar que Alice tenía sus razones al igual que Cithrel para mentirle, pero… No podía detener el enojo y la decepción.

El enojo no era solamente por la mentira, sino que por la traición. Aurora confiaba en Alice y ahora estaba enojada de que su hermana le mintiera y la engañara de esta manera.

No se trataba de no mantener secretos o que Alice hiciera lo que ella pedía, simplemente se trataba de la confianza que ambas tenían, una confianza que estaba basada en ambas.

Este plan lo llevaron a cabo ambas y como tal, Alice no debería haberle engañado… No de esta manera.

“Mierda…” Maldiciendo en voz baja, Aurora de inmediato se dirigió a la entrada de su habitación y salió.

Al salir, se dio cuenta de que Melorrill estaba esperando en la entrada y en ese momento se detuvo frunciendo el ceño al verla.

“Vamos, te llevare a la iglesia.” Dijo Melorrill con una voz apagada.

Sonaba profesional, pero sin el ánimo y la energía que a veces mostraba. ¿Estuvo escuchando antes? Tal duda llevó a que Aurora frunciera el ceño, pero eventualmente asintió.

El espacio a su alrededor se distorsionó y en donde ambas aparecieron no fue en una sala de la iglesia, sino que en una calle en alguna parte de la ciudad.

“El carruaje te llevara a la iglesia.” Informó Melorrill y viendo su extrañeza, explicó. “El viaje te llevara a que te calmes. Puedes estar enojada con Cithrel, pero tu tampoco eres alguien fácil de complacer. Antes de tu llegada vi a Cithrel movilizando todo el imperio para traerte todo tipo de elixires que te ayudarían a mejorar y la rechazaste de inmediato.”

Al inicio Aurora encontró extraña la situación debido a que Melorrill podía moverla espacialmente directamente a la iglesia, pero al escuchar su explicación ella frunció el ceño.

¿Cithrel preparó muchos elixires para ayudarla? Aurora recordó cuando ella llegó la forma que Cithrel se la rebuscó para ofrecer su ayuda de tal manera que ella no se sintiera agobiada por aceptarla.

Esta vez la ayuda no venía de un Dios o una entidad que podría causarle algún problema venia de su amiga e igualmente ella rechazó muchas cosas que Cithrel le ofrecía.

“…”

Aurora no respondió, pero pudo calmar sus emociones al escuchar las palabras de Melorrill y ella se dirigió al carruaje y entró al interior sentándose mientras la entrada se cerraba.

Las ventanas del carruaje estaban bien cerradas impidiendo que se viera el exterior y al mismo tiempo que alguien de afuera la viera.

“Es difícil…” Murmuró Aurora no por sus emociones, sino que al darse cuenta de la situación.

Ella dirigió su enojo con Cithrel que desde que ella había llegado la estuvo apoyando ofreciéndole todo tipo de ayuda e incluso si se excedió no revelándole sobre Alice, ella tampoco había revelado sus dudas abiertamente.

Si hubiera aceptado toda la ayuda de Cithrel desde los elixires, las armas y todo lo que ofrecía, ella podría haber fortalecida con mayor rapidez. Tal hecho era irrefutable.

Y ella rechazó gran parte a pesar de que Cithrel quería lo mejor para ella, no se trataba de un movimiento político para fortalecer el Imperio o en busca de alguna ventaja, simplemente era amistad… Y, aun así, Aurora la rechazó.

¿Cuál era la razón? ¿No confiaba en Cithrel? ¿Creía que Cithrel iba a aprovecharse de alguna manera? A veces comparaba la ayuda de Cithrel con la ayuda que le podían ofrecer los Dioses que andaban a su alrededor queriendo acercarse y tal comparación revelaba que ella no confiaba en Cithrel.

Al menos no confiaba como confiaba en Alice.

“Bien, voy a disculparme…” Murmuró Aurora.

Por supuesto, seguía enojada de que Cithrel no revelara, aunque sea sus pensamientos sobre lo que le pidió Alice e iba a pedir una ‘disculpa’, pero no estaba realmente molesta. No podía estarlo cuando ella notaba que su amiga quería ayudarla, aunque sus acciones no fueran las indicadas.

Aun así, Aurora quería disculparse porque no había aceptado la ayuda que Cithrel le ofreció. Ayuda que venía sin intenciones secundarias.

Cithrel no era como aquellos Dioses que ella no podía controlar y que podían hacer lo que fuera, su amiga buscó ayudarla honestamente. Tal ayuda debía ser apreciada y en cierto sentido aceptada.

Después de todo, al menos Aurora creía que los amigos podían ayudarse sin necesidad de deberse favores.

Aurora al decidirse suspiró y relajó en el asiento observando el interior y luego sintiendo el exterior.

Ella quería saber cuánto se demoraría, pero al extender sus sentidos en el exterior, su expresión se volvió seria y un escalofrió recorrió toda su espalda.

Aurora quiso sacar una espada de su anillo espacial, pero este fue sellado sin que se diera cuenta y ante tal situación, ella abrió su mano condensando una espada de aura roja.

Con una expresión solemne ella abrió la puerta y lo primero que vio fue un gran palacio con enormes pilares y a cada lado cientos de individuos de toda clase… Cada uno con una fuerza comparable a una calamidad.

A rangos SSS.


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TG - Capítulo 709
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Capítulo 709: Orgullo.

Capítulo 709: Orgullo.

El enorme palacio tenia paredes negras absorbía la luz dando una presencia siniestra. Los pilares rojos en medio del palacio se extendían a lo alto y por la textura de tales pilares parecían creados de sangre.

Contrarrestando tal atmosfera se encontraba un piso blanco que reflejaba la presencia y miradas de los cientos de individuos que se encontraban a cada lado del palacio dejando un espacio libre hacia el centro del trono.

Aurora caminó al ver dos individuos que reconocía al lado del trono. Cada paso que daba sonaba por todo el palacio atrayendo las miradas de los individuos que la rodeaban.

Elfos con ojos de colores profundos, demonios, esqueletos con todo tipo de colores en sus huesos, individuos que mostraban rastros de sangre de dragones y luego cientos de vampiros que no ocultaban los colmillos en sus sonrisas.

No eran sonrisas viciosas o hambrientas, sino que expectantes como si ella fuera la clave para su felicidad… Aurora mantuvo su caminata en dirección al trono al final del palacio.

El trono estaba vacío con una corona de color blanca arriba y a cada lado se encontraban dos individuos. En el lado derecho estaba Melorrill cuyo rostro estaba ligeramente pálido y luego Xezor, el no-muerto del Imperio Falion.

Del otro lado, se encontraba el Duque Kristoph Marshall que fue quien tenía mayor rango en el Imperio Falion en la tierra y alguien que ella conocía.

Esos tres individuos estaban en silencio como si no pudiera controlar sus cuerpos o no pudieran actuar imprudentemente, pero la última persona era diferente.

Una mujer alta de cabello rubio que llevaba un vestido rojo revelador. Sus ojos de color negro se fijaban en ella y la sonrisa revelaba los colmillos de vampiros.

La sonrisa creció cuando ella llegó al frente de ellos y subió los escalones para estar a la altura, dando una mirada al Duque Kristoph, la mujer entendió algo y se giró a ella.

“Denle la bienvenida a la Emperatriz del Imperio de la Noche Eterna!” Su voz resonó por todo el palacio y todos aquellos que estaban en el palacio se arrodillaron al unísono.

“¡Viva la Emperatriz!”

Tal frase se extendió no solamente por el palacio, sino que más allá en donde Aurora podía sentir miles de presencias.

Sin embargo, su expresión no cambió y ella se fijó en el publico luego en la mujer y por último en Melorrill con la cual tenía más confianza y quien la había llevado al carruaje.

“Este no es mi mejor día, así que dime… Para que me trajeron aquí.” Ordenó Aurora su voz llevó cierto enojo que no ocultó.

A ella no le importaba la presencia de los Semidioses que se encontraban por el palacio o los cientos de calamidades, ni tampoco la poderosa presencia de la mujer.

Lo que estaba sucediendo no era un asunto relacionado a los Dioses Infernales que buscaban acercarse. Incluso Ira quien era conocido por ser el más problemático se acercó torpemente.

Los otros fueron más astutos y como tal, Aurora entendía que este asunto no estaba relacionado con esos dioses.

“Es…”

“Su Majestad Aurora permítame…” La mujer levantó la mano antes de que Melorrill respondiera.

Sin embargo, antes de que la mujer misma terminara de hablar, Aurora reforzó su aura roja en su espada y su expresión se volvió más seria.

Aurora observó directamente los ojos de la mujer y ella lo supo. La conocía, no superficialmente, sino que con mayor profundidad y como tal conocían quien era ella.

No le debían temer por su fuerza, sino que por su conexiones y Aurora había entendido lo que representaba ser la cuñada de una Primordial.

La mujer al ver su seriedad asintió y señaló una entrada en la parte trasera del palacio.

“Permítame guiarla. Allí la verdadera persona que la guio la espera.” Dijo la mujer y con una sonrisa, reveló. “Soy Marcia y si usted puede liberarnos del control del Regente estaríamos dispuestos a sacrificar nuestras vidas por usted.”

La mujer llamada Marcia habló de algo que Aurora no entendía, así que ella solo hizo la señal para que la guiara y luego la siguió.

A pesar de que no entendió de que estaba hablando y no sabía quién era el Regente que lo controlaba, pudo notar por su voz y por la presencia a su espalda que estaban expectantes, que lo que buscaban de ella era liberación.

¿Quién era la persona que controlaba todo tipo de semidioses vampíricos, no-muertos y demonios de toda clase? Aurora tuvo algunas ideas y su expresión se volvió seria.

Su caminata fue rápida, la parte trasera del palacio era silenciosa sin ninguna presencia a diferencia del palacio de Cithrel y a donde fueron fue a una puerta simple al final del pasillo.

“Pasen.”

Marcia tocó la puerta y luego una voz simple sonó desde el interior y Aurora entró por la puerta, primero notando los estantes llenos de libro y luego girándose vio una persona leyendo unos documentos detrás de un escritorio.

El hombre que estaba leyendo con calma como si estuviera distraído levantó la cabeza al notar el silencio y Aurora pudo ver los rasgos de ese individuo.

Ojos negros y cabello negro, su aspecto no destacaba demasiado y era simple, pero sus ojos era lo que destacaba revelando primero indiferencia, luego sorpresa y al instante siguiente entendimiento que se convirtió en un suspiro.

Aurora pudo reconocer al hombre. El aspecto era similar a su padre Antón, que no tenía rasgos característicos y que daba la impresión de ser común, pero también reconoció los ojos negros e indiferentes que su madre Agatha podía revelar.

Él llevaba la cualidad de ambos y la similitud era alta, así que fue imposible que ella no lo reconociera y más cuando había visto video e incluso imágenes del hombre.

“¿Por qué me trajiste aquí?” 

Aurora se sorprendió ligeramente al darse cuenta de la frialdad y agresividad con la cual salió su voz. En el interior existía una animosidad que ella no imaginaba tener, quizás incrementada por su pésimo día.

El día que su hermana la traiciono, su hermano se reveló delante de ella trayéndola a este lugar.

“No es lo que piensas.” Dijo el hombre como si la leyera con facilidad y viendo su expresión, agregó. “No soy quien crees que soy.”

“¿Así que no eres mi hermano a pesar de que tienes su cara?” Preguntó Aurora soltando un bufido y volviendo su expresión seria, preguntó. “¿Por qué me trajiste aquí, Karl?”

Ella utilizó el verdadero nombre de su hermano. Uno que muy pocas veces salía de su boca y que usualmente había escuchado de sus padres.

Sin embargo, ese nombre no era aquel con el cual ese individuo era conocido. Karzhal, conocido mejor como el Enemigo de la Humanidad estaba al frente de ella.

“En primer lugar, no soy tu hermano y en segundo lugar no te traje. No tengo intenciones de reunirme contigo cuando yo soy un simple clon del real.” Respondió el hombre con calma y suspirando de vuelta al ver su duda, agregó. “Sin embargo, alguien que ambos conocemos probablemente tenga algo que ver con la situación.”

¿No era su hermano? ¿No la trajo? ¿Un clon? Aurora frunció el ceño de inmediato ya que al mirar el hombre podía sentir su respiración, su corazón latiendo e incluso la energía mágica emanando la presencia de un rango SS.

Esto último fue lo único que lo hizo dudar ya que su hermano, aquel que supuestamente había luchado y asesinado dioses, no podía ser un rango SS… Demasiado débil para tales hazañas.

“Que aburrido que eres.” Una esfera de fuego apareció en medio de ambos y en un instante se transformó en una pequeña niña que miró al hombre. “Por esa razón eres insignificante. Ni siquiera puedes compararte al real.”

Jezabel se reveló y la forma que habló al hombre llevó desprecio que su hermano tomó con una media sonrisa como si no le diera importancia.

La pequeña niña se giró para mirarla y Aurora se dio cuenta de inmediato que no era su cuñada… Al menos no era la ‘real’ con la cual ella había hablado antes.

“Oh, me reconociste. Bien, esto será más fácil.” Dijo la pequeña y sin que su expresión cambiara de aburrimiento, explicó. “Mi yo real me dejó aquí como parte de su voluntad. Mi objetivo era ayudarte a entrenar. Por supuesto, Alice nos pidió un favor para que retuviéramos, también cumplimos esa parte.”

“Así que sabían lo que planeaba Alice.” Murmuró Aurora con cierto enojo.

“Por supuesto.” Respondió la niña con indiferencia. “La pequeña Alice es tan importante como tú. Es normal que debamos aceptar ayudarlas a ambas. El plan era que tu aceptaras la ayuda de Cithrel y con el apoyo de los Dioses Infernales te fortalecieras rápidamente, pero bueno. Mi yo original se olvidó de lo testaruda que puedes ser los mortales como tú.”

Como ella… ¿Qué clase de mortales era ella a sus ojos? Aurora primero frunció el ceño, pero luego se calmó dándose cuenta de que la pequeña que estaba al frente de ella no era su cuñada.

No era la Diosa juguetona y amigable que se había acercado a ella antes. Quien estaba al frente de ella era una ‘Voluntad’, una parte del ser original y por la actitud, era ciertamente diferente, al menos no la personalidad que ella había conocido.

“El plan se fue rápidamente a la ruina. Tú te deberías haber involucrado con nobles, causar problemas y fortalecerte antes de volver a la tierra como una calamidad. Lamentablemente los actores fracasaron en seguir sus papeles. Esperaba más de la niña que desea ser una diosa.” Dijo ‘Jezabel’ refiriéndose a Cithrel en la última parte y sin quitarse su mirada de ella, declaró. “Como tal tuve que intervenir. Hubiera preferido seguir esperando pacientemente hasta que mi verdadero amado apareciera, pero ahora tengo que hacerme cargo de este desastre mientras que mi yo original esta con mi amado.”

Aurora vio al supuesto clon de su hermano frunciendo el ceño detrás de la niña como si él por primera vez estuviera entendiendo lo que sucedía.

¿Así que la verdadera Jezabel no estaba presente en este universo? La voz de la pequeña niña revelaba cierta molestia y enojo que no ocultaba, a la vez celos por la original.

Parecía… Peligrosa, como si no estuviera en sus cabales lo cual era extraño. ¿Hasta qué punto se dividía las voluntades? Aquí daba la impresión de que esta ‘Jezabel’ era totalmente independiente de la original.

“Lo soy. Así que imagínate mi estado de humor cuando me dejaron a cargo de ti mientras ella volvía con mi amado.” Dijo la niña leyendo su mente y mirando al hombre que supuestamente debía ser su amado, añadió. “Y me dejaron con esto.”

La voz final revelaba desprecio evidente y a diferencia de lo que Aurora esperaba, el hombre reveló una media sonrisa como si la entendiera.

“No me interesa ni tu situación ni la de él. Tampoco su escena de amor.” Dijo Aurora entendiendo la mirada del hombre por la niña y viendo que la pequeña niña revelaba cierto desagrado, reveló. “Yo solamente quiero volver a la Tierra. No me interesa que era lo que Jezabel tenía planeado ni tampoco tu misión.”

A ella no le importó si le estaba hablando a la original o a una voluntad de la original, tampoco le interesaba si ese hombre era su verdadero hermano o simplemente un clon. En este momento, Aurora quería volver a la tierra para encargarse de su hermana.

“Entiendo. Me encargare de enviarte a la tierra.”

“¡No te metas!”

Quien respondió fue el clon de su hermano, y la niña en respuesta gritó mientras sus mejillas se volvían rojas y la inflaba como si hiciera un puchero.

Lo hizo de manera natural a pesar de que parecía honestamente enfadada, pero el hombre simplemente paso delante de ella y apuntó a la puerta.

“Tengo las coordenadas de la tierra y un portal para conectarlo.” Dijo el hombre señalando la entrada y en calma al mirarla, añadió con una suave sonrisa. “Te enviare a la tierra rápidamente.”

La forma que sonreía suavemente en calma tratando de que ella se relajara hizo que Aurora suspira sutilmente, pero asintió y al girarse, la pequeña niña apareció en la entrada.

“No volverás. No lo permitiré.” Declaró la niña y…

“Solamente ignórala. Ella no puede detenerte.” Dijo el hombre y al instante siguiente estaban en el pasillo, antes de moverse el hombre observó el pasillo al palacio y murmuró. “¿Otra vez queriendo declarar Emperador a alguien?”

Junto a su murmullo él siguió caminando y Aurora lo siguió detrás, pero la niña volvió a aparecer al frente y la miró a ella.

“Así que volverás a la Tierra a pesar de que no tienes la fuerza que buscabas.”

Aurora la ignoró y ambos siguieron caminando, pero la niña volvió a aparecer a su lado flotando a su lado para mirarla, revelando una sonrisa malvada.

“¿Cuantas personas morirán esta vez por no aceptar mi ayuda? Quizás esta vez mueran más de tus amigos más cercanos. Quizás sea Nicole, esa niña se ha involucrado con entidades amigables, pero puede involucrarse con entidades más peligrosas.” Murmuró la pequeña y cuando ella se detuvo, la sonrisa creció aún más. “¿O tal vez sea Leslie? Ella es demasiado débil así que puede morir fácilmente. No, no, a lo mejor sea Andrés.”

La pequeña niña se rio al ver su ira en sus ojos, una risa divertida y llena de entusiasmo se extendió por el palacio.

“Es mejor no excederse.” Dijo su hermano tratando de intervenir, pero…

“¿Excederme? Yo solo estoy dando mis ideas. Supongo que Clémentine tiene altas posibilidades de morir. Ella es una Viajera y eventualmente se conectará con el Reino Astral, ni siquiera pedirle favores a un Transcendental podría ayudarla.” Dijo la pequeña y mirándola directamente a los ojos, murmuró. “Pero ambas sabemos que es Érica quien corre más peligro. Su confianza en su pequeño hechizo se le puede subir a la cabeza y con un error puede terminar muerta.”

Aurora apretó su puño tratando de controlar sus emociones, pero la niña simplemente sonrió al ver sus emociones.

Al ver su ira y su rencor, también al sentir su miedo a que sucediera lo que ella estaba diciendo.

“Corre. Vuelve a la Tierra y se independiente como siempre has querido. Vuelve a la tierra y cuando tus amigos mueran miéntete a ti misma diciendo que hiciste todo lo posible. Dale los pésames a los padres de tus amigos mientras ocultas el hecho de que pudiste salvarlos. Oculta el hecho de que tuviste miedo de aceptar mi ayuda.” Dijo la niña y esta vez no hubo risa, sus ojos fueron serios. “Vuelve a la tierra y cuando todos a tu alrededor mueran por tu miedo de aceptar la ayuda de nosotros, no vuelvas llorando buscándome.”

Aurora que estaba enojada y roja por la ira, se congeló al escuchar la forma tan directa con la cual le hablaba la pequeña delante de ella… La forma que tan abiertamente revelaba lo que ella temía.

Miedo… Ella tenía miedo de que aceptar la ayuda de Jezabel podía causar problemas que ella no podía controlar y ella le gustaba tener el control.

Era igual con Gruvreas o con cualquier otro Dios, no era posible aceptar la ayuda de seres de tal poder, porque esos seres eran superiores a ellos. Tan fuerte que, si a mitad de camino se le ocurrían hacer algo diferente, lo único que podía hacer ella era mirar.

Sin el poder de estar a la misma altura, Aurora no podía negociar y si bien ella había aceptado la ayuda de Gruvreas, mejor conocido como Avaricia, no fue excesivo y tampoco era suficiente.

Ella no podía garantizar la vida de sus amigos y sus seres queridos y tampoco se atrevía aceptar la ayuda que individuos como Jezabel le ofrecían… No, ni siquiera aceptaba la ayuda de Cithrel.

Su testarudez podía llevar a sus amigos a que murieran, como había sucedido antes. Una muerte, en la que ella ni siquiera pudo intervenir.

Fue por tal razón, que Aurora en vez de dejarse llevar por la ira, controló sus emociones.

“¿Qué es lo que quieres?” Preguntó con una expresión seria.

Ella no podía enojarse ahora porque entendía que no era lo suficiente fuerte como para proteger a todos aquellos que debía proteger... No por su cuenta ni con su poder actual.

No importaba cuanto ella mejorara, sus enemigos en la tierra eran desconocidos y probablemente eran muchos. Ella no podía enfrentarlo por su cuenta, al menos no ahora.

Sin embargo…

“Hagamos un trato.” Dijo Jezabel y sonriendo al ver su mirada, declaró. “Es una competencia. Si ganas a tu contrincante que tendrá el mismo rango que tú, entonces te serviré. Quizás mi poder sea una pequeña parte de la original, pero puedo ayudarte en todo lo que quieres y obedeceré cada una de tus ordenes al pie de la letra.”

Ella leyó su mente. Aurora entendía que era débil si volvía y no era lo suficiente fuerte como para sentirse segura, pero si ella lograba que la pequeña que estaba al frente de ella la siguiera, entonces la situación estaría ligeramente en su control.

La pequeña no era la original y como tal, Aurora sentía que al menos podía asegurarse de que no causara problemas… Tal era su pensamiento y fue leído por la pequeña, lo suficiente bien como para darle una nueva oferta.

Si ganaba esta ‘competencia’, la voluntad de una Primordial obedecería sus órdenes al pie de la letra sin causar problemas como podría haberlo causado la original. Incluso si la orden fuera aburrida.

Tal oferta era algo que Aurora no podía conseguir de la Jezabel original y una razón por la cual nunca pudo confiar abiertamente en la original. Las historias del ‘Diablo’ que se aburría y creaba espectáculos era bien conocidas y Aurora estaba segura, que esa entidad hizo lo que quiso incluso cuando su madre estaba en la Tierra.

“¿Y si tú ganas?” Preguntó Aurora de inmediato.

Si ella competía con alguien de su mismo rango y esa competencia era una batalla, entonces tenía confianza. Aurora estuvo entrenando muy duro contra enemigos de mayores a su rango, así que sentía confianza, pero tampoco podía dejarse engañar.

La pequeña niña, quizás no era la original, pero era una parte de Jezabel, la Emperatriz del Infierno y una Primordial.

“Si yo gano entonces seguirás mis órdenes. No es mucho, no te pongas tenga. Es básicamente participar en uno de mis espectáculos. Este espectáculo te ayudara a crecer y volverte más fuerte. Tan fuerte que cuando vuelvas a la tierra las cosas resultaran más fáciles para ti… Y más claras.” Dijo la pequeña con una sonrisa. “Por supuesto, te pido entrar al espectáculo. Lo que hagas allí es cosa tuya.”

Los ‘espectáculos’ de lo que hablaba, Aurora había escuchado de ellos. La Emperatriz del Infierno era conocida por crear tales espectáculos, pero el problema era que aquí era desconocido a lo que se enfrentaría o que sucedería.

Aurora dudó, ya que era difícil confiar en la pequeña, pero…

“Ambas estamos confiando en la otra, ¿no?” Replicó la pequeña niña encogiéndose de hombros.

Al igual que Aurora que no le pediría nada extremo o que fuera en contra de su voluntad, la pequeña mantuvo el mismo estándar. El espectáculo era desconocido, pero fue claro que ella no correría peligro.

Aun así, que no corriera peligro, no significaba que no fuera algo que ella disfrutara.

Mientras Aurora dudaba, ella escuchó un suspiro.

“No necesitas aceptar su trato. Ella está segura que ganara y ese espectáculo puede que no sea agradable.” La voz del supuesto clon de su hermano sonó y cuando ambas se giraron para mirarlo, él la observó a ella y señaló. “Desconozco la situación en la que te encuentras, pero si necesitas mi ayuda puedo ofrecerla. Esto es lo menos que puedo hacer por mi yo original.”

“Creo que la ayuda de la voluntad de una Primordial vale más que la de un supuesto clon.” Dijo Aurora observando al hombre.

A pesar de que el hombre no era quien la trajo aquí y parecía tan sorprendido como ella por su llegada, Aurora no pudo ocultar cierta animosidad... El supuesto hermano del cual ella había escuchado tanto estaba al frente de ella y Aurora realmente no sabía cómo actuar.

“Tienes razón.” Respondió el hombre suavemente y mirándola con cierta calma, agregó. “Si mi yo original estuviera aquí, él podría encargarse incluso de ella. Lamentablemente él no está aquí, pero eso no significa que te deje sola. Si necesitas mi ayuda puedo ofrecerla y no pediré nada a cambio.”

La expresión del hombre era suave y sus ojos llevaban cierta calma, pero en el fondo revelaba cierta… Cercanía.

Él decía que no era el original, pero la mirada revelaba que él la estaba viendo como su hermana. Por tal razón Aurora no sabía cómo actuar.

“Si quieres puedo llevarte de vuelta a la tierra. También puedo enviar personas allí o encargarme de que aquellos que conozco te ayuden.” El hombre fue suave en sus palabras y también llevaba cierta calma. 

Él no exigiría nada por su ayuda y estaba dispuesta a ayudarla por el simple hecho de que ella era su hermana… Tal era lo que él mostraba, sin darse cuenta de ese hecho.

Para ser un clon, él parecía real, especialmente en la forma que mostraba sus sentimientos.

Una risa la sacó de su aturdimiento y la pequeña niña sonrió divertida como si leyera sus pensamientos llevando a que el hombre suspirara como si entendiera a la pequeña.

“Él trata de engañarte. Después de todo, quien competirá contigo es él. ¡Una batalla de hermanos!” Reveló la pequeña y con una sonrisa malvada, añadió. “Por supuesto que él cree que perderás, después de todo tiene confianza y no quiere destruir la tuya.”

Aurora al pensar que era una provocación primero la observó y luego se giró al hombre que agitó la cabeza como si le dijera que eran ideas de la pequeña niña.

Aun así, Aurora pudo percibir confianza… ¿Ella ganaría en contra de su hermano? No, incluso si la persona era real, la pregunta no era si ella ganaría en contra de su hermano.

Era mejor preguntarse… ¿Ella ganaría en contra del Enemigo de la Humanidad? ¿El hombre que causó estragos en Terra nova y el asesino de dioses? ¿Ganaría en contra del hombre que logró conquistar a una Primordial?

“No es el original y apenas es un clon con un núcleo de rango SS. Si ni siquiera puedes ganar a un clon como este, no podrás hacer mucho en la Tierra.” Dijo la pequeña niña con cierto desprecio.

La estaba provocando, pero en cierta forma, Aurora no podía contradecirla.

La reputación del Enemigo de la Humanidad era altísima y no había duda de que podía ser un enemigo formidable. Como tal, si ella podía ganar, significaría que todo su tiempo entrenando no sería en vano.

“Bien acepto.” Respondió Aurora determinada.

Ante su respuesta, el clon de su hermano suspiro mientras que la pequeña niña sonreía.


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