Dusk: On time

Autor: Daddypurpura

SkyNovels


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Capitulo 1
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Fantasia cotidiana

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En una pequeña casa del distrito central de un pintoresco pueblo en las afueras de la ciudad, un joven reposaba plácidamente. La suave luz de las estrellas apenas acariciaba su rostro juvenil, sumergiéndolo en una quietud casi mágica. Mientras se encontraba en el dulce abrazo de los sueños, el incisivo canto de un despertador rompió el silencio con su estridente voz.

 

“Brrrr... Brrr... Turú... Turuúnn!... Oh, you touch my tralalá!”

 

Eran las 8:00 de la mañana en aquel pequeño pueblo B, donde la cotidianidad parecía envolverse en una atmósfera paradisíaca cercana al mar meridional. Sus playas cristalinas invitaban a la calma y la serenidad, como si el tiempo mismo se ralentizara bajo la influencia del océano.

 

“Uh!... My ding ding dong” , murmuró el joven entre sueños, dejando escapar un suspiro adormilado con su voz ronca.

 

Aritz despertó entre quejas y lamentos, extendiendo su mano en un intento de detener la insistente melodía del despertador.

 

“Sí, sí, ya desperté, ¡cállate, maldito despertador!” exclamó con exasperación, mientras el sonido persistente continuaba.

 

Sin embargo, lejos de rendirse, aquel artefacto continuó su canto:

 

"Disfruta de un pase de temporada en las profundidades del mar, acompañado por sirenas. Deja que las fascinantes criaturas te guíen mientras te sumerges en el abrazo de las aguas cristalinas".

 

Y siguió.

 

Aquello solo irritó aún más al pobre Aritz, quien descargó su frustración con un fuerte golpe sobre la mesa cercana. No obstante, tal acción no pareció surtir efecto alguno.

 

“¡Su puta madre como duele! “ Se quejó Aritz, frotándose la mano adolorida y acurrucándose entre las cálidas mantas, en un intento desesperado de escapar del estruendo inclemente.

 

"Maldición, ¿por qué lo moví?" murmuró, mientras el dolor palpitante en su mano y el ruido persistente llenaban el ambiente.

 

A pesar de las incomodidades, no pasó mucho tiempo antes de que el sueño volviera a reclamarlo, y así se sumió nuevamente en los brazos de Morfeo.

 

Un rato después... y tras una sucesión interminable de... más y muchos más... despertadores, el joven Aritz finalmente emergió de su letargo.

 

“Uaaaah... bostezó Aritz, aún somnoliento. Por fin logré despertar... pero creo que necesito estirarme un poco antes de ir a lavarme.”

 

Con gesto adormilado, Aritz abrió lentamente los ojos y deslizó sus pies hacia las pantuflas. No obstante, antes de siquiera ponerse de pie, un sonido insistente resonó a través de la puerta.

 

-Toc, toc.

 

“Aritz, cariño, despierta, es hora de ir a la escuela.” Una voz maternal se filtró en su estancia.

 

 

"Maldición, mi vieja y esa maldita asistente virtual no me dejan descansar por las mañanas. ¡Qué fastidio! ¿Por qué nadie me deja dormir en paz?", pensó Aritz con frustración, pero por razones obvias, decidió no responder.

 

“Hijo, sé que la escuela empieza a las 8:30, pero debes levantarte un poco antes para desayunar“ , insistió la madre, sin obtener alguna respuesta.

 

Sin embargo, el joven Aritz no le contestó, se encontraba inmerso en sus propios pensamientos.

 

“Demonios, lo olvidé... ¡Esa maldita alarma responde por voz! Estoy completamente obsoleto, aún vivo en el maldito año 2006.”

 

Mientras Aritz continuaba absorto en sus cavilaciones, tras unos breves segundos, aquella pequeña mujer se retiró finalmente.

 

“En fin, vamo a bañarnos” se dijo a si mismo Aritz.

 

Un tiempo después...

 

“¡Demonios! Jamás imaginé que me tomaría tanto tiempo despertar... Bueno, toda persona necesita al menos 12 horas completas de sueño. Una buena noche de descanso revitaliza la mente y repara el cuerpo.”

 

Dentro del baño, el joven Aritz contempló su reflejo en el espejo frente a él mientras se aliviaba... En aquella imagen se podía apreciar su piel nívea, su cabello largo de un rojo cereza como el pecado y unos ojos azules rasgados, tan oscuros como el abismo de un lago profundo. Sin poder evitarlo, una frase escapó de sus labios:

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"Viejo sabroso".

“En fin, creo que ya es hora de marcharme“ decidió Aritz.

Se deslizó con sigilo por las escaleras, consciente de que aún compartía techo con sus padres y deseando no perturbar la apacible tranquilidad matutina. Se esforzaba por evitar despertar a su madre, pero esta demostraba ser auun mas obstinada y persistía en su empeño de preparar el desayuno.

"Sería maravilloso si mi madre ni siquiera notara mi presencia", susurró Aritz para sí mismo, apresurándose en su escape cuando...

“¡Aritz, la comida! ¡Llévate la comida!”exclamó una mujer menuda, de cabello rojo y figura rellena, corriendo hacia él con un pequeño bolso marrón y un termo azul en las manos.

“¡Ah, mamá! Sí, sí, lo olvidé... “ respondió Aritz, dejando escapar un suspiro de exasperación. 

“Bueno, gracias. Creo que ya es hora de irme...”

La mujer lo miró fijamente a los ojos, llena de dulzura, y lo abrazó.

‘Por favor, no sigas... No empieces con lo mismo’, pensó Aritz con desesperación.

Mientras lo abrazaba, le susurró al oído:

”Ay hijo, usted es tan lindo. Porque no se deja de mariconadas y se me corta ese pelo?” Aritz se quedó en silencio, sin encontrar palabras para responder.

"Bueno, gracias madre cuídate mucho. Ya casi es la hora, son las 8:30. Tengo prisa, así que debo irme", dijo Aritz mientras se liberabo rápidamente del abrazo y se dirigía hacia la parada de autobús.

El avance hacia la parada del autobús era rápido y constate. Sin embargo, su mente se quedo atrapada en un torbellino de pensamientos, revoloteando alrededor de aquel comentario venenoso como moscas alrededor de un plato de frutas podridas.

"¡Oh, infortunio despiadado! ¿Por qué esa bruja encantadora siempre despierta el tema prohibido? ¡Porque es su maldita obsesión matutina! Pero no permitiré que mi espíritu se quiebre, ¡ni por un segundo! He invertido una fortuna y sacrificios de sangre, sudor y lágrimas en esta apariencia impecable, y no dejaré que se evapore como humo en el viento.”

Con la chispa de desafío en sus ojos, Aritz se aferró a su gloriosa melena y avanzó, decidido a enfrentar cualquier obstáculo en su camino hacia la victoria.

"Mi cabello, esa cascada de ébano que enmarca mi rostro, es mi tesoro más preciado. Capaz de robar suspiros y desatar susurros de admiración a su paso. Es un símbolo de distinción y elegancia, una extensión de mi propia alma”. 

Aritz acaricio su melena con devoción mientras caminaba, dejando que los suaves y seductores mechones rojos se deslizaran con elegancia por su rostro. 

"Mi precioso", susurró con una mezcla de vanidad y admiración, como si su cabello fuera la envidia de todos los dioses del Olimpo.

No muy lejos de allí, cerca de la parada de autobús, dos jóvenes de espíritu juguetón caminaban en la misma dirección. Sus miradas se encontraron en un instante, cargado de complicidad y travesura. Uno de ellos no pudo contener la chispa traviesa que brillaba en sus ojos y, con una sonrisa traviesa en los labios, le dijo al otro:

-“Eeee wacho mira esa piba de ahí!. Tremenda pelirroja pibe!.

Sin embargo mientras que el chico de piel avellanada y uniforme deportivo hablaba, el otro chico de repente empezó a reírse.

-“Jajajajajajaja” 

-”Ademas, lleva el mismo uniforme de nuestro departamento wacho. Por que no la había visto?”

-“Jajajajajajaja”


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