capitulo-2
capitulo 2
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Es una minita?

Sin embargo, el otro joven continuó riendo imperturbable, como si hubiera escuchado el chiste más divertido del mundo. Su risa resonaba en el aire, desafiando la seriedad del chico de ropa deportiva. 

 

Al percatarse de la falta de reacción por parte de su amigo, el ceño fruncido se intensificó en el rostro del chico de ropa deportiva. La confusión se mezclaba con la molestia, y una sensación de incomodidad se apoderaba de él. ¿Por qué su amigo se reía tanto? ¿Qué había encontrado tan gracioso en ese simple comentario?

 

Movido por una mezcla de curiosidad y frustración, el chico de ropa deportiva no pudo contenerse más y dejó escapar su irritación. Sus palabras salieron cargadas de enfado, con un tono desafiante y molesto:

 

- "Che, ¿vos no te cansas de reírte? ¿Acaso me veo con cara de payaso o qué?"

 

El otro joven, aún envuelto en carcajadas, parecía ajeno a la molestia que sus risas habían desencadenado en su compañero. Sin detener su caminar, continuó riendo mientras intentaba contener la risa con una mano en la boca. 

 

- "Para, boludo. ¿De qué te ríes? Dime el chiste, salamín, que yo también quiero reírme", insistió el chico de ropa deportiva, exasperado y buscando una respuesta que justificara tanto alboroto.

 

La molestia del chico de ropa deportiva iba en aumento. La risa incontrolable de su amigo lo desconcertaba aún más. ¿Qué había sucedido para que su compañero estuviera tan hilarante? No entendía por qué era motivo de risa o cómo había pasado de una conversación normal a esta situación absurda.

 

A pesar de los intentos del otro chico por contenerse, las constantes preguntas lo hicieron incapaz de mantener su seriedad. La risa estalló otra vez su interior, burbujeando desde el fondo de su ser hasta que finalmente se liberó en una explosión de carcajadas. Lágrimas de risa comenzaron a brotar de sus ojos, mientras trataba de controlar su respiración agitada.

 

- "JAJAJAJA", reía sin cesar, incapaz de contenerse. La escena se volvía cada vez más cómica, y sus risas se entremezclaban con el enfado del chico de ropa deportiva, creando un ambiente absurdo y surrealista.

 

- "Jajajaj, wey, ¡para! Si sigo riendo, la gente pensará que me comí la verga de un payaso", logró decir entre risas el otro chico, intentando contener la hilaridad que los embargaba.

 

"Pero contá, boludo, ¿vos y yo no somos amigos?", expresó el chico molesto, incapaz de comprender la negativa de su compañero.

 

El otro chico, con el ceño fruncido, permanecía en silencio, sin encontrar las palabras adecuadas para responder. 

 

"¿Wey, te acordás de ese vato medio... puñetas? ¿Cómo era?", preguntó el chico , intentando recordar el nombre que tanto olvidaba.

 

"¿Qué pibe, pa?", respondió el chico de ropa deportiva, visiblemente confundido por la dirección que estaba tomando la conversación.

 

-”Aparte que tiene que ver conmigo el pelotudo ese” El chico con uniforme deportivo despotricaba molesto .

 

El chico continuó riendo mientras intentaba pronunciar el nombre del chico pelirrojo, luchando por recordarlo. Su mente parecía jugarle una mala pasada, entrelazando las risas con la dificultad para recordar su nombre.

 

- "A... Anu... Aritz... ¡El Aritz! ¡Ese mero!", logró decir finalmente, señalando al chico de ropa deportiva y respondió con una mirada triunfante.

El chico de ropa deportiva le respondió confundido.

- "¿Aritz? ¿Un vato? Rodrigo, ¿me estás tomando el pelo?"

-”Pero como me vas a cuestionar si te estoy jodiendo!?” Rodrigo respondió molesto.

-“Wey, es vato, el pinche Aritz!. El pelirrojo puñal !” 

“¿Que pelirrojo boludo? Si solo había una pibita pelirroja que estudiaba en la otra sección. Luego del kinder no la volvi a ver mas”

- "¡JAJAJAJA! No mames, pinche wey. Así que también eres medio joto. No te me acerques, wey, no vaya a ser que tanto tiempo de compás, me hayas querido enamorar y yo ni cuenta me di", bromeó el otro chico , riendo a carcajadas.

- "Che, vos sos el medio puto, ¡a mí me gustan las minitas, pa!", respondió el chico de ropa deportiva , tratando de defenderse.

- "No, puñetas, a mí no me vas a hacer cambiar de parecer tan fácil. ¡Ya hasta estás confundiendo al pelirrojo con una morra, wey!", continuó bromeando el otro chico mientras las risas disminuían lentamente.

El chico de ropa deportiva frunció el ceño, desconcertado por las palabras de su amigo. No podía creer lo que estaba escuchando.

"¿Pelirrojo? ¿Vos me estás intentando romper las pelotas? ¡Esa minita no puede ser hombre, boludo!", exclamó con incredulidad, tratando de encontrar alguna lógica en lo que le estaban diciendo.

Rodrigo soltó una carcajada, como si estuviera disfrutando de la confusión de su amigo. Mirándolo con una sonrisa traviesa, respondió:

"No me hagas perder el tiempo dando explicaciones, ya estamos cerca. Cuando lleguemos, simplemente acércate y pregúntale algo".

El chico de ropa deportiva, aunque aún confundido, decidió seguir el juego y asentir con la cabeza.

"Va", respondió brevemente, decidido a encontrar respuesta que se avecinaba.

La extraña conversación atrajo la atención de algunos transeúntes curiosos. 

Desde no muy lejos, Aritz se percató de la presencia de los dos chicos que caminaban en su dirección. Observó cómo uno de ellos se reía desesperadamente, lo cual lo hizo fruncir el ceño con desconcierto.

"¿Qué par de raros son esos? ¿Por qué el narizón me está mirando fijamente?", se preguntó Aritz, sintiendo una ligera incomodidad. 

Inmediatamente, su mente comenzó a divagar, imaginando las posibles intenciones ocultas de aquel chico. "¿Será otro de esos pervertidos que quieren que una chica con pipí se los clave? En fin, en el peor de los casos, será mejor ignorarlos", pensó, decidido a no darles demasiada atención.


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capitulo-3
capitulo 3
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Realidad

Pasó un tiempo y el chico de ropa deportiva lo señaló con su mano a lo lejos mientras caminaba hacia al pelirrojo, su mirada irradiaba desprecio y desdén casi como si viera a un insecto. Pero algo inesperado sucedió.

 

"¡Espera un momento, ¿ qué verga está pasando aquí? ¿Qué o qué? ¿Y ese pinche puto qué tiene que ver conmigo? ¿En qué verga me metiste a mí también? Pinche vato, resuelve tus problemas amorosos con ese vato, pero ¿y yo, qué verga o qué?", exclamó el chico confundido y enojado, dejando escapar toda su frustración acumulada.

 

Al otro lado de la calle, en la parada de autobús, un chico de ropa deportiva con piel avellanada, una nariz afilada y cejas tupidas intentaba conquistar a “una” joven de cabello rojo.

 

"Fiuuu, che, vos flaca, sos tremenda morocha. ¿No querés salir conmigo? Dale boluda, unos matecitos ahí nomás, yo te invito, boluda", le propuso, tratando de ser galante y juguetón al mismo tiempo.

 

“……….”

 

Sin embargo, Aritz decidió no responder. Titubeó durante unos segundos, sopesando sus opciones, pero finalmente optó por ignorar al chico y subió al autobús, escapando de la incómoda situación. Aunque no pudo evitar seguir enterandose de parte de la conversación entre los chicos una vez estuvieron todos dentro del vehículo.

 

"¿Y qué pasó? ¿Y qué verga? ¿Para qué me apuntabas con la mano wey?

¿Piensas que soy tu perrito?", preguntó el chico molesto y confundido al otro, intentando comprender la situación que acababa de presenciar.

 

"No, más bien me estabas trolleando, pibe. Casi caigo. Me dijiste 'anda a preguntarle', y yo pensé que capaz, viste y me comía tremendo trabuco, pa. Pero no, boludo, me trolleaste jajaja", respondió el chico de piel avellanada, con una sonrisa pícara en su rostro.

 

"¿Te trolleé? ¿De qué hablás wey?", cuestionó el chico a su lado en el autobús, aún confundido por la situación.

 

"Ah, se me olvido decirte que es muda, boludo. No me dijo nada, supongo que capaz y le dio pena viste", explicó el chico de piel avellanada con un dejo de diversión en su voz.

 

"Ah, no mames, cabrón. ¿Entonces yo te trollee con eso? ¿Nada más me dices que te trollee porque ese pinche vato maleducado no te quiso responder ni madres?", exclamó el chico, sintiéndose agraviado y un tanto ridiculizado.

 

"Que no es 'pibe', che. Dejá a mi minita tranquila. Vos vas a ver que en cualquier rato cae boludo", afirmó el otro chico, reafirmando su confianza en sus habilidades de seducción.

 

"No mames cabrón. Ojalá tuvieras la misma confianza en los exámenes. Vas peor que Allande, y no más porque ese vato ni viene a clases", respondió el chico molesto, resaltando lo mal que iba su amigo en sus asignaciones escolares.

 

Aritz, quien aún se encontraba dentro del autobús, seguía escuchando a veces fragmentos de la conversación.

 

"¡Caray! Casi se me olvida el examen de hoy... Mmmm... ¿cómo demonios era? Ah, ya lo recordé".

“¿No era algo así como que el mundo está solapado en diferentes dimensiones esenciales?... ¿Qué demonios seguía? Creo que en cada uno de los planos hay especies únicas, tan complejas y con formas muy diferentes entre ellos.

Recuerdo que también decía que hay muchos planos coexistiendo, aunque que estos no interfieren entre sí, pero es posible pasar de uno a otro. De lo contrario, no serían tan frecuentes esos tipos de incidentes...

Normalmente, en esta temporada, se pueden escuchar los gritos de apareamiento de los grifos en el techo de los apartamentos. También el olor a mierda de grifo es aún más frecuente en esta época del año. 

A veces desearía tener la suerte de experimentar algo grandioso en mi vida, como aquella legendaria lluvia de oro, miles de millones de monedas cayendo del cielo y luego siendo arrastradas por el viento.

Toneladas de metal duro estrellándose a toda velocidad contra los ventanales de los edificios mas importantes de la calle principal del distrito de finanzas... Ricos siendo sepultados bajo montañas de vidrio y oro. 

Pensé que sería algo poético, pero no fue así... Muchas personas murieron en ese incidente…

Volviendo al tema.

Hasta ahora, se conocen la existencia de siete planos, pero solo se tienen registros de cuatro de ellos: La fantasía de Irella, las maravillas de los sueños, el plano fantasmal y el mundo medieval.

Si por alguna razón una persona pudiera viajar desde otro universo y pasar al menos un mes aquí, probablemente pensaría que está loco... Enanos influencers, elfos marihuaneros y los putos híbridos... esos malditos híbridos. 

…. Quien pensaría que en algún momento la biología rompería sus propias reglas y surgirían de nuevo nuevas especies…..’

Shhhhhwu Shhhhhwu 

El ruido del freno de aire en el mecanismo de las puertas del autobús sonó.

‘Supongo que al fin he llegado’


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