Un mundo abandonado por sus dioses no es más que una presa deliciosa.

Desde la antigüedad, las entidades supremas conocidas como los Dioses Exteriores, o Itarim, han creado numerosos universos.

¡Itarim!

Muchos Itarim, dispersos en diferentes dimensiones, notaron que un dueño de una dimensión distante había desaparecido, y sus ojos brillaron desde lejos. Eran indiferentes a la muerte de sus parientes, y lo único que les importaba era la enorme cantidad de maná que quedaba en ese mundo.

¡El primero en reclamar un poder sin dueño se convierte en su amo!

Y así comenzó la "Guerra de los Dioses Exteriores".

***

Un poderoso chillido atravesó la grieta dimensional que entretejía múltiples universos.

Usando pura fuerza, los seguidores de Itarim rasgaron con fuerza la sólida pared dimensional y salieron a raudales de una sola vez.

Pero un hombre se paró ante el derrame. Con todo su cuerpo cubierto de un aura negra, el Fragmento Más Grande de Luz Brillante, el Monarca de las Sombras Sung Jinwoo, abrió la boca.

"Surge".

A sus órdenes, un ejército de millones, compuesto por ángeles de luz y el ejército de las sombras, levantó simultáneamente sus armas y, en poco tiempo, comenzó la guerra.

No importaba cuántos invasores del universo exterior fueran asesinados, un número aparentemente interminable continuaba surgiendo. Una batalla tensa e implacable se libró durante mucho tiempo, sin ofrecer ni un solo momento para bajar la guardia.

"Parece que no hay un final a la vista..."

"De hecho, soportar tanto es un milagro en sí mismo. Esta guerra ha sido una batalla cuesta arriba para nosotros, desde el principio".

"Estoy de acuerdo. Nuestras defensas habrían sido violadas hace mucho tiempo sin la ayuda del Monarca de la Sombra."

Los gobernantes, los ángeles de seis alas, rindieron homenaje a Sung Jinwoo. Eran Fragmentos de Luz Brillante, nacidos originalmente como los Mensajeros de Dios. Un día, se dieron cuenta de la crueldad de su creador y se convirtieron en asesinos de dioses por su propia voluntad.

Hace eones, el "dios" que creó este mundo había dividido la luz y la oscuridad primordiales en ocho partes cada una, creando así "Fragmentos de Luz Brillante" y "Monarcas". Desde sus inicios, habían perseguido implacablemente una guerra interminable de matar y ser asesinados, atados por destinos predeterminados.

En medio de los interminables ciclos de guerra, se perdieron innumerables vidas. Ni siquiera se salvaron las vidas de los comandantes de guerra, Fragmentos de Luz Brillante o Monarcas. Sin embargo, cualquier puesto de liderazgo vacío eventualmente sería ocupado por otro.

Cada vez que el cuerpo astral de un Monarca pereciaba o un Fragmento de Luz Brillante moría, la "oscuridad primordial" o la "luz primordial" que moraban respectivamente dentro de ellos buscaban nuevos candidatos, creando más Monarcas y Fragmentos de Luz Brillante, todo para mantener el equilibrio de la guerra.

Sin embargo, el propósito de la guerra era únicamente la diversión del brutal Ser Absoluto que deseaba un conflicto sin fin. Desafortunadamente, la verdad fue descubierta después de que ya habían pasado muchos eones.

Pero finalmente, el Ser Absoluto murió junto con todos los Monarcas, y la paz parecía haber llegado finalmente después de una guerra extremadamente larga. Sin embargo, el mundo fue sorprendido por una invasión de los oportunistas Dioses Exteriores que sintieron la ausencia del Ser Absoluto.

"Incluso ahora, los seguidores de Itarim siguen naciendo".

"Mientras tanto, nuestras fuerzas permanecen estancadas".

Desde hace mucho tiempo, los soldados de plata liderados por los Gobernantes nacieron del fruto del Árbol del Mundo. Sin embargo, el Árbol del Mundo finalmente dejó de dar fruto después de la muerte del Ser Absoluto. Por lo tanto, la reposición de las tropas resultó imposible.

Sin embargo, había una excepción: el rey que manipula a la muerte, el Monarca de las Sombras. Sólo él y su legión eran inmortales.

Puede que el poder de la creación haya desaparecido, pero la muerte sigue siendo eterna. Si no hubiera sido por el ejército en la sombra de Sung Jinwoo que resucitaba continuamente después de la muerte, la guerra habría terminado instantáneamente, un sentimiento del que se hicieron eco los Gobernantes. El resultado habría sido la aniquilación total del mundo, una extinción completa.

"Mi señor, traigo malas noticias."

El comandante de Sung Jinwoo, Igris, apareció urgentemente ante él.

"¡Nuestra línea de defensa trasera ha sido violada!"

"¿Dónde?"

"Bueno... Parece que han apuntado al área con el poder mágico más débil..."

"¿Es la Tierra?"

"Mis disculpas. Debido a que nuestras fuerzas se centraron en el frente, nuestras defensas traseras fueron pasadas por alto".

Sung Jinwoo suspiró en silencio. La Tierra apenas había recuperado la paz, pero se encontró expuesta a otra amenaza.

"Parece que se abrirá otra puerta en la Tierra". Murmuraron los Gobernantes, cautelosos con Jinwoo. Hubo un tiempo en que la Tierra se enfrentó a una invasión de seres de otra dimensión. Los gobernantes, los principales culpables del incidente, se apresuraron a ofrecer excusas.

"Pero la situación ahora es diferente a la nuestra".

"Así es. Nuestro objetivo era nutrir la Tierra para protegerla de las Monarcas".

"¡Pero ahora, el único objetivo de los Itarim es pura agresión!"

"¡Están tratando de perturbarnos rompiendo el punto más débil de la retaguardia!"

"¡Mi señor! ¡Debemos enviar refuerzos rápidamente a la Tierra!" exclamó Igris. Los gobernantes se opusieron firmemente a la sugerencia del comandante.

"¡Absolutamente no! ¡Dividir las fuerzas rompería el delicado equilibrio de poder que apenas se mantiene unido!"

"¡Eso es exactamente lo que los Itarim quieren que hagamos!"

"Si se rompe el frente porque intentamos recuperar la retaguardia, seguramente nos enfrentaremos a la derrota".

Después de escuchar ambos lados de la acalorada discusión, el Monarca de las Sombras finalmente tomó su decisión.

"Beru."

"¡Grraaah! ¡Su Majestad!"

El Rey Hormiga, que felizmente estaba destrozando las extremidades de los enemigos, respondió a la llamada.

"¡Comandante Beru! ¡Esperando tus órdenes!"

"Necesito que hagas un viaje a la Tierra".

"¡Woah! ¿Significa eso que...?"

Sung Jinwoo asintió con firmeza. "Correcto. Parece que es hora de romper el sello de Suho."

Los ojos de Beru se abrieron ansiosamente con anticipación.

"Sé rápido y regresa pronto".

"¡Su deseo es mi orden!"

Al recibir sus órdenes, Beru se transformó en un rayo de luz y voló directamente a la Tierra.

La mirada silenciosa de Sung Jinwoo estaba fija en Beru mientras se alejaba volando, pero sus ojos pronto volvieron a sus enemigos que se acercaban. Su mirada ardía ferozmente mientras apretaba la mandíbula.

"¡Venid a buscarme, seguidores de los Dioses Exteriores!"

La guerra continuó.