Golpes Mortales
⚠️ Traducción hecha por fans. Sin derechos sobre el contenido original.
Luego de haber movido el cadáver de la chica hacia un lugar alejado, Jun Xie esperó pacientemente junto a la fogata, sin ocultar su figura. A estas alturas, no hacía falta actuar con cautela.
Revisó las pertenencias de la chica, y solo encontró algunas monedas, nada más interesante. Sabía que la persona que probablemente tendría más cosas era el otro chico, quien había saqueado su tesoro.
En este momento, se encontraba esperando con una expresión tranquila junto al fuego. Después de algunos minutos, escuchó unos pasos.
Era el chico Wang, quien venía con un conejo blanco que acababa de ser asesinado.
—¿Quién eres? —preguntó Wang al notar la presencia tranquila de Jun Xie, aunque solo podía ver su espalda. No era su hermana pequeña, eso lo tenía claro.
Dejando el conejo en el suelo, rápidamente sacó una daga de su túnica y adoptó una postura defensiva.
Jun Xie observó las acciones del chico, y aunque notaba que tenía más experiencia que su anterior víctima, no se mostró perturbado.
En ese momento, Jun Xie se giró lentamente para ver al chico. Ambos se miraron fijamente; los ojos del niño Wang reflejaban alerta y precaución, mientras que los de Jun Xie permanecían tranquilos, como si nada pudiera alterarlo.
—¿Jun Xie? —dijo Wang, reconociendo el rostro de su oponente. La expresión de precaución de inmediato se transformó en burla.
Jun Xie, aunque sorprendido por el reconocimiento, no mostró ninguna emoción en su rostro.
—No pensé ver a este desperdicio... —comentó Wang sin interés, guardando su arma mientras comenzaba a acercarse, observando con desdén.
A sus ojos, Jun Xie no representaba una amenaza. Él se encontraba en el séptimo nivel del Físico Templado, mientras que Jun Xie apenas alcanzaba el tercer nivel. No había comparación.
—¿Hey, has visto a una chica por aquí? —preguntó Wang con tono arrogante, sin dejar de buscar señales de su hermana.
Jun Xie no se inmutó ante la actitud del chico. En su mente, tenía otras intenciones.
—Ah, sí, se fue por acá. Guiaré el camino —respondió mientras comenzaba a caminar hacia el lugar donde había dejado el cuerpo.
Wang resopló con desdén y comenzó a seguirlo de cerca. Mientras caminaban y atravesaban varios árboles, una sensación inexplicable se apoderó de su corazón, pero desapareció tan rápido como llegó.
—Compañero de cultivo, ahí está su hermana —dijo Jun Xie, señalando el cadáver con una sonrisa que transmitía un escalofrío aterrador.
Wang, aún sin entender del todo la extraña sensación, se acercó rápidamente y miró hacia donde Jun Xie señalaba. Al instante, sus ojos se llenaron de horror. El cuerpo mutilado y ensangrentado de la chica estaba allí, con una expresión de terror congelada en su rostro. En su vientre, un agujero del tamaño de un puño se hacía visible, y sus ojos estaban abiertos, mirando al vacío.
De repente, un escalofrío recorrió su cuerpo, como si el peligro lo acechara. Inmediatamente se giró y vio a Jun Xie en movimiento, atacando.
El fuerte golpe de Jun Xie impactó contra los antebrazos de Wang, quien intentó bloquear el inesperado ataque. El golpe fue absorbido por su defensa, pero antes de que pudiera recuperar el aliento, Jun Xie lanzó otro ataque.
Wang no tuvo tiempo de reaccionar. Cada golpe se sentía más fuerte, hasta que el cuarto impacto lo lanzó a volar, estrellándose contra el tronco de un árbol.
Jun Xie dejó de atacar. Wang, aterrorizado por la fuerza explosiva de su oponente, intentó levantarse, aunque su cuerpo estaba cubierto de heridas y fracturas.
Recordaba haber visto a Jun Xie ser apalizado por otros niños no hacía mucho tiempo, pero ahora, su cultivo había avanzado a una velocidad impresionante, superándolo con creces.
—Realmente no pienses en tratar de hacer un movimiento. Aceptar tu destino es parte de ser hombre —dijo Jun Xie, acercándose con paso firme, como si fuera el dueño de este lugar.
—¡No me estés jodiendo! —gritó Wang, furioso, con los dientes apretados. Sabía que no tenía ninguna oportunidad de salir con vida, pero aún intentaba hacer el mayor daño posible. Desesperado, tomó su arma y corrió hacia Jun Xie con la intención de cortarlo.
Jun Xie bufó con desdén, como si estuviera viendo a un ratón intentar enfrentarse a un gato. No se quedó de brazos cruzados. Comenzó a usar los Golpes Mortales.
Su primer puño fue directo al brazo donde Wang sostenía el arma. El impacto fue tan fuerte que Wang no pudo evitar soltar la daga.
El segundo golpe fue a su cara, y el chico cayó al suelo, aturdido.
El siguiente movimiento fue una patada cruzada que impactó en el estómago de Wang, mandándolo a rodar varios metros.
Wang vomitó sangre, su estómago se desgarró y sus dientes se rompieron. Sus ojos ya no podían abrirse tras el segundo golpe.
Ya no quedaba nada del chico arrogante que había sido al principio.
Jun Xie tomó la cuchilla caída y caminó lentamente hacia Wang, quien ya no tenía fuerzas para pedir misericordia. Sin vacilar, Jun Xie cortó.
Tras unos últimos intentos de resistir, Wang murió desangrado.
Ding!
¡Felicidades! Has recibido 10 monedas sistemáticas.
Segunda etapa del tutorial:
- Eliminar 10 cultivadores (2/10).
El sistema sonó, notificando su recompensa. A diferencia de antes, esta vez había recibido una cantidad mucho mayor.
—¿Sistema, en qué se basa la cantidad de monedas que recibo por eliminar a alguien? —preguntó Jun Xie, interesado.
Ding!
¡Mientras más talento y trasfondo tenga la víctima, mayor es la cantidad de monedas y recompensas!
—Interesante... —pensó Jun Xie, reflexionando sobre sus planes a futuro. Aunque aún no podía usar las monedas sistemáticas, sabía que la tienda del sistema sería clave para aumentar su fuerza. Necesitaba hacer una fortuna.
Sin pensarlo dos veces, arrancó las raíces espirituales y comenzó a devorarlas.
Como antes, su cuerpo se llenó de Qi espiritual y una nueva explosión resonó en el aire.
Bang!
¡Octavo nivel del Físico Templado!
Una vez que alcanzó el avance, abrió los ojos, ahora brillando con una sonrisa satisfecha en su rostro.
—Es mejor completar la segunda etapa del tutorial, aunque no sé cuánto tiempo me tomará... —pensó Jun Xie, mientras comenzaba a planificar su próximo movimiento.
El tiempo pasó rápidamente, y un mes después de que Jun Xie dejara la Secta Gorrión, en un lugar lleno de flores brillantes y aves cantoras, Yu Yue caminaba acompañada de Jun Xia.
Había decidido notificarle la desaparición repentina de su primo Jun Xie. Sabía que no podía ocultarlo por más tiempo.
Al principio, Jun Xia buscó por todos lados una forma de encontrarlo, pero al final, todo fue en vano. No hubo pistas, y la habitación de Jun Xie estaba vacía, con solo los muebles intactos.
—Xiaer, debes dejar ir esa pesadez que te retiene. Deja ir a Jun Xie. No debes desanimarte… —dijo Yu Yue tratando de consolarla.
Jun Xia, sin embargo, no pudo evitar las lágrimas. Recordaba la última vez que había visto a Jun Xie, y sentía un vacío indescriptible en su corazón.
—Maestra, perdón por decepcionarla... —dijo entre sollozos, mientras las lágrimas caían por su rostro.
Yu Yue permaneció en silencio, sin saber qué más decir. Sabía que este era un proceso que Jun Xia debía superar por sí misma.
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