Capítulo 464. Perla del Alma Llorona

Han Li la miró y tranquilamente le dijo: "¡No fue más que un pequeño esfuerzo! Ahora que la Compañera Daoísta Yuan está fuera de peligro, me iré." Luego se dio la vuelta y se alejó sin ninguna intención de quedarse.

Aún conmocionada por su encuentro a punto de morir, Yuan Yao se puso pálida y fue incapaz de permanecer reservada. Ella dijo apresuradamente: "Hermano Han, todavía no he expresado mi agradecimiento por salvarme la vida". La delicada apariencia de la preciosa mujer conmovería los corazones de cualquiera que la viera.

Sin embargo, Han Li no se dio la vuelta y respondió con indiferencia: "No necesito tu agradecimiento. Simplemente te asistí por un momento y no puedo ayudarte durante todo el camino. ¡Hazlo lo mejor que puedas, Dama Yuan!"

Después de que esto fuera dicho, Han Li ya estaba a cuarenta metros de distancia, moviéndose a una velocidad vertiginosa.

Esto sólo causó que la pálida cara de Yuan Yao se volviera aún más aterrorizada. Ya no poseía la fuerza para resistir el calor abrasador, y mucho menos las Hormigas Fuego de Hierro que pudiera encontrar. ¡Ella no podía rendirse mientras Han Li sostenía el hilo del que colgaba su vida!

Pero como resultado, sus encantadoras súplicas fueron completamente ignoradas mientras Han Li se alejaba.

Reveló su consternación ante la indiferente respuesta de Han Li y sólo pudo decir lo que Han Li esperaba escuchar.

Ella rechinó los dientes y dijo: "¡Por favor, espera! Mientras el Compañero Daoísta Han esté dispuesto a protegerme en este camino, te otorgaré un gran tesoro. Tu poder mágico no será usado en vano."

"¿Un gran tesoro?" Han Li se quedó quieto, revelando una ligera vacilación.

Viendo que Han Li parecía interesado, no se atrevió a ser negligente. "Todavía tengo muchas Explosiones de Fuego Azul que estoy dispuesta a dar a mi Compañero Daoísta."

"¿Ese era el perdigón verde que habías usado hace un momento? Es algo bastante poco común". Han Li lentamente se dio la vuelta con una expresión de profunda consideración.

Como había actuado para salvar a la mujer, naturalmente no tenía la intención de abandonarla de verdad. Además, él la había salvado con otra razón en mente; su acto anterior consistía simplemente en dar un paso atrás para poder dar dos pasos adelante. Ahora que ella había tomado la iniciativa de solicitar su ayuda, se cumplió su objetivo. Consideró que si él exigía mayores concesiones, ella no tendría otra opción que aceptar a regañadientes.

Esta hermosa mujer lo entendió claramente. Independientemente de si se trataba de pagar a Han Li por su rescate anterior o por su protección continua, Yuan Yao no tuvo más remedio que continuar con una expresión indefensa: "Las Explosiones de Fuego Azul son bombas de fuego refinadas secretamente por la Secta Yang Azul del Dao Diabólico. No sólo cada una de estas requiere una gran cantidad de recursos raros para su refinación, sino que también consume una gran cantidad de tiempo. Su poder es equivalente a la Flama Esencia Yang de un cultivador del Alma Naciente. Todavía tengo tres de ellas y te las daré todas." La expresión de la mujer se volvió más decidida mientras hablaba. Extendió su blanca mano nevada para revelar tres bolitas brillando con una suave luz verde.

En ese momento, Han Li caminó sin prisa hacia atrás y miró los tres perdigones. Él dijo con calma: "Estas Explosiones de Fuego Azul son realmente un tesoro excepcional, pero no son suficientes para que me arriesgue tanto. Traerte a través de este camino duplicará mi consumo de poder mágico por lo menos. ¿Cree realmente la Compañera Daoísta Yuan que vale la pena ese nivel de riesgo?" Las palabras de Han Li contenían una burla apenas disimulada.

La bella expresión de Yuan Yao fluctuó durante mucho tiempo antes de asentarse en una encantadora sonrisa.

"Hermano Han, por favor, no dude en declarar sus condiciones, ya que esta joven no desea seguir hablando en círculos. ¿Podría ser que el Compañero Daoísta Han desee que le entregue mi corazón?" Yuan Yao giró sus caderas e hinchó su suave pecho, mostrando su excepcional corpulencia. Sus brillantes ojos estaban llenos de una peculiar neblina que iba más allá del coqueteo.

Han Li estaba algo aturdido por la belleza de la mujer. Pero pronto entrecerró los ojos midiendo su delicado y redondeado cuerpo. La mujer se sonrojó ante su mirada desenfrenada. Sus hermosos ojos se volvieron cada vez más brillantes y cautivadores, como si fueran capaces de cautivar las más profundas entrañas del corazón de un hombre.

Han Li se acarició la barbilla y habló con calma con una mirada radiante: "Como era de esperar, la técnica encantadora de Yuan Yao a plena potencia, junto con su bella apariencia, no tiene comparación. Sin embargo, ya que no tiene ningún efecto en mí, es mejor que la Compañera Daoísta guarde su poder mágico para sobrevivir".

Quitándose su hermoso disfraz y deteniendo su encantadora técnica, ella dijo con nerviosismo: "¡Humph! ¡Qué grosero e inculto! No tienes compasión por las mujeres en lo más mínimo".

Han Li sonrió sin sinceridad, diciendo, "¿Cómo puede la Dama Yao decir eso? Si este no fuera un lugar tan peligroso como la Sala del Vacío Celestial, definitivamente no habría rechazado tus seducciones. Pero, aquí estamos, jeje..."

"Seguro que te gusta soñar. Si no fuera este lugar, ¿de qué otra manera podría haberme arrojado a tus brazos?" Yuan Yao miró a Han Li con una mirada de resentimiento.

"Parece que he salvado a la persona equivocada. Ya que este es el caso, no deseo que la Compañera Daoísta Yuan me entregue su corazón. Y tampoco hay necesidad de expresar su agradecimiento por el rescate. Me voy a marchar". Como para enfadar deliberadamente a la mujer, le hizo una seña con las manos para que apareciera como si estuviera a punto de irse.

Al ver esto, las palabras de Yuan Yao se suavizaron inmediatamente y ella volvió a ser amorosamente lastimosa. "¡Hermano Han! Me equivoqué, por favor, no te enfades. Por favor, no dude en decir lo que debo hacer para recibir su ayuda a través del Camino de la Roca Fundida. ¡Haré absolutamente lo que me pidas! ¿Podría ser que el Daoísta no quiera ayudar a esta pobre mujer a pesar de habernos conocidos hace cien años y de ser una compañera que te acompañó a través de la niebla fantasma? En cuanto al tesoro, aparte de estas Explosiones de Fuego Azul, no tengo otros tesoros que darte".

Aunque Han Li tenía una sonrisa misteriosa, en su interior se sentía asombrado.

Yuan Yao era una persona realmente inconstante. De pie un segundo, y sometiendo el siguiente! Desde sus súplicas actualmente impotentes, sus recientes encantos maduros y coquetos, hasta su orgullosa y elegante impresión desde el principio, todos ellos le habían dado a Han Li una impresión distinta y única. ¡Qué extraño! Como esta mujer era capaz de cultivar hasta la etapa de Formación del Núcleo desde la etapa de la Condensación de Qi en sólo cien años, ella no era de ninguna manera ordinaria.

Con este pensamiento, Han Li comenzó a murmurar. Yuan Yao reveló una expresión de esperanza mientras ella le miraba nerviosa.

Después de un breve momento, levantó la vista y habló con una aparente renuencia: "Como la Dama Yuan es alguien que conocí hace más de cien años, parecería verdaderamente desalmado si no te protejo. Sin embargo, nunca fui alguien que trabajara gratis. Si la Compañera Daoísta Yuan Yao desea que la lleve por el Camino de la Roca Fundida, entonces, ¿qué te parece si me das la Bestia Alma Llorona? Estoy extremadamente interesado en las habilidades de absorción del alma de la bestia."

Después de caminar por tantos pretextos y tramas, Han Li finalmente declaró lo que había querido de la mujer desde el principio. Con esta extraña bestia, estaría más seguro de trabajar junto con al viejo fantasma Sabio Óseo. Por lo que había visto, esta Bestia Alma Llorona no era en absoluto débil.

"¿Quieres a la Bestia Alma Llorona?" Los ojos de Yuan Yao se abrieron de par en par después de escuchar a Han Li como si no pudiera creer lo que había dicho.

"¿Qué? ¿No funcionará?" La expresión de Han Li se desvaneció, y su voz se volvió fría.

"Si te doy la Bestia Alma Llorona, ¿me llevarás por el Camino de la Roca Fundida?" Yuan Yao le preguntó a Han Li palabra por palabra mientras ella le miraba con una extraña expresión.

"¡Así es!" Han Li frunció el ceño, pero aún así habló con certeza. Sintió débilmente que algo andaba mal.

"Perfecto, entonces es toda tuya." Después de que Han Li lo confirmara, inmediatamente tomó una bolsa de bestia espiritual en su cintura y se la dio a Han Li sin la menor vacilación.

Han Li parpadeó con un corazón nervioso. ¿Por qué parecía que estaba impaciente por darle la Bestia Alma Llorón? ¿Podría ser que haya algo malo con la Bestia Alma Llorona?

Después de pensar por un momento, tranquilamente cogió la bolsa de bestia espiritual en su mano. Barrió su sentido espiritual hacia dentro para ver a la Bestia Alma Llorón profundamente dormida.

Han Li asintió con la cabeza y puso la bolsa de bestia espiritual en su cintura. Justo cuando pensaba decir algo, Yuan Yao abrió la boca y escupió una perla gris oscura sobre la palma de su mano.

"Esta es la Perla del Alma Llorona. Es el elemento utilizado para controlar a la Bestia Alma Llorona. Si refinas esto como si fuera un tesoro mágico ordinario, la Bestia Alma Llorona será tuya para siempre. No he sido dueña de la bestia por mucho tiempo y no he refinado completamente su perla. Puedes borrar a la fuerza los rastros de mi sentido espiritual sin ningún problema". Yuan Yao se rió y se la dio a Han Li.

Han Li miró con interés la Perla del Alma Llorona y no se movió para tomarla. Esta perla era algo que él había aprendido del Espíritu Hada Violeta cuando preguntó sobre la Bestia Alma Llorona.

Más tarde se dio cuenta de que ella era incapaz de controlar sin problemas a la Bestia Alma Llorona porque no había refinado completamente la Perla del Alma Llorona durante ese tiempo. Esto había despertado su interés por adquirir a la extraña bestia.

Pero después de ver cómo ella se la había dado tan rápidamente con una expresión de alegría como si se estuviera librando de una plaga demoníaca, Han Li se volvió indeciso y no se apresuró a tomar la perla.

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