Capítulo 484. Luchando por el Tesoro

Wu Chou no había anticipado que el reservado Sabio Óseo competiría con él en silencio por el tesoro. Con una expresión salvaje, gritó furiosamente: "¿Te atreves a luchar contra este joven lord de isla por el tesoro?"

El Sabio Óseo se mofó y habló con una burla inconfundible: "Gracioso. ¿Fue este tesoro creado por tu clan? ¿Por qué no puedo competir por él?"

Wu Chou sufrió un ataque de rabia por vergüenza, pero pronto se le ocurrió algo y puso una mueca de desprecio. En vez de seguir refutando, estrechó sus manos en un gesto de encantamiento, haciendo que las pitones negras ejercieran más fuerza.

Parecía que Wu Chou entendía que como el Sabio Óseo estaba siendo apoyado por Man Huzi, a quien Zenith Yin tenía miedo, no podía usar el estatus de su abuelo para doblegarlo.

Las acciones de Wu Chou hicieron que el Sabio Óseo se mofara. Sin hablar más, señaló a la telaraña verde, haciendo que su luz floreciera brillantemente a medida que sus hilos se volvían más gruesos y apretados.

Las técnicas de Wu Chou y del Sabio Óseo habían restringido al lobo, pero a pesar de que su barrera de luz había disminuido varias veces de tamaño, se volvió cada vez más firme y brillante. El ileso lobo de fuego les miró fijamente mientras permanecían inmóviles.

Los cultivadores del Alma Naciente que todavía estaban luchando en el cielo fueron sorprendidos. Ninguno de ellos esperaba que el tesoro corriera hacia los cultivadores de la Formación del Núcleo. Los cultivadores del Dao Justo se pusieron cada vez más ansiosos y deseaban romper con la batalla para apoderarse del tesoro. Sin embargo, los excéntricos del Dao Diabólico no se preocuparon en gran medida.

Independientemente de cómo se mire, su lado iba a adquirir el tesoro. Con esto en mente, ellos estaban felices de entretener a los cultivadores del Dao Justo y permitir que sus menores aseguraran el tesoro. Además, Man Huzi y Zenith Yin sintieron que tenían muchas posibilidades de adquirir el tesoro para ellos mismos.

Wu Chou había recibido muchos tesoros de Zenith Yin, y también utilizó el Arte Diabólico Yin Profundo, una de las mejores artes de cultivo en el Mar de las Estrellas Dispersas. Por este motivo, Zenith Yin confiaba en que Wu Chou podría arrebatarle el tesoro al Sabio Óseo, que sólo parecía ser un cultivador temprano de la Formación del Núcleo. Man Huzi, conociendo la verdadera identidad del Sabio Óseo, tenía mucha más confianza en adquirirlo que Zenith Yin. Qing Yi solo podía mirar las circunstancias con un rastro de tristeza. Después de dudar sólo un momento, decidió enredarse con Tian Wuzi y mantenerlo ocupado.

En ese momento, la única persona cerca del altar era Han Li, y no se sentía tranquilo ni confiado en lo más mínimo. De hecho, sintió el sudor frío corriendo por su espalda. Instintivamente había sacado la cesta de mimbre antigua hace un momento debido a que era la más adecuada para apoderarse del tesoro.

Pero cuando vio al Sabio Óseo moverse para llevarse el tesoro, inmediatamente recordó algo importante. Su tesoro antiguo de la cesta de mimbre era algo que había adquirido del hombre que estaba vigilando la prisión del Sabio Óseo. Si la mostrara, ¿no le estaría informando a Zenith Yin que había liberado al Sabio Óseo?

Esto fue lo que causó que Han Li estallara en un sudor frío. ¡Unirse a la competencia para apoderarse del tesoro era ahora lo último que tenía en mente! Más bien, su mente estaba caóticamente llena de todo tipo de pensamientos desconcertantes, mientras que hacía todo lo posible por encontrar una solución apropiada para tratar con Zenith Yin.

Pero al momento siguiente, Han Li se sintió asombrado. Claramente había sentido como la mirada de Zenith Yin pasaba junto a la cesta de mimbre y no reaccionaba en lo más mínimo.

De repente, Han Li se dio cuenta de que estaba entusiasmado. La cesta de mimbre antigua no era algo que Zenith Yin le había dado al hombre que estaba vigilando la prisión del Sabio Óseo. Además, no era algo que ni siquiera sabía que ese hombre había poseído. Habiendo llegado a esta conclusión, Han Li se sintió muy aliviado.

¡Han Li había adivinado correctamente! Ese hombre feo había estado de guardia en la isla del Sabio Óseo durante mucho tiempo, y había escuchado hablar de la cesta de mimbre antigua en ese momento y se había marchado para obtenerla. Aunque logró adquirir el tesoro sin problemas, el grupo de Han Li ya había rodeado la formación del Sabio Óseo y estaban a punto de destruirla. Esto asustó al feo hombre y le provocó una furia frenética, pero al final terminó muriendo por las Espadas Enjambre de Nube de Bambú Azul de Han Li, permitiendo que Han Li adquiriera la cesta de mimbre como botín.

Tras recuperar la calma, Han Li miró a Wu Chou y al Sabio Óseo que luchaban por el lobo de fuego. Pensó para sí mismo: 'Tienes mucha suerte, viejo diabólico. Si Zenith Yin hubiera descubierto este asunto, te habría arrastrado conmigo. ¡No creas que te dejaré indemne!'

Otra ronda de pesados y estruendosos *clangs resonó en el agujero.

Habiendo pasado por esto antes, los cultivadores del Alma Naciente ralentizaron sus movimientos y se miraron unos a otros. Nadie sabía quién se movía primero, ya que todos se desdibujaban y aparecían en la dirección del agujero del altar.

En ese momento, el Caldero del Vacío Celestial estaba cerca de la superficie. Los cultivadores del Alma Naciente se vieron obligados a bloquear el fantástico frío que había liberado, cada uno haciendo pleno uso de sus respectivas técnicas y tesoros defensivos. Mientras estas acciones producían destellos de luz maravillosa, ambos bandos permanecieron cautelosos mientras se observaban vigilantemente el uno al otro.

En ese momento, Zenith Yin estaba muy molesto.

Su plan original había sido defenderse del Dao Justo y apoderarse de todos los tesoros al mismo tiempo. Luego dividirían los tesoros de acuerdo. Pero quién iba a pensar que a medida que el Caldero del Vacío Celestial se acercaba a la superficie, los tesoros antiguos saldrían volando por sí solos. De esta manera, la adquisición de un tesoro era una cuestión de habilidad.

Después de todo, independientemente de quién se apodere del tesoro, era imposible pedirles que lo entregaran a otros, ya que habían sido adquiridos por la batalla. Esto haría que su acuerdo original sobre cómo dividir los tesoros fuera nulo y sin valor.

Los ojos de Zenith Yin miraron furiosamente a su alrededor, deseando ver si había alguna forma de adquirir más tesoros. Pero justo cuando estos pensamientos aparecieron en su mente, se escuchó un grito ensordecedor seguido de dos sonidos de viento crujiente. Una raya roja y otra blanca salieron de la flama azul en el centro.

Los seis cultivadores del Alma Naciente estaban todos muy cerca del agujero, y todos actuaron casi simultáneamente, usando sus técnicas secretas para luchar por el control.

Wan Tianming luchaba por la luz amarilla contra Zenith Yin y Qing Yi. Como resultado, Wan Tianming ordenó a un dragón de flama púrpura que persiguiera a la luz amarilla. Simultáneamente, abrió la boca con una extraña expresión que apareció en su cara, disparando directamente dos brillantes perlas moradas hacia Zenith Yin y Qing Yi.

"¡Las Verdaderas Minas Celestiales!" Cuando Zenith Yin vio las perlas, gritó como si fueran víboras.

Los dos no se atrevieron a usar tesoros mágicos para bloquearlas. Rápidamente se apartaron del camino, pero para entonces, el dragón de flama púrpura se había tragado la luz amarilla y estaba regresando a Wan Tianming.

Wan Tianming agarró emocionado la luz amarilla y retorció sus manos, revelando la apariencia original del tesoro antiguo, un ornamento de cuatro puntas. De los caracteres de talismán parpadeantes que brillaban en su superficie y sus fluctuaciones espirituales de Qi, uno podría decir que el tesoro era excepcional.

En cuanto a las dos perlas púrpuras, se dispararon a unos diez metros de distancia antes de que estallaran suavemente y desaparecieran sin dejar rastro.

Cuando Zenith Yin y Qing Yi vieron esto, sus rostros se volvieron pálidos al ver a Wan Tianming jugueteando con el ornamento de jade.

"¡Qué gran maestro de secta del Dao Justo! ¡Y pensar que usaría minas falsas para engañarnos!" Zenith Yin pronunció cada palabra a través de apretados dientes.

La cara de Qing Yi parecía tan cansada como la de Wan Tianming.

Wan Tianming se mofó y respondió a sus insultos: "¿Quién iba a pensar que estos cultivadores tan famosos, son incapaces de ver si mis Verdaderas Minas Celestiales eran reales, ¿serían capaces de decir sin vergüenza esas cosas delante de este Maestro de Secta? ¿Podría ser que no supieran que sólo usaría las Verdaderas Minas Celestiales durante un asunto de vida o muerte? No son apropiadas para usarlas en una pelea por tesoros. Como debo producirlas dañando mi propia cultivación, ¿por qué iba a ser tan derrochador? Pero por supuesto, si ustedes dos, Compañeros Daoístas, desean ser testigos de su verdadero poder, estoy dispuesto a hacer la excepción". Wan Tianming estrechó suavemente sus manos. Con un destello de luz púrpura, el ornamento de jade ya no podía ser visto, sino reemplazado por una perla púrpura que se veía exactamente igual a las anteriores.

Las expresiones de Zenith Yin y Qing Yi cambiaron antes de que se miraran el uno al otro con expresiones sombrías, como si ambos estuvieran inseguros de sus intenciones.

En ese momento, Man Huzi se deshizo de un golpe del viejo granjero y Tian Wuzi con la abrumadora defensa de sus Artes Diabólicas Portadoras del Cielo, se las arregló para capturar con fuerza la luz blanca. Se reveló que era una moneda antigua que brillaba.

Cuando Zenith Yin vio esto, su cara se volvió aún más desagradable.

"¡Qué!" En ese momento, Qing Yi gritó como si estuviera asombrado. Zenith Yin no pudo evitar voltear su mirada, revelando una expresión similar de asombro.

En ese mismo momento, Han Li estaba bajo el altar examinando cuidadosamente un cetro Ruyi rojo-amarillo en la mano. Fue finamente tallado con dos esculturas de cabezas de lobo en cada extremo.

Parecía que este era el antiguo tesoro que se había transformado en el lobo de fuego de dos cabezas. No lejos de él, Wu Chou y el Sabio Óseo miraban impotentes a Han Li con expresiones resentidas. Un rastro de confusión apareció en los ojos de Zenith Yin y se quedó en silencio. ¡Se sintió realmente conmocionado!

El tesoro no había caído en manos de Zenith Yin o Wu Chou, sino de Han Li, que no había mostrado la más mínima intención de actuar desde el principio.

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