⚠️ Traducción hecha por fans. Sin derechos sobre el contenido original.
Otros Seres – Parte 1 …
La habitación la cual fue Dada para el grupo de Arata, fue sin precedentes para todos ellos. Aunque ellos podían ser la familia número uno de Japón y del mundo, tener esta comodidad fue algo que ellos no estaban acostumbrados. Tenían lo que necesitaban y listo.
El cuarto de un color blanco de una magnitud de cien metros cuadrados, decorado de forma exquisita y preciosa que cualquier rey de la tierra estaría envidioso.
Un gran espacio para el cual podía estar muy como todo el grupo, sin mencionar que la cantidad de cama solo era uno originalmente, pero bueno, eso fue aumentado.
Las camas separadas no eran tan extravagantes pero si podía dormir cómodamente. Las chicas eligieron y tomaron cambios de vestimenta que fue dada por las mucamas del lugar.
Esto fue algo inaudito para todos los que vieron a este grupo de mortales. Tenían que servir a los mortales, aunque eran la servidumbre, tenían su orgullo. Ellos solo estaban para servir a las deidades y no a los mortales, por eso cuando servían al grupo de Arata, lo hacían de mala gana.
El tiempo pasó, y unas cuantas horas después en la tierra se vio como poco a poco la luna se fue retirando de la vista de todos. La luna que una vez eclipsó al sol por un largo periodo de tiempo, ahora se estaba retirando en estos momento.
Por supuesto, para los que vivían en los Altos Cielos no les importaba lo que sucedía en el mundo mortal.
Por eso, en la Torre Divina del Sol Naciente.
La servidumbre del lugar charlaba en voz baja como para que nadie más, además de ellos, escucharán lo que digera en estos momentos.
—Siento que mi orgullo como sirviente fue tirado por el piso—siguió hablando una mujer de cabello negro corto con traje de mucama y llevaba una edad de casi treinta—. Servir a unos mortales que no se sabe de dónde son.
—Pero órdenes son órdenes—dijo un hombre de edad—. No sabemos si orígen y no nos han dicho de todos modos. No podemos hablar así de ellos sin saber su origen.
Al lado del hombre de edad se encontraba una joven de unos veinte años de edad, la cual también llevaba un traje de mucama y tenía el pelo de un color castaño oscuro que le Lucía muy bien con las gafas puestas.
La chica que estaba trasteando en la cocina, llevando utensilios de cocina de un lado a otro y arreglandolos, escuchó la conversación.
—Kato-san tiene razón—dijo la chica—. Además, no te has dado cuenta de cómo las divinidades trataron al grupo. Fue de preocupación y cuidado.
Al escuchar esto, la cocina se quedó en silencio. La cantidad de personas que estaba en este momento se podía contar más de diez, pero todo lo que hablaron fue de su opinión referente a los “mortales”.
No se quedaron en silencio porque estaban pensando en lo que dijo ella, sino más bien por sus palabras que ponían a las divinidades en un estado de cobardía por así decirlo. Y prácticamente decir esta opinión de la divinidades era algo que traía castigo.
—Estúpida niña, cuida tus palabras. Los dioses como pueden tener miedo de unos mortales, saben lo fuerte que son ellos, sabes su historia y todas las cosas locas que pueden hacer con alzar su mano al aire. Pero aún así crees que tendrían pensamiento de preocupación ante unos mortales—dijo la mujer de cabello corto negro en un tono enojado.
Los demás asintiendo a las palabras de la mujer ellos también querían hablarle a la chica para que tuviera más cuidado, pero antes de querer decir algo, un personaje poco inusual para ellos legó en ese momento. Todos sintiendo miedo y la joven también, sin saber si había oído o lo ella se mantuvo firme y espero los resultados.
Todos en las posiciones en la que estaban se inclinaron en medio cuerpo y saludaron.
—Amidas-sama, es un honor estar en su presencia. Si tiene una petición por favor díganos—habló la mujer anterior.
Escuchando las palabras de la mujer, Amidas solo asintió y dirigió su vista hacia la joven.
Viendo cómo la deidad la quedaba mirando, ella se asustó pero espero. Con su corazón latiendo a todo timbal espero las órdenes.
—Tú sígueme.
Fueron las únicas palabras dichas por Amida quien se dió media vuelta y salió de la cocina, la chica sin pensarlo demasiado, no lo pensó dos veces antes de seguir a Amidas. Ella solo le tocaba esperar su destino.
Así fue para todos en la cocina, ellos solo suspiraron por el destino de la chica. Ellos no le dieron más vuelta antes de seguir sus obligaciones.
Amida, quien a su espalda llevaba a la chica con la cabeza un poco baja, de repente se detuvo y le dió el rostro a la chica.
—¿Nombre?
Sin atreverse a mirar al rostro de Amidas ella respondió.
—Esta joven le fue dada el nombre de Haruna mi señor.
Aunque Amida le pidió su nombre, la verdad no había necesidad de eso, el se sabía todos los nombre de los que estaban en la torre. Pero solo pregunto por un hábito propio de él.
—Haruna-chan, eres una chica brillante, eres capaz de leer muy bien el ambiente y de analizar todo a tu alrededor. Y si se te entrena, serás capaz de crecer.
La chica al escuchar que la estaba elogiando una deidad se emocionó en el interior, jamás creería que esto iba pasar en este momento.
—Gracias, Amida-sama.
—Y por lo tanto, te daré a elegir una opción de dos al azar.
La chica se confundió y alzó la vista por primera vez mostrando un rostro confundido por saber qué era lo que pasaba.
Amida no le dió mucha importancia al rostro de la joven. Por lo que Anida sin pensarlo mucho, batió sus manos de una manera suave frente a él.
En el momento, en su mano derecha el cual estaba moviendo en el aire, aparecieron brillo de un blanco leve. Moviéndose conforme a la voluntad de Anida, se fue acomulando en dos esfera. Las esfera con un brillo blanco levito frente al rostro de Haruna quien estaba sorprendida un poco y emocionada.
—Aqui hay dos opciones, una tiene un color dorado y el otro es blanco como este. Si escoges el dorado, entonces serás entregada a la familia Hiromi como un regalo de parte de nosotros.
Cuando comenzó a hablar Amida, Haruna estaba feliz, pero después de escuchar hasta aquí, ella se asustó. Pensó que este era su castigo por hablar mal, así que se aguanto las ganas de decir algo.
—Si eliges la blanca, te quedarás acá y te entrenaras para ser parte de la guardia real de la torre. Las dos opciones son iguales, cada uno tienen caminos diferentes pero glorioso—mostrando una sonrisa al final, dijo—. Vamos, escoge una perla, la que escoges también será mi regalo.
Haruna viendo la sonrisa no sabía que decir. ¿Las opciones son iguales? Ellos son mortales y ustedes deidades, como pueden ser iguales. ¿Camino glorioso? No hay más gloria en servir a una deidad, ¿Que gloria hay en servir a los mortales?
Ella solo suspiro, era su destino, solo era una probabilidad de un cincuenta y cincuenta, la otra opción también es buena. Pero… ¿Me están castigando?
Ella no sabía si la estaban castigando o no. Ella sabía que por el comportamiento de la deidades con el grupo de mortales era de preocupación, lo dijo sin pensarlo y sin preocuparse de los resultados.
Pero ahora…
—Amida-sama, yo…
—Si crees que es por castigarte, la verdad no. Inclusive, si muchos estuvieran en tu posición, no importa cuál opción le tocará, estarían felices.
En este momento ella quedó en silencio. Porque le dió a entender que cualquier opción era beneficioso para ella.
Y sin inmutarse mas ella cerro sus ojos y tomo un suspiro lento y suave, calmando su mente y deseando lo mejor. Le pidió a los cielos que la acompañarán y su destino sea la mejor fortuna para ella.
Por eso, sin abrir los ojos ella indico con su dedo índice a la perla blanca de la parte izquierda de la vista de ella.
Abriendo los ojos después de un segundo, vio que este seguía dando vuelta y levitando, pero… su destino no fue marcado para estar en los cielos.
La perla que eligió, siguió dando vuelta más rápido que su compañera, y esté emitiendo brillos blanco, se desprendió su superficie poco a poco mostrando una perla dorada exquisita. Inclusive Haruna por alguna razón estaba feliz al ver la perla, al verla, ella sintió que está opción puede no ser tan mala.
—Felicidades—felicito Amida—. Aunque es una pena que no estés con nosotros, con tu talento seguro destacadas entre los integrantes del clan de ellos.
—…
—Ahora ve a la habitación de ellos, y dile a Hiromi Nozomi, que Amaterasu la está esperando.
Aceptando su destino, Haruna asintió y se retiró de la presencia de Anida. Viendo cómo la joven se fue un poco rápido el suspiro.
La verdad fue que no había hecho nada para que ella se fuera, fue su destino, el siempre probaría la suerte y destino de las personas de esta manera. Y tal parecía que su destino era mejor al estar en el grupo de Arata.
Sin pensar más en eso, el se fue caminando hacia otra parte sin decir nada y sin pensar mucho lo de ahora.
Por otra parte, Haruna estaba un poco nerviosa, en este momento ya había tocado en la habitación de Nozomi y espero a que alguien saliera, después de esperar por una larga eternidad para ella, lo que fueron solo un minuto, alguien salió.
Fue precisamente Aratani, viendo su aura un poco madura y su mirada reflejaba un toque de sabiduría. Haruna se sorprendió ver el cabello rosado poco común, inclusive, aquí en los dominios divinos, no había nadie con ese color rosa.
Viendo el rostro inexpresivo de Aratani, se puso más nerviosa, pero aún así ella habló.
—Buenas, es un gusto estar a su cuidado, mi nombre es Haruna. Y Amida-sama me eligió como regalo para ustedes y también para decirles…
Pero antes de terminar, Haruna solo vio como el dedo índice de la mano derecha se dirigía hacia el centro de sus cejas y ella solo pudo esperar a que nada malo pasará. Ella solo escucho una palabras suaves.
—Artes Eterno Del Alma – Examinar Alma
Haruna solo sintió como un pequeño dolor de cabeza y a la vez sintió como si estuviera desnuda frente a esta persona. Ella sintió que todos sus recuerdos fueron visto en unos poco segundo en este momento.
No podía creer esto… esto… era inaudito… incluso para las deidades leer la mente era muy difícil, pero ellos lo hacían ver como si fuera pan comido o de algún modo algo normal para ellos. Esto… no dejaría a las deidades por el suelo en esta área.
—Eres buena semilla.
Escuchando las palabras de Aratani ella suspiró, no se enojó por eso no nada parecido, sino que la dejaron casi con la boca abierta. Esto era normal para ellos, ni siquiera vio que estaba cansada o algo parecido.
—¿Buena semilla? ¿Vas a plantarme? No soy una planta, o lo dice porque soy alguien que vale la pena entrenar, ¿no? Que rayos pasa con ustedes, todos son mortales extraños… no… si fueran mortales… no harían cosas como estas… ¿Que rayos son ustedes? Porque siento que mis días tranquilos están por terminar… de alguna manera siento ganas de llorar en este momento.
—¡Nozomi!—Amaterasu ya te mando a buscar.
Viendo cómo Aratani llamaba a su hermana, ella espero.
—Yo me llamo Aratani. Espera un momento, vamos a salir junta, quiero hablar unas cosas con ellos también.
Terminando de decir eso, Haruna asintió, y tiempo después vio, cómo Amaya y Nozomi salían de la habitación. Ya había visto muchas mujeres hermosas, pero casi no veía a mujeres hermosas como ellas.
Alejándose de la habitación, Haruna guío a las chicas.
Pero…
…
En la habitación de Arata, un fenómeno se estaba presentando en este momento.
En medio del cuarto, varios portales pequeños de un color blanco mezclado por un humo negro hermoso, este humo de blanco y negro emitía rayos azules oscuros.
De esos portales, se vio como varias figuras salieron, no tenían cuerpo de humanos, sino más espectral.
Se paseaban como fantasmas dejando un rastro tras suyo. No emitían ningún ruido, y se paseaban como estrellas fugaces de una manera bella y lenta, sin sonido creando algo bello para otros.
Pero estas entidades no venían con buenas intenciones.
Solo en ese momento se vio, como se acercaron a los cuerpos de Arata y Kaori, unas manos espectrales salieron hacia los corazones de cada uno de ellos.
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.
Nota de Aki Yai
¡¿Pero que mie…. está sucediendo aquí?!
Mi universo se expande, y tengo muchas ideas descabellada, que incluso podrían señalarme con los dedos por mis ideas. Quiero crear un multiverso.
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