El aula era circular, con asientos dispuestos en niveles ascendentes.

Ren se encontró en el mismo grupo que el chico tigre Jin y sus amigos, que le lanzaban miradas amenazantes desde la distancia.

Afortunadamente, Taro, uno de sus compañeros de habitación, también estaba allí, aunque había llegado tarde y se había sentado al otro lado del aula porque no había otro sitio.

Luna también estaba allí, con su lobo sombrío apenas visible como una silueta etérea a su lado.

“En este primer semestre “anunció el profesor Wei, un hombre robusto con una mantícora de rango 2 de plata que se manifestaba en patrones plateados en su piel”, los grupos de estudiantes son aleatorios. Después, se reorganizará según vuestro rendimiento, así que prestad atención si no queréis perder vuestro lugar... Comenzaré la clase.

Ren observó los patrones en la piel del profesor. La mantícora había sido cultivada principalmente con luz solar aleatoria, pero había detalles que sugerían otras técnicas no utilizadas.

Wei comenzó a dibujar un diagrama en la pizarra.

“Los principios básicos del cultivo se han estudiado durante cientos de años”, comenzó el profesor Wei. “Todo método exitoso sigue tres fases fundamentales y tiene una duración máxima probada”.

Dibujó tres círculos en la pizarra.

“Primero, la absorción de maná. La bestia debe recibir la energía adecuada a su naturaleza. Segundo, el procesamiento, cómo se transforma esa energía en el cristal para que el maná sea adecuado. Y, por último, la fijación, cómo se estabiliza ese poder y se hace permanente”.

Wei hizo una pausa significativa.

“Hay algo crucial que deben comprender: ningún método de cultivo eficaz dura más de seis meses. Es un hecho demostrado por innumerables estudios. Los métodos más comunes duran 150 días y, aunque algunos charlatanes proponen procesos más largos, la evidencia es clara: después de seis meses, cualquier intento de cultivo se vuelve ineficaz o directamente inútil”.

Ren se movió inquieto en su asiento. Sabía por qué esa percepción también era errónea, todos los métodos sin excepción duraban 100 días, pero...

“Luna Tejedor de Estrellas “señaló Wei”. ¿Podrías explicar cómo se aplican estas fases en la práctica?

“En la práctica “Luna se puso de pie, su lobo sombrío se manifestaba en ella como una silueta oscura con vida propia”, primero debemos obtener los cristales de maná adecuados. Estos se procesan, en el caso de las bestias sombrías como la mía, bajo la luz de la luna. Luego se sellan con técnicas específicas antes de que la bestia pueda absorberlos.

“Correcto “asintió Wei”. El tipo de cristal, el método de procesamiento, en tu caso la luz de la luna, y el sellado determinan la eficacia final cuando la bestia lo absorbe y lo conduce por el camino correcto de su potencial”.

“Disculpe, profesora”, Ren no pudo contenerse. “Pero eso no es del todo exacto. Sobre el procesamiento de los cristales...”.

El silencio cayó como una losa. Incluso el chico tigre pareció olvidar su hostilidad, demasiado sorprendido por la audacia del “Chico Podrido”.

“¿Oh?”, Wei se volvió lentamente y lo miró con evidente molestia. “¿El estudiante con la espora tiene algo que aportar sobre el cultivo?”.

Risas contenidas.

“Los cristales de maná deben procesarse de forma diferente a los casos generales como la “luz de la luna”, necesitan ser más específicos. Por ejemplo, los cristales de lobo de Luna no deberían obtenerse solo por la noche, sino en una noche con siete lunas. Otro ejemplo sería tu mantícora, que podría haberse beneficiado de cristales procesados bajo la primera luz del amanecer, habría alcanzado el nivel Plata 3 en lugar de...

“Basta “lo interrumpió Wei”. Veo que tenemos otro “experto” que cree saber más que generaciones de investigación. Joven, estudié durante treinta años antes de cultivar esta mantícora. Alcanzamos el rango Plata 2 siguiendo métodos probados por generaciones. Sugerir que...

Wei se enderezó, con sus patrones dorados brillando de irritación.

“Cinco puntos menos para el estudiante... ¿Cómo te llamas?

“Ren Patinder, señor.

Más risas, ahora abiertas.

“No es que importe mucho “sonrió Wei con malicia”. Dudo que una espora obtenga muchos recursos de la Academia de todos modos.

“Pero...

“Basta “lo interrumpió Wei de nuevo”. Entiendo que algunos estudiantes intenten compensar sus... limitaciones con teorías extravagantes. Pero en esta clase, nos ceñiremos a métodos probados...

“Los textos han sido probados por generaciones”, frunció el ceño Wei. “¿Sugerir que son erróneos basándose en... qué exactamente? ¿En lo que se lee en un cuento?”.

Las risas llenaron el aula. El chico tigre y sus amigos prácticamente brillaban de satisfacción.

Luna, sin embargo, observaba la escena con gran interés.

Ren apretó los puños bajo el pupitre. No solo había perdido puntos que aún no tenía, sino que podía perder la oportunidad de ganarse el apoyo que tanto necesitaba.

Ahora sería un poco más difícil alcanzar los 100 puntos en esta clase al final del semestre.

Necesito una forma de demostrar que tengo razón, pensó mientras las setas de su pelo latían suavemente. Algo irrefutable. Algo que ni siquiera el profesor Wei pueda negar.

La respuesta tenía que estar en alguna parte. Y tenía que encontrarla antes de que su oportunidad de obtener recursos desapareciera por completo.

Ren se hundió en su asiento. No esperaba que los conocimientos erróneos estuvieran tan arraigados. ¿Cómo podía demostrar que tenía razón cuando todo lo que sabían contradecía la verdad?

“Continuemos “dijo Wei, volviendo a la pizarra”. Como estaba diciendo, el cultivo básico sigue unas reglas sencillas...

Esto iba a ser más difícil de lo que Ren pensaba.

El resto de la clase fue una tortura. Cada vez que Wei hacía una pregunta, ignoraba deliberadamente la mano levantada de Ren. Cuando finalmente lo llamó, fue solo para decir:

“¿Ves? Así es como se responde, con hechos probados, no con teorías absurdas.

♢♢♢♢

“Como podemos ver en los registros históricos”, continuó Wei, señalando a Taro, “el escarabajo excavador es un ejemplo clásico de bestia con límites naturales mediocres. Ninguno ha superado el rango Bronce en los más de 500 años que llevamos documentando la especie”.

Ren vio cómo se encogían los hombros de Taro. Su compañero de habitación tenía un montón de libros, parecía haber estado estudiando métodos de cultivo en casa, con la esperanza de encontrar alguna excepción.

Había pensado en contarle lo que sabía, pero decidió esperar a conocerlo mejor. Sin embargo, ahora...

Ren se enderezó en su asiento. Era su oportunidad.