⚠️ Traducción hecha por fans. Sin derechos sobre el contenido original.
Capítulo 129 – Una mujer desafortunada (2)
En realidad, los intrusos que entraron hace un momento eran personas sin relación alguna con Sajators. El hombre bajo que había saltado a través de la chimenea y que ahora se estaba desangrando en la cocina dijo esto:
– ¡Vengo de la rama Panchuriana de la Coalición de Mercantes! ¡¿Dónde está el Enemigo del Mundo?! Clarise Asaam!
Otro hombre; que había entrado por la puerta trasera y que ahora estaba tendido en la puerta principal también grito.
– ¡Clarise Asaam! ¡Encerramos a tu abuelo! Ven con nosotros y coopera voluntariamente con nuestra investigación si quieres verlo.
Esto no tenía nada que ver con Sajators, pero para Clarise era extremadamente importante.
– ¿A–Abuelo?
Empezó a temblar. Intentó salir de la casa inmediatamente, y podría haber causado un alboroto si Sajators no la hubiera tirado del pelo.
– ¡Suéltame!
Clarise gritó con voz aguda. Este grito fue lo que Sungchul y Bertelgia habían escuchado antes.
– ¡Cállate! ¡Te mataré si no lo haces!
Sajators salió corriendo hacia ella y la amenazo mientras le tapaba la boca.
– ¡¿Por qué estás haciendo esto?!
– ¡Porque hay un cabrón ahí fuera!
Sajators espió a través de una grieta en la puerta mientras la sujetaba.
– ¡eek!
Su corazón se hundió. Sungchul había cambiado de dirección y se dirigía hacia aquí. A este paso estaría destinado a morir a manos de ese hombre. Sólo había una manera de superar este peligro, así que Sajators se tragó su orgullo y bajó la cabeza para suplicarle a la chica.
–No tengo derecho a decir esto, pero sólo una vez... sólo sálvame esta vez.
Normalmente nunca habría considerado tal acción como un hombre orgulloso que había estado inmerso en una vida de arrogancia, pero el hombre llamado Sungchul había infligido un trauma tan profundo a Sajators que también podría quitarse la vida antes de volver a ver al hombre.
– Prometo que salvaré a ese abuelo o a cualquier otro anciano después de esto. Lo juro por el nombre de Sajators de los Siete Héroes.
Clarise sólo miró fijamente su lamentable aspecto durante un rato antes de asentir con un suspiro. Era una petición que ni siquiera podría rechazar de todos modos. No había forma de saber lo que el loco mago podría hacer si se hubiese negado, y como tal resolvió la situación con cabeza fría como alguien que había pasado la mayor parte de su vida luchando.
– Por favor, mantén esa promesa pase lo que pase.
– Apostaré mi nombre, Sajators, por ello.
Sajators entonces susurró algo en su oído, y pasó un tiempo.
"“…”
Sungchul se paró frente a la casa de Clarise. Su mano aún sostenía la campana, pero no la tocó. Fue porque vino aquí con un propósito diferente. Llamó a la puerta, pero no hubo respuesta. Afortunadamente, la puerta comenzó a abrirse mientras levantaba el puño para derribar la puerta.
– ¿Eh?
Bertelgia respondió primero en su bolsillo. Aprovechó la oportunidad para escabullirse bolsillo y agitó sus páginas.
– ¿No es esa la hermana mayor la que canta bien?
– ¿Eh...? ¡¿T–tu eres?!
Clarise mostraba una sonrisa incómoda mientras miraba a la cara del hombre que estaba de pie detrás de Bertelgia. Su corazón parecía haberse detenido. A pesar de que habían trabajado juntos, el nombre que tenía poseía el mismo peso de siempre.
"¡El enemigo del mundo...! ¿Por qué atraigo a gente tan rara? Soy tan desafortunada"
Enemigo del Mundo delante de ella y una Calamidad real detrás de ella. Sentía que se estaba volviendo loca, pero desesperadamente mantuvo la cabeza fría mientras saludaba a Sungchul.
– ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Tienes algún asunto pendiente conmigo?
Ella dijo eso, pero había cinco cadáveres junto con Sajators quien contenía la respiración justo detrás de su espalda. Sungchul miró sin emoción a Clarise por la abertura de la puerta mientras preguntaba,
– ¿Hay algún problema? Acabo de presenciar a unos intrusos que se dirigen en esta dirección.
– Ah... ¿Intrusos? Esos hombres... están durmiendo en este momento.
– ¿Hm?
– Bueno. Tuvieron mala suerte. Este es el hogar de una mujer soltera, pero invadieron el hogar de una mujer cuya fuerza supera los 100.
Ahora que lo pensaba, el sutil olor de la sangre apestaba desde adentro.
– ¿Cuál es el valor exacto de tu Fuerza?
– Es 132.
– Ya veo. Supongo que no necesitarás ayuda para mover los cadáveres.
– Así es. Puedo hacerlo yo misma. Todo lo que tengo que hacer es esperar hasta que caiga la noche y luego se los daré de comer a los peces.
Sungchul asintió y sacudió la campana una vez más por costumbre.
¡Ring!
Fue en ese momento cuando un sonido similar a un gemido vino de adentro. La curiosidad surgió en los ojos de Sungchul.
– ¿Qué fue ese sonido?
Cuando Sungchul preguntó, Clarise sonrió amargamente y contestó con toda la indiferencia que pudo.
– Parece que alguien sigue respirando. No soy tan meticuloso como debería. Ahaha...
"“…”
Sungchul no sospechó mucho más de ella. La conocía personalmente y había viajado con ella también. No sólo eso, sino que también la había beneficiado enormemente.
– Como dije antes, tienes que usar el contenido de esa caja con cuidado. Los asesinos de la Coalición de Mercantes vendrán en cuanto usen las monedas.
Sungchul dio un paso atrás después de dejar esas palabras.
– Si ves a alguien que se parezca a Sajators por aquí, avísame. Estaré en el retrete del Emperador.
– Sí, lo tendré en cuenta.
Sungchul estaba a un pelo de distancia, pero se echó hacia atrás. Sajators dio un suspiro de alivio antes de volver a poner su guardia en alto. Pensó que Sungchul podría tocar la campana al menos una vez más. Y como él esperaba, Sungchul se dio la vuelta y tocó la campana justo frente a Clarise.
¡Ding!
Sajators sintió un dolor terrible pero no hizo ningún ruido como antes. Apretó los dientes lo suficientemente fuerte como para que se le saliera sangre de su boca.
"¡A la mierda este dolor...! Parece que seré el vencedor aquí."
Daltanius podría cambiar la situación si viniera. Él solo no podía cambiar las circunstancias de Sajators, pero el hombre era amigo de todos los miembros de los Siete Héroes. Él podría reunir a todos aquellos a quienes Sajators no puede traer a este lugar. No importaba lo fuerte que fuese Sungchul, no sería capaz de enfrentarse a los Siete Héroes a la vez y ganar. Sajators se calmó con estos pensamientos mientras escuchaba sus pasos alejarse. Desafortunadamente, el maldito sonido de la campana comenzó a estallar en rápida sucesión.
¡Clang! ¡Clang! ¡Clang! ¡Clang! ¡Clang!
Bertelgia era la culpable. Ella había agarrado el brazo de Sungchul cuando su guardia estaba baja y sacudió su cuerpo con todas sus fuerzas.
– ¡Está bien! ¡Encontré una abertura!
¡Clang! ¡Clang! ¡Clang! ¡Clang! ¡Clang!
La Campana de la Calamidad de Oom Bruuk repico como si se estuviera tocando un villancico de un Cuento de Navidad. Sungchul simplemente sonrió amargamente y la vio hacerlo.
– No creo que este tipo de acción tenga ningún significado.
Sin embargo, esta vez fue diferente, ya que simplemente dejó que Bertelgia hiciera lo que ella deseaba, ya que la débil resistencia de Bertelgia tocaría fondo pronto.
"GRAAAGHHH!!"
De repente, los gritos violentos de un hombre se oyeron desde el interior del edificio. Fue un grito familiar. Los ojos de Sungchul brillaron, Liberando toda su hostilidad.
– ¿Quién está dentro?
Sungchul interrogó a Clarise. Todo se había desmoronado. Clarise no dudó un momento antes de confesarlo todo.
– Me amenazaron. Ese hombre está dentro.
– ¿Cómo pudiste hacerme esto?
Sajators gritó abruptamente, pero en realidad, él no había hecho mucho por ella.
– ¡Toleré tu horrible canto e incluso te aplaudí!
– ¡Cállate! ¡Bastardo feo y asqueroso!
Clarise le devolvió con éxito el insulto que le había hecho cuando se despertó y rápidamente se refugió detrás de Sungchul. Sajators trataba de recitar un hechizo mientras hervía de la ira, pero era un intento fútil.
¡Clang! ¡Clang! ¡Clang! ¡Clang! ¡Clang!
La Campana de la Calamidad de Oom Bruuk sonó sin ritmo alguno. El sonido de la Campana tenía el poder de hacer que su víctima quedara deshabilitada cuando era tocada desde cerca. Cuando Sungchul lo empaló con éxito con Oom Bruuk, la muerte de Sajators se convirtió en una cuestión de tiempo. Sungchul se volvió para mirar a Bertelgia que no cesaba de tocar el arma de la Calamidad.
– Buen trabajo, Bertelgia.
– Pensaba que esto no tenía significado.
Beltegia respondió enfurruñada, pero la suerte de Sajators aún no había acabado. Cuando Sungchul estaba a punto de abrir la puerta para entrar, una formación mágica apareció detrás de él. Llevaba el sello de la Escuela de Magia Dimensional.
– ¿Es un refuerzo?
Sungchul retrocedió y observó como un gigantesco hombre cubierto de piel de león aparecía desde la formación mágica. Ese gigante, Daltanius, soltó un resoplido como un buey y se fijó en Sungchul.
– ¿Eres el Demoledor?
Era una voz lo suficientemente fuerte como para hacer que la superficie del agua temblase un poco.
Sungchul simplemente asintió.
– Soy Daltanius de los Siete Héroes, el Perseguidor de la Fuerza Infinita. He venido aquí con las calificaciones de un dios del combate.
Daltanius flexionó sus músculos. Un aura siniestra llenó los alrededores y toda la casa flotante tembló mientras este avanzaba.
– ¡Kya!
La vajilla de Clarise que estaba apilada dentro de su casa se derrumbó con un fuerte estruendo.
– Ven hacia mí.
Daltanius tomó una postura como un artista marcial e hizo un gesto con su mano para que Sungchul se le acercara.
"“…”
Sungchul se pavoneó avanzando hacia él.
– ¡Convocado! ¿Eres tan fuerte como dicen que eres?
Daltanius estaba confiado. Había oído que Sungchul era poderoso, pero solo entendía que era tan poderoso o ligeramente más poderoso que él. Pronto se daría cuenta de lo equivocado que estaba.
En el momento en que el puño de Sungchul voló en su dirección, Daltanius comprendió instantáneamente la fuerza insondable infundida en el ataque cuando vio las ondas de choque que los puños dirigidos a su cara estaban generando. Inmediatamente comprendió que no debía ser golpeado por él. Se preparó para bloquear el ataque de Sungchul, pero el puño de Sungchul fue demasiado rápido y terminó golpeando su barbilla.
¡Wham!
En un solo golpe, el gigantesco hombre fue arrojado a través de la superficie del agua como una piedra rebotando en el agua y chocó contra una casa flotante a lo lejos distancia.
– Grr...
Afortunadamente, sus agallas eran mucho más duras que las de Sajators y su Contrato Del Alma, reforzaba su recuperación, este evitó que cayera por ese golpe. Sin embargo, su barbilla aún estaba grotescamente torcida en su cara.
Daltanius agarró su retorcida barbilla y la reubicó por su cuenta antes de sacar la lengua y darle una vuelta.
– Gracias a Dios. Mi lengua está a salvo.
Sungchul estaba observando la entrada a la casa flotante de Clarise desde la distancia.
– Es un oponente mucho más simple que Sajators, pero aun así tendré que vigilarlo.
Sungchul decidió acabar con Sajators primero. Desafortunadamente, Clarise respondió con un tono desesperado.
– ¡Lo siento, pero mi abuelo está en peligro!
– Hazte a un lado.
No tenía tiempo de ayudar a la mujer. Sungchul era alguien que siempre estaba consciente de sus prioridades. Ignoró a Clarise y se adelantó.
– ¡Mierda! Si hubiera sabido que esto iba a terminar así, ¡debería haberme puesto de parte de ese bastardo!
Clarise lo miró con odio mientras gritaba duras palabras. Cuando vio que Sungchul no respondía, Clarise se subió a su propio bote y usando su fuerza característica, remó con todas sus fuerzas y desapareció al otro lado del río.
Sungchul entró en la casa. Dentro de la casa de Clarise estaba Sajators encorvado mientras temblaba de terror y agonía. Empezó a temblar como un cachorro una vez que notó las botas militares de Sungchul. ¿Quién reconocería a este hombre como el Mago de Multicast, Sajators?
"“…”
Sungchul se paró frente a Sajators como el destino mismo.
– Déjame vivir.
Sajators suplicó por su vida.
– Soy inocente. Todo fue decisión de Desfort. ¡Simplemente me engañaron para que me uniera a su complot!
Su voluntad de luchar había muerto hacía mucho tiempo. Ya había sido incapaz de volver a desafiar a Sungchul cuando fue derrotado por primera vez. Sungchul se acercó a este lamentable Sajators y lo levantó por el cuello.
– ¡Déjame vivir! ¡Por favor!
Apareció una formación mágica al lado de Sajators de la que saltaron varias niñas y corrieron hacia Sungchul. Eran clones de Vestiare que ella misma había creado.
"¿Son una variante del homúnculo? Qué cosa tan interesante ''.
Desafortunadamente, se convirtieron en carne molida una vez que Cassandra, el Arma Demoníaca, fue recuperada de su Almacenamiento de Almas, bañando la casa de Clarise de sangre en un suspiro.
– He venido a cumplir una promesa.
Sungchul agarró un poco más fuerte la mano que sostenía la garganta de Sajators.
–D–Déjame... yo... yo... yo... yo soy..."
Ni siquiera la increíble suerte de Sajators pudo salvarlo. Se le acabó la suerte.
¡Crunch!
rompió el cuello de Sajators mientras este abría los ojos como platos. Fue un final estúpido para un mago genio que una vez tuvo el mundo en sus manos.
Sungchul agarró cada una de las Piedras del Alma que habían sido colgadas bajo el manto de Sajators antes de tirar el cadáver al suelo y aporrearlo con Fal Garaz. El cadáver ni siquiera dejo una sombra de sí mismo antes de desintegrarse en el agua fangosa debajo de los paneles de madera de la casa flotante. Su cadáver que cayó en las turbias aguas esparció sangre en todas direcciones mientras se hundía en el fondo de Panchuria. Pero en el fondo del río corriendo de Panchuria había un gigantesco ser escondido por Sajators de hace mucho tiempo.
– Mm. Sajators ha caído, pero no hay nada que hacer al respecto.
Daltanius estaba dentro de la cabina de mando de la mitad superior del gigante. Sacó una llave en forma de libro de su Almacenamiento de Almas y la colocó en la extraña ranura en el centro de la cabina mientras murmuraba.
–Despierta, Unidad Bertelgia número 3.
La superficie del agua empezó a retumbar. Sungchul podía sentir como temblaba todo bajo sus pies.
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