⚠️ Traducción hecha por fans. Sin derechos sobre el contenido original.
Capítulo 58 - Unidad de suicidio (1)
Es común que los soldados de los ejércitos privados y estatales que han cometido algún crimen fueran asignados a misiones peligrosas para absolverse. Sin embargo, el Frente de Batalla Demoníaco era diferente a otros campos de batalla en el sentido de que las repercusiones eran significativas y los enemigos eran existencias temibles. La proporción de desertores era significativamente más alta que en otros campos de batalla, lo que hacía necesaria una estricta disciplina militar. La unidad suicida fue una de las medidas establecidas para manejar las primeras líneas del reino demoníaco.
Los soldados de las primeras líneas del reino demoníaco trataron el ser asignados a la unidad suicida como una sentencia de muerte. Esto es porque la tasa de bajas es mas allá del 90%, pero por lo que cualquiera podía decir, el 90% era simplemente una aproximación, y la unidad suicida casi siempre se encontraba con una aniquilación completa. Como alguien que sirvió en las primeras líneas de los Reinos Demoníacos por algún tiempo, no había forma de que Sungchul no supiera de este asunto.
– ¿Qué es la unidad suicida?
Sungchul respondió a la pregunta de Bertelgia con una breve expresión.
– Un pez en una tabla de picar.
Sungchul siguió el camino hacia el centro de reclutamiento para presentar una solicitud formal como mercenario. Como el frente de batalla siempre necesitaba soldados, su chequeo de antecedentes era considerablemente flojo. Los mercenarios que llegaron a los frentes eran casi siempre criminales o deudores escapando de sus deudas. Ser estricto con el control sólo reduciría la cantidad de soldados dispuestos a luchar en primera línea.
– ¿Cuál será tu rama de servicio?
Un oficial de reclutamiento con una cicatriz grotesca en forma de garra de demonio en la cara hizo una pregunta con voz grave.
– Mago
– Hay más que un par de clase de magos... ¿te especializas en magia dimensional? ¿Apoyo mágico? ¿Especialista en combate?
– Combate.
Sungchul añadió una cosa más.
– Alquimia.
– Olvídate de esa a menos que quieras quedarte atascado en una fábrica haciendo pociones.
– ...
Cuando se selecciona la rama militar, el oficial de reclutamiento pregunta sobre la primera línea deseada.
– ¿Qué tal el frente de batalla supervisado por la Alianza Tribal Varan-Aran? Es una buena oportunidad para acercarse a unas hermosas elfas.
– Lo siento, pero mi Jimmy esta muerto.
– Oh... eso es bastante malo.
– Quiero ir al frente de batalla de la tormenta.
– Frente de la tormenta... bueno, seguro es mejor para un hombre a quien no se le pará que terminar en un lugar lleno de enanos.
El asunto se complicó rápidamente. Sungchul fue enviado al frente de batalla como un mago mercenario. El lugar al que fue enviado era una pequeña fortaleza conocida como Black Hills, y funcionó bien ya que causó problemas desde el primer día que llegó.
– ¡White Phantom!¡Por la presente te transfiero a la unidad suicida por violencia hacia un oficial superior, insubordinación y destrucción de propiedad!
Después de que la orden fue transmitida, Sungchul recibió un paño con el número 34 escrito en él, pegado a la fuerza a su abrigo desgarrado.
– ¿Qué es eso?
Por la pregunta de Sungchul, el soldado que lo estaba regañando le contestó bruscamente.
– ¿Qué quieres decir con qué es? Es tu número de prisionero.
Sungchul fue enviado eficientemente a la unidad suicida de primera línea. Incluso se decidió que sería transportado por un Grifo. El jinete del Grifo se rio a carcajadas mientras dejaba caer a Sungchul.
– Este será tu cementerio. Recluta, es adecuado para idiotas como tú que la cagan en el primer día.
– ...
– Puede que vuelva en dos semanas. Veamos si todavía estás vivo para entonces.
El Grifo provoco un vendaval cuando ascendió y se dirigió hacia el norte. Sungchul miró a su alrededor. Había varias tiendas de campaña que parecían pertenecer a la unidad suicida dentro del área de la cuenca rodeada de colinas. Sungchul comparó el número de tiendas de campaña con el número de estufas de leña para estimar el número de soldados.
“¿Aproximadamente 300 personas?”
Sin embargo, el número de miembros apenas se acercaba a las 100. Le dijeron que sufrieron graves bajas que les costó la mitad de sus miembros en una batalla importante recientemente.
El vicecapitán de la unidad suicida, Genghis Ahron, era un hombre de mediana edad que parecía tan feroz y astuto como una pantera. Parecía como si pudiera defenderse en una pelea, y eso reflejaba su habilidad. Fue un antiguo Maestro de Espadas del Reino Antiguo en las filas de los superhumanos que tenían más de 300 puntos en Fuerza, Destreza y Resistencia cada uno. Sin embargo, su apodo dentro de la unidad suicida era "Rockhead". Era un idiota que ni siquiera podía hacer cuentas simples.
– Bienvenido. Número 34. a la unidad de suicidio.
– ...
Rápidamente escaneó los documentos que Sungchul trajo con su mira antes de murmurar.
– Veamos... ¿Asalto de un oficial superior e insubordinación... con daño a la propiedad por diversión? Déjame decirte una cosa.
Rockhead sonrió y sacó su espada a medias.
Srrrng.
La inusual hoja envuelta en una luz violeta se reveló.
– Insubordinación contra mí significa no más cuello.
– ....
Cuando terminó la advertencia, un enano se acercó a Sungchul
– ¿Ya se te hizo la advertencia? ¿Número 34?
No era una exposición, pero el enano estaba envuelto en una enorme armadura que tenía el número 0 escrito en un paño pegado a su pecho.
– ¿Quién eres tú?
– Soy el jefe de la unidad suicida, “Puño Infernal” Arkaard.
Arkaard le mostró a Sungchul el puño del que estaba tan orgulloso. El guantelete de acero envuelto en sus dedos brillaba con la frase "Puño Infernal".
– Sin embargo, llámame número 0. Es la tradición de la unidad de suicidio.
– ...
– De todos modos... no hay oficiales aquí, encargados o no. Los dos estaban en el pasado, pero todos comieron mierda durante nuestra última batalla.
– Busco a un mago mercenario llamado Deckard.
– ¿Deckard? Ah, ¿estás hablando del número 22?
La cara de Arkaard perdió la compostura por un instante.
– ¿Por casualidad está muerto?
Sungchul inmediatamente hizo otra pregunta, pero Arkaard agitó la cabeza.
– Está vivo.
– Increíble –. Bertelgia sacudió su cuerpo de alegría en lugar de Sungchul.
– Pero, ese colega no vivirá mucho más.
– ¿Le han hecho una herida grave?
Arkaard volvió a agitar la cabeza.
– No, él es voluntario en las misiones más peligrosas. Es como si hubiera venido a este lugar a morir.
– Deseo conocerlo al menos una vez. ¿Dónde puedo encontrarlo?
Arkaard señaló hacia una tienda en particular. Era una carpa acogedora situada junto a una roca puntiaguda que parecía la espada de una lanza. Sungchul mostro la cantidad apropiada de formalidad antes de disculparse y se dirigió hacia la tienda en la que supuestamente residía Deckard.
Podía oír el sonido de espadas chocando y respiraciones desgarradas que se acercaban a la tienda. Era el sonido de dos hombres entrenando. Uno blandía una espada mientras que el otro blandía un bastón, y estaban entrenando con tanta intensidad como si estuvieran luchando en el campo de batalla.
El que empuñaba la espada terminó en victoria, y el que tenía el bastón soltó su arma y cayó sobre su trasero mientras suspiraba en voz alta.
– ¿No es esto suficiente? ¿Deckard?
Preguntó el que blandió la espada.
Las miradas de Sungchul se volvieron hacia el hombre llamado Deckard. Era ya muy mayor de edad, pero su rostro aún tenía restos de la juventud de su pasado. Se parecía más a Sarasa que a Altugius.
El hombre parecía demasiado cansado como para levantar su propio cuerpo, pero pidió otra batalla. El hombre que blandió la espada declinó firmemente.
– Prefiero no agotarme antes de una batalla. Nunca sabemos cuándo nos enviarán, así que dejémoslo aquí.
Después de que terminó el combate, los espectadores se dispersaron. Sungchul esperó a que los espectadores desaparecieran antes de acercarse a Deckard, parado solitariamente.
– ¿Eres Deckard?
Deckard aún respiraba bastante fuerte mientras miraba hacia Sungchul.
– ¿Quién eres tú? Creo que no te he visto antes
Sungchul le entregó el objeto que había recibido de Altugius. La cara de Deckard se iluminó por la sorpresa.
– ¿Cómo conseguiste esto?
– El profesor Altugius me envió a ti. Me dijo que te buscara si quería elevar mi poder mágico sustancialmente en el menor tiempo posible.
– Ah, ¿has venido voluntariamente a la unidad suicida para tal propósito?
– No es el momento de elegir mis métodos.
– ¿Podría echar un vistazo a tus estadísticas?
Sungchul aceptó la petición de Deckard. Deckard sacó un pergamino, que rompió, y luego miró las estadísticas de Sungchul. La risa pronto salió de su boca.
– Tienes las pelotas bien puestas. Preferiría no decir esto inmediatamente, pero ¿no es demasiado arriesgado venir a la primera línea de batalla en el reino demoníaco con sólo estas estadísticas? Si puedo ser cruel honestamente desde nuestra primera reunión, creo que nos arrastrarás hacia abajo, sin importar cuanto eleves tus estadísticas.
Deckard criticó duramente a Sungchul.
– Sin embargo, ¿no es este lugar uno del que ya no puedo volver?
Sungchul había recibido la orden de completar cinco misiones bajo la unidad suicida. Si dejaba la unidad suicida antes de completar esta orden, sería considerado un desertor. Sungchul se refería a este hecho.
Deckard simplemente parecía indiferente. Se puso la camisa colgando bajo la tienda y volvió a hablar.
– La única razón por la que he venido aquí es para ponerme al límite. Fue con el propósito expreso de cultivar un crecimiento rápido que me he colocado constantemente en situaciones peligrosas y difíciles de superar. Tal como el hombre llamado ahora el enemigo del mundo lo hizo antes.
Deckard nunca sabría, ni siquiera en sus sueños más salvajes, que el hombre al que llamaban el Enemigo del Mundo estaba justo delante de él. Continuó hablando.
– No es realmente una fanfarronada, pero he construido este cuerpo a través de un entrenamiento considerable para ser un poderoso mago y guerrero. Gracias a esto, pude conservar al menos mi vida a través de muchas situaciones terribles durante mis misiones. ¿Y tú qué tal? Imagino que te será solo difícil el sobrevivir.
– ¿Y si sobrevivo?
Con voz tranquila replicó Sungchul.
– Si sobrevivo, ¿me dirás lo que sabes?
Deckard miró profundamente la cara de Sungchul, y luego habló con franqueza.
– Rockhead está planeando un estúpido objetivo para mañana en este momento. Intenta sobrevivir a eso. Si lo haces, te dejaré entrar a una misión.
Al día siguiente.
Como Deckard había predicho, Rockhead reunió a todos los miembros de la unidad. 80 personas se habían reunido, excluyendo a los heridos. Se paró en un podio y habló con una voz heroica e inútil.
– Como todos ustedes saben, los demonios exploradores han asaltado un puesto de guardia afiliado a nuestro frente de batalla de la tormenta. Ese puesto de guardia en sí mismo no tiene mucha importancia, pero lo que importa es su ubicación. La central dice que debemos recuperar ese puesto de guardia sin importar el costo.
Rockhead conto de su plan inmediatamente después.
– Actualmente, nuestros números están en 83 miembros. 20 en el norte, 20 en el este, 20 en el oeste, y los últimos 20 vendrán conmigo y atacarán la fortificación desde el sur.
Sorprendentemente, ese era todo el plan. Rockhead no dio ninguna idea de cómo cada unidad designada se coordinará entre sí o se moverá. Sólo era un ataque por todos los flancos.
– ¡Si atacamos por todos lados, los demonios no podrán soportarlo!
Era un plan verdaderamente irreflexivo, pero nadie se atrevía a decir otra palabra. El hecho de que Rockhead fuera temido por su fuerza era una cosa, pero también sabían que no era un hombre con quien razonar.
Rockhead pronto dividió a todas las tropas en 4, y los soldados veteranos fueron designados como líderes de cada grupo. A cada grupo compuesto por una unidad de 20 miembros se les dio un pergamino mágico para la señalización, y comenzaron su marcha hacia la muerte.
Sungchul entró en la unidad designada como tercer grupo. La estrategia transcurrió relativamente bien, y la unidad suicida llegó al puesto de guardia sin mayores problemas. Luego rodearon el puesto de guardia que contenía a los demonios.
– ¡Vayamos, pecadores hermanos míos!
Rockhead levantó su espada alto.
Uwooong.
Un aura azulada emanaba de la hoja de color violeta. Era la especialidad de un maestro de la espada: el aura de la espada. Se paró al frente para dirigir el ataque.
– ¡Síganme! ¡Seamos todos expiados!
Los demonios estacionados en el puesto de guardia eran en su mayoría débiles, y sus números eran pocos. Rockhead escaló el muro del poste y se subió a la torre de vigilancia. Los demonios no podían hacer otra cosa que morir impotentes por su espada. El puesto de guardia fue capturado con bastante facilidad. No hay bajas. Todo había terminado antes de que los soldados del este y el norte pudieran empezar su ataque.
– ¿No es demasiado fácil?
Los soldados veteranos comenzaron a sentirse ansiosos. El importantísimo punto estratégico había sido vaciado con nada más que cebo. Si los demonios pretendían defender el puesto de guardia, habría un Balroq al menos o uno o dos demonios de grado Baal, pero sólo unos goblins y unos imps débiles eran los que estaban apostados en el puesto de guardia.
Los soldados sintieron un Deja Vu. La situación que se desarrollaba en el momento actual era muy parecida a la de la última batalla, en la que la mitad de las unidades suicidas habían caído en un combate trágico. Finalmente, un soldado veterano, Arkaard, le dijo unas palabras a Rockhead.
– Comandante, creo que los demonios abandonaron el puesto de guardia con demasiada facilidad. Apesta a trampa. Sería bueno que retrocedamos por ahora, y observemos sus movimientos.
Esta cabeza hueca no era de los que escuchan razones. En vez de eso, se enfureció con Arkaard y lo criticó.
– ¿Qué clase de charla marica es ésa? ¡Número 0! ¿Puedes llamarte miembro de una unidad suicida después de esa charla?
– Pero... no se siente bien. ¿No perdimos la mitad de nuestra unidad en una batalla similar?
La gente normal se sentiría desanimada después de experimentar semejante derrota, pero Rockhead no era como esa gente. Habló con valentía sin un toque de vergüenza en su cara.
– ¡Aunque esta fuera la trampa de esos demonios, debemos mantener nuestra posición!
Cavó más lejos en su posición reuniendo a los soldados y retransmitiendo un discurso con voz heroica una vez más.
– Nuestra misión es asegurar el puesto de guardia hasta que lleguen las fuerzas principales. La primera etapa se ha completado con éxito. Todo lo que queda es mantener este puesto de guardia hasta que perdamos nuestras vidas. ¡Mantengan sus posiciones, hermanos míos!
Deckard, que oyó el discurso, respondió con frialdad.
– No recuerdo haber tenido un hermano así.
Sungchul también estaba de acuerdo, y pronto el sentimiento instintivo se hizo realidad. Cinco soldados desertaron. Uno de los desertores fue capturado por Rockhead y colgado como ejemplo, pero eso fue sólo el principio. Cuando el sol se puso, comenzaron a aparecer signos de demonios por todas partes.
– Objetos sospechosos de ser Maquinas de asedio infernal detectados! ¡Aproximándose por el norte!
– Un enjambre de imps calculados en cientos suben a la cresta de la montaña y se acercan por el oeste.
– ¡Un Balroq confirmado! Más de dos Baal acercándose también.
Cuando la oscuridad cayó, la unidad suicida compuesta por 80 miembros estaba rodeada de demonios y miles de demonios.
– ¿No te lo dije? No es tan fácil sobrevivir en este lugar.
Deckard anuncio ante un silencio apropiado para el frente de batalla después de acercarse a Sungchul. Le dio a Sungchul un solo pergamino. Era un pergamino de teletransportación a larga distancia.
– Si desgarras este pergamino, serás teletransportado a la cima de la montaña, que es el cuartel general de la unidad suicida.
– ¿Por qué me das esto?
Sungchul lanzo su pregunta sin rodeos. Deckard simplemente se rascó la cabeza.
– Parece que tienes alquimista entre tus clases. Si la situación parece desventajosa, simplemente rasga el pergamino e inclínese ante el enlace del frente de batalla de la tormenta y pida perdón. A cambio de que te saquen de la unidad suicida, puedes recibir un perdón a través del trabajo esclavo en una fábrica de pociones. ¿No es mejor trabajar hasta el desfallecimiento dos años que morir?
Parecía que Deckard le había estado dando mucha consideración a Sungchul. Sin embargo, sus preocupaciones estaban fuera de lugar. Sungchul devolvió el pergamino y preguntó otra cosa con voz tranquila.
– La promesa de antes. ¿Sigue siendo válida?
Deckard sólo sonrió amargamente.
– Es válida.
Deckard suspiró antes de irse a su puesto. Poco después de irse, el sonido de los tambores se escuchó. Fueron los tambores de los demonios. El estridente sonido de un cuerno de hueso le siguió poco después, rompiendo bruscamente por el aire. Las fuerzas demoníacas pronto comenzaron su ataque.
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