Capítulo 70: Tormenta Creciente

El mayordomo, Viejo Pang estiró la mano y tiró de un delgado cable detrás de la silla de Jun Zhantian. De repente, un sonoro sonido de campana resonó en el patio de la Residencia Jun. Después de eso, siguió a Jun Zhantian en silencio, con la cara fría y decidida.

Ya había deducido lo que Jun Zhantian haría a continuación, pero no tenía la intención de detenerlo. ¡Además, había decidido acompañarlo! ¡Sin quejas! ¡Sin arrepentimientos!

En la planta baja, una silla de ruedas descansaba en silencio. Jun Wuyi estaba sentado sobre ella; Su par de cejas como espadas sobresalían con un aura asesina que se elevaba a través de los cielos. Su rostro permaneció inexpresivo mientras observaba a su padre bajar las escaleras. Sus ojos revelaron la misma determinación mientras se voltearon sin hablar.

En este punto, no había necesidad de decir nada.

Decenas de figuras oscuras se precipitaron de todas direcciones, de pie en silencio en filas de tres en el patio. Miraron calmadamente a Jun Zhantian. No importaba lo que Jun Zhantian planeaba hacer, lo seguirían... ¡Hasta el final!

Dentro de las sombras, innumerables otros aparecieron como fantasmas, reunidos y esperando sus órdenes. Todas las fuerzas ocultas de la Familia Jun en este momento han sido desplegadas sin reservas...

El Abuelo Jun dio un paso adelante y dijo unas palabras en un tono bajo. Los hombres dentro de las sombras desaparecieron repentinamente sin dejar rastro, al igual que la sangre se esparció por los cielos. El sonido de silbido del viento en la otra mano parecía haber aumentado en intensidad...

Jun Zhantian se quedó en silencio por un momento e inhaló profundamente, tomando el fresco aire de la noche. Sin embargo, sentía como si el aire que inhalaba se llenaba de un espeso hedor de sangre, ¡Haciendo que su corazón se sofocara! Volviéndose, se montó en su caballo, tenía el rostro frío como el hierro, su capa roja revoloteando en la oscuridad, aparentemente infundida de sangre.

El resto permaneció en silencio; Cada uno subió a sus caballos y lo siguió. Jun Wuyi golpeó su silla de ruedas con las manos y voló en el aire, aterrizando en la parte superior de su caballo. Empujando las riendas, empujó a su caballo hacia adelante y los siguió.

Momentos después, Jun Zhantian estaba sentado en el escenario de los terrenos militares. Afuera, el sonido de cuarenta tambores iba aumentando lentamente...

A medida que los golpes de los tambores crecían, los hombres vestían constantemente sus uniformes militares, sus armaduras y sus cascos. ¡Alzando sus armas, galoparon hacia los campos militares en sus caballos! ¡Una vez que llegaron a los campos militares, desmontaron y se pusieron tan derechos como una lanza!

El número de hombres en el terreno aumentó, pero ninguno de ellos dijo una palabra. Todos miraron atentamente a Jun Zhantian, que estaba sentado en la silla del Gran Mariscal, sus ojos exudaban un resplandor inigualable de fanatismo.

¡Viejo Mariscal! Has ido demasiado lejos... ¡Hace mucho tiempo desde que hemos escuchado el sonido de los golpes de este Tambor Invocación de Generales! Los furiosos incendios de cien batallas... ¡Lo hemos perdido!

¡El sonido de los tambores se detuvo!

Los generales estaban muy atentos en el terreno militar. En ambos lados, decenas de estandartes se ondeaban en el viento, creando sonidos "hula", ¡Semejantes a los llantos tristes de mil personas!

Jun Zhantian se levantó, caminó hacia la parte delantera del escenario y preguntó mientras le daba a todo el mundo una mirada aguda. “¿Hay alguien ausente aquí?”

"¡Todo el mundo ha llegado! ¡Todos estamos esperando las órdenes del Sénior Mariscal!" Los cientos cantaron simultáneamente.

"¡Muy bien! ¡Esta noche, este anciano moverá la tierra y sacudirá los cielos!" Los agudos ojos de Jun Zhantian estallaron con intención asesina.

“¡Todos los capitanes, escuchen!”

"¡Aquí!"

"¡Chen Zhounan!"

"¡Aquí!"

"¡Ustedes van a reunir sus fuerzas y sostener la Puerta Oeste! ¡Sin mis órdenes, nadie puede salir de la ciudad! ¡Una vez que se descubra un motín, envía a tus tropas para reprimirlo!" Jun Zhantian puso un gran énfasis en las palabras "nadie".

"¡Afirmativo!"

"Jun Nianfeng!"

"¡Aquí!"

“¡Estás a cargo de la Puerta Este!”

"¡Afirmativo!"

"¡Zhan Jitian!"

"¡Aquí!"

"¡Puerta Norte!"

"¡Entendido!"

"¡Chan Linyu!"

"¡Aquí!"

"¡Puerta Sur!"

"El resto de ustedes me seguirán...”

Una serie de órdenes fueron emitidas. Cada uno de ellos dio un paso adelante para aceptar la señal de orden antes de volverse y marcharse. ¡Ni uno solo de ellos pidió una razón! Todos ellos habían servido bajo Jun Zhantian antes y constituían la columna vertebral de la potencia militar de la familia Jun. ¡Obviamente obedecerían cualquier orden de Jun Zhantian sin dudar!

¡Incluso si significaba sus muertes!

Esto fue especialmente cierto para Chen Zhounan, Zhan Jitian, Chan Linyu y Jun Nianfeng. ¡Los cuatro eran los grandes generales más competentes del abuelo Jun! También son un grupo de salvajes y orgullosos maniacos de guerra de hierro. El único que podría darles órdenes es Jun Zhantian. Independientemente de lo correcto o incorrecto, ejecutarían las órdenes hasta el final. ¡Estos cuatro forman la columna vertebral del poder militar de la Familia Jun!

Cuando los generales recibieron sus órdenes uno tras otro, los ojos de Jun Zhantian se volvieron más fríos.

Moxie, ¡Mira cómo el abuelo se vengará por ti! Esta noche, aquellos que eran tus enemigos, los que son sospechosos, todos ellos deben pagar...

Como el sonido de los tambores fue retumbante...

Dentro del palacio, el Emperador del Reino Tianxiang, Yang Huaiyu se despertó de su sueño al instante, y preguntó. “¿Qué es ese sonido?” Su Majestad, el Emperador, que está en la plenitud de su vida y una vez estuvo plagado de muchos problemas militares, sintió un inexplicable sentimiento de crisis. Sentía como si un acontecimiento que rompiera el cielo estuviera ocurriendo.

Afuera, respondió una voz femenina. “Reportando a Su Majestad, parece ser... El sonido de los tambores de guerra.”

“¿El sonido de los tambores de guerra?” El emperador frunció el ceño, pero de repente se quedó conmocionado. ¿Tambores de guerra? ¡Tambor Invocación de Generales! ¡Su rostro se puso pálido! Se levantó de la cama y se cubrió sólo con una capa sobre su ropa interior antes de salir de la habitación. Se detuvo y escuchó atentamente, su cara se volvió pesada.

¡Jun Zhantian!

¡Con sólo un momento, el Emperador fue capaz de deducir que este era el sonido de los tambores de guerra de Jun Zhantian! El Tambor Invocación de Generales de Jun Zhantian fue el único dentro de la ciudad que podría producir un sonido espectacular, ¡Pero trágico! También eran sólo los tambores de guerra de Jun Zhantian los que podían producir tales imágenes de poder e influencia; ¡Suficiente para sacudir la totalidad del Reino Tianxiang!

"¿Que paso hoy? ¿Qué es lo que no sé?” El rostro del Emperador se volvió hosco cuando pregunto lentamente. En la actualidad, no importa lo que elija hacer, debe mantener un estado de tranquilidad y no sentirse ansioso. Sólo al descubrir por primera vez lo que había ocurrido comprendería por qué Jun Zhantian tocaría el Tambor Invocación de Generales en este momento. Fue sólo después de saber todo esto que él sería capaz de tomar las medidas adecuadas para resolver el problema.

"Este no lo sabe." los seis asistentes del palacio se pusieron de rodillas, ninguno de ellos fue capaz de responder a la pregunta.

“¡Ve a descubrirlo!”

“Reportando a Su Majestad, éste recuerda que hace una hora, la Princesa Ling Meng había pedido una audiencia con Su Majestad. No estoy seguro de la razón de su petición.” Un eunuco se adelantó detrás del emperador y respondió de manera femenina.

“¿Ling Meng? ¿Qué le ocurrió a ella? Ling Meng siempre se han comportado bien. ¡A menos que algo importante hubiera ocurrido, ella no me molestaría a una hora tan tarde! ¿Por qué nadie me lo reportó? ¿Quién fue tan presuntuoso hasta el punto de interferir con mis asuntos?” El Emperador se dio cuenta de algo fuera de lugar aquí.

"..." El eunuco permaneció en silencio, sus ojos vagaban hacia los aposentos.

"¡Rápidamente convoque a Ling Meng!"

"¡Sí!"

“¡Concubina Meng! ¡Salgan aquí ahora!” El Emperador gritó furioso. Una belleza cuyo cuerpo estaba cubierto sólo por una capa de tela translúcida salió y se arrodilló en el suelo.

"Respóndeme, ¿Por qué Ling Meng me buscaba? ¿Por qué la detuviste?” Los ojos del Emperador eran como hielo, carentes de calor.

"La Princesa... Dijo que alguien intentó asesinarla, pero yo, vi que ella no estaba herida y era capaz de hablar de la manera habitual, así que creí que sólo estaba siendo traviesa. Además, Su Majestad ya estaba durmiendo, esta concubina... no se atrevió a molestarlo.” Contestó la concubina Meng mientras temblaba.

"Mi hija sufrió un intento de asesinato y la detuviste de ver a su padre, ¿Y tuviste el descaro de decir que estaba siendo traviesa? Jeje... Eres una concubina muy considerada." Dijo Su Majestad con voz suave, aparentemente sin ser perturbado por todo lo que había ocurrido. Pero la Concubina Meng, que estaba arrodillada en el suelo, comenzó a temblar. Ella sabía que una vez que Su Majestad usó una voz de ese tipo para hablar, ¡Significaba que la cabeza de alguien estaba a punto de rodar!

El Emperador avanzó y suavemente le susurró al oído. "Sé que alguien como tú no tendría las agallas para hacer algo como esto. Sin embargo, sea lo que sea que su maestro le haya prometido, nunca se lograra. ¡También me aseguraré de que no lo logre!" La Concubina Meng de repente se sintió abrumada por el miedo y miró con los ojos abiertos, su cuerpo cayó al suelo.

"¡Hombres, llevad a la Concubina Meng y mandadla al Palacio Frío! ¡A nadie se le permite entrar en contacto con ella!" El rostro del Emperador se mantuvo en calma al declarar el destino de la Concubina Meng, que una vez había estado por encima de miles.

“¡Padre imperial! La princesa Ling Meng se precipitó hacia el Emperador.” Su pelo todavía estaba en un pequeño lio.

“No estés nerviosa, solo dime qué ha pasado hoy. Ven, habla con tu padre, asegúrate de contarme todos los detalles.” El Emperador sonrió amablemente mientras miraba a su hija, como si nada hubiera pasado antes; El frio escalofriante de sus ojos ya estaba completamente oculto.