"Han pasado diez años", dije mientras miraba al anciano, que estaba acostado.

Puso los ojos en blanco, miró en mi dirección y bostezó. "¿Qué estás tratando de decir?"

"Ese es el tiempo que he estado atrapado en este pico de la montaña".

"Ya, ¿eh? El tiempo vuela tan rápido", comentó.

"Ahora no es el momento de decir eso. Maestro, ¿Cuándo puedo dejar la montaña?"

Después de un breve silencio, Bai Luguang, el Primero Bajo el Cielo, el Inmortal Marcial de la Montaña del Espíritu y mi maestro, parpadearon. "Discípulo más joven".

"Sí"

"Eres fuerte".

Mi expresión permaneció sin cambios a pesar del cumplido del Primero Bajo el Cielo. Por el contrario, me sentía incómodo, como si estuviera sentado en un cojín espinoso.

Mi maestro continuó. "No importa lo que hagas, será difícil para ti incluso rozar mi cuello. Aún así, ciertamente eres fuerte".

"Lo sé muy bien, maestro. No soy más que un discípulo indigno que no se atrevería a hablar de tales cosas ante ti, el Primero Bajo el Cielo, el más grande artista marcial de la historia. Después de todo, eres un superhumano perfecto nacido de los cielos y el que se encuentra en el pináculo de la humanidad".

"Sí. Eres muy consciente de tu inexperiencia. No hay vergüenza en eso. Ante mí, cualquier genio no es más que una luciérnaga junto al sol", afirmó con naturalidad.

Mi maestro asintió con satisfacción antes de cambiar repentinamente su tono. "El discípulo mayor pasó hace dos días".

"¿Hermano mayor? ¿No dijiste que se fue a un lugar peligroso?

Mi maestro tenía cinco discípulos, incluyéndome a mí. El Discípulo Mayor, naturalmente, significaba el mayor entre nosotros.

El Hermano Mayor rara vez se quedaba en la Montaña Espiritual. Todos los demás discípulos, aparte de mí, eran así.

"Lo hizo. Sin embargo, eso no es importante".

"¿Pasó algo?"

"Expulsé al Discípulo Mayor", reveló mi maestro.

"¿Eh?"

"Para ser exactos, salió por su cuenta. Tienes que atraparlo, discípulo más joven".

"¿Qué-?"

¡Smack!

"¡Ack!"

Recibí un duro golpe.

Había un dicho que decía que los dedos de mi maestro eran lo suficientemente poderosos como para derribar montañas. Por lo tanto, instintivamente me cubrí la frente.

"¿Qué es lo que más odio?", preguntó mi maestro.

"Repitiéndote dos veces. Aún así, necesito comprender mejor la situación. Si el hermano mayor se fue solo, ¿Hay alguna necesidad de traerlo de vuelta?"

La palabra "expulsado" indica un conflicto entre los dos.

Dejando eso a un lado, el hermano mayor era tan hábil que no sería descabellado considerarlo un maestro poderoso.

El hecho de que estuviera saliendo de la sombra de nuestro maestro para crear su propio estilo de artes marciales era algo para celebrar.

"Necesitamos algo de él", confirmó mi maestro.

"¿Qué es?"

"Robó la píldora espiritual antes de irse".

"Esto..."

La píldora espiritual era una creación suprema que mi maestro había elaborado con meticuloso cuidado durante un período prolongado.

Si bien no estaba particularmente interesado en las píldoras y no sabía mucho sobre ellas, deduje de mis hermanos mayores que era un tesoro de un calibre completamente diferente en comparación con las llamadas píldoras divinas.

"¿Por qué hizo eso el hermano mayor mayor?"

No habría sido difícil robarla. Después de todo, mi maestro realmente no había escondido la píldora espiritual, simplemente la había dejado a la vista.

Lo que más me intrigó fue el motivo del hermano mayor.

"Probablemente pensó que era necesario para lograr su objetivo".

¿Su objetivo?

Traté de imaginar la cara del hermano mayor.

Lo primero que me vino a la mente fue su sonrisa siempre presente y su forma amable de hablar.

Los días en que nuestro maestro me había golpeado mucho, aplicaba cuidadosamente hierbas a mis heridas. Por lo tanto, entre todos mis mayores, yo era el más cercano al hermano mayor.

"Creo que la locura que yacía latente dentro de él ha regresado. Sin embargo, esto no es tan sorprendente. Después de todo, solía tener muchos pensamientos innecesarios".

"Um_..._" Me quedé callado, optando por no presionar más.

En cambio, mientras me frotaba suavemente la frente palpitante, le pregunté: "Entiendo lo que dices, pero... ¿Por qué yo? Creo que puede resolver este problema mucho más fácilmente si va allí usted mismo, Maestro".

"¿No dijiste que querías dejar la montaña?", preguntó.

Permanecí callado.

"Además, no puedo hacerlo".

"¿Por qué?"

"Lo sabrás cuando llegues allí", respondió. "Aparte de eso, siento que tu tono es un poco irrespetuoso hoy. ¿Es solo mi imaginación?"

"Solo su imaginación, Maestro".

Me incliné cortésmente, mi mente se aceleró.

No entendía completamente sus intenciones, pero mi maestro nunca fue del tipo que cambia de opinión una vez que ha tomado una decisión.

"Aún así, sería difícil traer al hermano mayor a casa por mi cuenta".

"Eso es natural, pero solo si te enfrentas a él como lo estás haciendo ahora" dijo mi maestro crípticamente. Mi maestro se puso de pie, haciéndome tragar saliva nerviosamente.

Estaba delgado, raído y vestido con harapos, pero me sentí como si fuera más grande que una gran montaña.

Mi maestro avanzó, dando un paso a la vez hacia mí. Un sentimiento siniestro comenzó a instalarse dentro de mí.

"Discípulo más joven".

"¿Sí?"

“¿Cuántos años tenías cuando nos conocimos?” preguntó de la nada.

“Veinticinco, maestro” respondí.

Nunca olvidaría ese día.

Estaba completamente desesperado y al borde de la muerte en ese entonces. Justo cuando había pensado que todo se había perdido, apareció mi maestro.

Por lo tanto, ese encuentro fue nada menos que un milagro para mí.

"No tan joven, entonces. Hay un dicho que dice que no hay límite de edad para aprender, pero cuando se trata de artes marciales, es un poco diferente porque la mente y el cuerpo están muy conectados.

"En ese momento, tus huesos y tendones aún estaban subdesarrollados y tu cuerpo estaba rígido. Esto te impidió alcanzar la forma más óptima para el Arte Supremo de Todos los Tiempos", comentó mi maestro.

Esto fue algo que también me pareció lamentable.

Esa fue la razón por la que mi entrenamiento en la Montaña Espiritual fue mucho más agotador que el de otros. Estuve cerca de la muerte innumerables veces.

"Sin embargo, gracias a mi régimen de entrenamiento perfecto y mis amables enseñanzas, has alcanzado un nivel aceptable... Tsk", se jactó humildemente.

Tartamudeé: "Yo-yo siempre estaré agradecido por su gracia desbordante".

¿Qué diablos estaba tratando de decir?

Di un paso atrás cuando mi maestro se acercó, abrumado por la presión a su alrededor.

"¿Qué crees que habrías hecho si hubieras estado expuesto al Arte Supremo de Todos los Tiempos cuando eras joven?"

"Quién sabe, pero ¿No sería más fuerte de lo que soy ahora?" Respondí.

Desconcertado, pregunté: "¿No fue hace mucho tiempo? Estás actuando un poco extraño hoy".

El maestro que conocí no se detuvo en el pasado.

Este tipo de suposición de "qué pasaría si" era algo que nunca antes había encontrado.

Mi maestro se echó a reír. "Solo escúchame. ¿No me preguntaste antes cuándo podías irte? ¿Todavía no lo entiendes? ¿Por qué no te he permitido salir de la montaña todo este tiempo?"

"¿No es porque necesitas que alguien te cuide?"

"Así es, pero esa no es la única razón". La expresión juguetona de mi maestro se desvaneció.

Ya me había hecho retroceder hasta el borde de un acantilado. Sin darme cuenta, miré hacia atrás, encontrando una caída empinada rodeada de una extraña niebla.

"Ver algo una vez es mejor que escucharlo cien veces".

Thud.

Me empujó.

"¿Qué-?"

Traté de hacer circular mi energía interna, pero ya era demasiado tarde. Mi conciencia comenzó a desvanecerse. Aparentemente atado por cadenas, tampoco podía moverme.

Caí como un pájaro con las alas rotas.

La niebla oscureció el rostro de mi maestro tan rápido como caí.

Extrañamente, su voz resonó claramente, incluso durante el descenso. "Veamos... Quince años parece apropiado. Otra ventaja del Arte Supremo de Todos los Tiempos es que no tienes que empezar a practicarlo desde la infancia".

"¡E-Espera un minuto!"

"Volvamos a encontrarnos en diez años, discípulo más joven".

Justo después de escuchar esas palabras, me desmayé.