Capítulo 152: Espionaje

No era tan tarde, y la sastrería seguía abierta.

Después de que Benjamín explicara brevemente su situación, la jefa no tuvo objeciones y permitió que Benjamín se parara en un rincón de la tienda para analizar discretamente la situación dentro de la puerta.

Ahora que la Fisura del Espacio de Conciencia fue reparada, la habilidad de Detección de Partículas de Agua no se vio afectada por la calidad en la habilidad mágica de Benjamín. De hecho, el alcance de la detección era mayor a la de antes.

Basándose en la respuesta de las partículas de agua, Benjamín pudo ver a diez personas controlando el paso peatonal de la puerta, y a otras doscientas personas haciendo guardia en la parte superior de la puerta; lo que corroboró con la información que obtuvo de las escuchas.

La estructura de la Puerta de los Cruzados se fue formando lentamente en su mente.

La puerta parecía más que nada a una fortaleza, ya que no tenía mucho espacio para permitir el movimiento humano. El centro de las puertas consistía en dos gigantescas puertas de acero con una fuerte aura proveniente de las Artes Divinas. Parecía que no había otra forma de pasar por estas puertas que abrir la puerta desde dentro de la fortaleza.

Entre las dos puertas había un sendero de cien metros, que era la ruta obligatoria para entrar y salir de la misma. A los lados del sendero, las puertas laterales estaban abiertas, y conducían a largos pasillos y habitaciones. Cada una de las habitaciones tenía diferentes funciones, como alojamientos para los guardias que se asemejaban a dormitorios, salas de oración especialmente construidas para la iglesia, una sala de mando, una cantina, un almacén…

La puerta de los cruzados tenía miles de metros de ancho y cientos de metros de espesor. Por eso había tantas habitaciones.

La atención de Benjamín viajó de un lado a otro de las habitaciones en un intento por buscar las cruces que podian identificar a los magos.

A las diez en punto, los guardias de las puertas cambiaron de turno. Los diez guardias de patrulla pasaron las cruces directamente a los guardias del siguiente turno. Con las luces encendidas, el siguiente turno de guardias sostuvo las cruces y continuó controlando a los peatones que marchaban prestos en sus viajes durante la noche.

Benjamín sintió dolor de cabeza al observar esa escena.

¿Era necesario utilizar las mismas diez cruces durante veinticuatro horas, trescientos sesenta y cinco días? ¿Qué tan tacaña era la Iglesia al no preparar algunas para reserva? ¿Cómo podría robar Benjamín las cruces?

No.…Deben de haber repuestos. Los instrumentos mágicos tienen sus respectivas durabilidades, y se dañaran si se usaran con demasiada frecuencia. ¿Dónde se guardaría la reserva? Tal vez el rango de detección de Benjamín no era lo suficientemente amplio; sólo podía sentir las habitaciones que estaban cerca de él. Los que estaban al otro lado, o los que estaban más adentro de las puertas, desafortunadamente estaban más allá de su capacidad.

Ah, qué gran dolor de cabeza.

Gradualmente Benjamín termino con su inspección y se quedó perplejo ante la situación, con la espalda apoyada contra la pared de la sastrería.

• ¿Cómo estuvo? ¿Terminaste con eso? –  La voz de la jefa le devolvió al mundo real: – Se hace tarde, voy a cerrar mis puertas pronto. Es hora de que tú también descanses.

Benjamín se encogió de hombros impotente, – Esto va a ser muy difícil. Las defensas alrededor de las puertas son bastante estrictas.

Aunque el taller de tejido no estaba cerrado todavía, no había otros clientes dentro. Todo el mundo en la tienda era un mago, por lo que Benjamín no tenía necesidad de fingir ser un cliente, ni de evitar hablar de temas delicados.

– Por supuesto que lo es. Por eso dijimos que no teníamos ni idea de cómo hacer esto –. La jefa no pareció especialmente decepcionada, ya que dijo: – La cosecha de estos años estuvo a punto de ser aceptable. Ocasionalmente, las personas que se encontraban dentro de las puertas llenaban sus reservas de alimentos pidiendo comida a la ciudad. Varys tiene un negocio aquí, y se las arregló para colarse en el lugar un par de veces. Pero no encontró nada.

….. ¿Entrar a hurtadillas en el lugar? Una idea le vino de pronto a la mente.

– ¿Tenemos oportunidad de entrar por las puertas? – Preguntó rápidamente.

– ¡Por supuesto! Yo misma entré un par de veces, contestó la jefa mientras asentía, – Hacía un frío anormal el invierno pasado, y la gente en las puertas ordenó un gran lote de ropa acolchada de algodón de la ciudad. Entraron unos cuantos dueños de tiendas de sastrería. Sin embargo, sólo pudimos caminar hacia las puertas; no nos permitieron adentrarnos más de cierto punto.

Benjamín pensó en ello por un momento. Agitó la cabeza. La idea que se le ocurrió fue disfrazarse de guardia de patrulla para entrar por las puertas de los cruzados. Sin embargo, la jefa se refería a – detenerse en la puerta, colocar la mercancía allí y marcharse–  cuando dijo –entrar a hurtadillas en el lugar–. No hubo ningún entrar.

Cuanto más pensaba Benjamín en esto, más imposible parecía esta misión de robar una cruz.

¿Implicaba esto que debía rendirse?

Además, consideró la situación. De repente, cambió de tema y repentinamente levantó la cabeza: – Cuando pidieron la ropa acolchonada de algodón de la ciudad, ¿saben cuánta cantidad pidieron en total?

La jefa parecía sorprendida, como si no pudiera entender por qué Benjamín quería saber eso.

Después de fruncir el ceño y pensarlo por un rato, finalmente respondió: –  En ese momento... Fueron aproximadamente mil piezas si agregamos la de las otras tiendas. Pero además le compraron otros mil a Varys.

Benjamín asintió, pensando profundamente.

Según los arreglos relativamente excelentes para los turnos y los días feriados, los guardias de patrulla recibían un trato decente. Si quisieran pedir ropa especial, sólo comprarían más en lugar de comprar menos. Además, cuando Benjamín observó el dormitorio usando la Detección de Partículas de Agua antes de esto, hizo una estimación aproximada de que habría aproximadamente dos mil guardias viviendo en la puerta.

Dos mil guardias...

Benjamín también notó que sus armaduras no estaban bendecidas, y eran pedazos ordinarios de acero. Su entrenamiento debe ser incompatible con los de los experimentados por los Santos Caballeros o los Caballeros Reales, lo que significaba que probablemente sólo tendrían una destreza de combate promedio. El aura invencible alrededor de este lugar se debía únicamente a la puerta impenetrable.

–¿Qué pasa? ¿Por qué preguntaste eso? La jefa estaba perpleja después de que Benjamín dejó de hablar por un momento.

–  De acuerdo a la orden de ropa, podríamos concluir que hay casi dos mil personas haciendo guardia en las puertas. –   Benjamín se cruzó de brazos y se apoyó en la pared, –  Estoy pensando en lo fuertes que serían estas dos mil personas en una batalla.

La sorpresa coloreó la cara de la jefa mientras agitaba rápidamente la cabeza: – ¿Planeas abrirte paso a la fuerza? No, eso no funcionará. Hay un obispo y otros seis sacerdotes allí; ni siquiera podemos manejar al obispo, no tiene sentido pensar en los otros sacerdotes.

A Benjamín también le sorprendió bastante esa afirmación. ¿Había tantos hechiceros protegiendo las puertas de los cruzados?

Ya estaba pensando en los detalles de una batalla en su mente. Después de todo, había más de veinte magos en la ciudad, y los soldados sin equipos benditos eran inusualmente vulnerables cuando eran confrontados por un mago. Si todos ellos pudieran colarse por el sendero entra las puertas y lanzar un ataque sorpresa, podrían romper la línea de defensa y escapar directamente del país.

Eso ya no parecía factible.

El grupo de la Iglesia era una fuerza que nunca podrían derrotar.

–¿Conoces las habilidades mágicas de los otros? ¿Cuántos hechizos conocen? –  Benjamín se negó a rendirse cuando se lo pidió.

–  Podría hacer una suposición aproximada–  dijo la jefa. Más pronto, agitó la cabeza, – Pero necesito recordarte que no tengas demasiadas expectativas....

–  Está bien. Todos son apenas iniciados en magia, ¿no? –  Benjamín parecía ansioso por probar esta teoría mientras respondía con entusiasmo: –  La gente siempre mejora con la práctica.