⚠️ Traducción hecha por fans. Sin derechos sobre el contenido original.
Capítulo 165: La iglesia es el futuro.
En las montañas, al norte de la ciudad de Crewe
– Solo puedo decirte, que tienes demasiada fe en la protección de la Puerta
Por haber presenciado el fuego que transcurría encima de la Puerta de los Cruzados, todos en la ladera de la montaña quedaron bajo un velo de silencio. No importaba si se tratara del Obispo, los sacerdotes, el traidor ese de Andrew, o los miles de guardias de patrulla que los rodeaban, todos miraban en la misma dirección, sin nada que decir, era como si el tiempo se hubiese detenido.
Solo Benjamín miraba en esa dirección con asentimiento, con una feliz sonrisa en su cara.
Después de descubrir la identidad doble de Andrew, congrego en secreto a los magos y llevo a cabo una reunión secreta. Sin duda alguna, Andrew lo quería fuera de la ciudad de Crewe, y por ello procedió con el plan para hacer lo que veía en estos momentos, un gigantesco plan para rodearlo en silencio. Pero Benjamín se dio cuenta de algo rápidamente, ¿por qué ellos no intentaban atraer a la gente a la Puerta?
La verdad, es que después de observar la Puerta por un largo rato; su impresión final no fue que esta fuera inexpugnable, más bien, sino que los responsables de ello eran los guardias de patrulla quienes eran responsables de ella.
Por ello, con el único fin de atraerlos fuera de la Puerta, creo el plan de distracción en su mente.
Era un plan muy riesgoso, ¿Que pasaría si la gente que le rodeaba fuera demasiado poca? O si algunos de los más fuertes se quedaran a custodiar la entrada, o que tal si el Obispo decidiera no tenderle ninguna trampa... Si el cometiera algún error de cálculo, era muy probable que el golpe fuera fulminante para su grupo entero.
Pero entonces pensó, Andrew ya los había traicionado, ¿Podrán sobrevivir los magos en la ciudad por mucho tiempo más?
No tenía forma de regresar de la muerte, no tenía forma de cambiar el pasado, así que, incluso si el llegara a morir, debía de arrastrar consigo a la Iglesia, y hacerla derramar sangre, al punto de hacerlo sentir que están muriendo junto con él.
Ahora que lo pensaba más de cerca, el tratar de apoderarse de la fortaleza fronteriza más poderosa del Reino de Helius, era una idea muy loca. Pero en aquel momento, su cerebro solo pudo pensar en ello, Benjamín sentía que el mismo debía de haber enloquecido.
Afortunadamente, este mundo puede aceptar también a los locos en sí
Y ahora, la luz del fuego en el cielo era la prueba de ello
– ¿Sorprendido? – Viro su cabeza para mirar al silencioso Obispo, – Me usaste como una rata para intentar destruir a los magos, pero estos pueden fácilmente darse la vuelta y morderte como una víbora. Es lo que suele pasar cuando subestimas a las personas.
El Obispo lo vio con indiferencia, sin palabras, pero con su rostro enrojecido, su anterior actitud blasfema se esfumo completamente.
Benjamín solo respondió con una "amistosa" sonrisa.
Pensando cuidadosamente, el Obispo solo quería realizar tramas internas, pero Benjamín logro contraatacarlo y vencerlo, le arrebato su casa y lo calumnio delante de todo el pueblo. El estado de ánimo del Obispo empeoro mucho.
¿Pero a quien podía culpar?
Solo podía culparse así mismo, solo quería luchar contra el Obispo de la capital del Reino, pensaba que los magos eran insignificantes, y ahora, había perdido.
– Lord, Lord Obispo, la Puerta, La puerta allá... – Andrew miro al Obispo, pero estaba sin palabras.
Al oír esto, el Obispo respiro hondo, murmuro algo en voz baja como intentando calmarse. Entonces agito la cabeza, antes de volver a ver a Benjamín, su expresión volvió a verse tranquila una vez más.
– Me encontraba demasiado ansioso, y encontraste las lagunas en mi plan. – Se esforzó en sonar como si todo lo ocurrido no importara en lo más mínimo, como si el asedio a la Puerta no fuera nada demasiado grave, – Se por qué no tienes nada que temer. Quieres un intercambio, Te usaste para tomar el control de la Pasarela, de esta manera, todos ustedes pueden proceder a Icor sin mayores complicaciones.
Cuando Benjamín escucho esto, no pudo evitar hacer otra cosa más que reírse.
El Obispo frunció el ceño.
– Piensas demasiado. – Benjamín negó con la cabeza y dijo en voz baja: – Nos esforzamos en apoderarnos de la Puerta, pero ahora, solo porque tú lo digas, ¿esperas que te la devolvamos?, ¿Crees que de verdad lo haremos? ¿Quién te crees que eres?
– ¿Es eso así? – Junto a su voz calmada de antes se empezó a filtrar su ira, el puño que mantenía bajo su ropa se apretó más y más. – Bueno, ya que es así, entonces, no pienses si quiera que vas a dejar este lugar con vida.
De esta forma, la atmosfera volvió a tensarse una vez más.
... ¿Están haciendo su jugada?
Benjamín se sintió ofendido, ¿por qué cada vez que llegan a este punto, las personas que sirven a Dios no pueden simplemente considerar esto como su voluntad Divina y aceptar los eventos?
Doble moral, cínicos.
Pero...
mientras lo pensaba, Benjamín sintió que ya era el momento. Entonces, se giró repentinamente, cambio su tono de voz, volvió a mirar al Obispo y dijo:
– ¿Has oído hablar del aceite de caballo?
El Obispo miro a Benjamín sin decir nada, probablemente sin saber que responder ante la posible baza oculta que escondía Benjamín. Benjamín no espero a que respondiera, solo prosiguió:
– Aunque no sepas mucho de ello, ya te lo digo yo, escuche que la gente lo suele usar como producto de belleza, algunos incluso se lo comen, mas no pueden soportar su hedor. Especialmente si es un cubo grande, después de unos días, tal hediondez es... ¡Otro nivel! – Mientras daba su discurso, agito la mano delante de su nariz y con la otra se la tapo, y continuo:
– Pero si se usa agua para diluirlo, el sabor mejora enormemente, si la viertes en el suelo de manera uniforme, la viertes por los caminos, entonces, a menos que seas un demonio o una bestia con una nariz muy sensible, posiblemente nadie más lo note.
Tal vez fue porque la cara de Benjamín parecía ser en estos momentos muy golpeable, o parecer que merecía una paliza, ya que incluso el mismísimo Sistema apareció de entre los muertos para comentar: – ¿Estás seguro que lo que haces está bien? Si no sales corriendo, el Obispo te matara con total seguridad.
Benjamín sonrió y hablo con el Sistema en su mente: – ¿Estás seguro que lo que haces está bien? Aunque me encuentre en frente de los enemigos, puedo regresar con facilidad al espacio de conciencia y matarte.
"..."
el Sistema se abstuvo de aparecer quien sabe por cuánto tiempo, pero ahora que se había armado de valor para hacerlo, Benjamín simplemente lo corto con indiferencia.
Volviendo a la realidad, la gente alrededor de Benjamín, tenía una mirada desconcertada en sus caras. Debía ser porque aparte de sentir ganas de golpear a Benjamín, no llegaron a ninguna conclusión.
Benjamín vio esto, y asintió en su mente.
El Obispo, no estaba demasiado informado sobre los demonios
Pero ahora, que estaba a punto de llegar a una conclusión.
– ¡Basta!
Así como así, Benjamín dudo en usar su tono de voz actual para comentar sobre el amor que sentían los grifos por el aceite de caballo, Andrew, quien estaba de pie a un lado suyo, se veía como que no podía contenerse ni por un segundo más, de repente, dejo de retenerse.
Solo se podía escuchar su hechizo, una enorme bola de fuego apareció en el aire y esta fue directamente sobre Benjamín.
– ¿Andrew? – El Obispo frunció el ceño, mas no lo detuvo, pero tampoco ataco junto con él, se quedó al margen para ver la pelea.
Benjamín, estaba bastante tranquilo.
Justo cuando la bola estaba a punto de alcanzar su cara, de repente, abrió su boca y empezó a recitar el hechizo de Pilar de Vapor. Justo después, un viento húmedo detuvo la bola de fuego, rotando sobre sí misma, mas sin avanzar ni una sola pulgada.
Poco después, la bola de fuego se extinguió por el vapor, como si fuera una vela de un pastel de cumpleaños
Andrew quedo aturdido.
– ¿Por qué estás tan molesto? – Benjamín lo miro mientras negaba con su cabeza: – tú también eres un mago, el que me apoderara de la iglesia no es problema tuyo. Ellos ni siquiera han hecho su jugada, ¿Y eres tu quien no puede quedarse quieto en su sitio?
Nadie podría ser tan lameculos, jamás podrían llegar a tal nivel.
– ¿Qué es lo que sabes? – Los magos quienes no son más que un puñado de fenómenos cínicos, jamás llegarán a nada. – Andrew recobro el sentido, apretó sus puños y miro a Benjamín mientras rechinaba sus dientes antes de decir: – La Iglesia es el futuro.
Al escucharlo, Benjamín no pudo hacer más que encogerse de hombros.
– Tal vez, tal vez no, lo que sea que suceda en el futuro, nadie lo sabe. – Observo a Andrew con arrepentimiento en sus ojos, tal vez fue misericordia lo que sentía, – La Iglesia puede ser el futuro, pero desafortunadamente, tú también eres un mago, y el futuro que predican, no tiene nada que ver contigo.
Dicho esto, recito el hechizo Rompehielos.
Después, de ello, una ráfaga de olas mágicas congelantes invadió el ambiente, y por encima de la cabeza de Andrew, se formó una pica de hielo de un metro de longitud en menos de lo que dura uno en pestañear.
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