⚠️ Traducción hecha por fans. Sin derechos sobre el contenido original.
Capítulo 189: Una visita del Gremio de Magos
Ya casi era de noche cuando Benjamín finalmente dejó el bosque.
Cuando el último sacerdote restante se suicidó para evitar revelar sus secretos, Benjamín no pudo hacer nada. No había manera de que pudiera descubrir los planes de la Iglesia. Sólo podía mantener este incidente en su corazón, recordándose a sí mismo que debía comportarse con más cautela en Icor.
De hecho, todo el proceso de lucha contra los tres Sacerdotes difería completamente de las expectativas de Benjamín y ni siquiera estaba seguro de si se trataba de una buena o de una mala diferencia.
Cuando lo pensó, los sacerdotes probablemente habían descubierto su posición la primera vez que atacó. Pero en ese momento, la distancia de Benjamín era todavía un poco lejana, así que fingieron que no lo habían encontrado, pensando que podían atraer a Benjamín a su trampa y, por lo tanto, desperdiciaron la mitad de sus Cruces de Protección.
Si no fuera por los sacerdotes tiraron por la borda la mitad de sus cruces para hacer que su acto pareciera más genuino, Benjamín probablemente se enfrentaría con muchos obstáculos si tuviera que ir en contra de ellos, incluso llegado al punto en que podrían haber escapado.
Se ataron a su propia trampa.
Desafortunadamente, Benjamín subestimó la determinación de ese último sacerdote. Sin embargo, aunque pensara que se iba a suicidar, no había nada que pudiera hacer. Si una persona realmente quisiera morir, habría una manera, y no digamos más, de un fanático de la religión como él; ya sea por auto–combustión o por morderse la lengua o inanición, era muy difícil para Benjamín detenerla.
Así, después de su muerte, Benjamín agitó la cabeza impotente y al final tuvo que dejar este asunto a un lado. Se agachó y tocó el cadáver.
No importa cuántas cruces hayan detonado estos sacerdotes, deberían quedar algunas cosas útiles.
Rebuscando entre los tres sacerdotes usuarios de Artes Divinas, Benjamín logró encontrar siete instrumentos mágicos en total, todos los cuales eran cruces que podían impulsar la energía espiritual, ayudar a la recuperación de la energía espiritual y otros de ese tipo. Guardo bien estos objetos. Incluso si no los usaba él mismo, podía distribuirlos a otros magos que definitivamente los querían.
Lo único que lamentaba era que no volviera a encontrar ninguna carta extraña.
Después de recoger su recompensa de las batallas, Benjamín abandonó apresuradamente esa zona. El olor a sangre se había desvanecido lentamente y para evitar los problemas añadidos de los ataques que rodeaban a las bestias mágicas, era mejor que se marchase primero.
Además, tenía una tarea a mano.
Después de salir de esa zona, Benjamín utilizó toda su energía para localizar a la Serpiente Oculta. Después de todo, era una criatura con un cuerpo transparente, por lo que la búsqueda sería difícil. Pero afortunadamente, Benjamín tenía su hechizo de detección de partículas de agua, así que la búsqueda fue menos difícil.
Después de pasar unas tres horas, caminando por buena parte del bosque, sólo al final descubrió a esta mítica criatura mágica dentro del agujero del tronco de un árbol. Las habilidades de combate de una Serpiente Oculta no eran muy fuertes, así que Benjamín rápidamente lo atrapo en un bloque de hielo, la congeló dentro y luego lo guardó en su propia bolsa.
Así, no había nada más que hacer en el bosque. Benjamín se dio la vuelta y se fue.
Bajo el tranquilo cielo nocturno, voló rápidamente al pueblo de Hank, listo para entregar el objeto y recibir esos dos libros del viejo a cambio. Podría leerlo en la cama esta noche antes de dormir.
Sin embargo, cuando estaba a punto de llegar a la ciudad de Hank, se produjo un pequeño incidente repentino.
En el aire, se topó con otro mago de su pequeño grupo de magos, Frank.
–¡Señor Benjamín, qué coincidencia, me dirigía al bosque a buscarle!
Benjamín estaba un poco confundido y le preguntó: –¿Por qué me buscas? ¿Qué pasó en la ciudad?
–No te preocupes, no es gran cosa.– Frank agitó la cabeza y respondió: –Sólo que de repente dos magos llegaron al hotel, diciendo que eran gente de algún gremio de magos y que querían conocerte.
¿Grupo de magos?
Benjamín sintió que esto era un poco difícil de entender.
Que el Gremio de Magos supiera de su paradero no era nada extraño. Pero.... ¿Por qué estaban buscando a Benjamín? ¿Podría ser que la Reina deseara reclutarlos por la fuerza? No debería haber tal necesidad ya que ellos ya habían dejado el ejército hace mucho tiempo, y sólo dos magos no podrían obligarlos a ello.
Mientras pensaba en la descripción del anciano del Gremio de Magos y en los secretos del Gremio de Magos de los que hablaba el joven desconocido, Benjamín sintió que las cosas eran aún más raras.
Pero ya estaban aquí en persona, no podía negarse a recibirlos. Entonces, Benjamín asintió con la cabeza y dijo: –Claro, los veré enseguida.
De hecho, también tenía un poco de curiosidad. ¿Cómo sería la actitud de una organización tan grande dentro de la tierra de Icor, el Gremio de Mago?
Pensando en ese sentido, Benjamín y Frank volaron juntos a la ciudad de Hank.
Sin embargo, inesperadamente, incluso antes de que pisaran la puerta principal del hotel, ya podían ver a un buen número de personas rodeando la entrada del hotel. Se escucharon varios sonidos cacofónicos, como si hubiera algún drama interesante que valiera la pena ver.
Confundidos, los dos se acercaron para mirar más de cerca, y descubrieron como resultado que había algunas caras familiares en la multitud. Jefa, Varys, Augustine... Los magos que escaparon de Ciudad de Crewe estaban todos metidos entre esta multitud.
Había un espacio vacío, rodeado, dentro de la multitud atestada. Dos personas estaban en ese espacio; una era un mago en el pequeño equipo de magos, Joanna, y otra era una cara desconocida.
Benjamín no pudo evitar levantar las cejas ante esta escena.
– ¿Qué está pasando?
Al presenciar esto, Frank también llevaba una cara de desconcierto mientras agitaba la cabeza y decía: –No sé... Todo estaba bien cuando me fui. ¿Por qué todos salieron corriendo de repente?
Benjamín no tenía nada más que decir ante eso, así que simplemente empujó a través de la multitud y entró. Se dirigió al espacio en medio de la multitud, al lado de Joanna, le dio unas palmaditas en el hombro y le preguntó: –¿Qué es todo esto? ¿Qué ha pasado?
Joanna se dio la vuelta con cierto deleite y sorpresa. –Maestro Benjamín, ¿finalmente has vuelto?
Benjamín asintió sin entender lo que estaba sucediendo.
–Qué demonios...? ¿Podría alguien explicarle cuál era exactamente la situación?
Al mismo tiempo, el desconocido que estaba de pie en el lado opuesto del círculo lo oyó y dirigió su mirada hacia Benjamín, mostrando una expresión de sorpresa.
–¿Usted es el Maestro Benjamín?– Preguntó.
Benjamín asintió con la cabeza, pero ahora estaba aún más confundido.
–¿Puede alguien decirme qué está pasando exactamente ahora?– Miró a su alrededor. Excepto por los magos del equipo, había muchos peatones, todos ellos mirándole con curiosidad, dejándole sin habla.
Finalmente, Joanna respondió. Su expresión se volvió un poco incómoda cuando le explicó todo suavemente a Benjamín. Parecía que el desconocido que estaba frente a ella era el mago del Gremio de Magos. Él y otro mago dijeron que estaban aquí para reunirse con Benjamín, pero que Benjamín no estaba presente, así que tuvieron que esperar en el hotel. Pero, terminaron entablando una conversación con otros magos.
Acabando de escapar del reino, los magos seguían sintiendo curiosidad por el mundo exterior. A medida que la conversación avanzaba, de alguna manera, hablaban de la diferencia entre la magia de ambos lados. Inmediatamente, los magos se volvieron más curiosos y se sintieron un poco competitivos.
Coincidentemente, los dos magos del Gremio de Magos eran magos aventureros. Así, fueron invitados a la entrada del hotel para hacer comparaciones y ver si la magia más allá del reino se había desarrollado a un nivel inimaginable.
Eso fue la explicación de la escena de antes para Benjamín.
Después de escuchar toda la historia, Benjamín sintió que no había nada que pudiera hacer al respecto. Pero aun así estaba bien, ya que la atmósfera parecía bastante agradable. Predijo que sólo sería un intercambio espontáneo de habilidades de combate; bastante útil también para los magos dentro del equipo.
Así que, después de pensarlo un poco, no se opuso.
–Muy bien... Entonces, todo lo mejor para ti, pelea bien, no nos avergüences.
Benjamín no esperaba nada del resultado del combate. Tenía muy claro el alcance de las habilidades de sus muchos magos. Ni siquiera habían tocado la habilidad de meditación durante mucho tiempo, ¿cómo podían pensar en convertirse en un oponente adecuado para alguien educado por el Gremio de Magos?
Tómalo como entrenamiento.
Pero...
–Maestro Benjamín, ya que estás aquí, no voy a pelear, ¡Ya que tu deberías participar en la pelea!– Joanna parecía emocionada, – Eres la mejor entre nosotros, así que deberías ser tú el que represente a los magos del Reino de Helius y enfrentarse a ellos
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