⚠️ Traducción hecha por fans. Sin derechos sobre el contenido original.
Capítulo 92: Mercenarios
"¿Yo? No soy más que un viejo normal".
El viejo respondió sin mirar atrás.
Benjamín estaba obviamente insatisfecho con esa respuesta.
"¿Sólo un viejo normal?" Benjamín se rio e inmediatamente preguntó:"¿Buscaría el líder de los bandidos del monte Norte a un anciano normal para recibir ayuda después de que fueron asaltados por la iglesia? ¿Sería un anciano normal lo suficientemente valiente como para ir contra la iglesia? Basta de tonterías".
El anciano sonrió y respondió: “No debes simplemente decir las cosas, joven. No fui contra la iglesia. Tú eres el que mató a esas cuatro personas".
Benjamín agitó la cabeza.
Empezaba a impacientarse con el acto del viejo. El anciano y él fueron considerados camaradas en el momento en que esas cuatro personas fueron asesinadas. Ser parte de eso debería de ser lo esperado. ¿Tiene sentido jugar a este tipo de juegos de palabras?
Benjamín dejó de caminar y dijo indiferente: "En estos momentos estás refugiando a un asesino de un país enemigo que ha intentado matar al Papa. Si esto no es ir en contra de la iglesia, ¿qué lo es?"
Con estas palabras fuera de su boca, el anciano se puso rígido y finalmente dejó de caminar.
De espaldas a Benjamín, permaneció allí callado durante un rato y suspiró de la nada. Luego se giró con una mirada muy severa. "No eres un hombre sencillo. Sabes del intento de asesinato del Papa, aunque esta noticia no fue anunciada al público".
Benjamín se encogió de hombros y dijo confiadamente: “Gracias. Sé que soy notable".
"..."
Tal vez el anciano no había visto nunca a nadie tan desvergonzado, lo que lo dejo conmocionado. Le llevó un tiempo comprender la declaración de Benjamín. Miró a Benjamín y al asesino que llevaba encima y suspiró un par de veces.
Finalmente habló.
"¿Quién soy yo...? Es una larga historia". miró fijamente a la linterna de su mano como si estuviera pensando en algo que nadie conocía.
Sin embargo, Benjamín dijo: “Está bien. Puedes hablar mientras caminamos y yo te escucharé. Es aburrido estar en este pasadizo secreto de todos modos."
El viejo se río al oír la respuesta. Luego se dio la vuelta y siguió caminando por el pasillo. Benjamín le siguió rápidamente.
La voz del viejo hombre resonó tranquilamente por el pasillo.
"No hay nada de qué hablar en realidad. Todo está en el pasado y hasta yo he olvidado mucho de ello. Honestamente, ya ni siquiera sé cómo me llamo. La gente me ha estado llamando Jefe Silverfox, así que me convertí en Jefe Silverfox." Luego continuó con un tono autodespreciable y dijo: “Sinceramente, no quería ayudar al bandido del monte Norte, pero su padre me salvó la vida cuando yo era mercenario. Por lo tanto, tengo el deber de cuidar de él, aunque se haya convertido en bandido".
Benjamín arrugó las cejas en este punto de la historia.
¿Mercenario?
Sabía lo que era un mercenario, pero para su conocimiento era una ocupación que no había existido en el reino de Helius desde hacía mucho tiempo.
Todo esto se debió al arduo trabajo de la Iglesia.
La Iglesia creía que los ministros y los santos caballeros eran más que suficientes para proteger a los ciudadanos del reino de ser invadidos por criaturas mágicas. También sentían que los mercenarios eran difíciles de manejar y propensos a asociarse con magos, ya que generalmente no estaban vinculados por ninguna organización. Usaron esto como excusa para exterminar todas las bases de mercenarios en aquellos días. Los plebeyos ni siquiera sabrían lo que era un mercenario si uno les preguntara.
¿Y este viejo era un mercenario en sus mejores tiempos?
Los mercenarios eran personas que arriesgaban su vida a diario.
Ahora estaba claro por qué estaba tan calmado cuando iba en contra del secuaz de la iglesia y no vaciló cuando cooperó con Benjamín.
"Ya no ves más mercenarios en el reino en estos días. La iglesia aún no había empezado a limpiar a los mercenarios cuando yo estaba en mi mejor momento. Una de cada cinco personas, especialmente cerca del oeste de las montañas, era un mercenario". Rastros de nostalgia podían ser escuchados en la voz del viejo. "Ahora... no queda nada. Todos decían que viviría una larga vida, pero nadie esperaba que viviera por tanto tiempo. Esos compañeros de batalla en los días pasados están muertos o han abandonado este reino. Soy el único que queda vivo sin propósito en este lugar."
Benjamín podía oír la soledad en su voz.
Sinceramente, no podía creer que el anciano llevara una vez un estilo de vida tan extremadamente peligroso. A juzgar por la posición especial en la que se encontraba el anciano, debe haber sido un excelente mercenario en su época.
Por eso lo llamaban el Jefe Silverfox, alguien que era más superior que un líder de pandilla típico.
El anciano dejó de contar su historia en esta etapa y se rió suavemente, luego continuó: “Sabes, te harás amigo de todo tipo de personas después de haber sido mercenario por más de una década. Estarás en una posición especial donde habrá gente extraña y misteriosa pidiéndote ayuda una vez que tengas muchos amigos. No miento cuando digo que soy un viejo normal. Habría muerto en la mano de la Iglesia si no fuera por la ayuda de estas personas. Puedes sentir que soy una persona muy especial, pero en realidad sólo estoy pagando las deudas que tengo".
Benjamín asintió cabeza como si estuviera pensativo después de escucharlo. Sin embargo, sus pensamientos se desviaron hacia otras preocupaciones.
Benjamín sólo podía adivinar cómo la Iglesia reprimía a los mercenarios basándose en los rumores que oía de vez en cuando. Ahora, no pudo evitar pensar que se trataba de un derramamiento de sangre cuando escuchó la historia del anciano.
Se quedó dando vueltas por su mente lo que la Iglesia le estaba haciendo ahora a los aristócratas.
Estas dos acciones parecían ser similares.
Empezó con los magos y luego le paso a los mercenarios. Los aristócratas fueron su siguiente objetivo.
Por muchos años, la Iglesia ha estado haciendo pequeños movimientos, cambiando su objetivo con el tiempo. Todos los elementos inestables del reino fueron suprimidos uno tras otro.
Benjamín no podía evitar pensar que la palabra "aristócratas" sería extraña para todos en unas cuantas décadas si la iglesia no paraba sus acciones.
Sin embargo, si la iglesia realmente erradicara por completo el poder de los aristócratas y construyera un reino puramente religioso, podría requerir que la iglesia ejerciera un poder y habilidades extraordinarias para lograrlo.
Definitivamente alguien detendría a la iglesia.
Por lo menos, los aristócratas con poder definitivamente no permitirían que ocurriera fácilmente. Aunque los aristócratas parecían haberse rendido, definitivamente trazarían sus contramedidas en la oscuridad. Esta es la verdadera fuerza de los aristócratas.
Tal vez, en este momento, los poderosos aristócratas estén teniendo una reunión.
Benjamín estaba pensando en esto.
Al mismo tiempo, en algún lugar del reino.
La realidad es que, los aristócratas del reino se reunieron en secreto para frenar la pretensión de la Iglesia de eliminarlos.
En una casa remota en un pequeño pueblo en Pearl Valley, ubicado en la región norteña del reino. Aunque parecía una casa abandonada, había bastante gente reuniéndose dentro de ella.
Si Benjamín estuviera allí, reconocería algunas caras familiares como Accius Fulner.
Había entre diez y veinte personas en la habitación. A excepción de la familia Lithur, estuvieron presentes todos los representantes de la aristocracia de mayor rango del reino.
Se reunieron en una mesa redonda y parecían estar discutiendo.
"Duque Accius, ¿estás seguro que la iglesia no sabe que nos hemos reunido aquí? La iglesia definitivamente vendrá por nuestras cabezas si la reunión de hoy se filtra al público, incluso si es solo el mas mínimo detalle". Uno de los aristócratas expresó su preocupación.
Accius Fulner sonrió y contestó: “No te preocupes. El propósito de enviar a los más de 30 aristócratas para causar problemas esta mañana era desviar la atención de la iglesia de nosotros. Mientras que a ninguno de ustedes se les derramen las alubias frente a los niños que están “Vistiendo” la cruz, la iglesia no sabrá nada al respecto".
Después de oír esto, todos dejaron de sentirse ansiosos.
"No hay otra opción. La familia real y la iglesia han cruzado la línea. Si esto continúa, no habrá lugar para nosotros en este reino". Un aristócrata de mediana edad con la cara llena de barba dijo enojado.
"Así es, Duque Evan." Accius estuvo de acuerdo de todo corazón mientras asintió. "La iglesia cree que ya no nos quedan más ejércitos, y después de que plantaron al traidor en la casa de los Lithur, piensan que pueden hacernos cualquier cosa. Tenemos que mostrarles que, aunque tengan sus espadas y sus santas luces, tenemos nuestra manera de hacer las cosas".
Todos los presentes asintieron de acuerdo.
Parecía que los aristócratas estaban extremadamente insatisfechos con las acciones de la iglesia.
"Hablando de la casa de los Lithur." Un aristócrata con la cabeza llena de pelo blanco dijo: “Duque Fulner, ¿recuerdas lo que pasó en el teatro hace medio mes?".
Accius agitó la cabeza y dijo desdeñosamente:"¿Cómo olvidar? Pasé tantos años, tanto dinero y trabajo para producir esos magos. Sólo podía entregarlos a la iglesia cuando se reunieron en el teatro porque alguien lo filtró a la iglesia. Tengo pesadillas relacionadas con esto cada noche cuando me acuesto. ¿Cómo puedo olvidar esto?"
El aristócrata de pelo blanco asintió y dijo: “Esta tarde recibí una noticia. Sé quién te traicionó a la iglesia".
"¿Quién?" Preguntó inmediatamente Accius ansiosamente.
El aristócrata de pelo blanco se quedo callado un rato y despues dijo lentamente: “Fue la vieja madame de la casa de los Lithur".
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