Capítulo 105 – Huéspedes Exóticos (3)
Duranto los siguientes días, el grupo hizo lo que quiso alrededor de la pacífica ciudad élfica. Algunos se fueron a la selva a recoger muestras de suelo y de vegetación, mientras que otros recogieron muestras de arroyos o lagos.
Mientras tanto, había muy pocas personas que se quedaron a escuchar las historias de los elfos en la ciudad. Ahora mismo, los elfos eran difíciles de encontrar en el mundo humano. Así, el propio reino estaba lleno de muchas cosas valiosas para estudio.
Sólo había dos personas que no se movieron de sus habitaciones. Ellos eran los representantes de Meltor, el Maestro de la Torre Blanca Orta y Theodore Miller.
¿Hoy es ya el cuarto día?
Tal vez era porque habían llegado demasiado pronto, pero Elvenheim no estaba preparada para ellos. Los elfos enviarían un guía cuando estuviesen listos, por lo que la delegación sólo tenía que esperar. Además, el sentido del tiempo de los elfos era varias veces más lento que el de los humanos.
Theo miró el bosque fuera de su ventana y murmuró el nombre del grimorio de rango leyenda, "... Laevateinn."
Era un grimorio de llamas que había terminado la Edad de la Mitología hace miles de años. De acuerdo con Gluttony, el fuego había quemado todo los árboles del mundo que crecían por encima de las nubes y destruyó a los Arv. Si esto era cierto, 'Laevateinn' era casi como un desastre para los elfos, y sin duda atacaría a Elvenheim.
No importa lo que pase, no terminará de forma moderada.
El grimorio estaba apuntando al árbol del mundo. No era una posición en la que pudiesen hablar de convivencia. Ambos bandos pelearían hasta que uno desaparezca por completo. Theodore tenía la intención de conservar su fuerza hasta que el presagio apareció. No había nada más estúpido que consumir energía y luego no ser capaz de utilizarla en momentos importantes.
En este momento, alguien golpeó a su puerta. "Disculpe. Theodore, ¿está usted en la habitación?"
"Sí."
Theo abrió la puerta, y un elfo se inclinó cortésmente como un saludo. Por sus accesorios y ropa, el elfo parecía ser de rango alto. El elfo de edad media se proclamó a sí mismo como el guía de Theo, y la noticia por que la delegación había estado esperando por un par de días por fin había llegado.
"Por favor, dime cuando estés listo. El padre de los bailarines ha llamado a por ti."
* * *
Los miembros de la delegación que se habían esparcidos por todas partes se reunieron de forma instantánea. Naturalmente, ellos tenían muchas preguntas, pero estaban reacios a preguntarle al guía en caso de verse descorteses. En tiempos como estos, era el rol del líder de la delegación dar un paso adelante y responder cualquier duda.
Así, Theodore le preguntó el guía que iba en cabeza, "¿Tenemos que seguir caminando de esta manera?"
"Sí, eso es correcto."
"¿El destino está a decenas de kilómetros de aquí?"
"Sí, eso es correcto."
Había signos de interrogación por encima de las cabezas de los miembros de la delegación, que escucharon las respuestas. ¿Por qué el número de preguntas estaba creciendo en vez de reducirse? Por otra parte, ¿los invitados iban a tener que caminar decenas de kilómetros...?
Sin embargo, cuando el guía vio sus rostros desconcertados, su única respuesta fue una significativa sonrisa. Por lo tanto, caminaron por 10 minutos sin saber nada. Theodore y Orta estaban caminando un par de pasos por delante del resto cuando el guía se detuvo de repente.
Ante ellos estaba un agujero bastante grande, lo suficiente como para que alguien pasara sin agacharse. Curiosamente, el interior estaba tan oscuro que incluso la luz no lo expuso.
En ese momento, Orta murmuró con admiración en su voz, "¡Puerta espacial...! Se trata de un registro de una época pasada, así que nunca pensé que vería una."
"¿Maestro de la Torre Blanca?"
Él no escuchó el llamado de la persona mientras tocaba la superficie con cuidado. La reacción de Orta a por el hueco casi parecía ser apasionada. Basado en su nombre, la puerta espacial parecía estar conectado a alguna parte. Después de tocar la supericie, Orta caminó hacia ella a toda prisa, y su túnica blanca desapareció en la oscuridad.
"¡M-maestro de Torre!"
"¡Increíble...!"
"¡Ohh...!"
Los sentimientos del grupo podían ser inmensamente divididos entre tres emociones: asombro, admiración; y miedo.
Aha, asi que es así. Theodore estaba en la categoría de admiración, mientras siguió a Orta sin dudarlo.
El hueco estaba conectado con otro espacio, y tan pronto como Theo entró, él sintió el distintivo mareo. Era un sentimiento de molestia similar a la enfermedad de movimiento sentida por los carruajes económicos en Bergen.
Afortunadamente, el malestar se atenuó tan pronto como dio el siguiente paso.
"... Este lugar."
Había un único aroma a madera, la sensación refrescante de aire puro, y el abrumador flujo de maná. Como Edwin había dicho, un mago, que no tiene al menos cinco círculos, podría perder el control de su poder mágico aquí.
Sin embargo, eso no tenía mucho que ver con Theodore, quien ya había llegado a los límites del 5to círculo. Él calmó el flujo de maná con una expresión indiferente.
Fue entonces cuando los vio. Había cuatro altos elfos sentados alrededor de una mesa y esperando por él.
"Ellenoa."
"Bienvenido, Theodore."
Mientras Theo saludó Ellenoa, el resto de la delegación cruzó el hueco por turnos. Se trataba de una situación donde no podían hablar en privado hasta que todos los trámites se terminaran. La delegación frunció el ceño en la incomodidad del movimiento espacial, pero no dijeron nada. Era porque estaban conociendo a leyendas del mundo, los altos elfos.
Alucard, un elfo oscuro con una impresionante piel oscura, se levantó y dio la bienvenida a los invitados. "¡Huéspedes del reino mágico de Meltor! Nosotros, Elvenheim, sinceramente le damos la bienvenida a los que han recorrido un largo camino. Después de esta reunión de hoy, espero que no seamos solo vecinos, sino amigos."
"Gracias por las amables palabras, descendientes de los Arv. Observaremos las leyes de la selva mientras nos alojamos aquí, esperando demostrar que podemos ser dignos amigos e inseparables vecinos."
Estas fueron palabras ritual. El Maestro de la Torre Blanca respondió hábilmente al saludo anticuado de Alucard, y Alucard se sentó de nuevo ya que la respuesta fue satisfactoria. Theodore y Orta estaban sentados relativamente cerca de los altos elfos, con el resto alejados.
La discusión comenzó rápidamente no mucho tiempo después.
"En primer lugar, me gustaría hablar sobre el comercio de mercancías."
Los alquimistas de la Torre Amarilla eran excelentes, pero que no podían reproducir los objetos especial creados a partir de los subproductos (productos ecológicos) de Yggdrasil. Sin embargo, Elvenheim tradicionalmente solo comerciaban en pequeñas cantidades con otros países. Nunca había habido una excepción a esa política, pero hoy fue diferente.
Alucard asintió con la cabeza, ya que ya lo habían consultado entre ellos por adelantado.
"Nos sentimos de la misma manera. Los artefactos hechos por Meltor son útiles para Elvenheim. Si se incrementa ese número, mostraremos la misma bondad."
"Si es posible, me gustaría aumentar la cantidad de materias primas para medicamentos y..."
"¿Qué piensa usted acerca de triplicar la cantidad existente?"
"Maravilloso."
De hecho, el Maestro de la Torre Blanca participó en las negociaciones diplomáticas con el conocimiento y la elocuencia que Theo no tenía. Era imposible para Theo, quien en realidad no le gustaba ser social, negociar el contrato existente y sus detalles con el socio comercial. Para esta misión, era más exacto decir que Kurt III había enviado a Theo como un diplomático.
En el ínterin, Theodore sintió una extraña incongruencia.
Ah, eso es todo.
Faltaba un alto elfo. La voz parlanchina en Ratatoskr no estaba presente. Ella era la elfa que tenía curiosidad acerca de la relación entre Theo y Ellenoa.
A pesar de que Theo se preguntaba por qué ella no estaba, la reunión entre los dos países se desarrolló sin problemas. Meltor no quería perder esta oportunidad para acercarse a Elvenheim, y Elvenheim estaba dispuesta a ceder un poco. Por esa razón, la conversación fue sin problemas.
"Así que, si no nos enfocamos en un área, ¿esta bien cortar de los bordes?"
"Está bien siempre y cuando el balance del bosque no sea perturbado."
"Entiendo. Me aseguraré de avisarle a usted antes de proceder con cualquier trabajo de leñería. En el caso de los frutos y cosecha, será dividido en una proporción de 5:5."
Una vez que la decisión sobre la tala de árboles, que estaba implícita como un tabú, fue terminada, el aire en la sala de reuniones se relajó. Ahora, lo único restante era el tema de mutua no agresión y de apoyo militar de emergencia. Estas no eran las cuestiones que podían ser determinadas en uno o dos días. Así que, como representantes de los dos países, Orta y Alucard ambos estaban satisfechos con su actual progreso en las negociaciones.
Sin embargo, el momento en que iban a moverse al banquete...
Pajik... pajijijik...
Los altos elfos tenían una audición más sensible que la de los humanos, por lo que fueron los primeros en notar el ruido. Se tensaron y miraron hacia arriba en el aire, mientras que el aire por encima de la mesa comenzó a verse perturbado. A continuación, una onda de luz apareció de algún lugar.
Alucard estaba confundido mientras exclamaba, "Esta ruta... ¡es la reina dríada! ¿Que está pasando tan de repente? ¡Estás accediendo a Ratatoskr sin nuestro permiso!"
El paisaje se volvió rojo, y los gritos se escucharon en la distancia. Theodore no podía evitar atragantarse mientras escuchaba los ruidos.
No mucho después de que Alucard terminó de hablar, la voz angustiada de alguien habló, [Ahh, ¡por favor perdónenme! Pero, ¡pero!]
"¡Explica lo que sucedió! ¡Investigaré tu error después de eso!" Por las palabras del elfo oscuro, una imagen en el aire cambió. La vista giró lentamente para revelar una terrible visión roja. Hubieron gritos como mandragoras mientras las dríades y los ents fueron tragados por las llamas, y más allá de eso estaba el origen de la tragedia.
"¿Gigante... de fuego?" Alguien murmuró cuando vio a un gigante quemando el bosque.
Las llamas cubrieron el área cada vez que daba un paso, y su espada de fuego quemó a los ents y a las dríades como si fueran hojas podridas. La escena donde sus pies convertían el suelo en magma era como una pesadilla en sí misma.
... Ese tipo.
Los ojos de Theodore se hundieron mientras el Maestro de la Torre Blanca permanecía mudo.
De acuerdo a Gluttony, Laevateinn era un grimorio de tipo maniobras autónomas, y el gigante de fuego era su segunda forma. Si dos sellos más fueran liberados, se convertiría en un monstruo de nivel maestro al que no podían permitirse el lujo de enfrentar.
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