Capítulo 109: No te culpes.

El Director Vincent firmó algunos documentos dentro de su oficina y tras sentir algunos pasos, al otro lado de la entrada, agitó su mano abriendo la puerta con su magia.

El Profesor Miller que ni siquiera pudo tocar la puerta, entró con una media sonrisa a que le abrieran la puerta.

“¿Vienes a quejarte sobre la participación del torneo o los nuevos estudiantes de intercambio?” Preguntó el Director Vincent levantando su mirada.

Los labios del Profesor Miller temblaron al escuchar esa pregunta.

Mayormente, venía a quejarse y aunque sonaba mal, en realidad el Profesor Miller era uno de los pocos que podían quejarse de algunas de sus decisiones.

Como en realidad ambos temas habían sido informados con antelación, era más que una broma que algún comentario negativo.

“Vine a preguntar sobre el informe de los estudiantes que fueron al grupo de mercenarios de Aurora. No me llegaron.” Dijo el Profesor Miller mirando al Director detenidamente.

Los estudiantes enviaban su informe de cómo fue su práctica.

Era un informe personal en donde se daban opiniones del lugar o la persona para la cual trabajaron durante un mes, a la vez que ellos tenían que dar un informe completo de las misiones que habían llevado a cabo y de lo que hicieron durante ese mes.

La opinión de los estudiantes serviría para clasificar los lugares en donde habían ido y para verificar si esos sitios seguían siendo de confianza. 

Sin embargo, también recibían un informe del lugar a donde habían ido los estudiantes.

Ya sea un gremio, un grupo mercenario o un héroe, ellos enviaban el historial del trabajo de sus estudiantes, sus comentarios, notas y críticas para evaluar a los estudiantes.

Enviando al final consejos de mejora o a veces notas de que área la academia debía especializar a los estudiantes.

Este sistema servía para ver el proceso por el cual atravesaron los estudiantes y para revisar sus actitudes durante la práctica y más importante que todo, la perspectiva de ambos grupos.

El Profesor Miller había comprobado todos los informes de los estudiantes de la clase de combate y al final no encontró el informe de los estudiantes que fueron al grupo de Aurora y lo más extraño era que todo su grupo, incluyendo Aurora y Alice salieron aprobados.

“¿Crees que le estoy dando concesiones?” Preguntó el Director Vincent con curiosidad.

Se podía ver de esa manera.

Se permitió que ese dúo fuera a su mismo gremio de mercenarios y se los dejó a cargo de varios estudiantes.

Eso significaba que ellos podían darse a sí misma sus notas.

“No. Solo quiero saber qué es lo que hicieron los estudiantes y en que mejoraron.” Respondió el Profesor Miller sinceramente.

En este momento no estaba deseando quejarse y lo único que sentía, era curiosidad por el grupo que parecía desconocido.

“Yo mismo me encargué de esos informes y no quería pasártelo porque tal vez, te molestes.” Comentó el Director Vincent y tocando su reloj holográfico envió algunos documentos y añadió. “Son documentos confidenciales de Zerzura. Trata de no hablar de ellos.”

El interés del Profesor Miller se elevó por los cielos al escuchar esas palabras y…

“¿Acompañaron a un grupo de refugiados y se enfrentaron a una ‘ola de criaturas’ y a una emboscada de una poderosa bestia de Rango S?” Preguntó el Profesor Miller incrédulo y al seguir leyendo su expresión tembló por completo y murmuró. “¿Fueron quienes detuvieron al General Kavuri y al Señor de la Guerra el Terror Somalí?”

Su expresión tembló y no supo cómo reaccionar.

Aurora y Alice como jefas de un grupo de mercenarios, fueron quienes llevaron a cabo la misión asalto, que se encargó de detener a un Señor de la Guerra de Rango S. 

Tal vez las noticias no tuvieron tanto impacto en la ciudad Atlántida, no obstante, como algunos noticieros relacionaron el tema de la ciudad Zerzura con la Empresa Apicius, era inevitable que se informara de esos temas.

Aun así, no esperaba que Aurora y Alice hubieran liderado esa misión y menos esperaba que los cinco estudiantes que se unieron al grupo también tomaron parte en las misiones.

Tal vez no lucharon de frente contra un Rango S, pero cualquier conflicto con un Señor de la Guerra reconocido, no podía ser tratado como una broma. 

A diferencia de algunos criminales del bajo mundo de las ciudades que se cuidaban para que las autoridades no lo atraparan, los Señores de la Guerra no se andaban con juegos.

“Lamentablemente, no se puede registrar la misión Asalto en su historial al menos por ahora. Sin embargo, en sus historiales se encuentran que realizaron la misión Arca y decenas de ‘misiones diarias’ como la Ciudad de Zerzura lo llaman.” Narró el Director Vincent y sonriendo con cierta alegría, añadió. “Tengo que admitir que es un buen historial para los estudiantes.”

La misión Asalto era clasificada en Zerzura, ya que se buscaba impedir que las personas se dieran cuenta de la identidad de quienes participaron.

Ya era una gran concesión que él fuera informado por los estudiantes y para Vincent era probable que Aurora se hubiera encargado de hacerlo.

Aunque esa importante misión quedaba de lado por la confidencialidad, era otro asunto para la misión Arca.

Hace unos años la Ciudad Zerzura fue conocida por llevar a cabo estas misiones en la mayor parte de África y cualquiera que estuviera un poco informado de la ciudad, la reconocería como una misión de peso.

Y aunque algunas de las misiones diarias eran pequeños trabajos de novatos, entre esas misiones había una que otra que tenía cierta relevancia.

La experiencia que ese grupo obtuvo, era superior a la que otros grupos podía conseguir y era probable que esos estudiantes hubieran luchado contra un mayor número de criaturas, que cualquier otro estudiante de su mismo año.

El Profesor Miller se quedó en silencio sin saber cómo reaccionar.

“La primera vez que escuché de ellas también me sorprendí.” Dijo el Director Vincent y sonriendo con calma, añadió. “Son más de lo que parecen. Hay que concederle eso.”

Un asunto era escuchar historias sobre dos jóvenes mujeres que destacaban y otro muy diferente era verlo por sus propios ojos.

Era normal que se sorprendiera la primera vez que escuchó historias sobre ese dúo tan capaz y si no fuera porque él mismo las contrató para que trabajaran para él, hubiera dudado.

Observando que el Profesor Miller estaba curioso sobre a lo que se estaba refiriendo, Vincent dejó su pluma.

“Edward, mi aprendiz estuvo bajo su mando hace unos años. Durante ese tiempo él me contó algunos detalles, pero no fue demasiado profundo.” Detalló el Director Vincent y con calma, explicó. “Recién cuando se unieron a la academia, me di cuenta de que tal vez mi aprendiz no mentía.”

El Director Vincent era un mago de rango SS y como todo excelente mago, tenía un magnífico aprendiz.

Edward, era el nombre del aprendiz y era un joven que hace años era tan talentoso, que llegaba a ser extremadamente arrogante.

Lo suficiente arrogante como para desperdiciar su talento para la magia creyendo que no necesitaba nada que aprender.

Como durante esos años la situación mundial era cuestionable con los conflictos con los demonios, su conocida le recomendó que enviara a Edward, con sus hijas para que trabajara en un lugar seguro.

Aunque Edward no le contó los detalles de lo que hizo, cuando él volvió cambió y se mostró más enfocado.

Lo suficiente como para querer seguir aprendiendo y al final logró convertirse en el hábil Archimago de rango S que era en la actualidad.

Por su parte, consideró que el talento de su aprendiz era la causa del avance y no hizo demasiadas preguntas sobre para quien trabajo, pero ahora se daba cuenta de que ver a dos jovencitas, seguramente lo impulsó a no quedarse atrás. 

“Al parecer las subestimé demasiado.” Murmuró el Profesor Miller honestamente.

Había supuesto que Aurora y Alice eran parte de un pequeño y desconocido grupo de mercenario, que llevaban a cabo trabajos simples. 

Si bien su perspectiva cambio cuando atraparon al demonio que casi lleva a la muerte a sus estudiantes, todavía seguía pensando que estaban en la academia para aprender o al menos, suponía que tal vez él podría ayudarlas a mejorar.

Ahora se equivocaba, ya que ellas mismas habían logrado que Clémentine ascendiera de rango.

“No te culpes. En primer lugar, ellas nunca vinieron a aprender.” Respondió el Director Vincent y con calma, añadió. “Y ahora tampoco están aquí por eso.”

Ahora su misión era otra con respecto cuando iniciaron la academia.

******

Aurora observó a sus objetivos de protección.

Cithrel Elamaris Falion, Princesa del Imperio Falion, así como Princesa del Imperio Lunar de Terra nova.

Si bien el Imperio Falion era unos de los más grandes y poderosos, el Imperio Lunar no se quedaba atrás.

La joven era una verdadera princesa.

Desde el aura que emanaba, la sonrisa que esbozaba o la cortesía con la cual hablaba y ni hablar de su apariencia.

Era una joven elfa en sus veinte y tantos, de ojos azules brillantes y un largo cabello azul, común en entre los elfos lunares, solo que un color más intenso y resplandeciente.

Llevaba un vestido cómodo y a la vez elegante, que cubría su figura que únicamente podía considerarse como hechizante.

Los elfos eran guapos por naturaleza o para decirlo de otra manera, sus facciones resultaban bastante atractivas, sin embargo, Cithrel lo llevaba a otro nivel y robaba el aliento de los estudiantes.

Esa mujer estaba rodeada de decenas de estudiantes femeninas, quienes se acercaron a la princesa que sonreía, respondiendo todas las preguntas curiosas de los terrícolas.

“Eres un medio elfo, ¿cierto?” Preguntó una joven estudiante con curiosidad innegable en sus ojos.

Preguntar la raza y era una pregunta que podía considerarse grosera y no todos sabían sobre esa cortesía con los terranovense.

Lo que causó que esa joven fuera mirada punzantemente por otras estudiantes, pero la princesa dio una sonrisa llena de tranquilidad.

“Sí. Mi padre es un humano de Terra nova y mi madre es un elfo lunar.” Respondió Cithrel con una cordialidad única, calmando a aquellos que buscaban acusar a su compañera por ser grosera.

Aurora no era una experta en la cultura general de los terranovense, pero como alguien que tenía un conocido de ese mundo, aprendió un poco.

En algunas sociedades los ‘mestizos’ eran mal vistos y eran considerados como parias.

Los elfos eran una raza cuya esperanza de vida era demasiado alta y por lo general eran muy conservadores, así que probablemente había esa clase de elfo en Terra nova.

Sin embargo, Cithrel respondió con orgullo por su ascendencia y era inevitable que se mostrará orgullosa de quienes eran sus padres. 

Su padre era el Emperador del Imperio Falion que era considerado como el imperio más poderoso de Terra nova y cuya dinastía era conocida por su linaje, cuyo potencial para la magia era ilimitado.

Como si fuera poco, era hija de la Emperatriz del Imperio Lunar, un imperio elfico por excelencia.

Esa mujer era guapa como cualquier elfo y lo único que la diferenciaba de los elfos de pura sangre, eran el largor de sus orejas.

Cualquiera podía notar la diferencia cuando uno miraba al acompañante de esa princesa, Venali Virsalor.

Un elfo de orejas más largas y aunque de una manera diferente, una belleza que no perdía con la princesa.

Tenía una apariencia andrógina y era un joven delgado, que sin duda era considerado guapo.

Que tuviera una espada enfundada en su cintura y mostrara cierta seriedad, emanando una atmósfera fría y silenciosa, cautivó aún más a las jóvenes estudiantes de la academia

“…”

Aurora observó a ambos individuos desde lejos.

En realidad, Cithrel estaba llevándose bastante bien con los estudiantes y como este era el primer día, las clases comenzaría más tarde.

Esa razón era la causa de que Cithrel estuviera rodeada de tantas jovencitas entusiastas que desean conocer más de una verdadera princesa de otro mundo y aunque había unos jóvenes con confianza para tratar de iniciar conversación con esa princesa, no todos lo consiguieron.

Y luego estaban todos los demás estudiantes que se quedaron en la sala de actos, observando desde lejos a ambos terranovense, perdidos por la belleza.

Había algunas celebridades de Terra nova, no obstante, no todos los días se podía hablar con una elfa, que además era la princesa de un importante imperio.

No importaba si algunos no le gustaban los extranjeros de Terra nova o no le agradaba el Imperio Falion, nadie podía ignorar la belleza de ese dúo.

Y que Cithrel fuera tan amistosa para conversar con otros, llevó a que muchos fueran atraídos.

Una flor brillante y conmovedora, que atraía a todos los presentes solo por su aura.

“Es buena para hacer amigos.” Murmuró Aurora mirando a esa joven brillante.

No iba a negar que ella también admiraba la belleza de la otra parte, pero tenía que resaltar el encanto y el carisma que la princesa tenía.

Los estudiantes de intercambio eran populares, sin embargo, los estudiantes de intercambio que venían de otro mundo y eran de otra raza, sin duda se llevaban el premio a la popularidad.

Y que Cithrel fuera tan amable llevó esa popularidad a nuevos niveles.

“Es una princesa de un mega imperio. Es normal que tenga carisma. Y puede estar pensando que todos son plebeyos que la asquean y al mismo tiempo dar una sonrisa. Debe tener experiencia en el tema.” Respondió Alice con un tono indiferente y cuando Aurora le dio una mirada, se encogió de hombros y añadió. “Esta academia debe ser un juego de niños para ella y más si la comparamos con lo que debe ser vivir en la corte imperial de un imperio tan grande.”

Alice estaba dejando en evidencia que toda la actuación podía ser falsa y Aurora no pudo evitar darle una mirada extraña.

¿Fue por las películas sobre Terra nova que mayormente trataban a la Corte Imperial como un nido de víboras? Esas películas eran bastante populares en la actualidad.

Algunos narraban la historia de príncipes y princesas quienes tenían que aprender a mentir, engañar y a sonreírle a su peor enemigo, sin mostrar sus expresiones.

Sin embargo, Aurora percibió que la manera con la cual Alice dio su comentario, no fue extraña. 

“¿No te gusta la ‘nobleza’?” Preguntó Aurora con curiosidad.

Alice no estaba apuntando a que Cithrel podía ser falsa o buena actriz, sino que como noble la posibilidad de que tuviera que actuar fuera alta.

Era probable que viera más real la actuación de Venali, que literalmente estaba en silencio, manteniendo alejado a todos aquellos que se acercaban.

Aurora recordaba en su infancia que cuando se hablaba de Terra nova algunos deseaban ser reyes, emperadores, príncipes y princesas, pero en el caso de Alice no fue de esa manera.

“…” Alice comió sus papitas como si hubiera sido descubierta.

¿Las películas crearon una mala imagen en la mente de Alice? Por su falta de respuesta, era posible que ella no odiara a la nobleza, aunque sin duda pensaba mal de ellos.

Aunque era un asunto extraño, cuando no había razones para pensar mal de los nobles, ya que nunca se encontraron con ese tipo de individuos o estuvieron en lugares en donde la nobleza predominaba.

Incluso si visitaron sitios en donde la nobleza predominaba, mayormente era la realeza y ellas no se vieron involucradas en tales asuntos.

Que Alice no le importara la política ni la ideología, volvió más extraño el asunto y Aurora se rio, preguntándose si fue alguna película o libro que le dio esa imagen a su hermana.

“Trata de no pelear. Estamos en una misión.” Dijo Aurora y guiñándole el ojo, añadió. “No creo que desees fallarle a Urfin o dudo que vuelva a aceptar tus pedidos de comida.”

Siempre era agradable aprender algo de su hermana y aunque no fue necesario recordarle el asunto a Alice, por la expresión al escuchar sus últimas palabras, Aurora supo que actuaría con profesionalidad.

Alice no era alguien que causaría problemas cuando se trataban de temas importantes y aún menos, cuando se trataban de temas importantes que involucraban comida.

Ignorando como Alice asentía con una mirada llena de profesionalismo, la expresión de Aurora tembló y su mirada se redirigió a Cithrel y Venali que se acercaban a donde estaban ellas.

Llevando a que Aurora desactivara el artefacto que mantuvo oculta.

“Perdón por no presentarme a su debido tiempo.” Dijo Cithrel y con una sonrisa saludo elegantemente y tras presentarse, comentó. “Estaremos a tu cuidado.”

Una voz encantadora y una ligera inclinación que demostraba modales únicos.

Las miradas ya estaban en ella desde que dejaron el anterior grupo y como el artefacto no estaba activo, la voz de esa princesa fue escuchado por toda la sala de actos.

No hubo sorpresa, sino que envidia a la oportunidad de acercarse a la princesa y su acompañante y Aurora supuso que nadie imagino que ambas eran guardaespaldas del dúo.

La razón era simple…

“No importa.” Respondió Aurora dando la mano y con una sonrisa, añadió. “Nos encargaremos de guiarte y ayudarte durante tu estancia en la academia. Como un trabajo dado por el mismo director lo tomaremos gratamente.”

Oficialmente, el Director Vincent dio un trabajo para que ellas pudieran ser las estudiantes que se encargaran de introducir a los estudiantes de intercambio.

Ocultando de esa manera el hecho de que ambas en realidad estaban aquí como guardaespaldas de respaldo.

Era necesario mantener cierta seguridad y guardaespaldas secretos, que no estaban en los registros siempre era bienvenido y que el Director Vincent se encargara de ese tema, evidenció que estaba enterado del trabajo.

En este caso, Cithrel estaba saludando y presentándose, conociendo que ambas eran las personas que estaban a cargo del trabajo de protegerla.

“Gracias. De todas formas, tenemos bastante tiempo para conocernos.” Comentó Cithrel con una sonrisa amable.

Esa era la verdad.

Aurora misma tenía que arreglar los pormenores de la protección y hablarlo con ella, para que no hubiera molestias cuando realizara su trabajo.

Podría llevar a cabo una protección a escondida de ella, pero Aurora quería ser directa.

Sabiendo instintivamente que era poco probable que se pudiera ocultar de dos terranovense.