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TG - Capítulo 323
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Te estaré esperando.

Capítulo 323: Te estaré esperando.

Entrando al edificio temporal que actuaba como centro de mando, Aurora se dirigió a la sala de reuniones.

En la sala de reuniones ya se encontraba la Cardenal Brousseau y James charlando en el lugar, junto a alguien que reconoció.

“Me alegro de que vinieras.” Dijo la Cardenal Brousseau y señalando a la Cardenal Najjar, presentó. “Ya la debes conocer. Ella será nuestro rango SS que estará presente.”

La Cardenal Najjar le dio una mirada y asintió de forma amigable.

Aurora hizo lo mismo y luego se quedó en el lugar entre una línea poco definida.

¿Por qué ella estaba aquí?

¿Cuál era su rol? ¿Qué tipo de mando tenía? ¿Cuál era su responsabilidad o autoridad?

Esas dudas aparecieron en su mente por un momento y no era ella misma menospreciándose, era que literalmente no tenía título oficial.

Aun así…

“¿Participarás de forma activa?” Preguntó la Cardenal Brousseau con cierta curiosidad.

James también le estaba dando una mirada y estaba claro que ese hombre estaba esperando su primer movimiento para decidir su forma de actuar.

No tenía ningún rol oficial, aun así…

“Si participare activamente.” Respondió Aurora con un tono simple.

No se iba a quedar al margen si encontraba algunas decisiones o acciones que no le agradaban.

Había venido con la idea de aceptar una negociación, pero su objetivo principal era lograr que todo fuera correctamente para centrarse en el portal abismal.

Las ganancias eran lo de menos.

Esperando unos minutos una figura entró a la sala de reunión.

Era un hombre en sus cincuenta y tantos que llevaba una expresión seria.

Su ropa militar y su caminata dejaba ver una gran disciplina y su figura entrenada dejaba en claro que no era alguien fácil.

“Gracias por venir General McLean.” Saludo Aurora asintiendo con solemnidad.

“Es mi trabajo y obligación.” Respondió el General McLean y con seriedad, preguntó. “¿Estás lista?”

Aurora entendió a lo que se refería.

Ella dejó en claro que iba a participar en el portal abismal y era posible que la otra parte tratara de rechazarla o causarle problemas.

En esta reunión no solo asistiría el Señor de Mombasa conocido actualmente como ‘Rey’ sino que también el Rey de Madagascar Ronald Einhorn.

Este último era desconocido para ella y solo había escuchado rumores y leído informes sobre él.

“Sí. No me interesan los beneficios del portal, pero quiero terminarlo antes de que todo se vuelva algo que no podamos cargar por nuestra cuenta.” Replicó Aurora con demasiada seriedad.

“No podemos dejar que el resurgir de África sea detenido.” Concordó el General McLean.

Ese hombre de piel oscura llevaba una expresión igual de seria que ella y Aurora asintió estando de acuerdo.

Pudo ver que la Cardenal Brousseau daba media sonrisa y James se reía suavemente, pero a ella no le importo.

Había muchas veces que estaba de acuerdo con el General McLean y la mayoría de esas veces, era cuando él priorizaba áfrica, su tierra natal.

Pasaron varios minutos y desde la entrada vinieron tres figuras.

El primero fue el Ministro Turay que estaba tomando una posición diplomática mientras hablaba con el Rey de Mombasa.

Sin embargo, a Aurora le llamo la atención la tercera figura que parecía la menos notable.

Un físico esculpido, alto y de cabello rubio.

Era bastante guapo y se veía como un hombre maduro a pesar de que superaba los cincuenta años.

De nacionalidad alemana se asentó en Madagascar y vivió libremente en sus tierras cooperando con los vecinos.

Hasta que luego de que Zerzura apareciera y el Emperador Víctor empezara a actuar en Sudamérica, él decidió unir Madagascar.

Posteriormente se convirtió en rey y durante bastante tiempo se quedó en la isla, mejorando sus tierras, trayendo prosperidad.

Al igual que Zerzura fue uno de los señores de la guerra que acepto refugiados y según los informes, el Reino de Madagascar era uno de los que tenía mejor calidad de vida en toda África, después de Zerzura.

Como si fuera poco era un antiguo jugador altamente reconocido a nivel público y era hasta tal punto de que estaba entre los mayores ‘clasificados’ de torneos.

Los saludos comenzaron y todos se sentaron en la mesa redonda del centro, permitiendo que todos se observaran con calma.

“¿Qué es lo primero que desean tratar?” Preguntó James con una sonrisa de negocio.

La pregunta fue por amabilidad con ambos reyes, pero el Rey de Madagascar se encogió de hombros sin darle tanta importancia.

“Seré claro. Mi mayor beneficio de esto es cerrar el portal abismal. Si el portal abismal estalla y trae caos a mi tierra, entonces será imposible para mí convertirme en ‘rey’ y volver este lugar una nación.” Determinó el Rey de Mombasa.

Hugo Guzmán era su verdadero nombre.

Era un hombre algo regordete que estaba vestido lujosamente y cuya característica que más resaltaba, eran sus ojos afiliados.

En vez de ocultar sus intereses y ser avaricioso sobre lo que se podía obtener del portal, fue directo para mantener sus beneficios.

Ser Rey de este lugar era más importante que algunos beneficios que podía o no obtener.

“Eso buscamos todos.” Declaró la Cardenal Brousseau y dando una mirada seria, precisó. “Una vez que el portal sea cerrado. El Reino de Mombasa puede renacer con reconocimiento internacional y una apariencia de seguridad, que espero que se ponga en práctica.”

El Rey de Mombasa estaba a un paso de oficializar su título y si bien se llevaban bastantes proyectos de reforma a gran escala en las antiguas tierras de Kenia, todavía necesitaba dar ese paso definitorio.

No se trataba de reconocimiento, se trataba de demostrar que este lugar no iba a ser una nación corrupta, gobernadas por lunáticos y una tierra completamente insegura.

Se necesitaba demostrar que el Reino de Madagascar tenía lo necesario para proteger a su gente, cuidar los inversionistas y demostrar que la tierra y su gente tiene potencial.

Cerrar el portal abismal sería la prueba definitoria y el punto para que todo cambiara.

“Estoy de acuerdo con ese punto. Yo no me deseo expandirme al continente, pero, aun así, mis consejeros proyectan un estancamiento económico que puede ser solventado a corto plazo por medio de la expansión.” Dijo el Rey de Madagascar y dando una mirada al Rey de Madagascar, declaró. “Por eso invertí aquí y deseo que continúe. Sin embargo, he venido por beneficios para mi gente.”

Si algo era que se tomaba en serio era su rol de ‘Rey’ y Aurora en vez de molestarse por su sinceridad, asintió.

El Reino de Madagascar aceptó mucha gente, pero en cuanto a inversiones no había nadie reconocido que lo apoyara.

Todos eran inversionistas privados.

La principal fuente de ingreso del reino era la agricultura, la pesca y caza de criaturas marinas junto a otros negocios.

Aun así, esas tierras se convirtieron en el segundo lugar en áfrica con mayor calidad de vida para su gente.

Ese era uno de los mayores puntos a tener cuenta del Rey de Madagascar… Ronald no era rico, pero siempre tenía el dinero suficiente para mejorar su reino.

Hasta el punto de que la actualidad podía considerarse medianamente autosuficiente.

“El portal abismal no te dará los beneficios que buscas.” Señaló James sin cambiar su sonrisa.

Aurora se quedó al margen, ya que este tipo de conversación estaba lejos de su responsabilidad o manejo.

“Lo sé. Sin embargo, apoyar aquí me ayudará a tener contacto con personas que pueden cambiar la situación entre mi gente.” Respondió el Rey de Madagascar y dando una mirada, declaró. “Tal vez el Reino de Madagascar no tenga la fuerza militar que tiene Zerzura, pero me tiene a mí.”

Podía escucharse arrogante, pero ese hombre estaba apuntando a otro tema y cuando vio que tenía la atención de todos, continuo.

“El Portal Abismal de este lugar está siendo visto por el mundo. ¿Puede África un continente arruinado limpiarlo sin causar problemas? La idea general es que no. Ya que se han metido demonios antes que nosotros.” Detalló el Rey de Madagascar y dando una mirada seria, dudó. “Como si fuera poco, hay muchos ojos sobre nosotros. El Pirata Somalí está mirando. Del otro lado la República de África Occidental está esperando una debilidad. Los señores de la guerra en Sudáfrica, miran con avaricia. Todo mientras posiblemente demonios estén llegando de las tierras sin ley.”

Observando a cada uno de los presentes, dio una sonrisa.

“Necesitan otro rango SS y si bien no tengo demasiado ánimo para entrar al portal abismal. No tengo problemas en encargarme de cubrir su espalda.”

Sus palabras dejaron en evidencia una de las mayores dificultades.

Zerzura tenía enemigos y África era un lugar bastante problemático.

Al sur de Kenia en las tierras de Mozambique había ciudades con algunos señores de la guerra y en Sudáfrica muchos señores de la guerra se unieron.

Ronald no utilizó la influencia del Reino de Madagascar para influir en el Rey de Mombasa, y tampoco prometió tropas… Simplemente se estaba vendiendo a sí mismo.

Él utilizó esta reunión como una oportunidad para hacer contacto con la Empresa Apicius y la Iglesia del Tiempo y el Espacio.

Actualmente en este lugar estaba el General McLean y la Cardenal Najjar como los únicos rangos SS.

Un rango SS debía entrar para que sea capaz de encargarse de la mayoría de los problemas y a la vez Zerzura debía tener cuidado con su influencia.

Aurora había visto como la República de África Occidental estaba mostrando sus colmillos y ellos estaban dispuestos a entrar en conflicto si tuvieran la oportunidad.

Si el General McLean entraba y algo le sucedía, estaba claro que esa república actuaria sin contenerse expandiendo su influencia e incluso atacando abiertamente.

Aun así, Aurora dio una media sonrisa y algunos de su lado también hicieron lo mismo.

“Si crees eso, estás confundido. Zerzura tiene grandes aliados y uno muy cercano.” Respondió James y al ver que las expresiones de ambos reyes se volvían seria, precisó. “La Reina del Bosque ha ofrecido su ayuda y el Zhar-Ptitsa mira desde el Monte Nyiragongo.”

Al oeste de Kenia cerca de las fronteras antiguas de Uganda se encontraba el nido de una de las aves más fuertes del mundo.

El Zhar-Ptitsa que podía hacer arder ciudades enteras.

Esa ave era una de los rangos SS bajo la Reina del Bosque y las ‘aves de fuego’ eran considerados como una de las tribus principales entre las bestias mágicas del bosque.

La alianza no era unilateral de parte de los humanos, sino que la otra parte también tenía sus propias obligaciones.

Era por eso que James le encantaba dar armamento a los leones alados y a otras bestias mágicas… No había nada mejor que un aliado altamente equipado.

“Por supuesto, no deseamos llamar a ese poderos aliados y preferimos encargarnos por nuestra cuenta. Así que si deseas quedarte lo aceptaremos. Claro, luego me encantaría tener una conversación más personal.” Dijo James y con una sonrisa de negocios, precisó. “La Empresa Apicius busca nuevas tierras para un nuevo negocio de comida de otro mundo y Madagascar luce como un buen lugar.”

El Rey de Madagascar dio una gran sonrisa al escuchar esas palabras que había venido a buscar.

James Wiley era un miembro de los altos mandos en Zerzura, pero también era el CEO de la Empresa Apicius y alguien muy dedicado a los negocios.

No había ningún límite entre negocios de la ciudad y sus negocios de la empresa.

“Pueden arreglar ese tema aparte. Ahora necesitamos encargarnos de organizar el portal abismal. Necesitamos actuar rápido.” Intervino la Cardenal Brousseau con seriedad.

Tanto el Rey de Madagascar como el Rey de Mombasa asintieron y la verdadera organización comenzó.

Una vez arreglados los beneficios, lo demás solo era cuestión de organización general.

Si se encontraban con otra raza amigable y era necesario un asilo, la Iglesia del Tiempo y el espacio se encargaría.

Las plantas comestibles de cualquier tipo que podían ser utilizadas para un negocio serian aprovechadas por James y la Empresa Apicius, con prioridad para comenzar los negocios en Kenia o Madagascar.

En caso de que se encontrara conocimiento militar de cualquier tipo la Ciudad Zerzura obtenía todo dominio sobre el tema.

El Rey Ronald no deseaba nada militar y no quería nada relacionado con razas, solo buscaba negocios que podía conseguir con la Empresa Apicius.

Por su parte el Rey de Mombasa tenía mayores problemas financieros y en este momento debía priorizar lo económico.

Zerzura podía parecer a veces ‘uno’ con la Empresa Apicius y la Iglesia del Tiempo y el Espacio, pero cuando le convenía podía ser ‘entidades independientes’.

Claro, no podía llamarse injusto, ya que el ejército que estaba rodeando el portal abismal pertenecía a Zerzura y en caso de consecuencias extremas, sería la primera en soportar la carga.

“Según lo que informaron los estudiosos. El portal abismal puede dejar entrar a diez personas en totalidad. Si no hubieran entrado nadie antes, entonces serian quince.” Informó Aurora y mirando a los presentes, declaró. “Independientemente de la elección del rango SS. El equipo general necesita estar equilibrado para hacer frente a varias situaciones y mayormente necesita una alta experiencia y disciplina.”

Cinco fueron los individuos que entraron antes y ahora tras los análisis se dejó en claro que solo diez podían entrar antes de que el portal se sellara a sí mismo.

Un rango SS iría, eso estaba definido y si bien había que arreglar quien iba a ser, el problema era los demás miembros.

El equilibrio era necesario para permitirle enfrentarse a cualquier circunstancia inesperada y en cuanto a la experiencia era obvio.

Solo la disciplina era un requisito que ella buscaba, ya que, si bien muy posiblemente no sería la que dirigiera la misión, no quería alguien la menospreciara por ser joven o porque no la conocieran.

O peor aún, que se dejara llevar por cualquier circunstancia y causara problemas a todos.

“Estoy de acuerdo. Cada miembro debe ser un rango S oficial y se debe revelar el historial para que no haya problemas.” Señaló el Rey de Madagascar dándole una mirada a ella.

Aurora asintió estando de acuerdo.

Seguía siendo un rango A, pero tenía que ascender oficialmente, ya que era necesario para entrar al portal abismal.

También su historial oficial era bastante deficiente y entre los miembros se debían conocer entre ellos, lo que hizo que ella y su amiga tuvieran que revelar su historial real.

Aurora no deseaba mostrar su historial a nivel mundial, pero si la situación lo exigía, entonces dejaría su malestar en segundo plano.

Esta vez no iba a usar una máscara para mostrarse e iba a ser su persona real.

“Hemos evitado informar sobre que han entrado otros individuos, pero eventualmente se informara. Lo haremos cuando hablemos de los miembros. Nosotros podemos encargarnos sobre ese tema.” Intervino James sin cambiar de expresión.

Cada vez que se entraba en un portal se informaba el historial de los miembros participantes para dar confianza a la gente de que se solucionaría el tema.

En su caso tendría que mostrar su historial real y a ella no le gustaba la idea, James lo entendió y decidió intervenir dejando en claro que podría encargarse.

Aurora asintió con comodidad y los demás fueron iguales.

“Creo que es necesario tener otro peso pesado.” Dijo el Rey de Mombasa de repente y al ver que tenía la atención de todos, expresó. “Zerzura está relacionado con la Empresa Apicius y cuenta como uno. Yo no soy tan conocido y el Rey de Madagascar tampoco lo es. Solo la Iglesia puede ser considerado como un ‘peso pesado’.”

Todos entendieron a lo que se refería.

En el cuarto portal abismal en América, los dos gigantes estaban presentes.

En el quinto portal en Pakistán estaba presente la India y era muy posible que el Rey de Arabia también interviniera.

El Imperio Angkor del sexto portal abismal estaba llevando negociaciones con China y Japón que podían ser considerados como pesos pesados.

En cuanto a ellos solo tenían la Iglesia del Tiempo y el Espacio.

Los pesos pesados no solo servían para ofrecer fuerza, sino que, para dar calma al público, evitar las críticas y reducir la mala opinión pública.

Aunque Aurora no le agradaba, había muchas circunstancias relacionadas con el portal abismal y la política era una de ellas.

“Ya que has hablado debes tener a alguien en mente.” Dijo la Cardenal Brousseau al notar la expresión del Rey de Mombasa.

“Lo tengo. Recibí un mensaje de ellos cuando apareció el portal abismal.” Informó el Rey de Mombasa y cuando todos tuvieron curiosidad por saber de quién se trataba, reveló. “La Empresa Cosmos desea participar.”

La expresión de Aurora cambio.

******

En uno de los almacenes militares de la Empresa Cosmos varios ingenieros y militares se movieron por el área.

“¡Comenzará la miniaturización del equipo móvil!” Avisó uno de los ingenieros.

Kairos que escuchó esas palabras observó a una gran caja metálica y su expresión no cambio cuando vio que se hizo tan pequeña como un cubito que entraba en el bolsillo de una camisa.

No era tecnología clasificada y había salido a la luz hace tiempo, pero como la magia espacial podía hacer algo parecido nadie se alteró.

“Muevan el Satélite Cosmos para realizar la miniaturización.” Ordenó un ingeniero mientras grandes robots traían cajas.

Esas cajas eran grandes y fueron dejadas en el suelo antes de volverse pequeñas.

Podían volver a su tamaño original cuando se deseará y era una excelente forma de llevar grandes objetos.

También podían ser introducidos en anillos espaciales y eso significaba que podían llevar muchos artefactos de gran tamaño.

La miniaturización a ese nivel, era lo que estaba limitado solo para la Empresa Cosmos, que no entregó la tecnología y solo la compartía con socios.

Todos sabían que era posible, pero solo ellos podían hacerlo.

“Si hubieras invertido más en proyectos aeroespaciales podría haber creado un satélite mucho mejor.”

Una voz sonó a espalda de Kairos y él lo ignoró.

“¡Imagínate una estación espacial capaz de recibir personas! Le agregamos unos cuantos portales y tendríamos una ciudad espacial. Nadie le presta atención al espacio y los países están más concentrados por sobrevivir, que por arriesgarse a ir al espacio.” Dijo Lucius apareciendo a su lado con una mirada fanática y dando un suspiró, murmuró. “Es una lástima. Se han perdido las verdaderas ambiciones.”

Parecía un niño decepcionado que no era capaz de conseguir completar un pequeño proyecto.

Aunque estaba en lo correcto, los proyectos espaciales a nivel mundial tenían un presupuesto mínimo comparado a antes del ‘Gran Cataclismo’.

Tenía sentido.

Era más preocupante armarse y protegerse de los jugadores, monstruos, de los lunáticos, de los terroristas, sectarios, demonios… Y la lista era larga con respecto a los enemigos.

“El presupuesto para los proyectos espaciales nuestros es en la actualidad demasiado alto y no han dado ningún beneficio.” Intervino Elerius con una expresión de un administrativo tacaño.

Ese hombre había llegado junto a Lucius y su mirada de rechazo fue evidente.

“Es porque no podemos usar lo que tenemos guardado. ¿Para qué construimos juguetes si no lo usamos?” Dudó Lucius y dando una mirada a Kairos, declaró. “Solo ahora desea usar los juguetes.”

Su tono parecía un niño haciendo un berrinche, pero tenía una sonrisa entretenida en su rostro.

A sus alrededores se estaban preparando equipos que muy posiblemente llamaría la atención y algunas eran tecnologías que no habían sido reveladas a pesar de haber sido diseñadas.

“Aumentaré el presupuesto para tus juguetes aeroespaciales si me creas el satélite para detectar los portales abismales.” Dijo Kairos dándole una mirada, ignorando sus palabras anteriores.

Lucius dio una sonrisa.

“¿Lo sabes, cierto? El satélite no puede predecir en donde llegaran, solo detectara en donde han aparecido.” Respondió Lucius y cuando recibió un asentimiento sin importancia, reveló. “Ya lo estoy por terminar.”

La expresión de Elerius tembló de forma evidente y Kairos volvió ignorar a ese individuo.

“Es mejor comenzar su activación lo antes posible y verificar si no hay otro portal. Luego se podrá a disposición mundial.” Ordenó Kairos a Elerius y luego se puso a observar como las personas se movían.

No podía ocultar su emoción por lo que estaba por hacer y encontró la situación divertida.

“Dinero extra… ¿Qué construiré? ¿Una nave espacial? ¿Empezar con el diseño de un ascensor espacial? ¿Crear robots gigantes? ¿Empezar a mejorar los satélites de ataque?” Murmurando con emoción el Sabio de la Ciencia y la Tecnología se fue por su cuenta.

Elerius dirigió su mirada a Kairos y este último suspiro.

“No construirá nada de eso y si lo hace se aburrirá y lo dejará tirado. Solo haz que guarden todo y luego utilízalo cuando creas que es necesario.” Respondió Kairos sin poder evitarlo.

Demasiados juguetes eran dejados de lado cuando ese hombre se aburría y si bien gran parte de ellos lo terminaba, no le gustaba dar sus juguetes… Y más a personas que no lo sabían cuidar.

Era por eso que no había problema que construyera algo y que lo guardara hasta que fuera necesario.

Antes de que Elerius pudiera decir algo, Kairos aceptó una videollamada holográfica.

Al otro lado apareció Aurora y la expresión de esa joven, hizo que Kairos parpadeara de forma inocente.

“¿Intervendrás en el portal abismal en Kenia?” Dudó Aurora de inmediato.

Su expresión era mixta, pero su duda era sincera queriendo descubrir la respuesta de forma directa.

“Sí. ¿No te llego el informe? Estabas ocupada y no contestabas las llamadas ni leías los mensajes, así que ordene que se movieran.” Respondió Kairos con honestidad y dando una mirada a su secretario, la expresión de ese hombre tembló.

“Joven maestro. Su decisión fue repentina y como utilizo un tono urgente, en vez de negociar con la iglesia, Zerzura o la Empresa Apicius fuimos por el eslabón más débil.” Avisó Elerius con una expresión de disculpa.

“El Señor de Mombasa…” Dijo Aurora dándose cuenta y esbozando una media sonrisa, murmuró. “Lo siento por llamar de forma tan repentina. Solo que me sorprendió lo que estás haciendo.”

¿Había exagerado?

Kairos dudó ante esa pregunta que apareció en su mente.

Solo había pedido que se hablara para que la Empresa Cosmos y la Ciudad Atlántida participara en el portal abismal, enviando fuerzas para aumentar la seguridad.

Kairos trató de ocultar lo que estaba a su espalda… Entre los preparativos había algunos objetos llamativos, que sin duda sería considerado ‘exagerar’ ante los ojos de Aurora.

Tenían diferentes puntos de vista y era por eso que él trataba de adaptarse al de ella. 

Aurora notó lo que trataba de hacer y dio una encantadora risa.

“¿Ya has exagerado?” Preguntó Aurora con una mirada cuestionadora.

Era esa mirada que le daba a alguien que fue descubierto haciendo algo malo.

“Sí.” Murmuró Kairos sin poder evitarlo y dando una mirada, declaró. “Pero en mi defensa. Para mí no es exagerar. He conseguido la aceptación de la persona más importante en África.”

Su mirada estaba en ella y en esa sonrisa algo tímida que ella estaba dando.

La importancia no venía de la ‘autoridad’, ‘prestigio’ o reconocimiento, sino que simplemente de la importancia que él sentía por ella.

“Entonces… Te estaré esperando.” Murmuró Aurora dándole una sonrisa tímida.

La llamada de Kairos termino y el lugar que se había quedado en silencio, volvió a ser ruidoso.

Llevando los preparativos necesarios.


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