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TG - Capítulo 328
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Sin ofender.

Capítulo 328: Sin ofender.

Entrando al templo principal de la Iglesia del Tiempo y el Espacio, Cithrel pudo sentir la atmósfera devota.

Varios sacerdotes y bastante creyentes estaban en el área.

Las ceremonias solo se realizaban como una forma de agradecer a su ‘Dios’ y en este lugar no había ‘símbolo’ de adoración.

Cada deidad tradicional necesitaba un ‘símbolo’ que servía para conectar a los creyentes con la deidad que adoraban.

La Diosa del Conocimiento tenía como ‘símbolo’ un libro abierto que representaba el conocimiento.

Ese objeto siempre estaba en los altares y era el método más directo para conectarse con esa deidad.

Por supuesto, los ‘Primordiales’ no necesitaban ningún objeto, pero a nivel religioso, tener un símbolo ayudaba a los creyentes a rezar.

También era útil para dirigir la ‘fe’ de las personas a las deidades.

“Su Alteza Cithrel. Bienvenida al gran templo del Tiempo y el Espacio.”

Cithrel escuchó esa voz y se giró para ver a un anciano de barba blanca que estaba ligeramente encorvado, saludándola.

“Gracias por recibirme Cardenal Egner.” Saludó Cithrel con una sonrisa.

Ambos empezaron a hablar de forma cordial siguiendo las presentaciones y los comentarios típicos de cordialidad inicial.

Para Cithrel era una tarea molesta, pero como ella venía por un asunto personal, necesitaba demostrar cierta actuación respetuosa.

Como el templo principal era ruidoso, ambos se dirigieron a un pasillo y avanzaron mientras charlaban.

Cithrel escuchó sobre la historia de algunos cuadros en el área y pudo ver bastantes personas importantes pintadas en algunos cuadros.

Algunas eran solo escenas de lo que sucedió en la tierra y otras veces eran cuadros de algunos individuos importantes.

Se notaba que el Cardenal Egner era bastante conocedor y le gustaba la corta historia de su iglesia.

Cuando había pedido una reunión, le designaron a este hombre y la verdad era que con lo hablador que resultaba, era perfecto para encargarse de los temas diplomáticos.

No sabía cómo se seleccionaban los Cardenales de la Iglesia del Tiempo y el Espacio, pero que este hombre fuera un rango A, dejaba en claro que no era por su fuerza.

Había una organización jerárquica, pero daba la sensación de que fue diseñada para que esos individuos se hicieran cargo de la administración y no que cumplieran funciones religiosas.

Tras dirigirse a una sala personal, Cithrel le dio una mirada a Venali que siempre la acompañaba y luego se sentó al frente del Cardenal Egner.

“Lamento informarle que su solicitud ha sido denegada.” Reveló el Cardenal Egner con una mirada seria.

Cithrel parpadeó aturdida no solo ante la revelación tan directa, sino que literalmente porque la sensación amable de antes, la hizo sentir que tenía esperanza.

“¿Está seguro?” Dudó Cithrel y dando una mirada igual de seria, declaró. “Tengo muchas formas para devolver el favor, si ustedes me conceden su ayuda.”

Su tono y su voz llevaba la autoridad de alguien que se convertiría en la siguiente Emperatriz de un gran imperio, que incluso estaba en la tierra.

Desde que llego a la tierra había tratado de mantener un perfil bajo, pero la verdad era que su poder era alto.

No solo tenía a las autoridades del Imperio Falion en Grecia a su completo y total mando, sino que era capaz de ejercer influencia con bastantes terrícolas.

Un ejemplo era el General Yukimura Kageyasu, cuya esposa era su vasalla y cuyo hijo se convertiría en un sirviente del imperio.

Todos sabían que los ‘avatar’ de los ‘jugadores’ eran réplicas exactas del cuerpo real en la tierra y tal hecho no era nada extraño cuando uno pensaba que quien creó todo fue un Dios Primordial.

Podía ejercer influencia en ese japonés y al igual que podía ejercer influencia en otros individuos de mayor o menor importancia en toda la tierra.

“Soy amable con aquellos que son amables conmigo y si usted me ayuda, me encargare de ayudar a la iglesia.” Comentó Cithrel y dando una suave sonrisa amistosa, comentó. “A diferencia de la tierra, Terra nova tiene muchas ‘calamidades’ y podríamos ofrecerle apoyo en momento de necesidad.”

El Imperio Falion tenía una enorme capacidad militar en Terra nova y gran parte de ello se debía a las ‘calamidades’ de rango SSS que estaban al servicio del imperio.

Ofrecer una mano cuando una situación extrema volviera a suceder era normal, pero si ella movía sus contactos podría dar varias manos.

Lo que Cithrel se había dado cuenta de los terrícolas, era que no muchos entendían el poder de un mundo como Terra nova y de su gente.

“No me malinterpreté. Entendemos la capacidad del Imperio Falion y la fuerza que puede ejercer. Hasta conocemos el hecho de que ustedes pueden llegar a este mundo por su cuenta, si el Dios del Tiempo y el Espacio, no interviene.” Reveló el Cardenal Egner y con el mismo tono serio, informó. “Los protocolos para la seguridad son extremadamente altos y clasificados. Ningún Cardenal excepto aquellos que están la cima saben sobre las personas protegidas por la seguridad.”

Cithrel dio una expresión seria al escuchar esas palabras.

No le pareció extraño que supieran sobre la primera parte, ya que Terra nova en un periodo fue conocido por invadir planos y gran parte de los avances interdimensionales todavía estaban guardados.

Aun así, no pudo evitar fruncir el ceño al ver que un Cardenal no podía encontrar la información.

“Por lo que tengo entendido, la iglesia se encarga de cubrir a esas personas y proteger toda su información tanto a nivel tecnológico como mágico e incluso a nivel deidad. Y aquellos que realizan el trabajo están atados a nuestro señor.” Confesó el Cardenal Egner y suspirando, señaló. “Incluso si alguien viene a la iglesia, yo no sabré si es hijo de alguien importante de nuestra iglesia o el nieto del mismísimo Sumo Pontífice.”

La expresión de Cithrel se volvió solemne.

Había subestimado demasiado la seguridad de la iglesia con sus miembros y sus sistemas de protección.

La protección tecnológica era algo bastante habitual, pero ellos llegaban a nivel mágico y a nivel ‘deidad’.

Incluso si pidiera ayuda a la Diosa del Conocimiento, la otra parte no podría descubrir demasiada información sobre el asunto.

“¿Al menos me puede decir quiénes son los de mayor rango y que posiblemente conozcan de estos asuntos?” Dudó Cithrel con curiosidad.

“Dos de nuestros mayores miembros se han retirado y no los encontrara no importa donde busque. El Sumo Pontífice Abraham ha estado ocupado con algunos asuntos importantes y estoy seguro de que no la podrá recibir.” Contó el Cardenal Egner y dando una mirada, reveló. “La Cardenal Fiona Brousseau, puede ayudarla. Aunque dudo de que pueda recibirla, ha estado a cargo del Séptimo Portal Abismal.”

Cithrel no pudo evitar reírse ante esa respuesta.

Aurora no estaba bromeando sobre que le sería difícil encontrar la información que buscaba y era tal como esperaba… Eventualmente tendría que acercarse a ella.

Después de todo, era posible que la Cardenal Brousseau no la ayudara si iba por su cuenta.

******

“¡HAHAHA!”

Una risa que Andrés definiría como la de un científico loco vino desde el interior del taller.

Andrés dudó un momento al estar en la entrada, pero luego suspiro tratando de prepararse mentalmente para lo que fuera que estuviera dentro.

Entrando al taller del Sabio Lucius, lo primero que vio fue lo que él definió como un desastre mugriento.

Por el área estaban platos de comida, partes a medio terminar de robots y drones, también se encontraba dos baterías de alta capacidad que tenían una señal de ‘peligro’.

Luego se pudieron ver decenas de pequeñas naves espaciales volando en el aire en una persecución a pequeña escala.

Lo más peligroso era que esas naves disparaban vistosos rayos láseres que sería bastante colorido y emocionante, si no fuera porque era capaz de derretir la pared de metal.

Desde que había trabajado para un hombre excéntrico Andrés había visto muchas cosas, pero esta vez sin duda había superado otra etapa.

“¿Jefe?” Dudó Andrés en voz alta y la respuesta fue una risa de un lunático en el fondo.

Controlando esas naves espaciales con su talento, lo hizo volver a descansar y luego dio comienzo a la limpieza.

La primera vez intentó limpiar él mismo todo el desastre, pero como Lucius lo necesitaba para otra cosa, diseñó unos robots araña.

Podía utilizarse drones de limpieza, pero ese hombre siempre fue excéntrico.

Al ver como decenas de drones arañas empezaban a ordenar todo, Andrés caminó al fondo del taller.

En ese lugar se encontraba Lucius riéndose como un maniaco mientras estaba bebiendo un líquido morado que sin duda era extraño.

“¿Quieres? Es una fórmula científica capaz de aumentar la capacidad de procesamiento del cerebro.” Dijo Lucius y señalando otras bebidas, murmuró. “Es experimental, así que puede haber algunos percances.”

La expresión de Andrés tembló sin poder evitarlo.

¿Lo había robado de otro laboratorio o lo había diseñado por su cuenta?

Ambas posibilidades eran igual de aterradoras.

“Ven. Ayúdame a preparar la nueva armadura de poder Atlas X-10.” Declaró Lucius riéndose como un lunático malvado.

Algunas personas no entenderían la razón por la cual se estaba riendo, pero Andrés pudo entenderlo.

“¿El diseño de la armadura de poder no iba por el Atlas X-02?” Dudó Andrés y al momento siguiente se arrepintió de preguntar.

La sonrisa de Lucius fue demasiado grande y esa expresión orgullosa y egocéntrica, le hizo darse cuenta de que no hizo nada bueno.

“Si, los científicos de los ingenieros van por esa armadura. Yo he diseñado la futura versión.” Anunció Lucius abriendo sus brazos a pesar de que literalmente solo estaba él para verlo y sin ningún sentido de vergüenza, determinó. “También cree la Inteligencia Artificial que lo acompañara. Replique a Atenea y cree a su hermana gemela, Minerva.”

En este punto Andrés solo pudo asentir sin entender nada de lo que estaba hablando.

No sabía quién era Atenea, ni entendía el significado de su nombre, pero estaba seguro de algo.

Por la mirada de lunático, estaba claro que lo que hizo, muy seguramente no era nada normal.

“Espero que no hayas creado nada que haga estallar un apocalipsis de máquinas.” Murmuró Andrés con cierto sentido de broma y realidad.

Tal como lo esperaba, Lucius le dio una mirada.

“¿Por qué no? Llegado un punto la máquina y la inteligencia artificial se volverá lo suficiente consciente y dependiendo como fue tratada puede hacerse un lugar en este vasto universo… O destruir a sus creadores, remplazando su lugar.” Respondió Lucius con una seriedad que hizo creer a Andrés que la posibilidad existía y ese hombre al notar que su expresión temblaba, se rio y comentó. “Chico este universo… No, la existencia misma es infinita y con ella, las posibilidades.”

A veces honraba su título de ‘Sabio’ y Andrés esa pocas veces lograba respetarlo y admirarlo, pero ya se estaba acostumbrando a dejar pasar ese sentimiento.

Después de todo…

“Vamos a entrenar a Minerva. Ya diseñé unos cascos de realidad virtual, si nos conectamos al nuevo juego de ciencia ficción aeroespacial, sentirás que ese lugar es real.” Anunció Lucius y proyectando una batalla espacial, murmuró. “Minerva ha estado entrenando en ese lugar para aprender todo lo necesario, así que será divertido enfrentarla.”

La máquina de realidad virtual había salido a la venta durante el torneo internacional y había demostrado su capacidad, pero los diseñadores de juegos en vez de centrarse en juegos de fantasía fueron a la ciencia ficción y lo moderno.

La mayor razón fue que a pesar de los años, los juegos de fantasía seguían recordando a Terra nova... Y escuchando lo que Lucius decía, Andrés solo pudo suspirar.

La Empresa Cosmos tenía la capacidad para crear una máquina de realidad virtual completamente realista.

Viendo en la proyección como las naves espaciales de caza trataban derribar a sus oponentes y como naves de transporte se infiltraban en otras naves, Andrés le dio una mirada a Lucius.

“Oh, sí. También recordé que Serena te ha dado un trabajo. No te preocupes, puedes seguir trabajando virtualmente para mí.” Respondió Lucius agitando su mano con indiferencia.

Lo que Andrés buscaba era que le diera un tiempo de pausa para que pudiera encargarse de su otro trabajo, pero al final la situación era aceptable.

“Vamos, necesito darle al jefe algo que valga la pena.” Anunció Lucius con una risa entretenida.

Era muy posible que su jefe, no supiera lo que este hombre estaba haciendo.

******

En una sala privada en el edificio que el ejército atlante había ocupado, Kairos observó a sus dos invitados presentes.

El futuro Rey de Mombasa Hugo Guzmán y a su lado el Rey de Madagascar Ronald Einhorn.

Ambos reyes se estaban poniendo incómodos ante el silencio, pero Kairos no pudo sentir esa incomodidad.

“¿Puedo preguntar para qué nos has invitado aquí?” Dudó el Rey de Madagascar y dando una mirada, comentó. “No creo que se trate sobre el portal abismal. Tampoco pareces querer hablar sobre los beneficios futuros.”

“¿Es por la participación en el portal abismal? Zerzura y la iglesia ocupan siete puestos. No hay mucho que podamos hacer en esa área.” Dijo el Rey de Mombasa agitando su cabeza y dándole una mirada, detalló. “Si está preocupado por su seguridad. Yo personalmente iré, me encargaré de apoyarlo si es necesario.”

Siete de los diez miembros iban a ser parte de Zerzura en general junto a la iglesia y los tres otros puestos restantes estaban ocupados por un individuo de parte del Rey de Madagascar y el otro estaba ocupado por el Rey de Mombasa.

El último estaba ocupado por Kairos y él dio una mirada a ambos.

Estaba dudando, preguntándose si lo que estaba por hacer iba a enojar a Aurora o si le molestaría.

¿Debería preguntarle antes? Esa duda vino a su mente y al momento siguiente suspiro, recordando que ella estaba ocupada durante este tiempo.

Era hasta el punto de que no le había mandado mensajes y no se la había visto en absoluto.

Al final dio una mirada seria.

“Quiero que el Reino de Madagascar deje de ejercer influencia en Kenia y en el futuro Reino de Mombasa.” Declaró Kairos y mirando a esos dos individuos, anunció. “Quien ocupe el otro puesto de influencia, será la Empresa Cosmos junto a la Ciudad Atlántida acompañando a Zerzura.”

Ambos hombres parpadearon incrédulos ante sus palabras.

“¿Cuál es la razón?” Pregunto el Rey de Madagascar.

Se le estaba diciendo que dejara de su influencia en Kenia y se abstuviera a recuperar los beneficios de todas las inversiones que realizó, pero Ronald no estaba enojado, estaba incrédulo.

Una importante empresa y una ciudad que estaba bastante lejos quería venir ahora a África.

¿Cuál era la razón?

“Porque quiero que la Ciudad Atlántida tenga una influencia cerca de Zerzura y de esa forma poder apoyar a un futuro aliado.” Respondió Kairos con sinceridad.

Estaba siendo sincero, pero a la vez estaba ocultando su verdadera razón.

Si conseguía un lugar en África en donde se podría decir que la Ciudad Atlántida y la Empresa Cosmos tenía influencia, entonces podría ser más fácil apoyar a Zerzura o para ser preciso apoyarla a ella.

No podía ayudar a Aurora de repente, ya que ella parecía alguien que rechazaría si la ayuda le parecía demasiado y era por eso que tenía que actuar de otra forma.

Tener influencia en Kenia le permitiría desarrollar una alianza con Zerzura y al ser aliado, si alguna vez Aurora necesitaba ayuda, él podría ofrecerle una mano.

La idea de estar en el mismo continente y que sus intereses coincidieran, daría la sensación de que apoyar era algo ‘normal’ que no requería tanto esfuerzo y al mismo tiempo se pensaría que era por la ‘alianza’ en vez de por ella.

Con todo eso lograría que Aurora no se sintiera demasiado presionada y él la podría apoyarla de forma más directa.

No le gustaría decirle la verdad, ya que sería lo mismo que no hacer nada y haría que ella se sintiera presionada por sus acciones, pero también dudaba sobre mentirle.

Ya había demasiadas mentiras acumuladas.

Ante esos pensamientos su expresión solo se volvió más seria y continuo.

“Por supuesto, me encargaré de ceder beneficios al Reino de Madagascar.” Dijo Kairos controlando su expresión y pensamientos internos, entonces observando a Ronald, cuestionó. “¿No tienes portales cosmos en tus tierras? Te instalaré algunos. Una vez que lo tengas estarás conectado al mundo tanto a nivel turístico como comercial.”

Los Portales Cosmos tenían una doble modalidad.

Uno eran los portales dedicados a mover personas en todo el mundo y el otro que era menos conocido era el portal comercial dedicado a transportar todo tipo de materiales y suministros.

Los beneficios de las grandes ciudades que tenían esa clase de portal instalado era extremadamente alto y si era instalado en el Reino de Madagascar, ese reino obtendría un auge comercial.

Solucionando cualquier problema económico que tuvieran gracias al turismo y la venta masiva de productos locales.

“Hemos estado pidiendo los portales cosmos durante un tiempo, ¿pero solo ahora tratas de dárnoslo?” Cuestionó el Rey de Madagascar liberando parte de su aura.

¿Estaba tratando de asustarlo?

Esa duda era provocativa y era normal que estuviera molesto cuando se le denegó la instalación de los portales.

La expresión de Kairos no cambio.

"¿Por qué deberíamos confiar en alguien cuyas relaciones son inciertas?” Cuestionó Kairos dándole una mirada directa.

Sus palabras lograron que ese hombre se quedara en silencio y volviera a reprimir su aura.

El Reino de Madagascar tenía demasiados asuntos cuestionables y ni hablar del ‘rey’ que lo dirigía y esa era la razón por la cual no se instalaron portales o se comerciaba con ellos.

Independientemente de quienes estuvieran a su espalda, relacionarse con ellos no daba suficientes beneficios.

“Ya que estás ofreciendo. Entonces aceptaré. No deseo entrar en conflicto por un poco de influencia en una futura nación que cuyo destino actualmente es incierto.” Dijo el Rey de Madagascar y dándole una mirada al Rey de Mombasa, agregó. “Sin ofender.”

La expresión del Rey de Mombasa solo tembló con cierta dificultad ante esas últimas palabras.

“También me quedaré. He aceptado otra clase de negocio y tengo que terminar mi trabajo.” Señaló el Rey de Madagascar y riéndose se fue de la habitación.

Seguramente estaba feliz de haber obtenido tantos beneficios a pesar de su baja participación, pero a Kairos no le importo.

“Mi asistente se encargará de los demás arreglos y decidirá contigo la influencia que deseas ceder. Recuerda que el nivel influencia que cedes es igual a los beneficios que obtienes.” Decidió Kairos antes de retirarse.

Al salir de la sala se dirigió a unos pasillos y leyó el mensaje de Aurora.

Ella se disculpaba por la falta de respuesta y luego le preguntaba sobre si estaba ocupado al día siguiente.

Mañana iba a ser el último día antes de entrar al portal abismal y Kairos podía sentir que Aurora estaba un poco estresada.

Dudando en cómo ayudarla a relajarse al final Kairos la invito a ver los equipos que él iba a llevar.


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TG - Capítulo 329
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No pensé que fueras tan impresionante.

Capítulo 329: No pensé que fueras tan impresionante.

La Ciudad Garissa tenía un nuevo campamento militar.

Esa era la única forma que Aurora podía llamar a lo que el ejército atlante construyó cerca del portal abismal.

Murallas de metal altas, torres de vigilancia con torretas automatizas, torres de drones de alta capacidad, un pequeño aeropuerto con aviones de despegue vertical y helicópteros de guerra.

Ver esos aviones con su carcaza negra y aerodinámicas, que daba la sensación de ser destructivos, hizo que Aurora no supiera cómo reaccionar.

Agregando los soldados atlantes con armaduras con exoesqueletos patrullando toda el área y luego notando algunos soldados con armaduras de poder, era bastante impresionante.

Era la primera vez que ella veía las armaduras de poder de forma directa y Aurora podía sentir que sería complicado destruir una de ellas.

Las aleaciones parecían muy resistentes y su durabilidad seguramente era la suficiente alta como poder resistir durante un buen tiempo en combate.

Al verlo directamente, Aurora pudo entender la razón por la cual había muchas críticas sobre esa tecnología.

Si un luchador de rango A entraba en esa armadura, su poder incrementaría y el único defecto era cuanto duraría sus defensas en batalla.

Esa tecnología causaba miedo.

No solo porque una ciudad y una empresa tuviera la capacidad de diseñar tales armamentos, sino que también porque al ser algo tecnológico construirlo no era tan complicado.

Al menos era más fácil que entrenar un soldado hasta el rango S, pero también había otro posible problema.

La tecnología ponía en pie de igualdad a una persona común con un usuario de habilidad con capacidades sobrehumanas.

Y para muchos ser usuarios de habilidades era una ventaja y su razón de superioridad, que le quitaran eso, era posible que enojara a algunos.

Sintiendo una presencia que se acercaba, Aurora controló su expresión y se giró para mirar al joven que llegaba.

Estaba vistiendo un atuendo militar formal y ella no pudo controlar su sonrisa.

Normalmente tenía rasgos delicados y finos que le daban una sensación de juventud, pero ahora con su uniforme militar la sensación que daba era la de un hombre maduro.

Aurora no podía negar que él tenía bastantes estilos y todos eran atractivos a su manera.

“Gracias por venir. Sé que has estado ocupada últimamente.” Dijo Kairos luego de saludar.

“He estado un poco estresada. Así que deseaba relajarme un poco.” Murmuró Aurora con un poco de vergüenza.

No podía negar que estaba estresada y ocupada por igual.

Era cierto que antes había entrado al primer portal abismal en peores condiciones, pero esta vez iba a ser el primer enfrentamiento de Zerzura y no solo desconocían el peligro, sino que también había otros en el interior.

Luchar y entrenar fue una forma de reducir el estrés, pero desde que sus maestros aumentaron la intensidad, ella fue derrotada cientos de veces ante la fuerza de un rango SS.

El mismo peligro que podía estar del otro lado.

Kairos le dio una mirada atenta mientras ella se quedaba perdida en sus pensamientos y cuando ella se dio cuenta de que estaba distraída, él sonrió.

“No te preocupes. Sé qué lograrás tener éxito.” Declaró el joven con una sonrisa que extrañamente llevaba bastante confianza.

Era extraño porque Aurora estaba segura de que él nunca la había visto a luchar de forma directa.

La confianza no era en toda la expedición, sino que literalmente en ella.

Aun así, a pesar de esa confianza extraña, Aurora no se sintió presionada, sino que dio una sonrisa.

“Lo sabía eres todo un acosador.” Murmuró riéndose al ver que él parpadeaba aturdido.

Tal vez trató de ayudarla a mejorar su humor y por eso demostró algo que no debía… Como esa confianza que seguramente estaba basada en su capacidad directa, que supuestamente tendría que desconocer.

Kairos se rascó la mejilla mirando para otra parte y Aurora se rio entretenida.

“Vamos, tengo un tiempo para hacer turismo.” Declaró Aurora y dándole una mirada, comentó. “Hay bastantes cosas sorprendentes, me encantaría tener un buen guía.”

Podría cuestionar todo lo que él hacía, pero al final no quiso hacerlo a pesar de que había bastante para cuestionar.

Deseaba disfrutar un momento relajante.

Kairos dio una expresión aliviada y luego la invitó para que lo acompañara.

Tomando un rol de un guía respetuoso, la llevo por los aviones y helicópteros detallándole sus funciones y para cuando serían utilizados.

Los aviones no eran para atacar el portal abismal, sino que fueron traídos para explorar los alrededores y en caso de que alguien llegara, interceptarlos.

El Gremio Tower estuvo relacionado con demonios y era posible que esos demonios estuvieran conectados con algún otro demonio en las tierras sin ley y eso significaba posibles problemas.

Todos recordaban la intervención de los demonios durante el primer portal en Rumania y no había sucedido en el segundo y tercer portal abismal debido a que las defensas eran altas.

El ejército atlante se había preparado para ejercer presión y evitar que los demonios intervinieran o que cualquier señor de la guerra tratara de causar problemas.

Aurora disfrutó esa charla, ya que él se tomaba el trabajo de forma seria y ella disfrutaba esa seriedad.

Estar a su lado, la ayudaba a relajarse y la empujaba a conseguir que todo saliera bien.

“Entre lo que llevaré se encuentra un satélite para responder tu pregunta y también llevamos algunos vehículos móviles, drones y robots de defensa, un domo de protección y otros elementos de protección, que desconozco.” Reveló Kairos con total honestidad.

Ahora estaban en unos almacenes en el cual se encontraban drones nodrizas que tenían un espacio interno propio en donde almacenaba drones.

Aurora dio una expresión extraña, pero él utilizó su reloj holográfico para leer lo que se estaba enviando.

“También hay radares, sistemas de comunicación y escáneres. En caso de que lo tecnológico no funcione como el tercer portal abismal, gran parte de lo que llevamos puede adaptarse a diferente ambiente. Psiónico, mágico, espiritual o cualquier tipo de ambiente no científico o interferencia de cualquier tipo.” Detalló Kairos asintiendo para sí mismo.

La lista que estaba proyectando era bastante larga y Aurora entendió la razón por la cual el dueño de la Empresa Cosmos podía ir al portal y nadie lo detenía o se quejaba.

Él estaba armado hasta los dientes.

“¿Es posible llevar todo eso?” Dudó Aurora con cierta curiosidad.

Algunos equipos daban la sensación de que era de gran tamaño y sintió que era imposible que entrara al portal abismal.

Kairos en vez de responder sacó de su anillo espacial un pequeño cubo de metal extraño.

“Aquí hay una moto capaz de flotar. La Empresa Cosmos ya ha entregado varios de ellas a la expedición, para que cada miembro lleve una de estas motos. Como tiene una inteligencia artificial se puede mover por sí misma y la persona no necesita conducirla.” Explicó Kairos y tras guardarlo dio una sonrisa y agregó. “También tiene funciones de sigilo y un sistema de radar para conectarse con las otras motos… Aunque no creo que la utilicen.”

Aurora solo pudo mirarlo sin saber qué decir.

Sus últimas palabras daban una sensación de suspiro triste y ella no pudo consolarlo.

No importa cuántos equipos nuevos se entregarán, cada miembro se preparaba a su manera y haría uso de los equipos a los cuales conocía.

Darle a su glotona amiga un vehículo de movimiento flotante que nunca había escuchado y ni sabía que existían, no la ayudaría en nada.

Ella era igual.

Esa fue una de las grandes dificultades de no tener tiempo para prepararse y conocerse entre todos los miembros o al equipo que llevaban.

Solo pudieron adaptarse con las capacidades que mejor conocían y llevar todo lo que creyeran que era útil.

Después de todo cada miembro era diferente entre sí y su especialidad también difería.

“¿Qué piensas de los miembros?” Preguntó Aurora cambiando de tema.

Kairos dio una mirada pensante por un momento.

“Algunos solo conozco su historial, pero es confiable. La Paladín Amanda ha demostrado una gran capacidad durante el primer portal y si bien desconozco como fue en el interior, los informes demostraron que ella fue vital. No conozco a la Sumo Sacerdotisa Xaali, pero la tasa de respuesta de su dios es muy alta y es posible que sea apoyada por la deidad a la cual adora.” Opinó y dando una mirada seria, comunicó. “Solo he leído el historial de Abdellah y sé que en el mundo mágico es bien conocido a pesar de ser un ‘mago de guerra’.”

Aurora no pudo evitar estar sorprendida.

La Cardenal Brousseau estaba preocupada por Kairos y no solo era por la seguridad de alguien tan importante, sino que por el riesgo que representaba llevarlo.

Su forma de querer entrar al portal pareció la de alguien rico y poderoso que hacia lo que deseara, pero ahora dejo en claro que realizó una investigación meticulosa.

“Andrea McLean tiene una capacidad única al controlar la gravedad y si sus informes son ciertos, tiene una gran capacidad en lo psiónico. En cuanto al Rey de Mombasa, tiene el título de ‘Espada Tormenta’ y su concepto es bastante impresionante.” Mencionó y dando una expresión seria, declaró. “El miembro enviado por el Rey de Madagascar, Lennart Tausch es al cual más desconfianza tengo. Si bien al poder cambiar de forma a un ‘León de la Tiniebla’ lo convierte en alguien poderoso en el ámbito espiritual y su magia de las tinieblas es rara. Su procedencia es cuestionable.”

Lennart Tausch era uno de los últimos miembros que se había unido a la expedición y fue seleccionado por su capacidad de cambiar de forma y su extraña magia de las tinieblas.

La magia de las tinieblas era rara y su control estaba relacionado con lo mental y espiritual, lo que convirtió a ese individuo en alguien excelente en caso de que se encontrara en un lugar espiritual.

“Si bien hay una clara mayoría de miembros relacionados con el ‘espacio’ y tres miembros conectados a la iglesia. Creer que el Dios del Tiempo y el Espacio representa solo ‘tiempo’ y ‘espacio’, es un sin sentido.” Comentó Kairos agitando su cabeza y dándole una mirada, anunció. “Por eso creo que la Cardenal Najjar es perfecta, su capacidad entre todos los cardenales es la más alta y si bien su liderazgo no ha sido puesto en juego. Técnicamente no es tan necesario cuando otra persona ocupara el puesto.”

Aurora dio una sonrisa al escuchar esas palabras y recibir esa información.

Oficialmente la Cardenal Najjar iba a dirigir, pero en la realidad era muy distinta.

Abdellah, Andrea, la Sumo Sacerdotisa Xaali pertenecían a Zerzura y si bien Amanda y la Cardenal Najjar eran miembros de la iglesia, la Cardenal Brousseau se encargó darles a todos órdenes definidas.

Quien tenía la última orden era ella… Aurora tenía la responsabilidad de liderazgo si el momento lo requería.

Esa fue parte de la causa de su estrés reciente.

Ella junto a su amiga representaban siente de los diez miembros de la expedición y al ser mayoría tenía el control.

Pero esta situación no era una simple misión y las consecuencias eran demasiado elevadas y lo peor era que bajo su mando estarían individuos capaces por sí mismo.

Aun así, no pudo negar que esto era lo mejor para sí misma.

Sus objetivos la llevaban a causar problemas y su personalidad podía diferir con los demás y el problema era que podía tener conflicto con otro.

Sin embargo, al final siempre actuaba tratando de lograr lo que ella misma deseaba y ahora que tenía apoyo, sería más fácil lograrlo.

“Te faltan dos miembros.” Señaló Aurora con una sonrisa.

Los participantes iban a ser la Cardenal Najjar, la Sumo Sacerdotisa Xaali y Amanda de parte de la iglesia y del otro lado iba a estar Abdellah y Andrea.

Kairos, el Rey de Mombasa y por parte de Madagascar, Lennart Tausch.

Aun así, faltaban dos miembros.

Ella misma y su glotona amiga.

“Hemos tenido algunas reuniones, pero nunca han estado todos los miembros presentes, y quien siempre falto fue mi hermana. Ella puede parecer alguien que parece demasiado poco confiable, no obstante, esa es solo una imagen.” Mencionó Aurora y con una mirada solemne, determinó. “Así que, si has leído pocas cosas o algunas malas, no lo creas… Y también no te tomes a mal sus palabras.”

Las reuniones eran útiles para que todos se conocieran, pero un poco más de semana había pasado y era imposible conocerse por completo.

Y más cuando cada uno tenía que prepararse a su manera para entrar al portal.

La Sumo Sacerdotisa Xaali, Amanda y la Cardenal Najjar se dedicaron a realizar ofrendas a su dios o rezar de forma ferviente.

Los demás fueron iguales, ya sea controlando su equipo, encargándose de sus asuntos personales o informando a familiares.

La iglesia y la Empresa Apicius se encargaban de los suministros y de dar todo el equipo que hayan pedido los miembros de la expedición, pero el trabajo individual era lo más importante.

En esas reuniones Alice siempre estuvo ocupada debido a que se encargaba de su comida y si bien la mayoría la conocía, había otros que no la conocían y eso genero una mala imagen.

Entre todos ellos la única opinión que le importaba era Kairos y esperaba que él viera a su hermana como ella la veía.

Antes de que Kairos pudiera responder, alguien entró en el almacén.

“¡Jefe he terminado mi último proyecto!” Gritó un hombre en sus cuarenta y tantos años.

Sus grandes ojeras y ojos cansados no coincidían con su mirada entusiasmada.

Llevando una túnica de científico, ese hombre sin importarle el cambio de expresión de Kairos se acercó con un reloj holográfico.

“Este es un nuevo reloj holográfico. Ahí contiene a Minerva y ella lo apoyará con su nueva armadura de poder. Ese reloj también tiene un espacio interno y en ese lugar se guarda su armadura.” Declaró el hombre emocionado.

Literalmente ignorando a Kairos, ese hombre le sacó el reloj holográfico y le puso uno nuevo que se ajustó y entonces dio una sonrisa orgullosa y extrañamente emocionada.

Kairos dio un suspiro al ajustar su reloj holográfico y mirando a ese hombre y luego a ella, volvió a suspiro.

“Déjame presentarte al Sabio Lucius Aufidius. Él es miembro de la Empresa Cosmos y diseña todo lo tecnológico, también es mi…” Presentó Kairos, estacándose en un momento como si estuviera pensando sobre su relación y luego, declaró. “Amigo.”

No era como si tratara de inventarse la relación que tenía con ese hombre, sino que estaba claro que nunca había pensado cuál era su relación.

El Sabio Lucius no se molestó por el retraso de la respuesta o porque Kairos lo tuviera que pensar primero, sino que dio una sonrisa.

“Tú debes ser Aurora Campbell… Kairos me ha hablado mucho de ti.” Saludó Lucius y dando una media sonrisa que llevaba seriedad, declaró. “Eres su primer amor, y a pesar de que puede carecer de muchas virtudes, espero que seas paciente y les des una oportunidad… Preferiblemente me gustaría que no le rompas el corazón, pero eso ya es demasiado de pedir.”

Aurora solo parpadeó incrédula ante esas palabras y viendo que Kairos estaba en parte avergonzado y enfadado, ella dio una sonrisa.

“No te preocupes. Daré mi mejor esfuerzo.” Respondió con una gran sonrisa.

Kairos solo se cubrió su rostro avergonzado.

******

Varias pantallas estaban proyectadas en la sala y Aurora dio una sonrisa al escuchar las conversaciones del grupo.

Tras terminar su pequeño encuentro con Kairos, ella volvió a su residencia y ahora estaba en una videollamada grupal, en la cual no solo se encontraban el antiguo quinteto de estudiantes, sino que también estaba presente Cithrel y Akira.

César había enviado un solo mensaje diciéndole que golpeara a todos sus enemigos y también se mostró un poco enfadado debido a que no pidieron apoyo del bosque mágico, básicamente para que lo enviaran a él.

Pero ahora no era una conversación de despedida y preocupación, cada miembro del grupo estaba hablando de un tema diferente y estaba charlando de forma entretenida.

Leslie hablaba de su nuevo trabajo que acepto y si bien no liberó tanta información dejo en claro que estaba relacionado con la Empresa Cosmos.

También detalló un poco del peligro que se podía encontrar y a la vez la dificultad de lo que estaba por venir… Ella estaba entrando al campo real, ya no como una estudiante o como alguien que debía ser protegida, sino que como miembro de un equipo real.

Cada uno de ellos sabía lo que significaba.

Leslie era una mecánica de rango A que se especializó en el combate a gran distancia con rifle… Y eso significaba que utilizaría un arma mortal para derribar sus enemigos.

Entre los miembros que no habían ensuciado sus manos con sangre estaba Andrés, Nicole y Leslie.

Si tomaban trabajo de ‘campo’, eventualmente tendrían que ensuciarse las manos y era inevitable al menos que eligieran trabajos específicos.

Quien estaba exento de ensuciarse las manos era Andrés quien había cambiado su rumbo tras darse cuenta de que el trabajo de campo no era lo suyo.

Nicole tampoco quería quedarse atrás y ella también estaba por trabajar para Víctor en tareas que literalmente desconocía.

La posibilidad de que Víctor le diera un trabajo en el cual requería que ella se ensuciara las manos era alta.

Víctor era la clase de hombre que moldearía a un estudiante por los medios más crudos posibles y Nicole lo entendía, pero lo había aceptado.

Era una luchadora y era ingenuo pensar que podía evitar ensuciarse las manos.

Enfrentarse a monstruos, criaturas o bestias mágicas era un asunto, pero en caso de los conflictos humanos, en algún punto llegaría el momento en el cual Nicole se enfrentaría a un desafío en donde su vida o la de otro estaría en peligro y entonces tendría que dar ese paso.

Cruzar esa línea.

Aurora no podía negar que se sentía extraña al pensar que esa joven estudiante que durante los primeros días de la academia temblaba y se ponía nerviosa al luchar, ahora fuera una digna luchadora determinada por su objetivo.

Por otra parte, Clémentine tras lo sucedido estaba mejor, ella había asimilado rápido todo y si bien ocultaba un poco de miedo por lo que la Bestia Santa de China le hizo, sus ojos brillaban con fuerza.

Era cierto que trataba de ocultar sus emociones para no preocuparla a ella, pero Aurora podía ver que la reunión estaba haciendo que esa psiónica recuperara su voluntad.

En este momento cada uno de ellos estaba tratando de dar un paso que parecía bastante pesado y Aurora no deseaba quedarse atrás.

Andrés quien era el más silencio también estaba por realizar un trabajo importante y su objetivo era ayudar a crear una red de información en Rumania.

Debido a la inversión de la Empresa Apicius, la Ciudad Constanza y Rumania podría convertirse en un punto importante en el área, en el cual una red de información obtendría beneficios.

Ya estaba tan preparado que el revelarlo mencionó que solo estaba haciendo publicidad previa, logrando que todos se rieran.

Érica por su parte comentó que había arreglado con la Academia de Héroes para realizar trabajo como heroína.

No ya trabajos de pasantes como estudiantes o héroes aprendices miembros de un grupo, ella deseaba ser independiente y realizar diferentes misiones en cualquier lugar.

No tenía intenciones de unirse a algún grupo de héroes y su objetivo era trabajos que fueran rápidos y de poco tiempo.

Se burlaron de ella diciéndole que deseaba ser una ‘heroína mercenaria’…  Contratada al mejor postor para obtener un trabajo decente.

Esa era la mejor forma para Érica de obtener experiencia y a la vez mantener su atención centrada en desarrollar su hechizo.

Cada uno hablaba de sus objetivos y eran animados por Akira y Cithrel.

Esas últimas sabían que los antiguos estudiantes estaban preocupados y a la vez trataban de ayudar a su manera.

Con esta videollamada ellos, aunque no de forma directa estaban tratando de decirle a Aurora que no se preocupara por lo que sucedía en la tierra.

Ya era la noche y literalmente en unas horas en la mañana se adentrarían al portal abismal.

Ellos trataban de quitarle todas las preocupaciones para que se centrara en su objetivo y Aurora no pudo negar que funciono.

Era imposible que no funcionara y era aún mejor, al verlos a ellos de forma tan animada hablar sobre sus planes y objetivos, la hizo darse cuenta de que su preocupación y tensión, era innecesaria.

Independientemente de lo que se encontrara lo enfrentaría.

La conversación duró un buen tiempo hasta que los estudiantes con sonrisas la despidieron uno por uno hasta que solo quedo Akira y Cithrel.

“Clémentine se ve mejor. La verdad es que el Fénix da miedo y tiene bastante misterio a su alrededor, lo que causa un mayor terror.” Murmuró Akira y dando un suspiro, declaró. “No te preocupes, si ella acepta, también tomaré la misión. Esa supuesta bestia es una psiónica de rango SSS y sus consejos serán de gran ayuda.”

Lo llamó ‘supuesta’, ya que la extrañeza de que una bestia mágica fuera un psiónico era bastante alta.

No era imposible, ya que si uno investigaba encontraría que los ‘despertar’ psiónicos podían suceder en una bestia, pero si era muy raro.

Y sobre todo era un psiónico de rango SSS… Entre los psiónicos reconocidos en el mundo, era quien estaba en la cima y si bien entre el público era tratado como una ‘bestia santa’, en realidad tenía una enorme capacidad psiónica y misterio a su alrededor.

La posibilidad de trabajar para tal individuo era sumamente tentadora, pero Akira dejo en claro que solo aceptaría si lo hacía Clémentine.

“Eso sería bastante bueno.” Comentó Aurora sinceramente y dándole una mirada, agregó. “Recuerda ir a la iglesia del Tiempo y el Espacio si necesitas ayuda.”

No era como si quisieran proteger a Clémentine como si fuera una niña, pero la supuesta misión era peligrosa y en vez de que estuviera sola, Akira que también fue invitada era una buena compañera.

Y más cuando quien dirigiría sería esa psiónica de hielo.

Akira aceptó esas palabras y luego reenviando los saludos de su grupo, terminó la llamada.

Cithrel que fue la única que quedo, redirigió su mirada Alice quien prácticamente estaba sentada a su lado comiendo papitas.

Esa glotona no había hablado en ningún momento de la conversación y solo se había quedado escuchando.

“Ya le pedí a la Cardenal Brousseau si es posible reunirte con quien buscas. Al parecer hay información detallada y es posible que te encuentres con tu objetivo directo.” Dijo Aurora recordando lo que la Cardenal Brousseau le había informado y dándole una mirada seria a Cithrel, confesó. “Sin embargo, la Cardenal Brousseau quiere tener una reunión contigo para hablar del tema.”

Ella le contó todo lo que sabía de la búsqueda de Cithrel y la Cardenal Brousseau afirmó que tuvieron algo que ver con el encubrimiento hija y esposa de Frederick Crawford.

Sin embargo, como esa misión fue hace mucho tiempo y no estaba dentro de sus jurisdicciones, lo único que pudo decir la Cardenal Brousseau fue que el objetivo de la protección estaba vivo.

La reunión con Cithrel no solo era para determinar los detalles al ceder información, sino que muy posiblemente la Cardenal Brousseau se informaría mejor de la situación antes de determinar cómo actuar.

Era posible que hasta se le preguntara directamente a la persona que era buscada si deseaba o no revelar información.

No obstante, algo estaba claro.

“Al menos la pista continua.” Murmuró Cithrel muy animada y dándole una encantadora sonrisa, declaró. “Muchas gracias.”

La Cardenal Brousseau determinó que el objetivo de protección de ese momento seguía vivo y eso significaba que ahora Cithrel tenía la esperanza de seguir la pista y conseguir mejor información.

“Tengo que admitir que debería haberte pedido ayuda antes, no pensé que fueras tan impresionante.” Dijo Cithrel con una risa juguetona.

Aurora solo pudo dar media sonrisa.

Que se revelara que la persona que buscaba seguía viva, era una concesión por parte de la Cardenal Brousseau, quien posiblemente incumplió reglas al decirlo.

Después de todo, ellos eran los encargados de guardar la información sobre los objetivos de protección y que se dijera que la persona estaba ‘vivo’ o ‘muerto’, era muy revelador.

“Eso no es nada. Tú también me has ayudado.” Respondió Aurora con una media sonrisa.

Esa era la verdad innegable.

Los altares que le dio junto a los medios para realizar el sacrificio eran de bastante ayuda y para ella resultaban ser una carta secreta en caso de que fuera necesario.

Si bien era posible que el mundo fuera como el portal ruso en donde todo estaba sellado y los dioses primordiales era el único que llegaba, en caso de que no fuera de esa forma, recibir la ayuda de otra deidad era algo bueno.

Tras una corta charla ambas terminaron la llamada.

“Es mejor dormir temprano. Mañana será un gran día.” Dijo Aurora mirando a su glotona amiga.

Esa glotona asintió con una calma envidiable y Aurora no pudo evitar sonreír.

Mañana sería el gran día.


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