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TG - Capítulo 329
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No pensé que fueras tan impresionante.

Capítulo 329: No pensé que fueras tan impresionante.

La Ciudad Garissa tenía un nuevo campamento militar.

Esa era la única forma que Aurora podía llamar a lo que el ejército atlante construyó cerca del portal abismal.

Murallas de metal altas, torres de vigilancia con torretas automatizas, torres de drones de alta capacidad, un pequeño aeropuerto con aviones de despegue vertical y helicópteros de guerra.

Ver esos aviones con su carcaza negra y aerodinámicas, que daba la sensación de ser destructivos, hizo que Aurora no supiera cómo reaccionar.

Agregando los soldados atlantes con armaduras con exoesqueletos patrullando toda el área y luego notando algunos soldados con armaduras de poder, era bastante impresionante.

Era la primera vez que ella veía las armaduras de poder de forma directa y Aurora podía sentir que sería complicado destruir una de ellas.

Las aleaciones parecían muy resistentes y su durabilidad seguramente era la suficiente alta como poder resistir durante un buen tiempo en combate.

Al verlo directamente, Aurora pudo entender la razón por la cual había muchas críticas sobre esa tecnología.

Si un luchador de rango A entraba en esa armadura, su poder incrementaría y el único defecto era cuanto duraría sus defensas en batalla.

Esa tecnología causaba miedo.

No solo porque una ciudad y una empresa tuviera la capacidad de diseñar tales armamentos, sino que también porque al ser algo tecnológico construirlo no era tan complicado.

Al menos era más fácil que entrenar un soldado hasta el rango S, pero también había otro posible problema.

La tecnología ponía en pie de igualdad a una persona común con un usuario de habilidad con capacidades sobrehumanas.

Y para muchos ser usuarios de habilidades era una ventaja y su razón de superioridad, que le quitaran eso, era posible que enojara a algunos.

Sintiendo una presencia que se acercaba, Aurora controló su expresión y se giró para mirar al joven que llegaba.

Estaba vistiendo un atuendo militar formal y ella no pudo controlar su sonrisa.

Normalmente tenía rasgos delicados y finos que le daban una sensación de juventud, pero ahora con su uniforme militar la sensación que daba era la de un hombre maduro.

Aurora no podía negar que él tenía bastantes estilos y todos eran atractivos a su manera.

“Gracias por venir. Sé que has estado ocupada últimamente.” Dijo Kairos luego de saludar.

“He estado un poco estresada. Así que deseaba relajarme un poco.” Murmuró Aurora con un poco de vergüenza.

No podía negar que estaba estresada y ocupada por igual.

Era cierto que antes había entrado al primer portal abismal en peores condiciones, pero esta vez iba a ser el primer enfrentamiento de Zerzura y no solo desconocían el peligro, sino que también había otros en el interior.

Luchar y entrenar fue una forma de reducir el estrés, pero desde que sus maestros aumentaron la intensidad, ella fue derrotada cientos de veces ante la fuerza de un rango SS.

El mismo peligro que podía estar del otro lado.

Kairos le dio una mirada atenta mientras ella se quedaba perdida en sus pensamientos y cuando ella se dio cuenta de que estaba distraída, él sonrió.

“No te preocupes. Sé qué lograrás tener éxito.” Declaró el joven con una sonrisa que extrañamente llevaba bastante confianza.

Era extraño porque Aurora estaba segura de que él nunca la había visto a luchar de forma directa.

La confianza no era en toda la expedición, sino que literalmente en ella.

Aun así, a pesar de esa confianza extraña, Aurora no se sintió presionada, sino que dio una sonrisa.

“Lo sabía eres todo un acosador.” Murmuró riéndose al ver que él parpadeaba aturdido.

Tal vez trató de ayudarla a mejorar su humor y por eso demostró algo que no debía… Como esa confianza que seguramente estaba basada en su capacidad directa, que supuestamente tendría que desconocer.

Kairos se rascó la mejilla mirando para otra parte y Aurora se rio entretenida.

“Vamos, tengo un tiempo para hacer turismo.” Declaró Aurora y dándole una mirada, comentó. “Hay bastantes cosas sorprendentes, me encantaría tener un buen guía.”

Podría cuestionar todo lo que él hacía, pero al final no quiso hacerlo a pesar de que había bastante para cuestionar.

Deseaba disfrutar un momento relajante.

Kairos dio una expresión aliviada y luego la invitó para que lo acompañara.

Tomando un rol de un guía respetuoso, la llevo por los aviones y helicópteros detallándole sus funciones y para cuando serían utilizados.

Los aviones no eran para atacar el portal abismal, sino que fueron traídos para explorar los alrededores y en caso de que alguien llegara, interceptarlos.

El Gremio Tower estuvo relacionado con demonios y era posible que esos demonios estuvieran conectados con algún otro demonio en las tierras sin ley y eso significaba posibles problemas.

Todos recordaban la intervención de los demonios durante el primer portal en Rumania y no había sucedido en el segundo y tercer portal abismal debido a que las defensas eran altas.

El ejército atlante se había preparado para ejercer presión y evitar que los demonios intervinieran o que cualquier señor de la guerra tratara de causar problemas.

Aurora disfrutó esa charla, ya que él se tomaba el trabajo de forma seria y ella disfrutaba esa seriedad.

Estar a su lado, la ayudaba a relajarse y la empujaba a conseguir que todo saliera bien.

“Entre lo que llevaré se encuentra un satélite para responder tu pregunta y también llevamos algunos vehículos móviles, drones y robots de defensa, un domo de protección y otros elementos de protección, que desconozco.” Reveló Kairos con total honestidad.

Ahora estaban en unos almacenes en el cual se encontraban drones nodrizas que tenían un espacio interno propio en donde almacenaba drones.

Aurora dio una expresión extraña, pero él utilizó su reloj holográfico para leer lo que se estaba enviando.

“También hay radares, sistemas de comunicación y escáneres. En caso de que lo tecnológico no funcione como el tercer portal abismal, gran parte de lo que llevamos puede adaptarse a diferente ambiente. Psiónico, mágico, espiritual o cualquier tipo de ambiente no científico o interferencia de cualquier tipo.” Detalló Kairos asintiendo para sí mismo.

La lista que estaba proyectando era bastante larga y Aurora entendió la razón por la cual el dueño de la Empresa Cosmos podía ir al portal y nadie lo detenía o se quejaba.

Él estaba armado hasta los dientes.

“¿Es posible llevar todo eso?” Dudó Aurora con cierta curiosidad.

Algunos equipos daban la sensación de que era de gran tamaño y sintió que era imposible que entrara al portal abismal.

Kairos en vez de responder sacó de su anillo espacial un pequeño cubo de metal extraño.

“Aquí hay una moto capaz de flotar. La Empresa Cosmos ya ha entregado varios de ellas a la expedición, para que cada miembro lleve una de estas motos. Como tiene una inteligencia artificial se puede mover por sí misma y la persona no necesita conducirla.” Explicó Kairos y tras guardarlo dio una sonrisa y agregó. “También tiene funciones de sigilo y un sistema de radar para conectarse con las otras motos… Aunque no creo que la utilicen.”

Aurora solo pudo mirarlo sin saber qué decir.

Sus últimas palabras daban una sensación de suspiro triste y ella no pudo consolarlo.

No importa cuántos equipos nuevos se entregarán, cada miembro se preparaba a su manera y haría uso de los equipos a los cuales conocía.

Darle a su glotona amiga un vehículo de movimiento flotante que nunca había escuchado y ni sabía que existían, no la ayudaría en nada.

Ella era igual.

Esa fue una de las grandes dificultades de no tener tiempo para prepararse y conocerse entre todos los miembros o al equipo que llevaban.

Solo pudieron adaptarse con las capacidades que mejor conocían y llevar todo lo que creyeran que era útil.

Después de todo cada miembro era diferente entre sí y su especialidad también difería.

“¿Qué piensas de los miembros?” Preguntó Aurora cambiando de tema.

Kairos dio una mirada pensante por un momento.

“Algunos solo conozco su historial, pero es confiable. La Paladín Amanda ha demostrado una gran capacidad durante el primer portal y si bien desconozco como fue en el interior, los informes demostraron que ella fue vital. No conozco a la Sumo Sacerdotisa Xaali, pero la tasa de respuesta de su dios es muy alta y es posible que sea apoyada por la deidad a la cual adora.” Opinó y dando una mirada seria, comunicó. “Solo he leído el historial de Abdellah y sé que en el mundo mágico es bien conocido a pesar de ser un ‘mago de guerra’.”

Aurora no pudo evitar estar sorprendida.

La Cardenal Brousseau estaba preocupada por Kairos y no solo era por la seguridad de alguien tan importante, sino que por el riesgo que representaba llevarlo.

Su forma de querer entrar al portal pareció la de alguien rico y poderoso que hacia lo que deseara, pero ahora dejo en claro que realizó una investigación meticulosa.

“Andrea McLean tiene una capacidad única al controlar la gravedad y si sus informes son ciertos, tiene una gran capacidad en lo psiónico. En cuanto al Rey de Mombasa, tiene el título de ‘Espada Tormenta’ y su concepto es bastante impresionante.” Mencionó y dando una expresión seria, declaró. “El miembro enviado por el Rey de Madagascar, Lennart Tausch es al cual más desconfianza tengo. Si bien al poder cambiar de forma a un ‘León de la Tiniebla’ lo convierte en alguien poderoso en el ámbito espiritual y su magia de las tinieblas es rara. Su procedencia es cuestionable.”

Lennart Tausch era uno de los últimos miembros que se había unido a la expedición y fue seleccionado por su capacidad de cambiar de forma y su extraña magia de las tinieblas.

La magia de las tinieblas era rara y su control estaba relacionado con lo mental y espiritual, lo que convirtió a ese individuo en alguien excelente en caso de que se encontrara en un lugar espiritual.

“Si bien hay una clara mayoría de miembros relacionados con el ‘espacio’ y tres miembros conectados a la iglesia. Creer que el Dios del Tiempo y el Espacio representa solo ‘tiempo’ y ‘espacio’, es un sin sentido.” Comentó Kairos agitando su cabeza y dándole una mirada, anunció. “Por eso creo que la Cardenal Najjar es perfecta, su capacidad entre todos los cardenales es la más alta y si bien su liderazgo no ha sido puesto en juego. Técnicamente no es tan necesario cuando otra persona ocupara el puesto.”

Aurora dio una sonrisa al escuchar esas palabras y recibir esa información.

Oficialmente la Cardenal Najjar iba a dirigir, pero en la realidad era muy distinta.

Abdellah, Andrea, la Sumo Sacerdotisa Xaali pertenecían a Zerzura y si bien Amanda y la Cardenal Najjar eran miembros de la iglesia, la Cardenal Brousseau se encargó darles a todos órdenes definidas.

Quien tenía la última orden era ella… Aurora tenía la responsabilidad de liderazgo si el momento lo requería.

Esa fue parte de la causa de su estrés reciente.

Ella junto a su amiga representaban siente de los diez miembros de la expedición y al ser mayoría tenía el control.

Pero esta situación no era una simple misión y las consecuencias eran demasiado elevadas y lo peor era que bajo su mando estarían individuos capaces por sí mismo.

Aun así, no pudo negar que esto era lo mejor para sí misma.

Sus objetivos la llevaban a causar problemas y su personalidad podía diferir con los demás y el problema era que podía tener conflicto con otro.

Sin embargo, al final siempre actuaba tratando de lograr lo que ella misma deseaba y ahora que tenía apoyo, sería más fácil lograrlo.

“Te faltan dos miembros.” Señaló Aurora con una sonrisa.

Los participantes iban a ser la Cardenal Najjar, la Sumo Sacerdotisa Xaali y Amanda de parte de la iglesia y del otro lado iba a estar Abdellah y Andrea.

Kairos, el Rey de Mombasa y por parte de Madagascar, Lennart Tausch.

Aun así, faltaban dos miembros.

Ella misma y su glotona amiga.

“Hemos tenido algunas reuniones, pero nunca han estado todos los miembros presentes, y quien siempre falto fue mi hermana. Ella puede parecer alguien que parece demasiado poco confiable, no obstante, esa es solo una imagen.” Mencionó Aurora y con una mirada solemne, determinó. “Así que, si has leído pocas cosas o algunas malas, no lo creas… Y también no te tomes a mal sus palabras.”

Las reuniones eran útiles para que todos se conocieran, pero un poco más de semana había pasado y era imposible conocerse por completo.

Y más cuando cada uno tenía que prepararse a su manera para entrar al portal.

La Sumo Sacerdotisa Xaali, Amanda y la Cardenal Najjar se dedicaron a realizar ofrendas a su dios o rezar de forma ferviente.

Los demás fueron iguales, ya sea controlando su equipo, encargándose de sus asuntos personales o informando a familiares.

La iglesia y la Empresa Apicius se encargaban de los suministros y de dar todo el equipo que hayan pedido los miembros de la expedición, pero el trabajo individual era lo más importante.

En esas reuniones Alice siempre estuvo ocupada debido a que se encargaba de su comida y si bien la mayoría la conocía, había otros que no la conocían y eso genero una mala imagen.

Entre todos ellos la única opinión que le importaba era Kairos y esperaba que él viera a su hermana como ella la veía.

Antes de que Kairos pudiera responder, alguien entró en el almacén.

“¡Jefe he terminado mi último proyecto!” Gritó un hombre en sus cuarenta y tantos años.

Sus grandes ojeras y ojos cansados no coincidían con su mirada entusiasmada.

Llevando una túnica de científico, ese hombre sin importarle el cambio de expresión de Kairos se acercó con un reloj holográfico.

“Este es un nuevo reloj holográfico. Ahí contiene a Minerva y ella lo apoyará con su nueva armadura de poder. Ese reloj también tiene un espacio interno y en ese lugar se guarda su armadura.” Declaró el hombre emocionado.

Literalmente ignorando a Kairos, ese hombre le sacó el reloj holográfico y le puso uno nuevo que se ajustó y entonces dio una sonrisa orgullosa y extrañamente emocionada.

Kairos dio un suspiro al ajustar su reloj holográfico y mirando a ese hombre y luego a ella, volvió a suspiro.

“Déjame presentarte al Sabio Lucius Aufidius. Él es miembro de la Empresa Cosmos y diseña todo lo tecnológico, también es mi…” Presentó Kairos, estacándose en un momento como si estuviera pensando sobre su relación y luego, declaró. “Amigo.”

No era como si tratara de inventarse la relación que tenía con ese hombre, sino que estaba claro que nunca había pensado cuál era su relación.

El Sabio Lucius no se molestó por el retraso de la respuesta o porque Kairos lo tuviera que pensar primero, sino que dio una sonrisa.

“Tú debes ser Aurora Campbell… Kairos me ha hablado mucho de ti.” Saludó Lucius y dando una media sonrisa que llevaba seriedad, declaró. “Eres su primer amor, y a pesar de que puede carecer de muchas virtudes, espero que seas paciente y les des una oportunidad… Preferiblemente me gustaría que no le rompas el corazón, pero eso ya es demasiado de pedir.”

Aurora solo parpadeó incrédula ante esas palabras y viendo que Kairos estaba en parte avergonzado y enfadado, ella dio una sonrisa.

“No te preocupes. Daré mi mejor esfuerzo.” Respondió con una gran sonrisa.

Kairos solo se cubrió su rostro avergonzado.

******

Varias pantallas estaban proyectadas en la sala y Aurora dio una sonrisa al escuchar las conversaciones del grupo.

Tras terminar su pequeño encuentro con Kairos, ella volvió a su residencia y ahora estaba en una videollamada grupal, en la cual no solo se encontraban el antiguo quinteto de estudiantes, sino que también estaba presente Cithrel y Akira.

César había enviado un solo mensaje diciéndole que golpeara a todos sus enemigos y también se mostró un poco enfadado debido a que no pidieron apoyo del bosque mágico, básicamente para que lo enviaran a él.

Pero ahora no era una conversación de despedida y preocupación, cada miembro del grupo estaba hablando de un tema diferente y estaba charlando de forma entretenida.

Leslie hablaba de su nuevo trabajo que acepto y si bien no liberó tanta información dejo en claro que estaba relacionado con la Empresa Cosmos.

También detalló un poco del peligro que se podía encontrar y a la vez la dificultad de lo que estaba por venir… Ella estaba entrando al campo real, ya no como una estudiante o como alguien que debía ser protegida, sino que como miembro de un equipo real.

Cada uno de ellos sabía lo que significaba.

Leslie era una mecánica de rango A que se especializó en el combate a gran distancia con rifle… Y eso significaba que utilizaría un arma mortal para derribar sus enemigos.

Entre los miembros que no habían ensuciado sus manos con sangre estaba Andrés, Nicole y Leslie.

Si tomaban trabajo de ‘campo’, eventualmente tendrían que ensuciarse las manos y era inevitable al menos que eligieran trabajos específicos.

Quien estaba exento de ensuciarse las manos era Andrés quien había cambiado su rumbo tras darse cuenta de que el trabajo de campo no era lo suyo.

Nicole tampoco quería quedarse atrás y ella también estaba por trabajar para Víctor en tareas que literalmente desconocía.

La posibilidad de que Víctor le diera un trabajo en el cual requería que ella se ensuciara las manos era alta.

Víctor era la clase de hombre que moldearía a un estudiante por los medios más crudos posibles y Nicole lo entendía, pero lo había aceptado.

Era una luchadora y era ingenuo pensar que podía evitar ensuciarse las manos.

Enfrentarse a monstruos, criaturas o bestias mágicas era un asunto, pero en caso de los conflictos humanos, en algún punto llegaría el momento en el cual Nicole se enfrentaría a un desafío en donde su vida o la de otro estaría en peligro y entonces tendría que dar ese paso.

Cruzar esa línea.

Aurora no podía negar que se sentía extraña al pensar que esa joven estudiante que durante los primeros días de la academia temblaba y se ponía nerviosa al luchar, ahora fuera una digna luchadora determinada por su objetivo.

Por otra parte, Clémentine tras lo sucedido estaba mejor, ella había asimilado rápido todo y si bien ocultaba un poco de miedo por lo que la Bestia Santa de China le hizo, sus ojos brillaban con fuerza.

Era cierto que trataba de ocultar sus emociones para no preocuparla a ella, pero Aurora podía ver que la reunión estaba haciendo que esa psiónica recuperara su voluntad.

En este momento cada uno de ellos estaba tratando de dar un paso que parecía bastante pesado y Aurora no deseaba quedarse atrás.

Andrés quien era el más silencio también estaba por realizar un trabajo importante y su objetivo era ayudar a crear una red de información en Rumania.

Debido a la inversión de la Empresa Apicius, la Ciudad Constanza y Rumania podría convertirse en un punto importante en el área, en el cual una red de información obtendría beneficios.

Ya estaba tan preparado que el revelarlo mencionó que solo estaba haciendo publicidad previa, logrando que todos se rieran.

Érica por su parte comentó que había arreglado con la Academia de Héroes para realizar trabajo como heroína.

No ya trabajos de pasantes como estudiantes o héroes aprendices miembros de un grupo, ella deseaba ser independiente y realizar diferentes misiones en cualquier lugar.

No tenía intenciones de unirse a algún grupo de héroes y su objetivo era trabajos que fueran rápidos y de poco tiempo.

Se burlaron de ella diciéndole que deseaba ser una ‘heroína mercenaria’…  Contratada al mejor postor para obtener un trabajo decente.

Esa era la mejor forma para Érica de obtener experiencia y a la vez mantener su atención centrada en desarrollar su hechizo.

Cada uno hablaba de sus objetivos y eran animados por Akira y Cithrel.

Esas últimas sabían que los antiguos estudiantes estaban preocupados y a la vez trataban de ayudar a su manera.

Con esta videollamada ellos, aunque no de forma directa estaban tratando de decirle a Aurora que no se preocupara por lo que sucedía en la tierra.

Ya era la noche y literalmente en unas horas en la mañana se adentrarían al portal abismal.

Ellos trataban de quitarle todas las preocupaciones para que se centrara en su objetivo y Aurora no pudo negar que funciono.

Era imposible que no funcionara y era aún mejor, al verlos a ellos de forma tan animada hablar sobre sus planes y objetivos, la hizo darse cuenta de que su preocupación y tensión, era innecesaria.

Independientemente de lo que se encontrara lo enfrentaría.

La conversación duró un buen tiempo hasta que los estudiantes con sonrisas la despidieron uno por uno hasta que solo quedo Akira y Cithrel.

“Clémentine se ve mejor. La verdad es que el Fénix da miedo y tiene bastante misterio a su alrededor, lo que causa un mayor terror.” Murmuró Akira y dando un suspiro, declaró. “No te preocupes, si ella acepta, también tomaré la misión. Esa supuesta bestia es una psiónica de rango SSS y sus consejos serán de gran ayuda.”

Lo llamó ‘supuesta’, ya que la extrañeza de que una bestia mágica fuera un psiónico era bastante alta.

No era imposible, ya que si uno investigaba encontraría que los ‘despertar’ psiónicos podían suceder en una bestia, pero si era muy raro.

Y sobre todo era un psiónico de rango SSS… Entre los psiónicos reconocidos en el mundo, era quien estaba en la cima y si bien entre el público era tratado como una ‘bestia santa’, en realidad tenía una enorme capacidad psiónica y misterio a su alrededor.

La posibilidad de trabajar para tal individuo era sumamente tentadora, pero Akira dejo en claro que solo aceptaría si lo hacía Clémentine.

“Eso sería bastante bueno.” Comentó Aurora sinceramente y dándole una mirada, agregó. “Recuerda ir a la iglesia del Tiempo y el Espacio si necesitas ayuda.”

No era como si quisieran proteger a Clémentine como si fuera una niña, pero la supuesta misión era peligrosa y en vez de que estuviera sola, Akira que también fue invitada era una buena compañera.

Y más cuando quien dirigiría sería esa psiónica de hielo.

Akira aceptó esas palabras y luego reenviando los saludos de su grupo, terminó la llamada.

Cithrel que fue la única que quedo, redirigió su mirada Alice quien prácticamente estaba sentada a su lado comiendo papitas.

Esa glotona no había hablado en ningún momento de la conversación y solo se había quedado escuchando.

“Ya le pedí a la Cardenal Brousseau si es posible reunirte con quien buscas. Al parecer hay información detallada y es posible que te encuentres con tu objetivo directo.” Dijo Aurora recordando lo que la Cardenal Brousseau le había informado y dándole una mirada seria a Cithrel, confesó. “Sin embargo, la Cardenal Brousseau quiere tener una reunión contigo para hablar del tema.”

Ella le contó todo lo que sabía de la búsqueda de Cithrel y la Cardenal Brousseau afirmó que tuvieron algo que ver con el encubrimiento hija y esposa de Frederick Crawford.

Sin embargo, como esa misión fue hace mucho tiempo y no estaba dentro de sus jurisdicciones, lo único que pudo decir la Cardenal Brousseau fue que el objetivo de la protección estaba vivo.

La reunión con Cithrel no solo era para determinar los detalles al ceder información, sino que muy posiblemente la Cardenal Brousseau se informaría mejor de la situación antes de determinar cómo actuar.

Era posible que hasta se le preguntara directamente a la persona que era buscada si deseaba o no revelar información.

No obstante, algo estaba claro.

“Al menos la pista continua.” Murmuró Cithrel muy animada y dándole una encantadora sonrisa, declaró. “Muchas gracias.”

La Cardenal Brousseau determinó que el objetivo de protección de ese momento seguía vivo y eso significaba que ahora Cithrel tenía la esperanza de seguir la pista y conseguir mejor información.

“Tengo que admitir que debería haberte pedido ayuda antes, no pensé que fueras tan impresionante.” Dijo Cithrel con una risa juguetona.

Aurora solo pudo dar media sonrisa.

Que se revelara que la persona que buscaba seguía viva, era una concesión por parte de la Cardenal Brousseau, quien posiblemente incumplió reglas al decirlo.

Después de todo, ellos eran los encargados de guardar la información sobre los objetivos de protección y que se dijera que la persona estaba ‘vivo’ o ‘muerto’, era muy revelador.

“Eso no es nada. Tú también me has ayudado.” Respondió Aurora con una media sonrisa.

Esa era la verdad innegable.

Los altares que le dio junto a los medios para realizar el sacrificio eran de bastante ayuda y para ella resultaban ser una carta secreta en caso de que fuera necesario.

Si bien era posible que el mundo fuera como el portal ruso en donde todo estaba sellado y los dioses primordiales era el único que llegaba, en caso de que no fuera de esa forma, recibir la ayuda de otra deidad era algo bueno.

Tras una corta charla ambas terminaron la llamada.

“Es mejor dormir temprano. Mañana será un gran día.” Dijo Aurora mirando a su glotona amiga.

Esa glotona asintió con una calma envidiable y Aurora no pudo evitar sonreír.

Mañana sería el gran día.


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TG - Capítulo 330
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Pareciendo inalcanzable.

Capítulo 330: Pareciendo inalcanzable.

“Hoy es el gran día.” Dijo la Cardenal Najjar.

Ahora mismo todos los miembros de la expedición se encontraban en una carpa, alrededor de la mesa de operaciones.

Ya se había arreglado los suministros, artefactos, pergaminos y todo lo que necesitaran en caso de emergencia.

Estaban altamente equipados y cada uno de ellos estaba muy bien armados.

Aurora lo sabía mejor que nadie, ya que ella misma llevaba su nueva armadura de combate en modo de espadachín.

Presentes estaba la Cardenal Najjar y la Sumo Sacerdotisa Xaali que llevaban una túnica de combate altamente encantada, junto a varios artefactos en forma de aretes.

La Paladín Amanda llevaba su armadura de paladín de cuerpo completo y su espada en su cintura, mientras que Abdellah estaba usando una túnica y Andrea por su parte llevaba un equipo psiónico ajustado.

Hugo Guzmán quien también era conocido como Rey de Mombasa llevaba su equipo de batalla al estilo medieval.

Incluso Lennart Tausch estaba llevando una túnica mientras permanecía en completo silencio.

Ese joven de cabello colorado, resulto ser bastante silencioso a pesar de tener la apariencia de alguien extrovertido.

Al final estaba Kairos quien llevaba una armadura fina que daba la sensación de ser ropa formal y luego se encontraba Alice quien llevaba ropa de ejercicio.

Su glotona amiga podía parecer indefensa, pero los materiales para crear tales equipos eran mágicos y los artesanos lograban hacer de una simple ropa de ejercicio, un equipo de alta defensa.

“Todos conocen el protocolo. No voy a repetirlo.” Determinó la Cardenal Najjar.

Se había arreglado que era lo que tenían que hacer primero y eso llamaron ‘protocolo’.

Al entrar primero verificaban su seguridad y luego la comunicación, siendo su prioridad reagruparse.

“Hemos tenido una semana de tiempo para prepararnos y algunos no conocen a los demás y solo han leído los historiales. La confianza entre nosotros no se puede considerar completamente alta.” Agregó la Cardenal Najjar.

La expresión de todos continuo de la misma forma.

Nadie pudo negar esas palabras.

Siete eran los miembros que se conocían o pertenecían al mismo círculo de Zerzura y la Iglesia, pero Kairos, el Rey de Mombasa y Lennart eran desconocidos.

La confianza no solo era baja desde su grupo al otro grupo, Aurora sabía que era posible que tanto el Rey Guzmán como Lennart posiblemente desconfiaran de ellos.

Era inevitable.

Estaban tomando una misión que podía llegar a ser mortal y reunir un grupo unido no fue fácil y el tiempo que tuvieron no les permitió conocerse por completo.

“Es por eso que he preparado algo para asegurar la confianza entre todos. Ya han sido informados, pero lo repetiré.” Dijo la Cardenal Najjar y mirando a los presentes, declaró. “Cada uno de aquí realizará un voto al Dios del Tiempo y el Espacio para evitar la ‘traición’.”

Aurora todavía seguía recordando el primer portal.

La traición de Marius, la muerte de Cédric y Dan junto a su propia cercanía a la muerte.

Se estaban por enfrentar a un portal abismal cuyo destino y circunstancias eran desconocidas, la traición interna entre ellos era lo principal que debía evitarse.

Y ahora quien lideraba toda la fuerza aliada era Zerzura y la Iglesia del Tiempo y el Espacio, tenían la capacidad de evitar esa traición.

La fórmula era simple.

“Por lo general el Dios del Tiempo y el Espacio no asegura contratos y tampoco acepta votos, no obstante, nosotros somos una excepción.” Detalló la Cardenal Najjar y mirando a todos, anunció. “No se dejen engañar por la simple palabra de ‘no traicionar’. Una vez que realicen el voto, su destino estará en las manos de un Dios Primordial.”

Su voz era amenazante y llevaba una alta devoción.

La idea era simplemente realizar un voto para no traicionar a los otros, pero esa simplicidad daba la sensación de que se podía pensar en muchos escenarios.

Un momento de necesidad o una situación especial podría llevar a una circunstancia en donde realizar una acción podía ser considerada traición para algunos y no para otros.

Ese tipo de evento podía suceder y era la razón por la cual, no se hizo un contrato, sino que un ‘voto’.

Quien determinaría cuando era traición y cuando no lo era, sería el mismísimo Dios del Tiempo y el Espacio, un Dios Primordial.

Todos asintieron sin cambiar de expresión.

Aurora sabia lo fuerte que era la Cardenal Najjar y había escuchado que ella había oído la ‘voz’ de la deidad a la cual adoraba, pero eso no significaba que fuera fácil pedirle algo a una deidad.

Y más que aceptara este tipo de circunstancias, pero ella no dejo salir sus dudas y lo mantuvo en lo profundo de ella misma.

No adoraba a ningún dios, pero no pudo negar que el Dios del Tiempo y el Espacio era al cual ella era más cercana debido a su historia pasada.

“Podemos empezar. Solo déjense llevar por el poder.” Ordenó la Cardenal Najjar antes de ponerse a rezar.

Su rezo fue devoto y no paso demasiado tiempo para que los alrededores se empezaran a sentirse extraños.

El espacio parecía cortarse de la realidad y luego el tiempo ante los ojos de Aurora dio la sensación de retraso.

Tal poder, no era agresivo, malicioso o dominante, Aurora sentía cierta calma y tranquilidad en esos poderes divinos.

Sin embargo, a pesar de la calma, ese gran poder generaba ciertas emociones negativas en ella, trayendo viejos recuerdos a su mente.

Se vio a ella misma cuando era la Primera Heroína, vio a personas a las personas a la cual era cercana y sintió el dolor a la perdida.

Parpadeando incrédula y abriendo sus ojos, sintió que sus visiones se volvieron reales como si sus recuerdos fueran desplegados al frente de ella, pero todo desapareció cuando entre medio vio a un joven darle una sonrisa.

Kairos le estaba sonriendo amablemente y la estaba mirando trayendo calma tanto para su ansiedad como a sus recuerdos pasados.

Y Aurora respiró hondo, sonriendo con determinación.

Ese extraño poder desapareció y aquellos que habían cerrado sus ojos volvieron a abrirlo curiosos al no sentir ninguna atadura o limite.

Daba la sensación de que el ‘voto’ no había sido realizado, pero la Cardenal Najjar asintió para sí misma.

“No hay restricciones en su actuar y no deben preocuparse. Solo deben saber que, si llega el momento en el cual ustedes actúen de cierta forma que ‘Él’ piense que traicionarán a sus compañeros, recibirán una advertencia.” Advirtió la Cardenal Najjar con seriedad y al ver que todos asentían, mencionó. “Entramos en veinte minutos.”

Con tales palabras todos suspiraron y se fueron a hacer sus cosas

Despedirse de sus compañeros, parejas o conocidos e incluso esperar en calma durante un breve momento.

Aurora vio cómo su amiga salía de la carpa y cuando ella también la acompañó pudo notar que fue directamente a la carpa de suministros en donde se encontraba la cocina, que estaba cerca de este lugar.

“Te aseguro que es confiable.” Declaró Aurora a Kairos que se había acercado a ella.

Alice podría haber ido a cualquier lugar, pero en vez de eso decidió ir a la cocina.

Antes de que Kairos pudiera responder, Alice salió con una sonrisa acompañada de un anciano vestido como chef.

Aurora lo conocía, ya que era el ‘Maestro Culinario’ que le sirvió durante su cita con Kairos y ese anciano fue el encargado de suministrar a la expedición.

Preparó la comida por sí mismo y su preparación fue de forma tal, que cada plato tenía beneficios para aquellos que lo comían.

Las comidas creadas por un maestro culinario eran como elixires o mejoras físicas, aunque muchos pensaran que tal idea era sacada de un juego, cuando uno miraba los materiales con la cual se creaba la comida, era normal que obtuviera beneficios.

Lo que hacía un maestro culinario era lo que hacía un alquimista, solo que la diferencia eran los ingredientes y la forma de consumirlo.

En este caso todas las comidas fueron preparados por Gaspard, uno de los mejores maestros culinarios del mundo que trabajaba para la Empresa Apicius.

“Nosotros lo conocemos durante un buen tiempo…” Murmuró Aurora al ver que el anciano Gaspard pasaba algunos anillos espaciales a Alice.

Estaba segura de que en esos anillos espaciales había bastante comida y era muy posible que todo fueran platos extremadamente caros.

No daba nada de confianza ver a esa glotona sonreír mientras guardaba sus anillos espaciales en su sombra.

¿Cuánto habría guardado ya?

¿Cuánto habría gastado la Empresa Apicius en conseguir los ingredientes?

Y mayor aun… ¿Cuánto tiempo estuvo cocinando el anciano Gaspard para satisfacer a esa glotona?

“No necesitas decir nada. Es normal que uno de los accionistas de la Empresa Apicius apoye a la principal accionista.” Respondió Kairos asintiendo sin ver nada extraño y al ver que ella lo miraba, dudó. “¿No sabías que era un accionista?”

La expresión de Aurora tembló.

“No, no lo sabía.” Murmuró en respuesta y dando una mirada al anciano, que prácticamente fue ignorado por Alice al obtener lo que buscaba, declaró. “Pero eso lo hace peor.”

Alice fue quien le ordenó a la Empresa Apicius a suministrar la comida y también pidió al mejor chef, quien estuvo desde que llegó cocinando para todos.

Al ver que ese anciano los saludaba, Aurora devolvió el saludo respetuosamente y solo pudo suspirar con cierto entretenimiento.

No podía negar que Alice redujo con su despreocupada actuación su ansiedad.

“Vamos. Hay que prepararnos para entrar.” Anunció Aurora recuperando su seriedad.

Kairos asintió de forma profesional, sin ocultar su sonrisa de emoción.

Dos de los nueve miembros que la acompañaban daba la sensación de despreocupación demasiado evidente.

******

Edward observó la televisión.

“Wow, es increíble que Aurora y Alice estén participando en un portal abismal.” Dijo Jordán quien estaba en la sala y dando una mirada, declaró. “Aunque no estoy envidioso. Un portal sería demasiado para mí.”

“Hay que empujarse a los límites si deseas elevarte todavía más.” Declaró Oliver con seriedad y dando una sonrisa, comentó. “Pero sí, fuimos completamente engañados.”

“¿Alice no les dio una paliza a ustedes al entrar a la academia? Es obvio que era fuerte.” Respondió Rachael y redirigiendo su mirada a Edward, dudó. “Tú la conocías, ¿cierto? ¿Siempre fueron fuertes?”

Edward se quedó en silencio mirando la televisión que estaba hablando sobre el historial de ellas.

Ambas tenían veintiún años y junto a Lennart eran los más jóvenes entre la expedición, pero a diferencias de este último, Aurora y Alice al ser antiguas estudiantes de la Academia de Héroes quienes estaban en primer año, resaltaron más.

¿Siempre han sido fuertes?

Sí.

Esa fue la respuesta que alcanzó Edward de inmediato, pero había algo más.

“Fuerte e impresionante… Ellas lo son aún más ahora que antes.” Respondió Edward con un tono solemne.

No se había comunicado con Aurora desde que había dejado África hacía mucho tiempo y solo se volvieron a reencontrar durante la Academia de Héroes, pero él estaba seguro de algo.

“Mañana serán más impresionantes que hoy.” Dijo Edward con una voz que llevaba emociones que solo él pudo entender.

Oliver, Rachael y Jordán dieron una mirada un poco extraña.

Ellos tres no solo habían decidido unirse a lo que estaba tratando de hacer, sino que también lo estaban apoyando directamente.

Oliver era un rango S y era muy útil, Jordán era alguien capaz y fuerte, pero resaltaba en el trabajo administrativo y organizativo.

Rachael era una joven multifacética con gran potencial en diversas áreas y muy útil.

Y también había alguien más presente.

“Suena como si la admiraras.” Señaló Adala con una mirada curiosa.

Ella era la imagen de su proyecto y cada uno de ellos era parte importante para lograr su objetivo.

Cambiar el Gremio de Héroes era una gran tarea, pero ahora al darse cuenta de que ellas estaban por entrar al portal, al darse cuenta de que Aurora ya estaba avanzando más lejos que él, sintió emociones mixtas.

¿La admiraba?

“Si, tal vez parte admiración y parte envidia.” Respondió Edward sin ocultar sus emociones.

Ambas se podían entremezclar y era imposible que no lo hiciera.

Aurora era un rango S y él también, pero ella tenía la capacidad para lograr sus objetivos y era lo suficiente ambiciosa como para ir más lejos que antes.

Fue ella quien hace unos años llego a África y fue quien dio pie para que una gran ciudad se empezara a construir… Era imposible no envidiar sus logros, su actitud y su capacidad.

Al mismo tiempo que era innegable que la admiraba.

El noticiero empezó a trasmitir en vivo desde el portal, avisando que pronto la expedición se adentraría.

El silencio se extendió por la sala y la tensión fue en aumento hasta que los miembros de la expedición empezaron a caminar.

Guiados por la Cardenal Najjar los diferentes miembros estaban en marcha.

No todos llevaban expresiones solemnes o serias, el joven investigador de la Empresa Cosmos tenía una expresión neutral y Alice llevaba una expresión indiferente.

Como si esa caminata fuera una pérdida de tiempo.

Aurora que estaba entre los miembros era la persona que tenía una expresión seria, pero muy determinada.

No había miedo y su caminata llevaba confianza y daba la fuerza a los espectadores para que pensaran que todo iba a salir bien.

Las diferentes autoridades lo estaban esperando alrededor del portal y tras unas palabras que el equipo de cámara no pudo captar, cada uno de ellos entró al portal, hasta que la última persona desapareció.

El silencio se extendió y esperaron a las palabras que daban confianza al inicio de toda expedición.

Edward no pudo evitar cerrar su mano a pesar de que sintió miradas en él y luego cuando vio a la Cardenal Brousseau levantado su pulgar en alto, soltó su agarre.

El noticiero empezó a recibir la información de que la otra parte llegaron a salvo y Edward sintió que su preocupación dejaba su cuerpo y era llenado con determinación.

“Voy a trabajar. Necesito prepararme para la reunión con el Gremio de Héroes.” Declaró Edward con seriedad.

“¿No esperarás al informe de reunión?” Dudó Oliver con curiosidad.

La llegada fue exitosa, pero todavía faltaba partes importantes y la reunión de todos los miembros de la expedición era uno de los puntos con mayor importancia.

No obstante…

“No. Sé que Aurora tendrá éxito.” Respondió Edward antes de salir.

Su confianza era extremadamente alta y era imposible no tener esa confianza.

Después de todo, él estaba viendo su espalda mientras ella se alejaba avanzando cada vez más rápido.

Pareciendo inalcanzable.


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