historia-paralela-capitulo-48
Historia Paralela Capítulo 48
28022
389

Historia Paralela Nuevo Comienzo Capítulo 48: Que suerte…

Historia Paralela Nuevo Comienzo Capítulo 48: Que suerte…

Xaali Wardi, ese era su nombre y su hermano pequeño se llamaba, Sade.

Ambos estaban viviendo en la Ciudad El Obeid y trataban de sobrevivir lo mejor que pudieron.

Sus padres murieron hace mucho tiempo y solo ellos quedaban.

Sobrevivir fue difícil, tras la caída de los países, los monstruos y criaturas arrasaban los campos.

En otra parte los jugadores que luego se denominaron como señores de la guerra tomaron el control y fueron crueles.

Reclutaban milicianos y algunos de ellos forzaban el reclutamiento.

Realizaban tratos con negocios cuestionables y en un punto de su vida la preocupación ya no estaba en que comer, sino que se extendía a cómo mantenerse vivos, bien y, sobre todo mantenerse lejos de aquellos que la miraban como un objeto.

Escapó de muchos de esos lugares.

De esclavistas, de proxenetas, de milicianos cuyas intenciones maliciosas eran evidentes y llegó a la ciudad en donde iban los ‘desechos’.

Donde la pobreza era la norma, la muerte era común y todos los ciudadanos eran olvidados.

Lamentablemente en vez de pasar desapercibido, fueron marcados y capturados.

Pensó que iba a morir por los experimentos, creyó que su hermano también sufriría el mismo destino y si bien con el dolor de los experimentos la desesperación aumentó, ahora Xaali estaba aturdida.

Esa Archimago que había experimentado a un nivel que estaba cerca de la tortura fue derrotada y golpeada duramente, siendo apresada en este momento.

Xaali no pudo llorar, sus lágrimas no estaban saliendo, pero su felicidad no se reducía.

“¿Has escuchado las noticias? El Señor de la guerra Jasar ha eliminado a un gremio que se opuso a él.”

Una voz sonó a lo lejos y cuando Xaali observó, pudo ver a dos pacientes hablando entre ellos.

Ella estaba en una carpa médica en donde su condición fue revisada y en donde estaba descansando hasta que le dijeran el diagnóstico.

Había escapado hace unos días y si bien tuvo que descansar durante un buen tiempo, ya había visto a su hermano que por suerte fue marcado como un esclavo de investigación.

Iba a ser muy doloroso si vendieran a su hermano como un esclavo sexual y aunque ser utilizado como material de experimentación era horrible, tales ‘espécimen’ necesitaba estar en buena condición.

Si la ayuda se hubiera retrasado, era posible que ellos no estuvieran en este mundo.

“Si lo he escuchado. También escuché que mató públicamente a un grupo de mercenarios que eran unos bandidos despiadados.” Murmuró uno de los pacientes y en voz baja, declaró. “Dicen que está tratando de provocar a Zerzura... Hay algunos rumores de que trata de mostrarse fuerte ante las fuerzas de la caravana.”

“Yo escuché que está usando las fuerzas de la caravana para eliminar a sus objetivos y a la vez retomar el control.” Dijo un paciente y con una expresión de miedo, señaló. “Aun así, da miedo. Es bueno que elimine a esos bastardos que han creado tanto daño, pero parece un lunático. Ha realizado dos ejecuciones públicas. Espero que con sus acciones no se oponga a Zerzura.”

“Si… Espero que no haya conflicto. La iglesia no es algo con lo que se debe jugar y escuche que Zerzura es un buen lugar para vivir. Lamentablemente el número de refugiados que pueden ir en los camiones es limitado.” Dijo uno de los hombres y dando una media sonrisa, comentó. “Al menos prometieron que volverán y dejaran un lugar que repartirá suministros.”

Xaali al escuchar tales palabras se quedó en silencio.

El Señor de la Guerra Jasar cuyo título era el ‘Pálido’ era conocido por tener una enemistad contra los tres señores de la guerra que gobernaban Jartum.

También era conocido como un individuo débil y el área que controlaba era una zona desolada, en donde todos lo pasaban por arriba.

Sin fuerza militar, sin dinero y mediocre en muchos sentidos.

Cualquiera pensaría que tal individuo dejaría de ser un señor de la guerra y trataría de irse a otro lugar para ganar dinero, pero que no lo hiciera también causó que otros pensaran mal de él.

Daba la sensación de ser alguien que le faltaba ambición y que solo se conformaba por ser rey de una pequeña colina.

Sin embargo, ahora era diferente.

Estos no eran los primeros rumores que Xaali escuchaba y desde que despertó y su condición se estabilizó, los rumores eran extensos.

Eliminando a gremios o mercenarios que se oponían y que realizaban negocios sin pasar por él primero.

Había ejecutado a algunas personas y varias de esas ejecuciones fueron públicas logrando que todos le temieran.

Esclavistas, comerciantes o cualquiera que hubiera hecho algo que a él no le agradaba, los estaba ejecutando, aprisionando y dominando.

Algunos decían que estaba utilizando la fuerza de la Ciudad Zerzura y precisamente la iglesia que estaba a su espalda.

Era normal que una iglesia se opusiera a esos malhechores y nadie en esta ciudad deseaba oponerse a Jasar debido a que temían que la iglesia interviniera.

Otros decían que no solo estaba usando tal ventaja a su favor, sino que estaba tratando de demostrar que esta área estaba bajo su control.

Muchos no deseaban que se enfrentara a Zerzura o probara sus límites, pero a la vez que esa nueva ciudad se quedara al margen, logró que su prestigio aumentara.

Sentándose en la orilla de la cama, Xaali escuchó pasos y luego vio acercarse a una mujer en sus cuarenta y tantos con unas pequeñas arrugas en su rostro.

Xaali ya la conocía.

Esa era la Cardenal Fiona Brousseau, quien tenía un alto rango en la iglesia y también era la persona que la estaba cuidando.

“¿Te encuentras bien?” Preguntó la Cardenal Brousseau tras realizar un hechizo.

Una luz verde se extendió por su cuerpo y Xaali no sintió absolutamente nada, pero al ver la expresión de la cardenal se dio cuenta de que la acababa de revisar.

“Sí, estoy mejor. Un poco cansada, pero nada más.” Respondió Xaali con calma.

La Cardenal Brousseau le dio una larga mirada y luego dio un suspiro.

Su cuerpo todavía dolía, pero ese dolor era menor de lo que había sufrido y era por eso que estaba mejor.

“Los experimentos han dañado tu alma. El alma es el núcleo de cualquier ser vivo y es una parte que es difícil de explicar con términos científicos, pero tienes que entender que un alma sana es fundamental para el cuerpo.” Dijo la Cardenal Brousseau y con una mirada seria, comentó. “Un alma dañada muestra sus daños no solo con un dolor invisible en tu interior, sino que también a través de tu propio cuerpo y psique. Cansancio, agitación, efectos mentales y físicos e incluso problemas psicológicos.”

Xaali no mostró ninguna expresión.

No hubo miedo o lloró por esas palabras que podían sonar como una mala noticia.

No era que no sintiera las emociones, solo que ya había pasado por demasiadas cosas como para sentirse abrumada ahora y por la mirada que le daba la Cardenal Brousseau, sabía que había esperanza.

“Un mago de curación solo se centra en el cuerpo, podemos mantenerte estable, pero para reparar el alma necesitamos un mago espiritual.” Dijo la cardenal y al verla temblar instintivamente, señaló. “Pero no pareces capaz de volverlos a ver por un buen tiempo. Así que lo único que puedo recomendar es que te cuides para que tu alma se repare sola o reces a una deidad hasta que tu rezo traiga respuesta.”

No deseaba ver a otro mago espiritual, ya que todavía en el fondo estaba traumatizada y fue por esa razón que Xaali observó a la cardenal.

La sensación al darle las otras opciones fue muy profesional, pero al mismo tiempo buscaba guiarla para que decidiera aceptar un mago espiritual.

Quedarse como estaba era sufrir las consecuencias de su estado y en cuanto a rezar, daba la sensación de dejarlo al azar y sobre todo hacia que cualquiera se preguntara…

“¿Rezar funcionará?” Dudó Xaali con honestidad y dando una mirada, comentó. “Nunca me han respondido.”

Rezar daba esperanza de que todo se podía solucionar.

Daba la sensación de que había alguien haya arriba que los cuidaba y los protegía, pero Xaali nunca sintió que le respondían.

Se sentía ignorada, como una mota de polvo que alguien soplaba para que se disipara y alejara.

Para ella rezar no funcionaba.

“No sé a qué dios rezas, pero el Dios del Tiempo y el Espacio es indiferente. Muchas veces me he preguntado por qué mi fe está en tal deidad y aunque me gustaría decir que todo es parte de un plan que nosotros no podemos captar, la verdad es que todavía no lo puedo entender.” Dijo la Cardenal Brousseau y dando una mirada, declaró. “Lo que estoy segura, es que no importa cuanto lo insultes, dudes de él o lo maldigas. Él continuará apoyando a aquellos que le sirven.”

Tales palabras no era algo que una cardenal que estaba muy alto en la iglesia pudiera decir, pero esa mujer pareció imperturbable.

“Él no nos necesita a nosotros, somos nosotros quienes lo necesitamos a él.” Señaló la Cardenal Brousseau y dando una suave sonrisa, comentó. “No obstante, es de apoyar a sus creyentes tal vez por piedad o quizás pensando en un plan mayor. Al final, lo único que puedo decir es que, si decides rezar y adorarlo, será una deidad problemática. Ya que nunca entenderás, lo que realmente busca.”

Su tono era simple y tranquilo a pesar de que ella misma creía en esas palabras a la vez que su ‘fe’ seguía puesta en esta entidad.

Esa poderosa cardenal no parecía adorar por deseo de poder, sino que su creencia era sincera.

Sin embargo, Xaali lo vio de otra manera.

“¿No todos estamos aquí por su voluntad?” Preguntó Xaali y dando una mirada, comentó. “La llegada de la iglesia, mi supervivencia y nuestra salvación.”

El Dios del Tiempo y el Espacio también era conocido como el Dios del Destino.

Cuando uno hablaba de esa entidad, pensar que todo era parte de un ‘plan mayor’ de la voluntad de una deidad todo poderosa era común.

Por tal razón muchas personas no le agradaba esa deidad, ya que algunos pensaban que había muchas cosas que podía cambiar en ese ‘plan’.

“Lo sobreestimas demasiado.” Murmuró la Cardenal Brousseau y al ver que Xaali ponía una mirada extraña, ella se explicó. “Estamos aquí por nuestra voluntad y tú has sido salvada no por la gracia de un dios, sino que por la decisión de unas mortales.”

Xaali mantuvo su expresión tratando de asimilar esas palabras que venían de una cardenal importante y al verla tan seria, la Cardenal Brousseau sonrió.

“Eso es lo curioso de esta deidad… Puedes obtener poder de él, pero la forma que lo usas depende de ti. Solo cuando a él no le agrada lo que haces, es cuando te lo quita.” Explicó la Cardenal Brousseau y dando una sonrisa, comentó. “Si deseas puedes saber más en la iglesia, cuando volvamos a Zerzura. Estoy segura, de que puedes aprender mucho si te interesa. Al mismo tiempo, quizás podamos pedir a unos sacerdotes que recen para curar tu alma.”

Lo estaba invitando a aprender, pero a la vez le estaba señalando que no era necesario que lo hiciera.

Podía utilizar a otros sacerdotes para que rezaran y trataran de aliviar sus dolencias.

Seguramente iba a ser un proceso más lento que el de llamar a un mago espiritual, pero, aun así, iba a funcionar.

Xaali ya había aceptado viajar a Zerzura e iba a moverse a través de un portal junto a su hermano, pero ahora al escuchar la invitación para aprender, sintió curiosidad.

“Entiendo.” Murmuró con una voz tranquila.

******

“La caravana ya está llena y lista para partir. Continuamos con el envío de personas a través de los portales, y también trayendo suministros.” Informó Nicholas y dando una mirada seria, declaró. “También ya he seleccionado las personas que se quedaran en este lugar. Necesitamos una mayor seguridad, ya que el personal de asistencia médica es elevado.”

Aurora al escuchar ese informe dentro de la carpa que contenía una oficina, asintió.

“Prepara para que la caravana se mueva. El peligro no es tan alto del viaje, pero hay que elevar la seguridad. Turay y James están teniendo problema de mano de obra en el área administrativa y de organización, así que puede haber retraso en la organización de la ciudad. Aun así, eventualmente la caravana volverá y los portales seguirán funcionando.” Dijo Aurora con seriedad.

Los portales no eran tan grandes y eran utilizados como medio de emergencia, llevando o trayendo personas junto a suministro.

No obstante, no tenía la capacidad de enviar a muchas personas.

Era por eso que el retraso de la caravana podía demorarse un periodo de tiempo mayor y gran parte de la razón era que en Zinder todavía se seguía enviando personas.

Organizar a todas esas personas, distribuir las casas y básicamente mantener un orden general, no era una tarea que fuera fácil de realizar.

Turay estaba aprendiendo y junto a muchas personas locales estaban estudiando duramente para aprender y mejorar en sus capacidades administrativas y de gestión, sin embargo, todavía no era suficiente como para organizar todo rápidamente.

“También luego te enviaré un informe sobre el Señor de la Guerra. La situación aquí será muy especial a diferencia de Zinder.” Dijo Aurora y dando una expresión seria, declaró. “Habrá más responsabilidades y la dificultad será más alta. En consecuencia, James ha informado que aumentara tus honorarios.”

Nicholas y Abdellah al igual que varios mercenarios de alto rango estaban contratados por medio de la Empresa Apicius.

No sabía cómo la empresa se manejaba, pero el trabajo que le estaba por dejar ya estaba lejos de ser una simple misión y por eso que, tras informarle a James, ese hombre decidió aceptar su pedido de que elevaran sus honorarios.

“Me encargaré de que todo salga correctamente.” Respondió Nicholas con un tono serio.

Luego se retiró tras otras pequeñas advertencias y Aurora dio un largo suspiro, observando a Alice que se había mantenido en silencio, acompañándola.

Se había detenido a la maga que realizaba experimentos espirituales.

Esa Archimago no tenía un objetivo grande, solo estaba experimentando y aprendiendo sobre las almas humanas… Para hacerlo tuvo que sacrificar a muchas personas.

“Ya está por venir, ¿cierto?” Dudó Aurora con seriedad revisando la hora.

Tenía una reunión importante en unos minutos y eso era lo único bueno que sacaron del asunto.

Alice asintió de forma indiferente y tras varios minutos una sombra avanzó a gran velocidad por bajo la entrada y luego se elevó conformando la figura de Melgar, en su apariencia de señor de la guerra Jasar.

Aurora le dio una mirada a ese demonio que estaba muy bien disfrazado.

“He escuchado que has eliminado otro gremio. Buen trabajo.” Dijo Aurora sin cambiar de expresión.

Los rumores que el Señor de la Guerra Jasar el Pálido había mostrado sus colmillos de repente se estaban extendiendo con furor.

Y Aurora lo sabía mejor que nadie, ya que todo fue preparado según el plan de Alice y como si fuera poco, ellas también eliminaron varios lugares y culparon a ‘Jasar’.

“¿Es así? Pensé que las ejecuciones estuvieron de demás, pero creó que instaurar miedo es lo que necesitamos si queremos retomar el control de la ciudad rápido.” Respondió Melgar y dando una mirada pensante, señaló. “Luego atraemos los gremios y los comerciantes para que vendan a la Empresa Apicius por el portal en vez de viajar hasta un puerto y con ello, tendremos un surgir económico decente.”

El plan que había presentado Alice era simple.

Utilizar a ‘Jasar’ como al frente para que realizara todas las acciones que ellas realizaron en Zinder.

Eliminar a milicianos, bandidos, magos lunáticos y someter a los gremios y grupos de mercenarios.

Todo mientras se preparaba para un futuro enfrentamiento contra los tres señores de la guerra en Jartum.

La antigua capital de Sudan era un lugar en donde se encontraban peores situaciones de la que se encontraba en este lugar.

Melgar había mencionado que tenía un coliseo en donde se obligaba a personas luchar y los lugares más oscuros eran más comunes de lo que ella había esperado.

Sería genial poder ir ahora mismo y matarlos a todos, pero Aurora con el recordatorio-amenaza de su amiga no podía ser tan imprudente y era por eso que tenían que moverse con cuidado.

Si no actuaba de ese modo, podía empujar a que un conflicto bélico se iniciara en contra de Zerzura y eso era un pésimo movimiento.

Zerzura no estaba preparada en este momento y como si fuera poco, el bosque mágico con el cual compartía frontera era un caos.

Al lado oeste, dos poderosos señores de la guerra estaban por enfrentarse entre ellos y era posible que los efectos de la guerra llegaran a Zerzura.

Interrumpieron el plan de la Señora de las Bestias y alguien tan poderoso no se quedaría sin hacer nada.

Por tal razón en esta zona eligieron otro método.

“Te daremos dinero para que te prepares. Ese dinero no está conectado a Zerzura, a la Empresa Apicius o a la Iglesia del Tiempo y el Espacio. Sin embargo, te permitirá prepararte para cualquier situación.” Agregó Aurora con seriedad.

Si iniciaban un conflicto directo era posible que los señores de la guerra locales se unieran, sin embargo, al usar a ‘Jasar’ como intermediario, las consecuencias irían a ese señor de la guerra.

Por supuesto, financiar a un señor de la guerra no era algo que la ciudad, la iglesia o la Empresa Apicius pudiera hacer.

El dinero salía de sus bolsillos personales tras pasar por varios métodos para que no fuera rastreado.

James se encargó de ese trabajo y si bien seguramente lo que estaban haciendo era ilegal, este lugar era áfrica.

En donde muchas veces los métodos no importaban para conseguir el resultado deseado.

“Perfecto. Me estaba preocupando no tener subordinados para controlar la ciudad.” Dijo Melgar riéndose entretenido.

A pesar de que, si las cosas iban mal, él iba a ser el primer objetivo, ese demonio estaba bastante emocionado por la situación.

Su deber era extenso y a pesar de que tenía que actuar como un señor de la guerra, sus responsabilidades también eran alta.

Lo principal era encargarse de mantener a la gente segura y controlar la ciudad para que no se iniciaran negocios turbios.

Para eso necesitaría subordinados y como era prácticamente un demonio que había escapado de la guerra, solo se había adaptado a la modernidad y no había encontrado métodos para ganar dinero o reclutar.

“Entiendo, prioriza aumentar tu fuerza militar, pero elige bien a tu gente. No me gustaría financiar personas que me desagradan.” Declaró Aurora con seriedad.

Si bien estaba tomando un papel de señor de la guerra y sus acciones hasta ahora parecían extremadamente agresivas e irracionales, todo seguía una línea.

Asesinó a mercenarios peligrosos cuyas atrocidades eran conocidas, eliminó gremios que llevaban a cabo negocios ilegales y también sometió a milicianos para que dejaran de causar estragos.

Básicamente estaba haciendo todo lo que ambas hicieron en Zinder y ante los ojos de Aurora, estaba en lo correcto.

Su método era algo llamativo, pero para su papel, un señor de la guerra peligroso era mejor que uno gentil.

“Está bien. Tal vez traiga algunos compañeros.” Dijo Melgar y al recibir la mirada de Alice, explicó. “Aunque serán de confianza y buena gente… O al menos todo lo bueno que puede ser un demonio.”

Él se rio entretenido.

Los demonios no eran malos, solo que su moral era otra y sus objetivos también diferían.

Se guiaban por diferentes reglas siendo la ‘ley de la jungla’ la predominante y algunos de ellos por lo general se sometían a alguien más fuerte.

Pero incluso en esas situaciones, no eran como si todos fueran ambiciosos, a algunos le encantaba la humanidad, más precisamente el entretenimiento que ofrecía.

Y este mundo moderno tenía mucho entretenimiento que atraería a bastantes individuos.

“Haz lo que desees, pero primero pasa por la iglesia.” Respondió Aurora al ver que Alice mantenía silencio y luego al ver que Melgar asentía sin preocupación, señaló. “No comiences el conflicto con Jartum. Todavía Zerzura no está lista para apoyarte.”

Esta vez la expresión de Melgar se volvió seria.

Él había sido traicionado por los tres señores de la guerra y fueron ellos quienes lo lograron herir de gravedad. 

Ahora, a pesar de que actuar como un señor de la guerra seguramente lo entretenía, su mayor objetivo era venganza.

Deseaba devolver el golpe y Aurora también quería eliminar a esos señores de la guerra.

Lamentablemente en este momento no era posible.

“Entiendo. Me encargaré de recopilar información y cuando consiga personas de confianza, trataré de salvar gente de otros lados y arruinar sus negocios.” Respondió Melgar con seriedad.

No era alguien ingenuo, entendía que a ellas le preocupaba las personas inocentes y las priorizaba, era por eso que trataría de priorizar salvar a inocentes.

Si bien era aterrador que Melgar la entendiera tan rápido y actuara para ganar su favor de forma tan precisa, Aurora solo pudo suspirar aliviada.

Retrasar las misiones de asalto para eliminar a los señores de la guerra de Jartum, la estaba estresando un poco y sabía que entre más tiempo que pasara, más víctimas habría en esos lugares.

También entendía que, si eliminaba a esos señores de la guerra, las ciudades bajo su control se convertirían en un pandemonio en donde todos lucharían para querer tomar el control.

Era por eso que Melgar era una de las pocas cosas buenas que se encontraron aquí.

Ya que sería alguien vital para tomar el control del área.

Tras arreglar varios puntos sobre ese plan, Aurora suspiró cansada cuando Melgar se fue.

Él tenía que ser el frente para evitar problemas para Zerzura, la iglesia o la Empresa Apicius, pero ofrecerle ese puesto a alguien que conocieron hace poco la ponía un poco nerviosa.

Era cierto que se realizó un trato por medio de la iglesia, aun así, no era que pudieran confiar de inmediato.

La otra parte lo sabía y era por eso que trataba de que todo saliera correctamente para demostrar su confianza.

La desconfianza de Aurora no venía de que era un demonio, sino que prácticamente lo conoció hace muy poco tiempo.

Sentándose en su silla, vio que Alice fruncía el ceño en el sofá al mirar su reloj holográfico.

Aurora se levantó de su asiento y se acercó a su hermana.

“¿Sucede algo?” Preguntó Aurora con curiosidad.

Esa glotona dio una mirada fría por un momento y luego controló su expresión.

“¿Has dado alguna entrevista?” Cuestionó Alice y al ver que ella agitaba la cabeza, dudó un momento.

Aurora tuvo curiosidad y sentándose al lado de su hermana, la instó con una mirada para que le mostrara.

Al final, Alice obedeció y proyectó un artículo de la revista ‘Primicia’.

“‘¿Una niña con un complejo de heroína o una asesina a sangre fría?’” Leyó Aurora en voz alta.

La expresión de Aurora se volvió seria al leer el artículo que hablaba de la Protectora de Zerzura… Que hablaba de ella.

Señalaron su edad y la compararon a la ‘Primera Heroína’ marcándola a ambas como niñas con complejos de heroína.

En busca de prestigio, de ser amado por otras personas o de aumentar sus egos, ambas buscaban salvar personas para satisfacer su deseo interno.

Lejos de los ideales de heroísmo que la palabra representaba.

Sin embargo, el artículo hizo una diferencia en la ‘Protectora de Zerzura’ en comparación con la ‘Primera Heroína’.

Ambas eran jóvenes y eran fuertes, pero si la ‘Primera Heroína’ fue marcada con un complejo de heroína, la ‘Protectora de Zerzura’ se le fue dado otra idea.

¿Era una heroína o una asesina a sangre fría?

Tal duda fue presentada hábilmente por el periodista y entre los detalles, dio informes de como eliminaba milicianos y como asesinaba a personas sin ningún cambio de expresión.

Mataba señores de la guerra a sangre fría y delante de otros.

Era hasta el punto de que había relatos de algunas personas que observaban y si bien los relatos daban la sensación de que para ellos fue una salvación, el escritor torció tales emociones.

Señalando la idea de que la ‘Protectora de Zerzura’ se ocultaba tras una fachada de heroísmo y solo estaba en ese lugar para saciar su sed de sangre.

Al final del artículo salió el nombre del periodista quien lo escribió y una foto de ella de espalda.

Todo fue escrito por ‘Paul Strub’… El periodista que se había encontrado antes de realizar esta misión.

Aurora al ver el artículo y al leer algunos comentarios que la llamaban una psicópata o cuestionaban a sus padres por la crianza que le dieron, su expresión tembló un poco.

“Que suerte, me compararon conmigo misma.” Murmuró Aurora al ver la mirada de Alice en ella.

Alice tenía una mirada extremadamente fría y era hasta el nivel de que alguien normal podía sentir la sed de sangre, pero también mostraba preocupación por su estado mental.

Había intentado dar una broma, pero no funciono y Aurora al final dio un suspiro.

“No te preocupes, estoy bien.” Murmuró Aurora, pero su voz sonó más débil de lo normal y al sentir eso, solo dio un suspiro.

La sensación de que el cansancio la abrumaba fue sentido por un momento y a pesar de que trataba de mostrar un lado fuerte no le agrado ese artículo.

Le encantaría tener el complejo de heroína… Eso se sentiría mejor a la hora de sentir satisfacción por sus acciones, pero lamentablemente lo único que obtenía era preocupación.

¿Zerzura podrá ayudarlos? ¿Puede salvarlos? ¿Hay otros en la misma situación en otro lugar? Y peor aún… ¿Si hubiera llegado antes no hubiera salvado a otros?

Al final estaba de acuerdo con que era una asesina a sangre fría… La sangre se acumulaba cada vez más en sus manos, pero esa era la mayor forma para cambiar la situación.

Utilizando su fuerza, eliminando a aquellos que causaban problemas y usando sus muertes para mostrar su punto.

Lo hizo en Zinder en donde eliminó a un gremio entero para demostrar que la fuerza de la caravana no aceptaría algunas acciones.

Incluso lo estaba haciendo ahora.

Estaba apoyando a Jasar quien prácticamente ejecutaba a personas para aumentar su reputación y de esa forma controlar a los maleantes.

Ella no sentía nada por esas personas y ante sus ojos, no había arrepentimiento por asesinarlos.

“Le pediré a James que se encargue de que esto no vuelva a suceder.” Declaró Alice con una expresión llena de frialdad.

Antes de que Aurora pudiera rechazarla para no molestar a ese ocupado anciano, recibió una llamada del ejército en Zerzura.

Era raro que la llamaran a ella y no a Makeba, era por esa razón que atendió.

“Protectora de Zerzura en la entrada de la ciudad acaba de llegar un Addax mágico alterado. Pide hablar con usted en busca de ayuda.” Informó el soldado con un tono serio y dando una mirada, declaró. “Ya hemos preparado el portal por si desea venir.”

“Gracias. Iré en un momento.” Respondió Aurora con seriedad.

Que el ejército la llamara era raro, pero ahora que se trataba de una bestia mágica pidiendo ayuda estaba claro la razón por la cual la llamaron.

No sabía de qué se trataba, pero la mirada del soldado demostró que el asunto no parecía algo simple.

Sin quererse demorar más tiempo, con su glotona amiga salieron de la oficina y cuando estuvieron afuera, se dirigieron a donde se encontraba los portales.

El portal del ejército estaba encendido y unos soldados le dieron la señal.

Aurora al entrar, soportó la distorsión espacial y tras unos pasos llegó al otro lado.

El soldado que la había llamado la estaba esperando y ambas lo siguieron de inmediato mientras escuchaban los detalles.

Un Addax vino de repente y empezó a crear una conmoción en la entrada de la ciudad, los soldados utilizaron un artefacto para dialogar y pudieron escuchar que pedían por ella en busca de ayuda.

Eso fue todo lo que reveló.

Saliendo a la entrada Aurora pudo ver al Addax y reconoció que era uno de los que lideraban la reserva.

“¡Protectora de Zerzura! ¡Nuestra gente necesita tu ayuda!”

Tales palabras fueron lo primero que ese Addax dijo.


mode_commentComentario de Evil_Warlord

Mañana volveremos con los capítulos de la historia principal.

Reacciones del Capítulo (0)


Comentarios del capítulo: (0)


tg-capitulo-336
TG - Capítulo 336
28036
390

Orgullo del Sabio.

Capítulo 336: Orgullo del Sabio.

Los movimientos se sintieron desde la entrada y Aurora caminó al centro para interceptarlo, sin querer afectar a Kairos de su batalla.

Lo que apareció desde el interior fue lo que ella llamaría como un extraño pulpo robótico… Era difícil de describirlo, pero era una gran esfera robótica que estaba conectado con varios tentáculos robóticos y flotaba en el aire.

“…”

A penas la vieron, la otra parte levantó uno de esos tentáculos y disparó de inmediato.

Aurora utilizando sus reflejos e instinto lo repelió con su espada, pero no pudo evitar estar sorprendida.

Le acababan de disparar una bala, pero fue diferente a todas las armas que antes había enfrentado y esta vez no solo la velocidad fue alta, sino que la potencia del disparo fue mayor.

“Ten cuidado. Parece un arma electromagnética.” Dijo Kairos por medio de la red informática y al ver que otros robots salían, detalló. “Sus proyectiles son acelerados magnéticamente logrando que los disparos sean más veloces que las armas de fuego normal.”

Aurora entendió de inmediato a lo que se refería y observó a los robots que estaban saliendo.

Eran cinco robots de cabeza esférica con tentáculos que flotaban en el aire y también estaba saliendo un robot de cuatro patas con dos poderosos cañones en su espalda.

Su tamaño a diferencia de esos robots voladores, era mayor y media un metro de alto, pero dos de longitud.

Aurora estaba segura de que esos cañones no era algo fácil de enfrentarse.

Fue por tal razón, que atacó de inmediato sin dudarlo y a una alta velocidad se acercó a uno de los robots voladores y lo trato de cortar con su espada.

“Enemigo identificado. Raza desconocida. Peligro desconocido.”

Con tales palabras que se entendían claramente en sus oídos, Aurora observó con cautela.

Su espada no lo había cortado debido a que la otra parte había activado una barrera, pero no mágica, sino que tecnológica y tal barrera impidió que su espada avanzara.

Al instante siguiente los demás robots apuntaron sus tentáculos y Aurora se retiró de inmediato.

Los disparos empezaron a llegar y Aurora balanceó su espada a alta velocidad para golpear las balas, entonces cuando vio que el robot más grande preparaba su cañón, activó su aura celeste para que la barrera se extendiera de su espada.

*BOOM*

La barrera celeste de su espada pudo soportar el ataque láser, pero la empujó hacia atrás y Aurora siguió observando analizando la potencia de los oponentes.

“Recibiendo ataque. Priorizando protección. Primer nivel de seguridad destruida. Activando tercer y cuarto nivel de seguridad.”

La voz de Minera sonó en sus oídos y Aurora mantuvo su calma.

Los robots no habían descubierto a Minerva y a Kairos, pero eso no significaba que sus ataques se detuvieran.

El láser se potenció y Aurora pudo ver que los robots trataban de rodearla para dispararle por la espalda.

Ella deseaba averiguar la capacidad de estos robots y poder detallar su nivel de fuerza, pero si continuaba era posible que descubrieran a Kairos o un ataque impactara en la barrera que lo protegía.

Decidiendo su movimiento, Aurora pateó el suelo con fuerza mientras su concepto de luchadora se activaba dándole una mayor fuerza de velocidad.

Avanzando a uno de los robots, la otra parte le disparo sin dudarlo y Aurora utilizó su instinto para esquivar logrando acercarse a su objetivo y utilizando su aura roja cortó al robot por la mitad.

La barrera era fuerte y resistió gran parte de su aura roja, pero esa aura estaba diseñada para cortar las defensas y esta vez no fue diferente.

Los disparos volvieron a llegar otra vez a su posición y Aurora empezó a correr a alta velocidad y lanzó cortes verdes para distraer a sus objetivos.

En el momento que ellos activaban sus barreras para protegerse, ella dio una sonrisa y volvió a avanzar.

*BOOM*

Esquivando el cañón láser con un salto, desvió varias balas y le cortó los tentáculos a uno de sus objetivos, tan solo para parpadear atrás de que disparaba ataques láseres y clavar su espada con su aura roja.

*BOOM*

Antes de que ella pudiera retroceder, el robot que había derribado se autodestruyo y ella recibió la explosión de forma directa.

Su barrera personal la protegió, pero incluso tras eso, el daño a su cuerpo no fue alto.

La resistencia y la fuerza de un luchador, no era algo de lo que había que subestimar.

“Segunda, tercera y cuarta capa de seguridad ha sido derribada. Activando ‘Orgullo del Sabio’.”

La voz de Minerva volvió a sonar en su oído por medio de sus auriculares y cuando ella estuvo por eliminar a sus objetivos lo más rápido posible, otros robots con tentáculos salieron de la entrada.

“Liam si has logrado derribar la seguridad de mi pequeña creación, te felicito. En caso de que fuera otro, te destruiré.”

Lo que sin duda era una grabación del Sabio Lucius se escuchó en voz alta y del lugar de donde vino fue de donde estaba Kairos dando un suspiro.

Los drones que lo estaban protegiendo habían dejado de funcionar y por la luz en rojo, dejaba en claro que la otra parte había avanzado bastante a la hora de tomar el control de Minerva.

¿Era demasiado tarde?

Antes de que pudiera responder su duda y actuar, Kairos levantó su mano y desde su reloj holográfico pequeñas placas cubrieron su brazo, dando la sensación de un brazo robótico.

“...”

Al instante siguiente, varios disparos láseres concentrados fueron disparados al mismo tiempo desde ese brazo robótico.

La velocidad fue alta y como si fuera poco, el láser estaba tan concentrado que penetró la barrera de los robots que estaban saliendo y atravesó su armazón por completo.

Aurora actuó de inmediato y cuando los robots restantes se estaban girando para mirar a Kairos, ella ya estaba a su lado para cortarlos sin contenerse.

“‘Orgullo del Sabio’ activado. Aumentando capacidad de aprendizaje, desactivando límites.”

Ante esas palabras de Minerva los drones que antes protegían a Kairos cambiaron de una luz roja a la luz parpadeante, tan solo para volver a la normalidad al momento siguiente.

Lo que fuera que Minerva hubiera activado le permitió protegerse y ya no perder el control de los drones que manejaba.

“Es mejor que nos retiremos. La otra parte ha activado los métodos de destrucción de la nave.” Dijo Kairos y mirando la entrada metálica, declaró. “Minerva es capaz de defenderse, pero no podrá detener la destrucción y solo puede retrasarla.”

Tal información era sin duda sorprendente.

Minerva era una inteligencia artificial diseñada por el Sabio de la Tierra y si bien ese individuo daba la sensación que la limito en gran medida, seguía siendo una poderosa inteligencia artificial.

Aurora conocía la capacidad de Atenea que estaba a cargo de Zerzura y si bien con el tiempo aprendía cada vez más, seguía siendo impresionante.

Su oponente le había ganado a la creación humana y si bien luego Minerva paso a una siguiente fase, todavía no pudo ganar.

La Inteligencia Artificial de la otra parte era aterradora y si se agregaba esos robots, era considerado una fuerza a tener en cuenta.

“Bien, vámonos.” Dijo Aurora con seriedad.

Podía sentir una gran concentración de energía en el interior de la nave y si bien sentía que tenía un tiempo para adentrarse y sacar objetos, no entendía de tecnología.

Y no iba a dejar que Kairos se arriesgara.

Ese joven asintió y guardando los robots de sus oponentes en su anillo espacial ambos se movieron utilizando un artefacto espacial.

No sabía si la otra parte era capaz de atacarlo cuando salieran volando y por esa razón fue mejor moverse de forma espacial.

Pudo sentir que fue una buena decisión cuando la concentración de energía se elevó, pero antes de que pudiera afectarlos, su visión se distorsionó.

*BOOM*

Estaban a más de un kilómetro y tras llegar, pasaron varios segundos y la explosión sucedió, elevando una nube de polvo y humo en donde antes habían estado.

La onda expansiva llegó a ellos y Aurora dio un suspiro.

Era posible que la otra parte estuviera retrasando la explosión para que ellos cayeran en la trampa y se quedaran.

“Espero que la Cardenal Najjar tenga suerte…” Murmuró sabiendo que esa poderosa mujer se estaba dirigiendo a su objetivo.

******

El espacio se distorsionó y la Cardenal Brousseau apareció a miles de kilómetros del campamento.

Al ver por su reloj holográfico que estaba lejos, ella se volvió a mover.

El espacio se distorsionaba a su voluntad y ella recorrió una enorme distancia en menos de un segundo, antes de volver a aparecer en donde deseaba.

Su velocidad fue nada más que impactante y aterradora, pero esa era la ventaja de tener su capacidad.

La Cardenal Najjar sabía que no tenía madera de líder y tampoco era buena en muchas otras tareas, pero en algo era mejor que muchos otros.

El espacio se distorsionó otra vez ante su sola voluntad y al instante siguiente alcanzó la posición más cercana.

Al aparecer de vuelta, la Cardenal Najjar escaneó el espacio alrededor de varios kilómetros y pudo ver que, en diferentes partes de las montañas, se levantaban torretas.

Este lugar no tenía tan alta naturaleza y estaba rodeado de grandes montañas, lo que dio la sensación de que era una parte que no fue conquistada por la naturaleza.

Sin embargo, el lugar no era tan simple como parecía… Para decirlo de otra manera, este lugar era una fortaleza.

“…”

Las torretas dispararon decenas de misiles que volaron gran velocidad en dirección de la cardenal.

Las estelas que dejaban a su paso era impresionante y ver esos misiles aterraría a cualquiera… Le estaban disparando con armas de guerra.

Sin embargo, la Cardenal Najjar solo agitó su mano.

El espacio a cientos de metros a su alrededor se volvieron cuadrados cortados y los misiles cuando avanzaron, fueron cortados sin explotar.

Como si alguien estuviera controlando los ataques, los misiles se movieron tratando desviarse y tras encontrar algunos huecos avanzaron.

*BOOM*

La Cardenal Najjar continúo moviéndose sin mirar los ataques y el misil que estaba por golpearla, al momento siguiente explotó en una montaña.

Derribando la torreta de misiles del cual había salido.

Acelerando su vuelo, los misiles siguieron llegando en mayor cantidad como si la otra parte deseara probar su capacidad por completo.

¿Por qué fue ella la que vino a este lugar?

Era simple, porque era quien controlaba el poder de su Señor con mayor capacidad… El poder de un Dios Primordial que era considerado el ‘espacio’ mismo.

*Boom*

*BOOM*

*¡BOOM!*

Los misiles que se acercaban desaparecían sin explotar cerca de ella y llegaban directamente a donde habían salido, logrando que explosiones brillantes resaltaran por los alrededores.

También otros misiles golpeaban áreas de naturaleza destruyendo todo a su paso.

Al acercarse, pudo ver a lo lejos el lugar que ella buscaba.

Solo el techo de metal era visible en la cima de la montaña, pero estaba claro que había una gran construcción oculta en el interior de esa montaña.

A diferencia de lo que esperaba, no salieron robots, sino que en otras secciones de la montaña y en el suelo, aparecieron torretas que empezaron a disparar de forma constante.

Ella se encontraba muy alto en el cielo, pero esas torretas parecían ser equipo antiaéreo y a diferencia de las armas de la tierra, la diferencia de velocidad era enorme.

Y el número de torretas también era elevado hasta el punto de que ella tuvo que detenerse frunciendo el ceño.

Las balas golpeaban su barrera espacial, aun así, lograban convertirse en una molestia a la hora de volar.

Sintiéndose molesta por tal interferencia, ella agitó su mano y se desconectó del espacio.

Sus barreras desaparecieron y los disparos atravesaron su cuerpo sin tocarla mientras que los misiles pasaban sin hacerle daño.

Era visible, pero en otra medida, no estaba en el mismo ‘espacio’ lo que significaba que ataques de este tipo no podían afectarla.

Al acercarse, la Cardenal Najjar extendió sus sentidos para escanear el lugar en donde sus objetivos estaban ocultos y cuando su voluntad se adentró por la pared metálica, ella retrocedió de inmediato.

“Larzura…” Murmuró la Cardenal Najjar con un fruncir de ceño.

El ‘espacio’ alrededor que estaba en el control de la Cardenal Najjar fue liberado a través de la ‘autoridad’ de ‘Libertad’ que esa Diosa Malvada dominaba.

Entonces gran parte de la montaña desapareció por completo y antes de que la Cardenal Najjar pudiera tratar de seguirlos, las torres de misiles empezaron a disparar.

No a su persona, sino que literalmente a las áreas llenas de plantas.

Las explosiones brillantes aparecieron por todo el terreno y la destrucción en la naturaleza fue enorme, entonces cuando todo acabo, la Cardenal Najjar frunció el ceño.

Las plantas que quedaron empezaron a liberar un gas extraño que a una velocidad enorme conformó una nube.

Lo peor era que en cuanto más se alejaba ese gas que había conformado una nube, la naturaleza de otra parte empezaba a expulsar gas y era posible que las plantas que estaban aún más lejos también se unieran.

Sabiendo qué usar el ‘tiempo’ para retroceder el movimiento de la fortaleza no iba a funcionar por causa de la Diosa Larzura, la Cardenal Najjar decidió retroceder.

Asumiendo su pérdida de hoy.


Reacciones del Capítulo (0)

Comentarios del capítulo: (0)