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Historia Paralela Capítulo 55
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Que le agradaba.

Historia Paralela Nuevo Comienzo Capítulo 55: Que le agradaba.

En la pequeña cabaña temporal en la Ciudad Zerzura, Xaali Wardi todavía no podía asumir lo que estaba sucediendo.

Las autoridades llamaron a la cabaña ‘pequeña’, pero en realidad tenía dos baños, cocina y comedor y era uno lugar bastante grande.

La casa de sus padres destruida hace años tal vez tenía esta clase de tamaño, pero en cuanto la comodidad este lugar superaba todos los lugares en los cuales estuvieron durante años.

Dejando de lado los muebles que eran nuevos o las comodidades básicas y las necesidades como el agua potable y la electricidad, también estaba equipado con un televisor.

Ya estaba por terminar la primera semana de julio y habían llegado hace un tiempo, pero todavía era difícil asumir la situación en la que se encontraba.

Mirando la televisión distraída observó el canal en donde tenía una sección dedicada a las noticias de Zerzura.

Había escuchado que la empresa que manejaba ese canal estaba por crear una sucursal en la ciudad y estaba buscando trabajadores.

No solo se trataba de trabajadores que no tenían título, sino que buscaba aquellos que deseaban especializarse para convertirse en periodistas, camarógrafos o trabajar en otra área del canal.

Según lo que decían, en las negociaciones con la Empresa Apicius muchos decidieron unirse en ese programa para especializar a los refugiados locales para empujar la educación y abrir puestos de trabajo.

La Empresa Apicius trataba de que los refugiados obtuvieran su trabajo y pudieran obtener un ingreso propio para que lo utilizaran pagando sus deudas o buscaran invertir.

Xaali había recibido de las autoridades una descripción de sus posibilidades de trabajo y siguiendo lo que ella era capaz le ofrecieron varias posibilidades de residencias diferente.

Durante todo este tiempo que estuvo viajando y huyendo tuvo que trabajar en muchos lugares y su mayor especialización era el tratamiento de los cadáveres de criaturas o bestias mágicas.

Saber cortar la piel, sacar los órganos, tratar la carne y no desperdiciar nada era una tarea que necesitaba experiencia.

También necesitaba alguien que tuviera fuerza para poder cortar la piel de bestias poderosas, pero ella era capaz de hacer el trabajo de aquellas de bajo rango.

Mientras pensaba esos temas, pudo ver que el programa de noticias continuaba.

“En otras noticias internacionales. Sudamérica se encuentra en un estado agitado y la causa de la agitación es el nuevo Imperio de Sudamérica liderado por el autoproclamado Emperador Víctor.” Anunció el anfitrión del programa dejando ver imágenes.

De lo que se estaba mostrando fue una protesta de toda clase, saqueos y agitación sucedida en Paraguay y Uruguay junto a otros altercados por otros países.

En otros países como Colombia, Venezuela y Ecuador también mostraban agitaciones.

Tras que el Emperador Víctor se autoproclamara Emperador de Sudamérica y formara su imperio con chile a su lado, las cosas cambiaron rápidamente.

En chile hubo unas pocas protestas que acabaron cuando los políticos que las lideraban empezaron a ser sacados de sus puestos mientras sus fechorías se mostraban.

Por otra parte, el ejército argentino fue puesto en uso para limpiar diferentes áreas que en la argentina fueron ocupadas por criaturas salvajes y en Chile también empezó la recuperación de la cordillera de los Andes.

Antes el área cordillerana estaba ocupada y era difícil eliminar a las criaturas que habitaban ese lugar, pero tras la llegada del Emperador Víctor todo se calmó.

Si bien otros se adjudicaron el crédito por calmar esos lugares, en realidad todo apuntaba a ese poderoso hombre.

“Lo que ha causado mayor rechazo entre los países sudamericanos fue el repentino referéndum que tanto Uruguay como Paraguay llevaron al mismo tiempo de forma repentina.” Detalló el anfitrión y dejando ver el discurso del presidente de Brasil, señaló. “Muchos países vecinos repudiaron esta acción repentina de ambos países, remarcando que el procedimiento no fue pedido por la gente, sino que fue obligado por el Emperador Víctor.”

Las autoridades de ambos países sudamericanos sometieron a un plebiscito, dándole al pueblo la decisión de sí ambos países se unían al Imperio Sudamericano quien prácticamente dio una invitación junto a una amenaza.

La posibilidad que las autoridades de esos pequeños países que no tenían rangos SS y ni hablar de un rango SSS, anunciaran el plebiscito por temor a una guerra era muy alta.

Sin embargo, la forma que se anunció fue rápida, repentina y sin duda iba en contra de algunos procedimientos legales.

Lo que trajo bastante rechazo de los países vecinos que temían a esta nueva amenaza.

“La votación ha empezado esta mañana y será llevada a cabo por la Iglesia de los Dioses de la Tierra en su programa para mantener unas elecciones transparentes.” Agregó y dando una mirada simple, añadió. “Las votaciones virtuales serán respalda por la filial de la Empresa Cosmos encargado de la seguridad de los votos.”

Que se utilizara la Iglesia de los Dioses de la Tierra para darle validez a una elección no era raro.

En el Imperio Angkor se utilizaba ese método y en cuanto a que la seguridad de las votaciones virtuales estuviera en manos de una filial de una Empresa Cosmos daba una mayor confianza.

Dio la sensación que no habría fraude y que ningún experto informático trataría de vulnerar los sistemas para inclinar la votación a su gusto.

Xaali solo dio un suspiro.

Hace unas semanas atrás sería imposible estar preocupada o al menos decir algo de otro continente, ya que era imposible pensar en otra cosa que no fuera sobrevivir, pero ahora era posible ver lo caótico que era el mundo.

“¿Hermana tengo que llevar esto?”

La pregunta vino desde una de las habitaciones y Xaali dejando de ver la televisión le dio una mirada a la entrada.

“Si no sales no te veré.” Dijo Xaali con un tono que no pudo ocultar cierta diversión.

También guardó en lo profundo de ella la sensación de que todo era irreal.

Se escuchó un suspiro y tras un momento, su hermano salió con un uniforme escolar que logró que Xaali se riera.

Debido a que su hermano padecía algo de desnutrición los nutricionistas le dieron una dieta especializada para recuperarse lo más rápido posible y ahora dejaba ver una figura que sería imposible de imaginar hace meses.

Que estuviera llevando ese uniforme escolar que era similar a un traje logró que pareciera algún joven importante.

“No me agrada. Me aprieta demasiado y se siente incómodo.” Murmuró Sade con un fruncir de ceño y levantando su mirada, declaró. “Además debería pensar en trabajar no estudiar. No entiendo por qué me obligas estudiar.”

Incluso cuando mostraba una mirada de desagrado no le quitaba la apariencia de alguien respetable… Y eso le agrado a Xaali.

Pensar que su hermano sería vendido a alguien atroz o que terminaría convirtiéndose en un miliciano que realizaba atrocidades para vivir, siempre le causó rechazo.

“Porque estudiar es unas de las responsabilidades de nosotros los refugiados.” Respondió Xaali y dando una mirada seria, ordenó. “¿Deseas ayudar? Entonces trabaja y aporta a la ciudad.”

Había una idea extraña que se extendía entre los locales y que esparcían aquellos que eran más antiguos en este lugar.

Era que ellos tenían que devolver lo que obtuvieron con intereses.

No solo se trataba de devolver lo ‘material’, sino que la esperanza y la bondad que le dieron junto a muchas veces el favor por ser salvados.

Y había otra idea más fuerte que lograba que todos los refugiados no importa su edad se movieran.

“No te olvides de dónde venimos.” Declaró Xaali mirando a su hermano de forma solemne.

La expresión del joven se volvió seria al escuchar esas palabras y asintió de inmediato.

“Entiendo, me esforzaré para estudiar, pero quiero prepararme para trabajar en mis tiempos libres.” Dijo Sade antes de retirarse sin esperar respuesta.

No olvidarse de dónde venían… Tales palabras cambiaron de inmediato la actitud del joven y era imposible que no lo hicieran.

Era una frase que empujaba tanto a los adultos como a los jóvenes.

La idea de que no se debían olvidar de dónde venían… De que salieron de aldeas maltrechas en donde el peligro era constante.

Del hecho de que vinieron de ciudades en control de lunáticos que eran capaces de usarlos como esclavos, sacrificios o simplemente tratarlos como basuras.

No podían olvidarse que vinieron de la nada y no tenían que dejarse llevar por las comodidades que le brindaba la Empresa Apicius.

Ellos tenían responsabilidades y esa era devolver la inversión de esa empresa, pero sobre todo contribuir a la ciudad que era su actual hogar.

Las personas que fueron salvadas de forma directa también tenían sus propios deseos que lo trataban de marcar como responsabilidades, pero Xaali solo dio un largo suspiro.

Al igual que su hermano que deseaba trabajar y tratar de ayudar de forma más directa, ella también lo deseaba.

Deseaba ayudar a quienes la rescataron, deseaba contribuir en el trabajo que ellas estaban haciendo y apoyar de cierta manera.

Sin embargo, entendía que no era capaz.

Su cuerpo era un poco más fuerte que el promedio y era considerado un rango E… Un humano que luego del ‘Gran Cataclismo’ podía ser definido como alguien más fuerte, pero que en la actualidad era la norma.

Escuchando el sonido de la puerta desde afuera, Xaali dejo de pensar en tales deseos imposibles y se acercó a la puerta.

Al otro lado estaba la encargada de ella que trabajaba para las autoridades de Zerzura.

“Perdón por molestar, no vine por nada oficial, así que no te preocupes.” Dijo la mujer y con una sonrisa, comentó. “Estoy para preguntarte sobre alguna comida tradicional, algún evento cultural o festivo que recuerdes.”

Xaali había pensado que había venido para buscar algunos documentos que debía entregar o preguntar sobre su elección de residencia, pero al escuchar tales palabras no pudo entender a lo que se refería.

“Disculpa, fui demasiado abrupta.” Murmuró la mujer y con una sonrisa, explicó. “A fin de mes se está preparando una fiesta de fundación de la ciudad. Los superiores nos han pedido que vayamos por los hogares preguntando sobre la cultura general de donde residían.”

Xaali dio una mirada a las otras cabañas y pudo ver otros funcionarios en el área preguntando en otras casas.

“La ciudad es para todos y ni la Empresa Apicius o la Iglesia del Tiempo y el Espacio desean que perdamos nuestras raíces. Nuestra cultura.” Dijo la mujer con una sonrisa y le dio más detalles.

La fiesta de fundación iba a ser a fin de mes y los superiores no deseaban una fiesta para ellos mismos, sino que deseaban crear una gran fiesta para todos los sesenta mil ciudadanos que ocupaban la ciudad.

Lo que se buscaba era que aquellos que venían de diferentes áreas y antiguos países no dejaran sus raíces y volvieran a ellas por medio de los eventos culturales que eran común en esos tiempos.

Fiestas, bailes, comidas o cualquier otra cosa.

“Habrá apoyo del gobierno para llevar los diferentes eventos.” Añadió la mujer con una sonrisa emocionada.

“Yo… No recuerdo tantos de esos eventos.” Murmuró Xaali con una voz alto baja.

Estaba por llegar a los treinta años, pero cuando miraba hacia atrás no podía ver esos eventos, ni la emoción o felicidad.

“Está bien, no necesitas preocuparte.” Respondió la mujer y con una suave sonrisa, comentó. “Es un gran evento el que se prepara y la idea que se busca es ver la ciudad como nuestro hogar. Así que si puedes participa o si no estás ocupada y quieres ofrecernos una mano, la aceptaremos.”

Xaali asintió pensando que sería agradable ayudar un poco.

Antes de que la mujer se pudiera despedir se detuvo como si recordara algo y se acercó un poco más.

“Por cierto, si alguien viene a preguntar sobre las ‘Protectoras de Zerzura’ no hables sobre ella y más si parece un periodista.” Murmuró la mujer como si estuviera hablando de algo muy secreto y dando una mirada, declaró. “He escuchado que ellas no desean ser conocidas de esa manera. Creo que lo mejor que podemos hacer nosotros por ellas es respetar y cumplir ese deseo.”

Su mirada y su tono era nada más que solemne, pero Xaali asintió con una mirada igual de seria.

Esta era una manera de ayudar y devolver el favor, era imposible que no lo cumpliera.

****

Dentro de la sala de uno de los edificios de la capital argentina, varias personas estaban en silencio.

Entre aquellos que estaban presente, uno de ellos era el ‘Emperador de Sudamérica’ que estaba presente junto a varios funcionarios y su secretaria.

Lo que estaban viendo era un video en donde un grupo se infiltraba en el edificio donde se guardaron las urnas y se la estaban llevando, guardándolas en sus anillos espaciales.

Tras que los usuarios de habilidades aparecieran el método de votos adoptó mayormente una modalidad virtual.

Si bien los mecánicos podían tratar de infiltrarse en los sistemas, siempre se podía pagar a alguien mejor o contratar a la filial de la Empresa Cosmos para mantener la seguridad.

Tal método era más confiable que las votaciones presenciales por urnas, que para decirlo de otra manera… Era el método más fácil para hacer fraude.

Este fue un ejemplo.

El lugar era uno de las sedes de votaciones en Uruguay y estaba en el centro de la ciudad de Montevideo que tenía una alta seguridad… No obstante, se infiltraron en ella.

Los países mantenían esta forma de votación en Sudamérica, ya que era el más fácil para hacer fraude cuando se enviaba personas capaces.

Con magia de ilusión podía volverse cualquier persona, con magia mental sería capaz de afectar a aquellos que contaban los votos y con un buen artefacto de ocultación pueden robar las urnas.

A diferencia del voto virtual que resultaba más ‘seguro’ y cuya mayor preocupación eran los ataques cibernéticos, en esta modalidad había demasiados problemas.

“Bien, entiendo que traten de robar urnas, pero… ¿Por qué roban a mi favor?” Dudó Víctor con una sonrisa entretenida.

El plebiscito puso en juego una decisión extremadamente importante.

¿Deseaban unirse al Imperio Sudamericano?

Solo se votaban con un ‘Si’ o ‘No’ siendo bastante simple.

Víctor a pesar de que su gente básicamente empujo los conflictos y los estallidos sociales junto a este plebiscito a través de la fuerza y amenazas, la verdad era que no le estaba pagando a esos individuos del video.

Los votos que estaban robando era de una sección en donde se esperaba rechazo mayoritario y si bien era posible que hubiera votos a su favor en esas urnas, la mayoría era en contra.

“Si quisiera hacer fraude, ya lo hubiera hecho.” Murmuró Víctor con un tono divertido.

“Su Majestad por favor cuide sus palabras en público.” Advirtió Ersin y con una mirada profesional, añadió. “No necesita hacer nada. Según las estadísticas el ‘Si’ ganara.”

Estaban en público debido a una de las personas presentes que estaba en esta sala.

Dejando de lado el personal administrativo que él mismo había contratado y que eran de confianza en esta sala estaba otro individuo presente, que no era aliado.

Aun así, sus palabras eran correctas.

Si deseara hacer fraude tenía cientos de formas diferentes para hacerlo todo con éxito, pero aquí estaba un grupo al azar que desconocía tratando de ‘ayudarlo’.

“Ordena que detengan a ese grupo y anuncien su crimen en público.” Ordenó Víctor y mirando el video en vivo, agregó. “Dependiendo de sus intenciones, presionen o disminuyan el castigo.”

La orden no fue para los funcionarios quienes estaban aquí para mantenerlo a tanto de las votaciones y hablar de otros temas.

Tampoco para Ersin, sino que para quien estaba trasmitiendo ese video.

“Como usted ordene Su Majestad.” Respondió la persona que grababa y sin dudarse la cámara se movió mientras que diferentes individuos aparecieron.

Víctor cortó la transmisión sin deseo de ver más.

Era posible que la otra parte no quisiera ‘ayudarlo’, sino que tratara de hacer parecer como si él hizo fraude.

Si bien el plebiscito fue por medios pocos ortodoxos, tal como mencionaba Ersin la opinión pública estaba a su favor y la aceptación ya era un hecho.

Era imposible que no lo fuera, cuando esos países estuvieron por más de una década gobernados por individuos que prácticamente realizaban fraude de forma frecuente y descarada.

La prueba de ello, era que estas votaciones, aunque sorpresivas e inesperadas tuvo la mayor participación de votantes de las últimas dos décadas.

Víctor no deseaba empañar esta victoria con acusaciones de fraude en su contra por eso contrató gremios y utilizó sus ‘Guardias de las Sombras’ para vigilar ambos países.

Mano de obra no le faltaba y era todo lo contrario cada vez más personas se acercaban para ofrecer sus servicios.

En cuanto si era un grupo que estaba tratando de ‘ayudarlo’ entonces disminuirá el castigo, pero al capturarlo dejaría ver que era seria con respecto a la corrupción.

“Es mejor que se vayan preparando para encargarse de asimilar a ambos países. Necesitamos aplicar el nuevo sistema administrativo imperial, realizar una reorganización social y preparar las futuras elecciones para cuando limpie a los políticos corruptos.” Ordenó Víctor con seriedad.

Los funcionarios que variaban en edad asintieron de forma simple y se retiraron sin que sus expresiones cambiaran por el trabajo.

Lo bueno de tener tiempo para prepararse era que pudo contratar a muchos expertos y hacer que ellos planearan los diferentes cambios que se aplicarían.

Tales cambios debían realizarse de la forma más rápida posible y lo mejor era utilizar este momento en donde los diferentes organismos del estado estaban inestables, para empujar medidas que normalmente serian rechazadas.

Claro, tales organismos no tenían ningún sentido ante el poder del ‘Emperador’, pero se necesitaba mostrar algo de ‘límites’, al menos hasta que fuera momento de ser un tirano.

“Sería más simple aplastarlos a todos, ¿no lo crees?” Preguntó Víctor a su invitado que estaba en silencio.

Ese individuo era un hombre latino cuya característica más notable era su sonrisa carismática.

“Usted no parece esa clase de persona, Su Majestad.” Respondió el hombre, logrando que Víctor diera una sonrisa llena de desprecio.

“¿Así es como debe tratarme con jefe de una familia mafiosa? Me siento alagado.” Dijo Víctor y dándole una mirada, dudó. “¿Por qué Carlos el ‘Rompe-Piernas’ ha venido a verme?”

Al frente de él estaba uno de los mayores ‘capo’ de la mafia argentina.

Su figura era nada más que promedio y no había mucho que destacar, pero ese hombre no fue simple.

Tampoco había que dejarse llevar por su título que obtuvo cuando era un matón venido a menos, Carlos era un hombre que se convirtió en uno de los mayores mafiosos argentinos.

Y como si fuera poco, fue uno de los pocos que se mantuvo en pie cuando Víctor envió a su Guardia de la Sombra para preparar el camino a su llegada.

Tal vez su atención no se había centrado en el ‘bajo mundo’, pero eliminarlo o controlarlo era una de las partes de su plan para estabilizar el imperio.

“Ante usted no soy nadie.” Dijo Carlos sin cambiar su sonrisa y dando una mirada respetuosa, declaró. “Me quiero unir a usted.”

Estaba siendo bastante respetuoso y Víctor entendió que era porque deseaba vender su imagen.

“¿Deseas que tus negocios permanezcan activos? ¿O buscas extenderte por toda Sudamérica usando mi influencia?” Dudó Víctor con curiosidad.

La semana pasada tuvo cuatro gremios que vinieron tratando de ofrecerse para estar bajo su mando y uno de ellos fue arrogante dando la impresión de que, si lo aceptaba, era él quien salía ganando.

Entendía que el poder atraía y más cuando ese poder era el supuesto pináculo, pero para Víctor era molesto.

Su ‘Guardia de las Sombras’ tenía suficientes usuarios de habilidades como para crear un gremio de aventureros y estar en las posiciones más altas a nivel mundial.

Ellos eran su carta más fuerte en cuanto a trabajo secreto y sigiloso, pero luego tenía otras personas que había contratado, gremios del extranjero con los que hizo tratos y mercenarios de todas partes del mundo.

Muy diferente a las personas que ahora deseaban unirse cuando él estaba en lo alto del poder, buscando obtener beneficios, los otros se unieron mucho más antes y eso contaba bastante.

“No. No quiero ninguno de los dos.” Respondió Carlos y volviendo a una expresión seria, declaró. “Quiero mantenerme vivo y seguir teniendo una gran vida. Lo haré incluso si debo firmar un trato con un demonio.”

Con tales palabras ese hombre sacó un dron que empezó a proyectar diferentes mensajes y algunos informes detallados.

La expresión de Víctor no cambio al ver que las mafias de toda Sudamérica deseaban unirse en su contra.

Era conocido que el gobierno brasileño y el ecuatoriano estaban controlados por mafiosos que subieron al poder a pesar de sus acciones.

En Brasil el presidente era un títere y en Ecuador el presidente era un antiguo narcotraficante que sin duda era conocido.

Sin embargo, ahora mostraron abiertamente cierto deseo de cooperar entre ellos preparándose en caso de que él tratara de derribarlos.

Carlos al ser un importante mafioso argentino fue invitado a unirse.

No obstante, todo esto…

“Ya lo sé. Los iba a eliminar el año que viene.” Avisó Víctor sin cambios de expresiones.

También sabía que el rango SS en el norte estaba a punto de empezar su conquista y su primer objetivo iba a ser Venezuela antes de ir a por Panamá.

El General Quiroga era un hombre ambicioso y su objetivo era avanzar al norte hasta México, pero tal evento era un problema para Víctor y una ventaja.

Estados Unidos estaba en una conversación secreta con todos los países para unirse para conformar un solo gigante y que los países que lo conformarían fueran conquistados eran un problema.

En cuanto a la ventaja era que si había otro que agitara las aguas resultaría más fácil llevar sus planes.

Su amigo que estaba moviéndose en el norte iba a estar bastante contento.

Ante su sinceridad, Carlos no se sorprendió, sino que fue todo lo contrario.

“Por tal razón deseo unirme a ti.” Respondió Carlos con una calma admirable.

No dijo que buscaba ayudar a su pueblo o trataba de mejorar su nación, tampoco dio una falsa sensación de querer ver a Sudamérica progresar, sino que era una persona que deseaba tener una buena vida.

Si alguien miraba su ambición como ‘pequeña’, entonces podrían caer ante ese hombre sin que se dieran cuenta.

“Comprendo. El siguiente objetivo será Brasil e iremos más agresivos y necesitaremos manos extras.” Avisó Víctor y dándole una mirada, señaló. “Tu posición será bastante baja. Si quieres ascender, podemos adelantarnos a las formalidades y pasar directamente al contrato en nombre de Avaricia.”

Brasil era un problema y si alguien miraba la actitud de su presidente entonces entendería que era imposible que se uniera de forma diplomática.

A diferencia de Bolivia y Perú que estaban entrando en pánico, Brasil estaba preparado para defender su ‘soberanía’.

O para decirlo de otra manera, la mafia, los narcos, los gremios de jugadores y aventureros, grupos mercenarios que conformaban toda la organización criminal brasileña no iban a aceptar un nuevo gobierno.

Dejando de lado los negocios ilegales, el monopolio de las amazonas que resultaba ser un área salvaje era demasiado agradable para ceder.

Ahora Víctor lo estaba invitando a que se uniera y en cuanto a las ‘formalidades’ era la vigilancia para verificar si no era un doble espía o para ver su ‘lealtad’.

Tales formalidades podían ser superadas con el contrato en nombre de un Dios del Infierno conocido por sus negocios, Avaricia.

“Iré por el contrato.” Respondió ese hombre sin verse perturbado.

¿Cuán decidido estaba para mantener su vida? Sin nervios, sin medir las consecuencias o estar preocupada por los resultados, era en cierta forma un lunático.

“Excelente. Mi Guardia de las Sombras necesita sangre nueva.” Respondió Víctor animado.

Ese hombre era la clase de lunático que le agradaba.


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Historia Paralela Capítulo 56
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Momento indicado.

Historia Paralela Nuevo Comienzo Capítulo 56: Momento indicado.

Leyendo el último uniforme Aurora frunció el ceño mientras terminaba de lavarse los dientes.

Hace minutos atrás se había despertado debido a este informe repentino que actualmente estaba leyendo.

Debido a la importancia, Aurora estaba tratando de hacer todo lo que se necesitaba para comenzar su día.

“¿Muy urgente?” Preguntó Alice al verla salir con el cepillo en sus manos en vez de guardarlo.

“Sí. La guerra entre los dos grandes señores de la guerra ha estallado por completo.” Avisó Aurora con un fruncir de ceño.

Faltaba menos de una semana para que terminara el mes de julio y en este punto la guerra había estallado.

Ya no eran pequeños conflictos o escaramuzas era una guerra total entre ambos individuos poderosos.

Ellos no se iban a enfrentar directamente hasta que supieran que iba a ganar, por tal razón la guerra iba a ser caótica y demasiado problemática.

La Señora de las Bestias tenía un gran ejército de bestias y el General le hacía honor a su título y era alguien que tenía un gran ejército.

Como si fuera poco ambos tenían varios rangos S bajo su mando.

Por tal razón, ahora Aurora trataba de informarse de todo, olvidándose de peinarse o guardar su cepillo de dientes.

“Vas a ir a reunirte con alguien, ¿cierto?” Preguntó Alice de repente y cuando ella asintió, declaró. “Al menos déjame peinarte un poco mientras te tomas un respiro.”

Su mirada dejaba en claro que no tenía otra opción que aceptar y Aurora dio un largo suspiro.

Acompañando a su amiga, fueron a la sala y en ese lugar se encontraron al joven gorila que estaba viendo televisión.

“¿Te levantaste temprano para ver televisión?” Dudó Aurora con una mirada extraña.

Ese gorila media dos metros y no era tan grande como para tener que cambiar los muebles, así que solo le dieron una habitación en el edificio en donde residían.

Carecían de los medios para mantener residencias para algunas bestias mágicas, pero a este joven gorila le gusto bastante las comodidades humanas, lo que evitó tener que buscarle un mejor lugar.

“No. También para entrenar.” Respondió el joven gorila mirando a Alice.

Aurora parpadeó un poco sorprendida, pero cuando Alice le dio la orden para que se sentara para que pudiera peinarla, desistió con su mirada.

Extrañamente parecían llevarse bastante bien.

“Oh, acicalamiento.” Murmuró el joven gorila al ver que Alice la comenzaba a peinar y con un tono curioso, declaró. “No pensé que los humanos reforzaran sus relaciones de este modo.”

La mirada de ese gorila como si estuviera analizando todo lo que estaba haciendo era algo que le causó cierta gracia a Aurora y la comparación era entretenida.

El ‘acicalamiento’ entre los ‘primates’ ayudaba a reforzar los vínculos sociales entre el grupo y en el mundo de los primates era de las principales actividades sociales.

“¿Qué vas a pedir que lo haga por ti?” Preguntó Alice y dejando ver varios brazos negros, declaró. “Tengo muchas ‘manos’.”

Estaba tratando de asustarlo, pero el joven gorila dejo ver sus colmillos y dio un gruñido bajo como si no le agradara esa pregunta.

“No soy un niño… Y tampoco una mascota.” Gruñó en respuesta y sentándose como si estuviera molesto, declaró. “Esas cosas lo hacen los más jóvenes.”

La forma que dijo los ‘jóvenes’ daba una impresión de superioridad y responsabilidad de un adulto… A pesar de que según un domador de bestia señaló que esté joven gorila, era un ‘adolescente’.

Aurora contuvo su risa al ver a ese malhumorado invitado.

En cuanto a Alice…

“César es un niño grande. ¿Qué tal si aumentamos la intensidad del entrenamiento y dejamos las mazmorras de lado?” Preguntó Alice de forma algo amenazante.

Ellos estaban entrenando y eso fue bueno para Aurora quien no tuvo que encargarse de cuidar al joven gorila.

También era raro que su hermana hiciera algo de forma proactiva y ese joven gorila era una excepción para ella.

Alice no lo estaba tratando como una mascota, un niño o adolescente, simplemente lo estaba viendo como un individuo cuyo potencial podía ser aprovechado y alguien con quien matar su aburrimiento.

Que empezara a trabajar de esta forma le hizo dar cuenta de que su hermana en Zerzura exceptuando el trabajo, no tenía nada que le interesa o le gustara e incluso que la entretuviera.

“Mi nombre no es César… Y creo que necesito luchar un poco más para recién aumentar la intensidad.” Murmuró el joven gorila.

Las primeras palabras que rechazaba el nombre que Alice le dio fue más baja que el rechazo a aumentar la intensidad de entrenamiento.

Alice ocultó sus brazos negros en su espalda y siguió peinándola mientras que Aurora revisaba los últimos informes.

La guerra era un asunto bastante problemático, ya que significaba que las repercusiones podrían alcanzar a Zerzura.

Tal suceso iba a ser el peor escenario, pero incluso si tal cosa no sucedía, Zinder iba a ser afectada en alguna medida.

El portal que movía a los refugiados hacia Zerzura todavía estaba activo y de vez en cuando traía mucha gente.

Había que ver con James que se podía hacer en ese lugar.

La única buena noticia era el informe de Nicholas en Sudan, quien dio un informe del Señor de la Guerra Jasar, básicamente de Melgar.

Ese demonio invitó a algunos ‘conocidos’ quienes fueron llevados a la Iglesia del Tiempo y el Espacio.

Se esperaba que cuando fueran liberados y revisados, pudieran dirigirse Sudan para ayudar a Melgar en sus actividades.

El Obeid estaba siendo limpiado de forma tal que Aurora solo podía alabar.

Eliminar negocios ilegales de todo tipo, se impuso orden y leyes mientras se permitía que la Iglesia y Zerzura pudieran llevar su trabajo comunitario.

Que se eliminara los negocios ilegales causó bastante rechazo de aquellos que los controlaban o participaban de alguna forma, pero para tales individuos no hubo piedad.

Y en cuanto a los locales, se le estaba ayudando de diversas maneras.

Principalmente…

“Los negocios están empezando a hacer efecto en el área.” Murmuró Aurora y sin poder ocultar su sonrisa, señaló. “James es de mucha ayuda.”

La intervención de Zerzura también significaba cierta influencia de la Iglesia del Tiempo y el Espacio y en este caso de la Empresa Apicius.

El Obeid fue afectado por ambos, pero quien tuvo un mayor efecto fue la empresa.

Los comerciantes, aventureros, mercenarios o milicianos que se encargaban de las mazmorras en vez de dirigirse a una zona portuaria o a Jartum para vender sus productos, lo hacían a la Empresa Apicius.

Quien a su vez utilizaba un tipo de portal de emergencia y grandes anillos espaciales para llevar y traer productos de toda clase.

Básicamente los aventureros le vendían a la Empresa Apicius quien a su vez vendía los materiales en Zerzura o en el extranjero y todo mientras que ambas partes obtenían ganancias.

Aquellos que vendían no tenían que pasar por sobornos, señores de la guerra corruptos o pagar altos impuestos y eso significaba que sus ganancias se elevaban.

No había que ignorar las capacidades de la Empresa Apicius que cooperaba con la Iglesia del Tiempo y el Espacio que tenía un gran portal aquí.

“El efecto de facilitar el transporte y la venta tuvo un gran resultado en Zinder. Era normal que suceda lo mismo en ‘El Obeid’.” Dijo Alice y tras terminar de peinarla, declaró. “Aunque dudo que los gobernantes de Jartum se queden quietos.”

Gran parte de los aventureros que venían a África lo hacían por el dinero.

Era cierto que algunos de ellos buscaban tener la libertad que le ofrecía un lugar sin leyes, pero el dinero era lo principal.

Toda Zinder y las pocas aldeas que quedaron a su alrededor exportaban sus productos a la Empresa Apicius que utilizaba sus portales.

Los gastos se redujeron en varios niveles y los comerciantes estaban muy satisfechos ante esa ventaja y los beneficios.

Si bien en este mundo había anillos espaciales para guardar objetos y estaba presentes portales, círculos mágicos de teletransportacion o magia espacial, no todos eran capaces de permitírselo.

“De eso podemos encargarnos luego. Por ahora quiero hablar con James para ver que hacemos en Zinder.” Murmuró Aurora y frunciendo el ceño, agregó. “También debería hablar con el ejército para elevar la guardia y aumentar la seguridad.”

Estaban muy lejos de la Señora de la Bestias y eso era algo bueno.

No obstante, había que tener cuidado y más cuando el bosque mágico también se encontraba en una guerra interna.

En cuanto a Zinder la ciudad todavía permanecía intacta y si bien tenía cada vez menos gente, aquellos que trataban de obtener ganancias todavía permanecían.

Como si fuera poco, Aurora todavía recordaba algunos pueblos que estaban en Níger y a pesar de que ellos rechazaron retirarse a Zerzura, si podía ofrecerle una mano trataría de hacerlo.

Por eso necesitaba hablar con James, él le diría que era lo que podía o no hacer con respecto a lo económico.

“Recuerda que tenemos la primera fiesta de aniversario el 27 de julio.” Dijo Alice y dándole una mirada solemne, declaró. “Si vas a hablar con James, él aceptara lo que pidas, pero te obligara a ir.”

Por su mirada estaba claro que también trataría de que la propia Alice asistiera y eso no le agradaba a esa glotona.

“Tendré que arriesgarme.” Respondió Aurora con el tono de una víctima inocente que arriesgaba todo.

No le gustaban esos eventos y si bien era el primero y resultaba ser importante, en casos normales rechazaría asistir.

Sin embargo, ahora era diferente y más cuando podía sacar ventaja de esto.

“Te recompensaré con varias cenas.” Agregó Aurora con una risa antes de despedirse rápidamente.

Antes de salir pudo ver que la expresión de su amiga mejoraba un poco, lo que le causó cierta diversión.

Cuando estuvo en la acera que daba a la calle principal, Aurora se detuvo un momento antes de llamar a un taxi.

La razón fue que los preparativos para la fiesta se estaban llevando a cabo.

En la construcción base de la ciudad, se dejaron varias plazas que no solo servirían como un área verde, sino que estaban diseñadas para recibir los eventos de este tipo.

En este momento las personas estaban llevando diferentes materiales para armar lo que serían puestos de comida temporales y otros puestos.

Aurora no pudo evitar sentir alegría al ver que tantas personas se estaban moviendo.

En algunos comercios había carteles reclutando o invitando a que compartieran algunas tradiciones culturales de sus antiguas tierras y si bien había un enfoque bastante inclinado a lo culinario, estaba claro que sería algo agradable.

Decidiendo caminar, Aurora se dirigió a la Empresa Apicius.

******

James observó a la jovencita mientras caminaba con ella a su lado.

“La guerra es algo problemático para nosotros. Si el ‘General’ termina perdiendo nosotros tendremos graves problemas y posiblemente tengamos que depender de la Iglesia o cobrar algunos favores.” Dijo James y cuando Aurora dio un suspiro, comentó. “Aunque dudo de que el ‘General’ se deje ganar tan fácilmente.”

Con Aurora habían tenido una larga charla centrándose sobre el tema de la guerra y específicamente la posible situación en Níger.

El campo de batalla principal estaría en Nigeria en donde ambas fuerzas se enfrentarían.

Si la Señora de las Bestias termina ganando entonces ellos tendrían bastantes problemas y tendrían que pedir ayuda a la iglesia o la Empresa Apicius tendría que cobrar algunos favores entre los poderosos.

Todo para al menos defenderse de esa poderosa señora de la guerra y de sus ambiciones.

“Eso sería lo mejor… Yo también puedo hablar con mis padres.” Murmuró Aurora con un tono bajo.

Su tono daba la sensación de ser simple, pero hubo un poco de rechazo a querer pedirle ayuda a sus padres.

Era algo bastante raro, ya que sus padres no solo podrían a encargarse de todo lo que le pidieran, sino que estarían feliz de que sus hijas buscaran ayuda.

“Por ahora prepárate para agosto. Dependiendo de cómo la guerra vaya, podrás moverte.” Dijo James al llegar a la recepción del edificio en donde también estaba el restaurante.

Ella deseaba volver a traer refugiados de las aldeas y pueblos que rechazaron unirse a Zerzura.

Si la guerra causaba un efecto extenso en esa área era muy posible que aceptaran unirse y convertirse en refugiados de Zerzura.

Aurora no se había dado vencida con la oportunidad de ofrecer una mano a esa gente a pesar de que fue rechazada antes.

“Entiendo. También prometo asistir a la fiesta con Alice.” Dijo Aurora y dando una media sonrisa, murmuró. “Aunque dudo de que sea por demasiado tiempo.”

Antes de que él pudiera preguntar, ella por sí misma se ofreció.

Que ambas participaran era importante debido a que celebraría la fundación de la ciudad y varios individuos importantes iban a estar presentes.

Aunque Alice tenía prioridad debido a su posición.

“Eso es aceptable.” Respondió James con una sonrisa antes de despedirse.

La joven se alejó y al mismo tiempo, James pudo sentir que el ascensor a los pisos más altos se abría.

Al frente estaba un hombre vestido de secretario que daba una sonrisa diplomática, pero la persona que estaba atrás llamaba la atención.

Era un joven que miraba la salida con una expresión que nadie podía distinguir.

“Escuche que estabas ocupado.” Dijo Elerius Trenus conocido públicamente como el encargado de la Empresa Cosmos y dando una sonrisa, comentó. “Venimos a desayunar algo mientras te esperábamos.”

Para ser alguien con una importancia muy elevada, no actuó presuntuoso o molesto por el rechazo, sino que demostró mucha consideración.

“Sí, estaba hablando con alguien importante. Pero si quieres podemos desayunar mientras charlamos de negocios.” Respondió James su sonrisa.

Técnicamente no estaba mintiendo Aurora era la segunda accionista y en cuanto a prioridad estaba bajo Alice.

“Eso estaría bueno.” Respondió Elerius y mirando al joven, dudó. “¿Joven maestro?”

La mirada del joven se mantuvo en la entrada del edificio durante todo el tiempo.

¿Había visto con quien interactuaba?

“¿Quieres conocerla? Ella es una accionista de nuestra empresa y alguien fundamental para la ciudad.” Propuso James con calma.

La persona al frente de él representaba la Empresa Cosmos y la Ciudad Atlántida, quienes se podían considerar como un aliado a nivel económico y alguien muy influyente.

Tendría que preguntarle a Aurora y Alice si deseaban, pero no era como si estuviera proponiendo una presentación demasiado formal.

“No, no parece el momento indicado.” Respondió el joven desviando la mirada y redirigiéndola a él, declaró. “Como regalo para su fundación. La Empresa Cosmos financiaría los Portales Cosmos en sus dos modalidades.”

¿Había visto que Aurora parecía estar ocupada por su trabajo?

Esa duda tuvo James, pero luego al escuchar las últimas palabras dio una sonrisa.

“Estoy muy agradecido por la consideración, pero si tengo que elegir, rechazaré los portales de viaje. Tendremos problemas de seguridad y complicaciones por el número de extranjeros si lo aceptamos.” Respondió James dando la señal para avanzar al ascensor, señaló. “En cuanto a los portales comerciales, ese era un tema que deseaba discutir.”

Estaban siendo muy considerados, pero esa consideración no era totalmente beneficiosa para ellos.

Instalar un portal cosmos abriría la puerta de Zerzura con el mundo y si bien el crecimiento y el desarrollo iba a ser alto, resultaría en graves problemas con respecto a la seguridad.

La seguridad de los portales cosmos era alta, pero no era una seguridad total.

Era posible que alguna persona sin antecedente viniera y luego aquí, instalara un nuevo portal para traer maleantes.

Como si fuera poco, estar conectado con el mundo haría que otras influencias negativas llegaran y ese era un problema grande.

En cambio, con los aviones el control podía ser más sistemático y eficaz gracias a que el número de personas era bajo.

Sin embargo, el portal comercial era algo que necesitaba.

Después de todo, la ciudad Zerzura necesitaba una buena salida comercial para demostrar su influencia económica.

Y ellos un medio para distribuir todos los bienes que estaban consiguiendo.


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