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Historia Paralela Capítulo 58
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Extravagante.

Historia Paralela Nuevo Comienzo Capítulo 58: Extravagante.

Una jovencita bajo de un auto con una mirada indiferente.

Llevando un vestido negro que resaltaba su joven figura y tacones altos, que le daban un toque de madurez, ella atrajo las miradas de aquellos que estaban en los alrededores.

Su figura, su actitud indiferente y su belleza daba una impresión de ser una mujer elegante y encantadora a la cual nadie podía acercarse.

“Aurora tienes que salir. Te ves bien.” Dijo Alice mirando el auto que todavía estaba estacionado.

“No quiero. No me gusta el vestido.” Murmuró Aurora desde el interior.

El auto fue enviado por James y tenía los vidrios polarizados impidiendo que nadie viera el interior a la vez que tenía un chofer privado, que claramente no se molestaría por quedarse estacionado toda la noche.

Lamentablemente ese era un problema para Alice.

“Vamos, tú me trajiste aquí y entre más rápido entremos, más rápido nos iremos.” Señaló Alice y al escuchar unos quejidos del interior, agregó. “Como me trajiste aquí, tienes que estar conmigo.”

Su tono era serio, pero entremezclado había algo de diversión en su voz que logró conseguir más gruñidos desde el interior

“Entiendo que deba acompañarte, pero porque me haces vestir esto.” Declaró Aurora con un fruncir de ceño, saliendo del auto.

Estaba refunfuñando hasta el punto de que un poco más y hacia un puchero, pero tenía sentido.

Su hermana estaba llevando un vestido corto de color rojo que, junto a su cabello negro trenzado de forma elegante, conseguía que las personas suspiraran en admiración.

“A ti te quedan bien los vestidos, pero a mí no.” Murmuró con cierta queja.

No era de esa forma.

Aurora parecía una flor que estaba floreciendo lentamente y con sus rasgos delicados era sin duda una belleza adolescente.

Solo un idiota no podría identificar el potencial de su hermana.

“Eso dices por qué no te ves a ti misma.” Murmuró Alice y dando una sonrisa, declaró. “Te ves muy linda.”

“Linda puede ser, pero no puedo compararme a lo hermosa que te ves con ese vestido.” Interrumpió Aurora de inmediato y mirándola de arriba abajo con cierta sonrisa, anunció. “Has heredado la figura y el encanto de madre.”

Tales palabras era un halago para mejorar su humor y Alice fue afectada un poco.

La verdad era que ella era adoptada, pero que le dijeran que heredo el encanto de su madre, le gusto bastante.

Después de todo, su madre era una belleza intelectual que a la vez era una madre muy cariñosa y amable con ellas.

Aun así, había algo que Aurora no veía.

“Tú tienes algo más que nosotras no podremos tener.” Dijo Alice dando una señal para que entraran al edificio.

“Sigo dudándolo.” Respondió Aurora con cierta media sonrisa.

No se estaba menospreciado, pero Aurora comparaba no solo su figura física con otros, sino que su gusto por los vestidos y no veía algo más.

Ahora mismo Alice lo estaba viendo.

Era esa sonrisa tan encantadora y llena de cierta calidez que daba y que muy posiblemente conseguiría que sus pretendientes quedaran aturdidos.

Era imposible de negar que ella era muy linda y sería una belleza, pero era la sonrisa el arma con la cual robaría corazones.

“Ya lo verás cuando tengas un novio.” Declaró Alice sin poder ocultar cierto malestar en esas palabras.

Trató de suprimirlo, pero en el fondo sintió una sensación de soledad y esa sensación hizo que su humor cayera en picada.

“Deja de pensar en cosas raras. No deseo tener novio y pretendiente por mucho tiempo.” Respondió Aurora y deteniéndose en la entrada del ascensor, anunció. “Y si llego a tener uno, eso no cambiara nada. Siempre serás mi hermana.”

Había notado su malestar y lo había identificado de inmediato, y actuó para consolarla.

Alice al sentir la mirada seria de su hermana, no pudo evitar dar cierto suspiro y bajar la cabeza con decaimiento.

Estas fiestas siempre arruinaban de alguna manera su humor y la hacían pensar en asuntos que normalmente no pensaría y que no deseaba pensar.

“Entiendo.” Murmuró dejando todos los temas exteriores de lado y centrándose en su hermana.

Aurora asintió y ambas entraron al ascensor para subir a los pisos de arriba.

Estaban en el edificio principal de la Empresa Apicius en Zerzura y en este lugar se realizaba la fiesta de fundación por parte de los altos mandos.

El ascensor que tomaron fue uno de los privados en vez del general y al lugar que llegaron fue a la oficina privada de James, en el penúltimo piso.

En ese lugar estaba un joven esperando.

“James ha tenido que ir a recibir los invitados. Me pidió que me disculpara por su parte y las guiara a la sala.” Indicó un joven asiático con una mirada seria que llevaba algo de arrogancia natural.

Por la forma que vestía, estaba claro que no era un secretario común y por tal razón Aurora le dio una mirada preguntando quien era.

Alice que recibió esa mirada, le dio a su vez una mirada al joven desconociéndolo por completo.

“Trabajo para la sección de periodismo, soy Ye Liang.” Intervino el joven sin ninguna molestia en su voz por no ser conocido.

“Oh. Eres quien se encargó de la Revista Primicia.” Murmuró Alice recordando parte del informe que había escuchado de James y mirando al joven, declaró. “Buen trabajo, recordaré tu nombre.”

La forma que respondió dio una sensación de superioridad demasiado evidente que provocó un tirón de Aurora para que no fuera tan poco comunicativa.

Sin embargo, el joven solo asintió ocultando casi por completo sus emociones.

Alice pudo notar aquellas emociones que Aurora no pudo, pero simplemente lo ignoró.

Ye Liang los guío a fuera de la oficina, dirigiéndolas a la sala en donde se escuchaba ruido.

“Encargarnos de la Revista Primicia fue un buen movimiento. Hemos contratado a sus trabajadores y queremos fusionarla con nuestra revista de comida internacional.” Comunicó el joven de forma indiferente y dando una mirada al final del pasillo, detalló. “También sería bueno tener una revista que cubra otra clase de información relacionado con la empresa o la ciudad. Como esta fiesta de fundación.”

Parecía estar hablando porque deseaba dar algo de conversación, pero Alice entendió que estaba dejando en evidencia otro hecho.

Estaba demostrando que con la caída de la Revista Primicia que prácticamente terminó en bancarrota, los puestos de trabajos de aquellos que estaban en esa empresa, no se perdieron sin más y pudieron ser recontratados por ellos.

A quien apuntaba ese dato, era a su hermana que suspiro aliviada y luego le dio una segunda mirada al joven, dándose cuenta de que apuntaba a ella.

Aurora misma no lo había captado y eso significaba que lo que ella llamaba ‘sistema’ posiblemente lo señaló.

Alice hizo como si no viera nada y continúo caminando hasta que llegaron a la sala principal.

Las enormes ventanas de vidrio que daban a toda la ciudad estaba a la vista y este lugar estaba lleno de personas de toda clase.

En una parte se vio a Makeba con un fruncir de ceño vestido de traje que claramente no le gustaba.

A su lado estaba lo que sin duda era un consejero tratando de señalarle sus defectos de etiqueta.

Makeba era quien lideraba los milicianos y era un alto mando, pero por su mirada de disgusto estaba claro que la ‘política’ no era lo suyo y en esta fiesta, eso era parte de lo que sucedía.

La Cardenal Najjar que estaba hablando con otros cardenales de otras iglesias y algunos jefes de organizaciones internacionales, era la mejor prueba de ello.

Esa mujer era increíble para interactuar con los diferentes individuos.

Que juntara los representantes de las iglesias y de las organizaciones internacionales demostró que ella buscaba una mayor participación y cooperación de ellos no en Zerzura, sino que en África.

Las organizaciones internacionales podrían ser útiles para traer donativos a aquellos que lo necesitaran y de esa forma le permitiría a la Iglesia del Tiempo y el Espacio aumentar la escala de su ayuda humanitaria.

En cuanto a las otras iglesias, era parecido debido a que cada iglesia tenía secciones humanitarias y benéficas para prestar ayuda.

Otro individuo que se estaba moviendo por toda la sala con una sonrisa en sus labios era James, quien junto a Jibrin Turay estaba yendo a por todo el lugar.

Turay llevaba un traje muy bien arreglado y daba cierta sensación de alguien muy importante, que sin duda antes no tenía.

Todavía quedaba rastros de la vida dura que había llevado y las marcas que dejaron en su atmósfera eran evidentes, pero tal atmósfera solo dejaba en claro que no era alguien simple.

Y aunque pareciera muy superficial la ‘imagen’ de la persona que iba a representar a toda la ciudad necesitaba ser perfeccionada hasta que generara respeto con su sola presencia.

Necesitaba demostrarle a todos aquellos que lo menospreciaban por venir desde abajo, que él era alguien que alcanzó su puesto con su propia fuerza.

Tal menosprecio era normal cuando en este lugar estaban algunos representantes de países y de empresas cuyas familias eran ricas y poderosas.

Alice junto a su hermana fueron a un lado en la sección de comida que estaba vacío.

Mientras ella comía, Aurora estaba mirando a esas personas que se esforzaban por seguir avanzando.

Observando a aquellos que comenzaron desde abajo no solo a nivel económico, sino que a nivel general y de cierta forma también emocional, tal como su hermana.

Quien creía que estaba en lo profundo de un abismo emocional.

¿Cuántas personas perdió Turay? Conocidos, amigos, familiares, ese hombre estuvo en un abismo más profundo que gran parte de los presentes, pero ahí estaba.

A pesar de su edad, el cansancio y su historial, seguía yendo para adelante queriendo apoyar a su gente que cada vez aumentaba en número.

Deseando ayudar a pesar de que era nada más que un humano normal, sin fuerza, dinero o cualquier otro respaldo que ellas tenían.

Era imposible que no afectara a Aurora que todavía seguía afligida por su pasado.

“Yo… No creo que pueda imitarlos.” Murmuró Aurora con un tono que trataba de ocultar su dolor, miedo y tristeza por un pasado que la seguía devorando por dentro.

El recuerdo de aquellos con los cuales antes sonreía y que ahora no estaban, la destrozaba lentamente.

Alice no podía decir que la entendía por completo y fue porque el dolor que ella sentía, era por ver a su hermana en ese estado y no por la pérdida de otros.

A pesar de que estuvo en la sombra de su hermana cuando ella actuaba de heroína y conocía esas personas de forma indirecta, no pudo sentir esa emoción de perdida.

Sin embargo, eso no significaba que no pudiera ayudarla.

“No necesitas imitarlo. Solo debes dar tus pasos a tu manera.” Señaló Alice y mirando a su hermana, declaró. “Yo estaré a tu lado no importa cuánto tiempo te demores.”

¿Era obligatorio avanzar? No, no lo era, pero Alice había aprendido que era inevitable.

Solo necesitaba tomarse su tiempo para hacerlo a su manera y lo único que era necesario que supiera, era que ella iba a estar a su lado.

“Gracias…” Murmuró Aurora con una media sonrisa.

Por esa mirada notaba que su humor había decaído por mirar a los presentes.

“¿Qué tal si nos vamos? Ya técnicamente cumplimos nuestra promesa de venir.” Dijo Alice y con una risa malvada, declaró. “Ve a pedir un taxi. Yo me encargaré de hablar con James.”

Aurora dudó un momento, pero luego asintió con un largo suspiro algo perdida en sus pensamientos.

Viendo a su hermana dirigirse al lugar por donde habían venido, Alice caminó en dirección a James mientras recibía algunas miradas a su paso.

Gran parte de esas miradas no era por su figura, sino que algunas de ellas eran de reconocimiento simple como si fuera un saludo.

Quienes realizaban tales ‘saludos’, eran los demás accionistas que estaban en este lugar.

Sin embargo, Alice ignoró a la mayoría de ellos hasta que llegó a James que la había notado y se estaba acercando.

“Nos retiramos ahora.” Avisó Alice y mirando a ese anciano que asentía, cuestionó. “¿Tienes alguna objeción?” 

“Por supuesto que no. Aunque es una pena, ya que hay otros invitados importantes que eventualmente llegaran. Y uno de nuestros socios ha afirmado su deseo de hablar con usted. Según él desea saludar a su conocida.” Dijo James sin perder esa sonrisa tan tranquila que tenía.

Alice ante esas palabras frunció el ceño con disgusto y en su mente identificó al individuo que se refería James, lo que hizo que su humor empeorara al recordarlo.

“No quiero encontrarme con idiotas. Encárgate por ti mismo.” Respondió y tras pensarlo, anunció. “Y concédele lo que desee, al menos puede ser un idiota útil llegado el momento.”

Sus palabras dejaron ver molestia y James dio un asentimiento mientras que otra persona se acercaba.

Debido a las miradas y su tono al ordenar, aquellos que estaban cerca y no conocían su identidad la miraron con curiosidad.

Solo un anciano se acercó entre toda la multitud.

“¿Ya se retira?” Preguntó Gaspard, uno de los accionistas de la Empresa Apicius y el mejor ‘Maestro Culinario’ y al verla asentir, propuso. “Es una pena, hice bastantes platos hoy. ¿Qué tal si se lo envió a su residencia?”

Al escuchar esa propuesta el humor de Alice que estaba decayendo cada vez más, se detuvo y mejoró un poco.

“Lo aceptaré.” Respondió Alice dando un sentimiento agradable antes de retirarse.

Ese anciano dio una sonrisa y junto a James empezaron a dar algunas órdenes a los mozos, todo mientras Alice se dirigía al ascensor principal para bajar.

Resultaba imposible rechazar buena comida y más cuando venía de alguien tan capaz como Gaspard.

Lamentablemente Aurora se enojaría si le exigía a ese anciano que le prepara todas sus comidas y lo bueno era que su hermana, también era excelente cocinando.

Pensando en la comida, vio que el ascensor estaba subiendo y cuando estuvo por llegar se abrió y dos figuras salieron.

Una de ellas era un hombre vestido de traje formal y a su lado estaba un joven de ojos coloridos que lo primero que hizo fue mirar a su alrededor.

“…”

Alice pasó por su lado ignorándolo a pesar de que el joven trató de ser diplomático y la quiso saludar.

Tocando el botón para descender, su mirada indiferente no pudo ocultar su chasquido de lengua demasiado evidente.

Al descender completamente, su humor mejoró al ver a su hermana dándole una señal desde afuera que todo estaba listo. 

Odiaba estas fiestas, porque siempre había demasiados idiotas en ella.

******

En la terraza de un edificio dos individuos estaban mirando una mesa llena de comida.

“Si como eso, ¿me hará mal?” Preguntó el joven gorila atronador que miraba específicamente uno de los platos que era llamativo.

“¿Has comido núcleos ensangrentados de otras criaturas mágicas y temes a un pastel?” Dudó Alice al ver el pastel y mirando lo demás, declaró. “Solo come. Todo contienen energía mágica y para ti es más beneficioso que para nosotras.”

Aurora que estaba mirando en silencio su charla, no pudo contener su expresión temblorosa.

Tras que enviaran los platos de comidas ellos se fueron a la terraza del edificio en donde residían y si bien ese lugar no estaba decorado, era agradable para comer algo al aire libre.

Ahora Alice estaba comiendo como si no hubiera fin y el joven gorila que había estado mirando televisión, se le unió.

“Entonces si como me volveré fuerte…” Murmuró el joven gorila como si tal realización fuera importante.

“¿No todos somos iguales?” Dudó Alice tras seguir comiendo varios platos de carne.

Debido a que los platos venían de la fiesta de fundación en donde se reunirían personas importantes y además fueron creados por un ‘Maestro Culinario’, eran platos con energía mágica.

Si fuera simple, ayudaría a revitalizar el cuerpo, pero la densidad de energía mágica que contenía no era nada que subestimar y eran capaces de ayudar a mejorar el cuerpo.

Los efectos eran múltiples y algunas veces llegaba a aumentar la resistencia de los órganos internos, pero en este caso ambos comensales eran afectados de otra manera.

Las bestias mágicas mejoraban su núcleo comiendo plantas con energía mágica para asimilarla y en caso de que no hubiera planta, los núcleos cumplían un papel parecido.

En cuanto a Alice, dejando de lado su glotonería y su amor por la comida, comer era en cierta forma parecido a ‘devorar’.

Aurora no pudo evitar cubrirse su boca para que ninguno de los dos notara su sonrisa.

El joven gorila que Alice seguía llamando ‘César’ se tomó en serio su trabajó de comer y si bien al principio trató de usar los cubiertos diseñados para alguien de su tamaño, luego empezó a comer sin ninguna gracia o modales.

Lo bueno era que gran parte de la carne era posible agarrarse con la mano y si bien Alice era muy decorosa al comer, no significaba que fuera lenta.

Los cinco platos vacíos que antes estaban lleno de carne, era la prueba de su velocidad.

—Pronto lanzarán los fuegos artificiales.

Sintiendo el suave aire fresco, Aurora leyó el aviso de su sistema y miró la ciudad.

Desde la terraza podía ver la plaza principal en donde se podía escuchar el bullicio dando aviso que la fiesta continuaba.

Ahora estaba tocando un grupo de refugiados que al parecer eran músicos antes de que sus países cayeran.

Aurora había escuchado que estuvieron practicando durante un tiempo y al escuchar el suave ritmo, sintió algo de tranquilidad.

Entonces tras varias canciones y sonidos de comensales que no se detenían a su espalda, el lugar se volvió silencioso y una brillante luz se extendió a lo alto.

Brillante, dejando una estela maravillosa, tal luz explotó liberando muchos colores de toda clase y forma.

No hubo ruido, pero la luz brillante y los colores fueron maravillosos.

Los fuegos artificiales continuaron dando diferente formas y diseños causando que Aurora se perdiera en los colores por un momento.

Sintió por un instante que la ciudad estaba tomando forma, que las pequeñas motas de luz en este gran abismo estaban conformando algo más grande y ella al mismo tiempo, se sintió cansada.

Justo en el momento que el cansancio la estaba haciendo volver a pensar sobre su pasado, unas cadenas plateadas empezaron a levantarse desde toda la ciudad.

“¿Eso también son fuegos artificiales?” Preguntó el joven gorila con curiosidad.

La expresión de Aurora tembló al identificar esas cadenas plateadas que se estaban reuniendo en el cielo, pero no fue ella quien respondió.

“No. Eso es magia.” Señaló Alice con una sonrisa.

Las cadenas no eran reales, pero estaban tan solidificadas que parecían reales y lo más impresionante era que el color plateado brillaba lo suficiente como para ser vistoso, pero no demasiado como para causar incomodidad.

Esas cadenas plateadas se reunieron en el cielo y conformaron un dragón oriental de color plateado.

Los detalles dejaron en claro que quien estaba controlando tal hechizo de magia de luz estaba en la cima de su profesión.

Desde las escamas, las garras o los bigotes todo era extremadamente realista.

“¡Wow!”

Y ese dragón no se quedó quieto, sino que como si fuera una bestia mágica real empezó a moverse por alrededor de la ciudad, girando y mostrándose a toda la ciudad.

Hasta que empezó a girar alrededor de la gran muralla de la ciudad a la vez que se elevaba formando un espiral.

A su paso dejaba una estela y la sensación que causó fue que toda la ciudad estaba protegida por ese dragón, entonces cuando el espiral se fue acercando y el dragón golpeó su propia cola, el dragón explotó.

No fue un suceso estruendoso, sino que dio la sensación de naturalidad y tal explosión dejó caer miles de pequeñas motas plateadas al suelo cubriendo toda la ciudad.

Aurora cuando una pequeña mota plateada cayó en su cuerpo sintió que era revitalizada de forma sutil.

“Es tan extravagante como siempre…” Murmuró Aurora sin poder contener su media sonrisa.

“Bueno, es madre.” Respondió Alice encogiéndose de hombros.

Una pequeña risa resonó a los alrededores y al frente del edificio el espacio se retorció dejando a la vista dos individuos.

Una mujer encantadora que cada vez se veía más joven y un gigante que cada vez crecía más y más.

“Perdón por llegar tarde. Queríamos venir más temprano, pero tuvimos que ir a informar al Sumo Pontífice de las últimas negociaciones.” Informó Agatha y con una sonrisa, dudó. “Pero hice una gran llegada, ¿no?”

“¡Si!”

Quien respondió no fue Aurora que estaba siendo palmeada por su padre que estaba por alcanzar los tres metros de alto o Alice que estaba a su lado, también recibiendo palmaditas.

Si no que fue el joven gorila quien miraba impresionado al ‘Gigante de Acero’ y a la ‘Luz de Plata’.

Su madre descendió para abrazarla a ambas y su padre, dio una mirada al joven gorila.

“Él es César, ¿cierto?” Dudó Antón y mientras sus músculos se tensaban, miró a Alice y declaró. “Tengo una hija bastante perspicaz. ¿Quieres que lo entrene?”

Alice dio una sonrisa al ser alabada y al escuchar la pregunta, su sonrisa empezó a volverse algo divertida.

Estaba claro que esa glotona le había hablado de ‘César’ a su padre.

“Sí. Quiero que sea lo suficiente capaz como para que cuando me enfrente no llore.” Respondió Alice sin ocultar su sonrisa.

El joven gorila dejó ver una expresión sin temor a mirar al gigante en frente de él y en cuanto a Antón, respondió con una sonrisa.

Todo mientras Aurora veía a su madre dar un ligero suspiro… Y ella también.


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TG - Capítulo 356
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Prepararse para lo peor.

Capítulo 356: Prepararse para lo peor.

Un hombre saltó a una montaña y al caer en medio de ella, sus manos se hundieron en la tierra.

Esta parte de la montaña era empinada lo suficiente para considerarlo un acantilado y la roca que lo conformado era dura, pero el hombre con pura fuerza pudo hundir sus manos en lo profundo.

Una vez afirmado dio otro salto y se elevó hacia arriba, volviendo a agarrarse otra vez hasta que la pendiente dejo de ser tan abrupta y él continuó moviéndose a donde estaba la cima.

La cima era puntiaguda y el hombre dio una sonrisa mientras la escalaba.

Como la roca que lo conformaba tenía una gran dureza fue posible subirse hasta la cima y al llegar al lugar solo se afirmó en lo alto y observó el mundo.

Esta era una de las montañas más alta de este mundo y su altura superaba por cientos de kilómetros la montaña más alta de la tierra.

Como si fuera poco, en este lugar había tantas montañas que daba la impresión de que todo era parte de una enorme cordillera y el problema… Era que se extendía a todas partes.

No importa cuántos kilómetros recorriera, todo era lo mismo.

Una enorme cordillera con todo tipo de montañas de todo tipo de formas extravagantes.

“Voy a llevarle unas fotos de recuerdo a Ersin.” Murmuró el hombre usando su reloj holográfico para sacarse algunas fotos en lo alto.

El sol de tamaño mediano iluminando el lugar junto a algunas nubes que cubrían las cubres de las montañas era una vista gloriosa.

Víctor se rio al verse a sí mismo en la foto y mirando su reloj holográfico pudo ver varias advertencias de la expedición.

Dando un suspiro, saltó en lo alto y en vez de volar con los artefactos que tenía, cayó en otra montaña afirmándose con su mano para resistir la caída, logrando que su mano desgarra la montaña.

Controlaba el peso de su cuerpo y el único ‘defecto’ de moverse de esta manera era que sus manos se ensuciaban, lo cual estaba más cerca de llamarse molestia.

*BOOM*

Saltando entre las grandes montañas pasando por algunas grietas, volvió a dar un fuerte salto que hizo derrumbar una parte de la montaña y voló por el cielo a una velocidad impresionante.

Si hiciera tales cosas en la ‘Cordillera de los Andes’ era posible que tendría problemas con los ‘habitantes’ de esa región y como si fuera poco, las organizaciones que cuidaban el medio ambiente lo repudiarían.

Al aterrizar volvió a frenar su caída desgarrando otra parte de la montaña y como controló su cuerpo en el aire, su caída no fue tan destructiva.

Notando que estaba cerca de llegar a su objetivo, volvió a saltar y esta vez a un espacio abierto en medio de las montañas.

Era uno de los pocos espacios abiertos de todo el lugar, pero no era el ‘pie’ de la montaña, sino que una parte media, cuya altitud era muy elevada.

En esa área abierta se encontraba un campamento con carpas y decenas de barreras que cubrían todo el lugar.

Había pasado cuatro días desde que llegaron a este mundo y este era el mejor lugar para acampar que encontraron.

Por supuesto, esos ‘cuatro días’ eran en términos terrícolas, ya que el día completo en este mundo demoraba dieciocho horas, de las cuales ocho eran la noche.

Al ver el campamento en vez de caer en picada utilizó el artefacto de vuelo para llegar a la entrada y frunció el ceño al ver grupos de rocas en el suelo.

“¿Otro ataque?” Preguntó Víctor al militar a cargo de la guardia.

Ese hombre estaba llevando ropa abrigada y por los artefactos de calor que tenía equipados, estaba claro que tenía frío.

Víctor no lo podía sentir debido a que su cuerpo era extremadamente resistente, pero que el clima fuera lo suficiente para afectar a un rango S dejaba ver lo frio que era.

“Sí. Aparecieron de repente, pero fueron detenidas. Hemos logrado atrapar a uno de ellos y ahora lo están investigando.” Murmuró el militar y frotándose sus manos, señaló. “El Anciano Harris se está comunicando con la tierra. Es mejor que tengas cuidado.”

Estaba apuntando a su rostro y Víctor dio una sonrisa al asentir.

Ahora no estaba disfrazado del General Sánchez, sino que estaba mostrando su verdadero rostro.

No le importaba que los militares lo vieran.

Dejando de lado a aquellos que vinieron del Imperio Sudamericano, los del gigante del norte fueron preparados por el Presidente Batista y eso significaba, que eran aliados.

Víctor cedió en cuanto a las ganancias dando la ‘victoria’ de control del portal al gigante del norte, pero consiguió que se enviara personas leales para que él pudiera entrar sin problemas.

De otra manera tendría que hacerse pasar por el ‘General Sánchez’ a quien estaba suplantando y a quien utilizaba cuando deseaba hacer tareas que no quería que la relacionaran con su persona.

Al llegar a la carpa principal, Víctor se detuvo un momento al ver que el Anciano Harris salía.

“¿Sucedió algo?” Preguntó Víctor al ver que ese hombre llevaba un fruncir de ceño.

“¿Recuerdas que la Empresa Cosmos nos dio un aparato de comunicación mejor? Ellos dijeron que tras realizar las pruebas en el séptimo portal pudieron mejorarlo.” Dijo el Anciano Harris y dando una expresión seria, declaró. “Ya sé la razón de esa mejora.”

En vez de explicar le hizo una señal para entrar a la carpa y en este lugar, se sentó en la silla de mando.

“Cada portal abismal dirige a un planeta que está en el mismo universo de la tierra. Ellos cambiaron de comunicación dimensional a ‘galáctico’.” Explicó de forma concisa.

Víctor silbó con cierta sorpresa.

Como un jugador que había ido a Terra nova y desde ese lugar visitado los mundos vecinos, estaba preparado para muchas sorpresas, pero esta era bastante única.

Había visto el poder de las deidades y se había encontrado con algunas en Terra nova, pero darse cuenta de que la tierra era un pequeño punto en un vasto universo, era chocante de una manera única.

Por supuesto, tal hecho no cambiaba su objetivo, solo lograba que se diera cuenta de una curiosidad.

“Bueno, una curiosa manera de parte de los ‘Dioses’ de decirnos que somos pequeños.” Murmuró Víctor y riéndose al ver la expresión del Anciano Harris, comentó. “Claro, seguramente quieren enseñar algo más.”

No pudo evitar reírse logrando que el Anciano Harris le diera una mirada profunda ante de suspirar.

Seguramente ese anciano pensaba que Víctor sabía algo más sobre los portales abismales o al menos la razón y tal idea, no estaba tan equivocado.

Al menos él ya tenía su hipótesis y no solo había venido a este mundo para divertirse o hacer turismo, sino que para verificar su hipótesis.

“Bien, ¿qué vamos a hacer?” Preguntó Víctor y con una mirada curiosa, murmuró. “Este mundo tiene el elemento ‘tierra’ como predominante y se encuentra a niveles descontrolados… Tal vez la misión sea arreglarlo.”

A pesar de que buscar un campamento seguro era muy complicado, no se quedaron haciendo solo eso.

Revisaron la situación y el problema más visible era el descontrol del ‘elemento tierra’.

Al igual que sucedió en el desierto de Sahara que termino extendiéndose por la alta densidad de elemento ‘fuego’ o como cuando las islas de Japón se hundieron por el elemento ‘agua’, aquí el elemento ‘tierra’ ocasiono estos cambios.

Era posible que el mundo no tuviera tantas montañas antes de que el elemento se descontrolara.

Víctor deseaba informarse más sobre la idea de que este mundo era parte del universo en donde estaba la tierra, pero primero debía centrarse en ‘terminar’ esta misión y salir.

El portal abismal y la ‘misión’ estaban conectados entre sí, lo que significaba que mientras solucionaran el problema era posible encontrar el portal para irse.

¿En cuanto a las demás piezas de este gran rompecabezas? Iban a caer por sí mismas a su debido tiempo.

“¿Crees que es eso?” Preguntó el Anciano Harris y frunciendo el ceño, dudó. “¿No crees que esté relacionado con las criaturas pétreas?”

Ante esas palabras, el Anciano Harris le hizo una señal para qué lo siguieron y tras salir de la carpa, se fueron a otra carpa cuyo interior era un laboratorio.

En ese lugar estaba un mago mirando lo que algunos podrían definir como ‘golem de piedra’.

Rocas pegadas entre sí conformando una criatura que estaba tratando de moverse... Tenía tres patas, un torso de piedra gigante y varias piedras afiladas alrededor de su torso.

Resultaba difícil compararlo con alguna bestia y eso se debía a que tal criatura era algo local de este mundo.

“Criatura pétrea. Ese es el nombre oficial que le hemos dado. Su nacimiento tiene que ver con la energía mágica y el ‘Caos’, siendo posible que esta última le diera ‘vida’ de una forma retorcida.” Explicó el mago y con cierto fruncir de ceño, agregó. “Algunos lo podrían llamar algún tipo de ‘elemental salvaje’, pero yo lo definiría como una raza independiente.”

Esta era un de las criaturas que estaban en este mundo.

No habían visto otro tipo de animales y aves, lo que hizo que esta criatura resultara llamativa.

Todos sabían que los ‘elementales’ nacían del mismo ‘elemento’ y que tomaban conciencia con el tiempo.

En un ambiente como este en donde el elemento ‘tierra’ era extremadamente alto, resultaba normal pensar que se encontrarían ‘elementales’.

Ahora esa idea se convirtió en un hecho.

“Al Sabio Su Chin le encantara tener uno de estos.” Murmuró el Anciano Harris con una mirada curiosa.

Era imposible que alguien tan investigador de lo mágico no deseara tener en sus manos una criatura como esta, cuyo nacimiento era bastante impresionante.

Resultaba posible que las criaturas pétreas de este mundo fueran elementales cuyo nacimiento haya sido retorcido o acelerado por el ‘Caos’.

El mago que estaba investigando dio una expresión temblorosa al escuchar tales palabras.

Tal expresión era bastante normal cuando uno pensaba que lo que se iba a investigar era algo relacionado con el ‘Caos’, que a su vez era conocido como una ‘energía divina’ y estaba relacionada con los dioses.

La investigación puramente de ese tipo y de una ‘energía’ tan peligrosa, sin duda estaba ‘prohibida’ en la mayoría de los países.

“Tengan cuidado va a suceder otro temblor.” Dijo Víctor de repente.

El Anciano Harris frunció el ceño y agitó su mano logrando que ellos desaparecieran y volvieran aparecer en medio del campamento.

Cortando el espacio alrededor de todo el campamento y creando un domo con su magia espacial, el Anciano Harris desconectó el espacio completamente.

“…”

Y a los segundos después un terremoto sucedió por toda al área.

Parte de las montañas a lo lejos fueron destruidas y algunas montañas se partieron a la mitad mientras que en su campamento rocas cayeron de la montaña que estaba más cerca.

El Anciano Harris chasqueó su lengua y todos fueron movidos a lo alto del cielo, en donde pudieron ver la destrucción.

“Esta vez fue fuerte…” Murmuró Víctor con cierta mirada curiosa.

Antes sufrieron terremotos, pero todo fue a una escala menor, muy diferente ahora que era extremadamente fuerte.

No obstante, no todo fue destrucción.

En un lado una nueva montaña empezó a crecer de una manera que sin duda era considerado ‘mágico’.

El elemento ‘tierra’ era lo suficiente denso como para cambiar el terreno a voluntad y era tan alta, que resultaba simple crear y deshacer a su voluntad.

Esa nueva montaña era la prueba de lo que era capaz de hacer.

“¿Qué crees que ocurra si esto sigue sucediendo?” Preguntó Víctor con una sonrisa.

Hubo una vez un mago que dio su hipótesis de que, si los ‘elementos’ no estaban equilibrados, la destrucción era inevitable.

Y si uno miraba áreas de la tierra en donde los ‘elementos’ estuvieron descontrolados, entonces entendería la posibilidad.

Claro, en este mundo Víctor sabía que el ‘descontrol’ estaba a niveles alarmantes y catastróficos.

Después de todo, sintió que este terremoto era uno de los más pequeños.

******

En una ruina en donde provenía una de las tantas señales que aparecieron, Aurora dio un suspiro.

“Otra señal sin nada.” Murmuró con un tono cansado.

Ya estaban preparados para luchar, pero en vez de quedarse esperando un ataque que podía ser muy repentino, decidieron explorar las señales.

Ahora estaban en unas de las tantas señales que revisaron y al igual que todas las demás, no hubo nada interesante.

“No diría que no obtuvimos nada.” Señaló Kairos ordenando a un dron.

Ese dron se movió por medio de los escombros, derrumbes y ruinas para llegar a un hueco que reconocieron.

“¿Otra señal de falta de energía?” Dudó Aurora y con una expresión seria, declaró. “El Quoariano se está preparando demasiado bien.”

Las señales en todas partes de este mundo cada vez aumentaban y si bien se trataba de filtrar aquellas señales falsas con respecto a las señales importantes, no siempre funcionaba.

Su oponente estaba recolectando todas las ‘baterías’ posibles de los diferentes lugares y muchas señales remanentes era el aviso de que faltaba energía.

Minerva se estaba haciendo con el control del sistema y le permitía encontrar antiguas instalaciones, aun así, todavía seguía en un duro enfrentamiento por partes vitales.

“¿Para qué necesitará tantas baterías? Si los registros que has dado son ciertos, entonces son baterías potentes capaces de mantener áreas que requieren mucha energía.” Dijo Aurora y mirando a Kairos que la escuchaba en silencio, señaló. “Debe estar preparando algo grande.”

Ya habían pasado varias señales de falta de energía y la mayoría de ellas estaban vacías, pero si uno pensaba en otros lugares en donde posiblemente se quitaron la energía sin causar señales, entonces daba de que pensar.

La mayor incógnita era la pregunta de lo que deseaba hacer su oponente con tantas baterías.

¿Qué deseaba encender que necesitaba tanta energía?

“Al menos sabemos que el mismo está limitándose. Creo que esa es una ventaja.” Murmuró Kairos tratando de animarla.

Había baterías por muchas áreas y la razón de ello, era que tales áreas estaban funcionando.

Un ejemplo era esta ruina en donde se encontraban que, si bien estaba bastante destruida, en una parte segura se encontraba una zona de reparación todavía activa.

Lo mismo sucedió en otras áreas en donde se explotaban metal, se ensamblaba partes de robot o incluso se producía aleaciones.

Los robots no eran producidos en masa, pero su producción había estado activa hasta ahora y ese era otro problema a la lista.

“No necesitas estar tan preocupada. En esta misión todos participamos.” Dijo Kairos y dando una mirada seria, anunció. “Y todavía tenemos ventaja en la cual no perderemos.”

Su enemigo tenía un número desconocido de robots, pero la Empresa Cosmos había enviado una cantidad extraordinaria drones de guerra y en manos de un buen mecánico y una inteligencia artificial de gran capacidad, resultarían devastadores.

Como si fuera poco, Kairos también tenía otras armaduras de poder en sus manos y si bien, tales armaduras no resultarían tan útiles para los miembros de la expedición, no significaba que Minerva no pudiera tomar el control.

“Lo sé, pero no debemos confiar en nuestra capacidad y debemos prepararnos para lo peor.” Precisó Aurora dándole una señal para retirarse.

¿Estaba siendo excesiva?

Era posible, pero esperarse lo peor era lo básico al enfrentarse a un enemigo cuya capacidad era desconocida.

Kairos solo pudo asentir ante su prudencia que estaba cerca de la paranoia y él dio una mirada que dejo en claro que se tomaba muy seriamente sus palabras.

Fue esa mirada que consiguió que Aurora no pudiera contener su expresión y al final sus labios temblaron.

Era agradable verlo actuar tan serio y si bien en otros momentos dio la impresión de ser alguien bastante indiferente y despreocupado, resultaba agradable ver que todo cambiaba cuando la escuchaba.

“Vamos.” Murmuró Aurora y dando un suspiro, agregó. “Hay que avisar a los demás que no sucedió nada y prepararnos para cuando llegue el momento.”

Los demás estaban esperando afuera para intervenir en caso de que esta señal fuera una trampa.

También había que prepararse, principalmente revisando los planes para cada eventualidad y en su caso, necesitaba estar lista para la peor situación.

Aurora estaba pensando en su sistema que se había mantenido en silencio y si bien estaba un poco preocupada, entendía que su sistema no la había abandonado.

Que pudiera usar el ‘inventario’ que literalmente era un espacio independiente en donde guardaba sus objetos, era la prueba de ello.

—Puedes contar conmigo cuando lo necesites.

Como si fuera algún tipo de ‘invocación’, su sistema dio un aviso en forma de texto que sin duda era considerado ‘oportuno’.

Para ser un sistema que supuestamente estaba pegado a ella, últimamente era de dejarla sola durante periodos largos de tiempo.

—…

Ante su queja mental, su sistema le dio una silenciosa respuesta en formas de tres puntos consecutivos.

Ocultando su sonrisa ante Kairos que estaba algo distraído, Aurora dio un largo respiro.

Había que prepararse para lo peor y ella estaba decidida a usar todas las cartas bajo su manga.

Aunque eso significara que tuviera que utilizar lo que le dio Cithrel y rezar una existencia que para ella era desconocida.


mode_commentComentario de Evil_Warlord

Volvemos a empezar los capítulos de la historia principal. Como siempre son diez. Espero que lo disfruten y cualquier duda o aviso que quieran dejar pueden hacerlo a través del Discord. También pueden enviarme un mensaje privado por ese medio, no tengo drama en responder. (discord.gg/WG8FX75)

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