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Historia Paralela Capítulo 105
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Terminar lo que se comenzó.

Historia Paralela Nuevo Comienzo Capítulo 105: Terminar lo que se comenzó.

Víctor caminó por el Palacio de Carondelet, que era la sede de gobierno de ecuador.

Los cuadros estaban en las paredes y a sus espaldas se escuchaban pasos silenciosos de personas siguiéndolo.

Tanto Perú como Bolivia estaban llevando su ‘Referéndum’ para decidir si unirse o no al Imperio de Sudamérica.

Una transición bastante tranquila si tuviera que admitirlo, más tranquila que lo que sucedió en Uruguay y Paraguay.

Las causas no solo era su influencia profundamente conectada en esas naciones o la guardia de las sombras que habían actuado como agentes ocultos, también estaba los desastres de la cordillera que causaron problemas.

Su apoyo durante ese momento, hizo ver a la gente que el imperio era amable y él como emperador cuidaba a los ‘hermanos’ sudamericanos.

Nadie sabía que fue él quien lo ocasionó y nadie nunca lo sabría.

Justo como nadie sabría algunas acciones que realizó en su pasado… Víctor mantuvo su sonrisa al caminar por este emblemático lugar.

Que ahora era suyo.

“Oh, la multitud parece estar muy contenta hoy día.” Murmuró Víctor cuando llego a una ventana.

Los ciudadanos de Quito hoy estaban presentes en la ‘Plaza de la Independencia’ que estaba al frente de este palacio y estaban festejando este gran día.

El día que el Presidente de Ecuador conocido por ser literalmente un mafioso dejo el poder y llevo a que las autoridades que quedaban decidieran unirse al Imperio de Sudamérica… Eso era públicamente, la verdad era que esta ‘entrega’ era un regalo.

“El pueblo ha esperado su llegada el día de hoy.” Dijo un hombre con una sonrisa.

“Su Majestad Víctor es una brillante luz en la oscuridad.” Añadió una mujer coqueta, que trataba de alagarlo.

Víctor pudo ver que la esquina de los labios de Ersin que estaba a su lado, se deslizaron por un momento.

¿Una luz en la oscuridad? Le pareció bastante gracioso tales palabras.

“Aja… ¿Entonces han limpiado su mierda o tengo que masacrar mi paso para controlar la policía, el ejército y los diferentes poderes?” Preguntó Víctor con una voz indiferente.

El pueblo estaba festejando a fuera.

El festejo de que Ecuador que llevaba tanto tiempo en manos de un narcotraficante reconocido dejara el poder.

Como todo déspota, el antiguo presidente de Ecuador gobernaba con miedo y terror, buscando obtener ganancias de sus negocios, lo que significó que se legalizaron muchos asuntos que antes eran turbios.

Algunas drogas como la marihuana eran ligeras en este momento en donde las personas por naturaleza eran fortalecidas con la energía mágica, pero había drogas más potentes y aterradoras capaces de afectar a altos rangos.

Por otra parte, los poderes y las autoridades de diferentes partes estaban a la orden del anterior gobierno, que ese dúo estaba representando ahora.

“Todo… Está a su disposición Su Majestad Víctor.” Respondió la mujer con cierto temblor en su voz y bajando la cabeza, anunció. “Solo quedan quienes no están unidos a nosotros y aquellos engranajes que sirven para que todo siguiera funcionando.”

Brasil era un lugar corrompido y la corrupción iba desde el Presidente de Brasil que ya estaba siendo juzgado, hasta gobernadores o intendentes.

No obstante, Ecuador tenía todo un sistema ilegal sin apariencias ni fachadas que ocultaran sus crímenes.

Por supuesto, él lo sabía, debido a que la guardia de la sombra estaba metida en muchos asuntos del gobierno como dentro de la mafia.

No eran tan increíbles como Rashad, pero eran destacables por sí mismo.

“Bien. No quiero jugar con ustedes.” Dijo Víctor de forma indiferente e ignorando como ambos respiraban aliviado, siguió caminando por el pasillo.

Eliminaría a esos mafiosos que se estaban ocultando, pero todo seria a su debido tiempo, y antes necesitaba terminar con su trabajo.

Su paso lo llevo a una gran sala en donde las autoridades restantes de este gobierno estaban presentes junto a algunas personas importantes.

Todos estaban aterrados por él, pero eran los suficientes avariciosos como para quedarse y tratar de negociar.

Aquellos inteligentes ya habían huido u ocultado profundamente como la mafia, dejando solo los idiotas que opusieron resistencia quedándose en sus casas, creyendo que estaban seguros.

Lamentablemente para todos aquellos que opusieran resistencia, serian tratados igual que los gobernadores de Brasil que deseaban convertirse en pequeños señores feudales.

Cada uno de ellos sería asesinado o derrotados y en las noticias se hablaría de como criminales que estaban cerca de ser terroristas de estado fueron abatidos en ‘acción’.

“Algunos de ustedes han cometido decenas de crímenes y lo han tratado de ocultar. Algunos gremios han realizado asesinatos, las empresas han pedido los asesinatos y los gobernadores han llevado crímenes de corrupción.” Dijo Víctor notando que algunos palidecían de inmediato y dando una sonrisa simple, añadió. “Seré honesto, muy pocos de ustedes se salvarán hoy.”

Muy pocos de los individuos que estaba presente aquí estaba completamente limpios.

Vivir en un lugar como Ecuador que era un narco-estado significaba que las personas debían seguir las reglas que los superiores imponían, reglas que llevaban a cometer crímenes.

Algunos tenían la suficiente moral para no excederse, pero otros no le importaban la situación y llevaban toda clase de crímenes.

En este lugar estaban ambas clases de personas.

“Pero que hayan venido hoy sin querer ocultarse, huir o tratar de oponerse a mí, es bueno.” Dijo Víctor y haciéndole una señal a Ersin que proyectara varias escenas, esa mujer obedeció y él añadió. “Si se hubieran resistido o tratado de huir, hubiera tenido que actuar y no me gustaría tener su sangre en mis manos.”

En las proyecciones se mostraban batallas sangrientas, personas amordazadas, individuos llorando en sus casas al ser rodeadas y decenas de otras situaciones, pero todas tenían un parecido… Estaban atrapados.

Y era obvio que los detendría.

Desde el empresario más rico al gremio de aventurero con un par de rango S o al gobernador tirano, todos iban a ser detenidos y se convertirían en recursos.

El dinero de las cuentas de banco sería vaciado cuando los magos de magia mental les sacaran todos sus secretos a los empresarios, los aventureros de alto rango trabajarían para la guardia de las sombras y los gobernadores tiranos, serian juzgados públicamente para aumentar su popularidad.

Sus métodos tan excesivos como eran se realizaban en sumo secreto y al final, nadie trataría de hacer algo en su contra, incluso si se enteraban.

A diferencia del idiota de Malik que abiertamente declaró que iba a conquistar el mundo, él ya había dejado en claro que era lo que deseaba.

Sonriendo al ver esas personas que estaban atemorizadas, él observó sus expresiones.

“Pero han venido y eso será un punto que tendré en cuenta.” Añadió Víctor y cuando vio a cada uno de ellos suspirar, precisó. “Pero seguirán teniendo problemas.”

Los gobernantes de Perú y Bolivia habían decidido entregarse y si bien pidieron perdón, sus crímenes no eran tan profundos.

Ambos países eran corruptos y jugaban bastante sucio, pero al final seguían ‘jugando’ con las reglas, tanto democráticas como morales.

Queriendo mantener cierta imagen en esas naciones.

Muy diferente a las personas que actuaban en estas tierras, en donde la ilegalidad era la norma y el día a día.

No iba a negar que le parecía divertido ver como el miedo de estas personas se convertía en esperanza y la esperanza en desesperación, pero lo dejo estar cuando le hizo una señal a Ersin para que terminara las proyecciones.

Su gente se encargaría de los que estaban presentes y él solo se fue con su ‘secretaria’, dejando a los demás detrás.

“¿Qué hará ahora Su Majestad?” Preguntó Ersin con curiosidad.

En este punto ecuador estaba en su poder y se uniría al Imperio de Sudamérica.

Si bien llevaría tiempo para encargarse de que todo volviera a funcionar de forma normal, de cierta forma estaba en la etapa final de su conquista.

Y lo que necesitaba hacer ahora era bastante simple.

“Terminar lo que he comenzado.” 

******

“Ecuador desde este momento entra a formar parte del Imperio de Sudamérica, con los mismos beneficios que cualquiera de sus naciones hermanas.” Dijo el remplazo del presidente de ecuador y con calma, anunció. “Esperemos obtener la prosperidad al lado de nuestros hermanos sudamericanos.”

*Crack*

Antes de que el anuncio continuara el control remoto golpeó el televisor rompiendo la fina pantalla y cayendo al suelo.

“¡Hijo de puta!” Gruñó Félix Quiroga, el nuevo regente y gobernante de Colombia y Venezuela.

Estaba furioso a causa de la mafia ecuatoriana que prácticamente lo traicionó.

Había hecho un trato con ellos para dividir las tierras y que se apoyaran para enfrentarse a Víctor, hasta le había ayudado a extender sus influencias en las tierras bajo su control, pero esos bastardos lo traicionaron.

Entregando toda la nación y huyendo con las colas entre las patas.

“Los expertos dicen que hay una alta posibilidad de que el General Quiroga se rinda ante el Emperador Víctor o termine huyendo.” 

*Boom*

Escuchando esas palabras por los parlantes medio destruidos, Quiroga golpeó con su pierna el televisor, rompiendo la pared que estaba atrás.

Eran palabras de un noticiero que no reconocía, pero lo estaban viendo con demasiado desprecio.

Víctor Pellegrini, un rango SSS que apareció de repente, un antiguo jugador cuya historia no tenía nada destacable, latinoamericano, sin familia, conocidos o amigos.

Había desaparecido luego del Gran Cataclismo y no se lo había visto hasta ahora.

La posibilidad de que se ocultara, utilizando otro nombre era bastante alta y era normal, ya que seguramente no habría podido ascender de rango tan de repente.

También tenía riqueza, influencia y había estado preparado… Debía haber sido alguien reconocido al menos durante un tiempo.

¿Fue algún rango SS que murió en el pasado o su segunda identidad era uno que seguía vivo? La probabilidad de que utilizara durante años una segunda identidad era muy alta y eso lo convertía en alguien sumamente peligroso.

“Maldita sea.” Gruñó Quiroga dejándose caer en un sofá.

Se encontraba en el cuartel militar de Colombia cerca de la frontera con Panamá en donde su ejército había estado estacionado desde que dejo en claro que había querido conquistar las tierras del norte.

Y no se había podido mover desde ese momento.

En Panamá estaban fuerzas de diversos países grandes y pequeños que estaban garantizando la soberanía de esa nación y quien era la primera fuerza era Estados Unidos.

Tal vez el Arcángel Miguel no estaba presente, pero ese rango SSS de los Estados Unidos era un maldito problema.

Ni hablar de los rangos SS de ese gigante, de México o de Canadá… O los incontables gremios de las otras naciones en Centroamérica.

Eran esos bastardos quien le impedían moverse al norte y como si fuera poco, cualquier intento de diplomacia para que alguna pequeña nación se uniera a su lado, era rápidamente cortado.

“Son unos bastardos traidores... Jodidos títeres.” Murmuró tratando de calmar su respiración.

¿Por qué esas pequeñas naciones que vivieron bajo el yugo de esa nación al norte estaban a su lado ahora?

La historia para él, mostraba una clara influencia de ese país del norte en todas las pequeñas naciones de este continente.

Una influencia que llevo a años de terror, muerte y destrucción, permitiendo intervenciones militares y dejando que durante mucho tiempo algunas naciones sufrieran cruelmente bajo la tiranía de dictadores.

¿Y solo para qué? ¿Para su propio bienestar? ¿Sus creencias ideológicas? ¿O solo porque tenían la capacidad?

Para Quiroga era hora de crear una nación que representara verdaderamente a América.

Sin embargo, había demasiado idiotas que no entendían que la única forma era unirse para enfrentarse a esa potencia que actualmente estaba en decadencia.

Para mostrar una nueva unión por el bien de cada nación y no solo por la prosperidad de una o dos personas.

Similar a lo que estaba haciendo Víctor, quien era solo un conquistador fuerte, que buscaba sus propios beneficios.

Había que destacar lo preparado que estaba y el reclutamiento de personas capaces a su lado, pero por todo lo demás, solo parecía buscar la alabanza de la gente.

Peor que un mesías.

“Jodida mierda.” Gruñendo de vuelta, Quiroga frunció ligeramente el ceño al sentir una presencia y entonces, pudo sentir un temblor desde el patio del cuartel.

Su expresión se hizo fría y Quiroga equipando su armadura de combate, se movió al pasillo y luego al balcón que daba al patio del cuartel.

Rodeado de los militares, estaba un hombre cuya apariencia no destacaba tanto, excepto por su físico entrenado, su expresión madura y su mirada profunda.

Cabello negro desordenado y una sonrisa entretenida en su rostro a pesar de que lentamente estaba siendo rodeado.

Este cuartel militar tenía toda su gente lista para la batalla en contra el norte y ahora decenas de rangos S estaban rodeando a ese hombre, que llevaba ropa casual.

Víctor Pellegrini estaba presente en su patio...

“Estaba aburrido de que todo esto continuara y quise terminar con todo, así que pensé en una manera simple de hacerlo.” Dijo Víctor y con una gran sonrisa, anunció. “Uno contra uno, quien pierda se subordina al ganador.”

Un duelo para que el perdedor se convierta en un subordinado del ganador, para Quiroga esas palabras no tenían sentido.

¿Cuál era su verdadera intención? ¿Qué era lo que buscaba? 

“¿Vamos, no era ese el trato que teníamos?” Cuestionó Víctor como si fuera obvio.

¿Trato? ¿De qué estaba hablando? Quiroga no podía entender a lo que se refería, pero al notar la sonrisa de ese hombre se dio cuenta.

No importaba si él lo entendía o no, Víctor se movería de la forma que lo había planeado, tratando de llevar a cabo su plan.

Ese ‘trato’ del que hablaba y que nunca realizaron iba a ser llevado a cabo y en esta situación su respuesta no importaba.

Víctor iba a controlarlo de alguna manera o forzar alguna forma de control y por eso había venido directamente a él, queriendo cortar la cabeza para terminar con cualquier conflicto.

Un maldito lunático que tenía la fuerza para llevar a cabo tales acciones y peor aún, uno preparado.

“…”

Que algunos rangos S que lo habían servido durante un tiempo bajaran sus armas y le dieran una mirada, ‘esperando’ el combate y la finalización del trato, era la prueba que Víctor estaba preparado.

Solo esas miradas fueron suficiente para darse cuenta de que ellos no eran leales a él y que seguramente habían estado del lado de Víctor.

¿Desde cuándo? Había pensado que esa gente lo había seguido por su capacidad y carisma, pero tal vez… Solo lo siguieron por órdenes de otros.

Y ahora viendo que ese hombre tensaba sus músculos, Quiroga se dio cuenta de que no tenía escapatoria.

Víctor había sido más peligroso de lo que había pensado.


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Historia Paralela Capítulo 106
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Brazos abiertos.

Historia Paralela Nuevo Comienzo Capítulo 106: Brazos abiertos.

El espacio se distorsionó y Félix Quiroga apareció cerca de la ‘Gran Sabana’ venezolana, cargando un gran martillo que era más grande que el mismo hombre.

Musculoso, piel bronceada, su armadura de batalla estaba destruida y ese hombre al tomar una poción de curación, se giró de vuelta.

“¿Por qué huyes tanto? ¡Pelea!” 

Un poderoso rugido junto a una presión aplastante se extendió por el lugar y el mismo rugido creó una fuerza expansiva que elevó la tierra, tirando algunos árboles de los alrededores.

Entonces apareció el Emperador Víctor llevando un conjunto de batalla ligero, que más que protección en contra los golpes, estaba centrado en no quedar desnudo.

*BOOM*

Y la batalla volvió a empezar.

Víctor voló por el aire a una velocidad muy alta y Quiroga lo golpeó con su gigantesco martillo, creando una onda expansiva.

Un luchador en contra un guerrero que utilizaba un poderoso martillo y ejercía una fuerza incuestionable.

Esta vez el luchador retrocedió en el aire, rompiendo plataformas bajo sus pies que la ayudaron afirmarse.

Los golpes empezaron a intercambiarse a una alta velocidad, pero ante los ojos de Ersin todo era visible.

“¡Bastardo!” Rugiendo con fuerza Quiroga movió su martillo enviando a volar a Víctor que estaba desprevenido.

*BOOM*

Golpeando el suelo, destrozando la tierra mientras seguía rodando y haciendo un desastre entre los pocos árboles, Víctor solo se levantó de vuelta y volvió a cargar mientras sus músculos se tensaban.

Respiración pesada y agitada, la sonrisa que estaba dando mostraba una emoción palpitante.

Quiroga que trató de huir con un artefacto otra vez, no pudo cuando Ersin simplemente movió su mano impidiendo cualquier viaje espacial.

Su amado se estaba divirtiendo y estaban lejos de cualquier población que podría resultar daño colateral, así que deseaba que su amado disfrutara su batalla.

Golpe tras golpe, Víctor no retrocedía a pesar de que la fuerza detrás del gigantesco martillo era aterradora.

Su aura aplastaba a su oponente, causando que Quiroga con cada balanceo le costara moverse y se agotara aún más rápido.

Quiroga era bueno, pero padecía de lo que cualquier terrícola de alto rango sufría… Falta de oponentes.

Los terrícolas debían seguir reglas, limitarse para no dañar sus alrededores, no crear destrucción, buscando mantener una imagen o incluso mantener su reputación, llevando a que aquellos que alcanzaban altos rangos, no tuvieran experiencia luchando con poderes similares.

La guerra europea-demoniaca cambió la situación, pero a diferencia de Víctor que participó, eliminando individuos de gran poder, Quiroga estaba planeando su pequeño juego.

Ahora ese defecto llevo a que la presión aumentara a pesar de que Víctor ni siquiera había mostrado su aura de combate o todo su potencial.

“UGgh…”

*BOOM*

Quiroga recibió un puñetazo en su estómago y fue enviado a volar cientos de metros, golpeando una pequeña montaña a su paso y destruyéndola.

No pudo evitar el golpe, pero al menos pudo guiar la dirección más cerca del Monte Roraima cuyas nubes estaban cubiertos por relámpagos peligrosos.

“¡Muévete!”

*BOOM*

Víctor cayó al suelo tratando de aplastar a su oponente que esquivó y fue enviado a volar por la onda expansiva.

“¡Lucha!” Gritó ese poderoso luchador soltando un puñetazo.

*BOOOM*

La tierra fue destrozada por la onda expansiva y avanzó más de un kilómetro de distancia, partiendo el suelo y desgarrando hasta el mismo espacio.

Una fuerza de calamidad.

“¡Enfréntame!” Rugió Víctor liberando otra vez una onda expansiva que alcanzó varios kilómetros de distancia y fue lo suficiente aterradora como para que el mismo Quiroga se pusiera pálido.

La experiencia que dio Terra nova para los jugadores ayudó a que la humanidad sobreviviera las primeras etapas del Gran Cataclismo, pero eso fue todo.

Esa ‘experiencia’ de estar en otro mundo, de luchar contra criaturas, monstruos o razas siempre estuvo limitada para los jugadores debido a que ellos no podían superar cierto ‘límite’ en los ‘niveles’.

Podía haber millones de jugadores, pero todos eran insignificantes en fuerza comparados con calamidades y solo unos pocos jugadores que hicieron tratos con dioses o encontraron entidades poderosas, pudieron superar ese límite.

Quiroga no era uno de esos, pero Víctor… Ersin sonrió cuando lo vio cargar hacia su oponente.

Esquivando con movimientos rápidos el martillo de su oponente, lo tomó del cuello y saltó conscientemente al Monte Roraima.

*BOOM*

Golpeando a Quiroga en contra la roca, creando un poderoso temblor que agitó a las bestias mágicas que habitaban en esa zona, Víctor le dio otro puñetazo enterrando a ese general en la montaña.

Logrando que un pedazo cayera y algo más se enojara por ver su casa destruida.

“¡GYAAAAAA!”

Comenzó con un rugido que cambió el clima conformando una enorme tormenta cuando las nubes alrededor del Monte Roraima se volvieron negras.

El clima fue cambiando más y más, apuntando a Víctor como centró quien estaba sonriendo y entonces desde lo profundo de la cima entre las nubes la gran bestia que gobernaba esta área dio vuelo.

Midiendo alrededor de trece metros cada ala, su envergadura general rondaba los treinta metros contando su cuerpo.

Plumas negras cubriendo parte de su cuerpo, en la parte de sus alas en donde había blanco, también se encontraba un color dorado.

Una de las bestias de rango SS de esta zona, extremadamente poderosa y considerada muy aterradora no solo por su inteligencia similar a los humanos, sino que por su territorialidad.

Perteneciente a las bestias mágicas inteligentes Vultur Gryphus conocido mejor como Cóndor Andino, este espécimen en especial era diferente a su raza en general, siendo no solo más grande y fuerte, sino que más aterrador.

Conocido como Cóndor Emperador o Emperor Vultur Vryphus para los especialistas.

“¡Dejen mi territorio o mueran!” Rugió la gran ave agitando sus grandes alas mientras la energía mágica se reunía a su alrededor.

La tormenta de relámpagos estaba rodeando todas estas tierras conformando un dominio en el cual grandes tornados estaban extendiéndose.

“¿Tus tierras?” Dudó Víctor y riéndose a carcajadas, anunció. “¿No te han avisado? ¡Hay un nuevo dueño!”

Estaba actuando de forma arrogante, porque deseaba que esa gran bestia lo atacara y tuvo éxito cuando los tornados se movieron hacia Víctor, logrando desestabilizar su vuelo.

Controlando los relámpagos y el aire, el Cóndor Emperador era un terror de los cielos y como si fuera poco, decenas de cóndores andinos salieron del monte Roraima, preparados para detener a su invasor y seguir a su ‘emperador’.

Notando que Quiroga deseaba escapar, Ersin que estaba invisible incluso para cada uno de esas existencias poderosas, se movió a la cima del monte Roraima y piso el suelo.

El espacio alrededor de diez kilómetros fue cortado, las aves, los animales y las pequeñas criaturas se movieron lejos con su magia espacial, dejando a los dos humanos y a la bestia.

Sus ojos blancos que ni siquiera eran humanos no fueron vistos por nadie cuando ella volvió a desaparecer, siendo solo una observadora.

******

“Mierda… Mierda… Mierda… Mierda…”

Maldiciendo en voz alta, Quiroga entre la grieta de la montaña, presionó su artefacto una y otra vez con una expresión aterrada.

Un campo de batalla espacial fue conformado en los alrededores y ahora era imposible escapar de este lugar, no importa cuántos artefactos o pergaminos utilizará.

¿Debería rezar a un dios maligno o demonio? Esa duda apareció en su mente, pero sabía que era una estupidez.

Esos seres malignos lo harían perder cualquier racionalidad y lo atarían de alguna forma para su diversión, pero lo que estaba enfrente de él, era probable que le hiciera algo peor.

“…”

Afuera estaba un gigantesco huracán que estaba desgarrando todo a su paso, destrozando la tierra, levantando los árboles y las rocas, destruyendo todo este lugar por completo y en medio de eso no solo estaba la gran ave que lo creó, sino que el humano que lo enfrentaba.

Víctor estaba saltando entre los escombros mientras los cortes pasaban por su cuerpo, hiriéndolo de forma ligera y regenerándose al momento siguiente.

La sonrisa de un lunático era visible en su rostro y ese individuo utilizando los escombros para moverse por el aire, trató de golpear al Cóndor Emperador.

En Sudamérica había bastante criaturas y bestias peligrosas, pero el Cóndor Emperador siempre había estado en su propio nivel, no solo por su inteligencia humana, sino que su magia dual.

*BOOOM*

Si antes el huracán trataba de desgarrar a Víctor, los relámpagos que llovían y se movían entre los fuertes y cortantes vientos, buscaban quemarlo por completo.

“Hahaha…”

Ese lunático al recibir un relámpago con su cuerpo, quemando su piel de forma asquerosa se rio como si el dolor no le importara… No, no es que no le importara, era que no tenía importancia.

Las quemaduras se curaron al instante siguiente a una velocidad a simple vista y se volvió a mover, saltando por los escombros, esquivando los relámpagos y atrapando la pierna del cóndor, agitándolo en el aire.

“¡Sucio humano!” El chillido de la gran ave que voló por el cielo utilizando su magia de aire para controlarse se extendió y los relámpagos se hicieron más intensos.

Logrando que Quiroga apretara sus dientes.

El campo de batalla que la segunda persona que apoyaba a Víctor fue tan rápida que no le permitió escapar y ahora no lo dejaba ir… No tenía posibilidades.

Había atraído a Víctor a este lugar, para que se enfrentara a esta bestia de rango SS y pudiera escapar, pero no esperaba que ese hombre recibiera su trampa con los brazos abiertos.

Respirando hondo y apretando sus dientes, Quiroga saltó del monte medio destruido y empezó a correr hacia la dirección contraria en donde estaba el combate.

Su velocidad era bastante alta y en tan solo un par de segundos recorrió cientos de metros y avanzó con más velocidad en cuanto más se alejaba.

Tras moverse más de siete kilómetros pudo ver el límite y…

“…”

Apareció en medio de la montaña sin que se diera cuenta de cómo llegó a este lugar.

No era un simple campo de batalla, era un hechizo de sellado total, que posiblemente estaba al nivel de los hechizos prohibidos en cuanto a dificultad.

¿Víctor trajo un rango SS de otra parte? ¿Era el Anciano Harris que estaba en Sudamérica encargándose de los gremios de aventureros corruptos?

Su plan de hacer que esa ave y Víctor luchara funciono, pero a la vez no tanto como deseaba.

Dudando un momento, al final se decidió y viendo que Víctor estaba distraído trató de volver a la cima del monte.

El maldito huracán y la fuerza de atracción que tenía era extremadamente poderosa incluso para un rango SS, lo que llevo a que tuviera que activar su barrera y utilizar su pesado martillo para mantenerse.

Otra razón más por la cual necesitaba escapar de Víctor, que simplemente estaba utilizando su cuerpo sin ninguna barrera.

Hasta su ropa estaba siendo destruida, dejando ver su torso desnudo, pero seguía luchando en contra esa ave… Y lo hizo solo por diversión.

Subiendo a la cima del monte, cuando llegó al lugar, se mordió los labios, pero al final afirmó su decisión.

“Oh, Gran Señor de los Inmundos, Maestro de las Mentiras y el Conflicto un humilde mortal ruega por tu ayuda.” Rezó Quiroga con calma.

Ketzula era conocido como el Dios de las Abominaciones, el Deseo y los Ambiciosos mientras que Larzura como la Diosa de los Hedonistas, el Libertinaje y la Libertad.

Ambos eran dioses peligrosos capaces de corromper a sus adoradores, llevando a que se convirtieran en criaturas aterradoras y asquerosas, pero Barmarak era diferente.

Un Dios que según la poca información que había, se movía en secreto, actuando en silencio y llevando a cabo planes muy desarrollados y siniestros.

Era un Dios Malvado, pero al menos era más confiable que los demás y fue su objetivo para rezar.

Por el espacio en el cielo que dividía este lugar con la realidad, un humo negro se filtró dejando ver que esa entidad estaba queriendo responder y…

“…”

Nada sucedió, cuando el humo negro solo se convirtió en luz blanca como si todo fuera una ilusión y Quiroga se quedó en blanco.

¿Qué acababa de suceder?

“¿Crees que un Dios te respondería? Tienes demasiada confianza en ti mismo.”

Una voz vino de repente de varios metros de su posición y Quiroga se giró para observar a la dueña de esa femenina voz.

La reconoció de inmediato y no fue por sus orejas largas, su cabello y ojos blancos que dejaba ver cierto rastro de albinismo, ni tampoco por su figura delgada o su traje de secretaria.

Era una gran belleza como cualquier elfa… Era la secretaria que había aparecido al lado del Emperador Víctor y que según los rumores era la amante de ese emperador, Ersin.

Quiroga levantó su martillo de inmediato al recibir la mirada de esos ojos blancos.

No había rastros de fuerza, ni ningún aura o presencia que le señalara que era fuerte y sus instintos la marcaban como alguien que apenas alcanzaba el rango S… No tenía sentido.

“Tienes un rol que completar. Y es preferible que bajes tu arma y lo asumas.” Dijo Ersin y levantando su dedo, un humo negro se filtró convirtiéndose en blanco.

Le estaba diciendo que lo que había visto y respuesta a su ‘plegaria’, fue solo una broma creada por ella… Una broma que demostraba la diferencia de posición de ambos.

Quiroga se sintió enfurecido y preparó su mayor ataque mientras apretaba su martillo con fuerza.

*Boom*

La explosión a su espalda pudo ser escuchada y la presencia de Víctor cayó de vuelta a este lugar, solo que, a diferencia de antes, con todas sus fuerzas.

Una presión literal que lograba aplastar la tierra y derrumbar parte de este gran monte.

Por los chillidos a lo lejos, estuvo claro que la gran ave estaba algo herida y estaba tomando distancia, aprovechando que su oponente estaba ocupado para curarse y recuperar sus fuerzas.

“Si te acercas, la mató.” Amenazó Quiroga con su martillo apuntando a la elfa que estaba tranquila.

Esa mujer dio una sonrisa y miró a Víctor, cuya expresión empezó a distorsionarse mientras que la sed de sangre empezaba a surgir, pero luego dio una risa.

“Que estúpido.” Dijo Víctor y tensando sus músculos, murmuró. “Estaba siendo amable. Iba a derrotarte, invitarte a hacer un trato entre ambos y te convertiría en un subordinado algo digno, pero ahora… Ahora te convertiré en menos que un esclavo.”

*BOOM*

Al escuchar ese murmullo extremadamente frío y siniestro, Quiroga se abalanzó con todas sus fuerzas y balanceó su martillo golpeando la figura de la elfa.

Parte de la montaña fue destruida ante su mejor golpe y una nube de polvo se levantó, pero Quiroga no vio sangre o entrañas, incluso ninguna figura volando, simplemente vio el vacío.

“Por eso te dije que eres estúpido.” 

*BOOOM*

Una voz sonó a su espalda y cuando se giró pudo sentir el puñetazo de una calamidad y luego su visión se tambaleó mientras el dolor lo cubrió.

*BOOM*

Volando fuera del Monte Roraima cayó a varios kilómetros, conformando un gran cráter y una línea que arrastraba la tierra.

Su conciencia estaba ligeramente perdida, pero lo último que vio fue la figura de la secretaria, que estaba sonriendo.

Los ojos blancos de esa elfa ni siquiera eran humanos.


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