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TG - Capítulo 509
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Salió mal.

Capítulo 509: Salió mal.

Los goblins vampíricos eran mayormente ‘diablillos’, cuyos cuerpos aumentaron de tamaño a causa de la vampirizacion.

Utilizaban sus garras como armas o sus bocas, mordiendo con la decena de colmillos que tenían.

Mezclado en esa transformación se encontraba alguna clase de corrupción, llevando a que algunos de ellos tuvieran capacidades extrañas y mutaciones diferentes.

Arwa que analizaba uno de esos goblins, esquivó el corte de las garras de una de esas criaturas y vio como un líquido negro salpicaba desde las garras.

Moviendo su lanza, repelió las garras y continuando su empuje, atravesó el cuello de su oponente, que gruñó agitando sus garras con salvajismo y locura.

La sangre era viscosa y asquerosa, oliendo horriblemente y Arwa que observó a la criatura, todavía viva, admiró la regeneración.

El cuello estaba atravesado y el diablillo vampiro seguía vivo.

“Uggh…”

Silenciándolo con un movimiento, Arwa observó los gusanos en el interior de esa criatura y que posiblemente eran signos de corrupción de Ketzula.

*Boom*

Al sentir la presencia a su espalda, ella golpeó el suelo con la base de su lanza, extendiendo con su concepto una oleada de fuego a sus alrededores.

“¡GRAAA!”

La criatura a su espalda igualmente avanzó y esta vez era un raro hobgoblin, que usaba sus garras queriendo atacarla.

La locura en la mirada no mostraba deseos de matarla, sino que, de violarla, en un frenesí salvaje de locura y lujuria sin límites.

La fuerza era rango A, en el límite del rango S y esta criatura en particular estaba mutada.

“…” Esquivando la lengua que se alargó queriendo atravesar su ojo, Arwa dudó un momento preguntándose si podía llevarse al monstruo a su casa y guardarlo.

La monstruosidad asquerosa, el salvajismo y las mutaciones, lo convirtieron en un excelente espécimen grotesco, que ante sus ojos tenía una ligera perfección.

*BOOM*

Justo cuando pensaba que su padre, le tenía prohibido coleccionar monstruos, una explosión vino de un lugar cercano y una poderosa aura, se extendió junto a una neblina roja.

El poderío del aura y la presencia, llevó a que Arwa se pusiera tensa y dio una sonrisa, ante el poderoso enemigo que podía enfrentar, en este aburrido día.

Los goblins eran agiles, rápidos e instintivos, sin embargo, no eran un enemigo que tener en cuenta cuando la mayoría de los que protegían esta zona eran rangos S o rangos A con una alta experiencia.

Vivir en las tierras sin ley, significaba que eran fuertes o experimentados, así que era normal que hubiera un alto número de usuarios de habilidades.

“H…”

Atravesando el pecho del monstruo, Arwa realizó un giro con su lanza y le cortó la cabeza, intentando guardarla en su anillo espacial sin lograrlo.

Estaba vivo a pesar de estar decapitado, luego de treinta segundos pudo guardarlo y la explosión a lo lejos se había acercado.

La presencia de un depredador mayor y más poderoso, suprimió por completo a las criaturas presentes, facilitando la batalla.

Su padre le había contado de la cuarta profecía y si bien terminó siendo cierto que la neblina roja fue un hechizo, no fue uno para apoyar a los goblins vampiros.

*BOOM*

Otra explosión sucedió cuando una esfera celeste voló por el cielo golpeando unos edificios en ruinas al límite de la ciudad y desde ese lugar, saltó la hermana de Alice, balanceando su espada más de diez veces.

La velocidad fue impresionante y los cortes incoloros parecieron dividir el espacio, golpeando la barrera de la monstruosidad de rango SS que la atacaba.

*BOOM*

Otra explosión sucedió cuando la vampiresa cayó al suelo, creando un cráter y luego le lanzó cientos de lanzas de tierra a Aurora, quien las esquivó en el aire y las utilizó como base para moverse y acercarse a su oponente.

“Prepárense iremos a eliminar a ese monstruo.” Anunció el líder de las fuerzas de la Iglesia del Orden, que controlaba esta zona.

Arwa reconocía a Jeremías y tal como se esperaba de ese extremista, imprudente y estúpido hombre, organizó los paladines a su alrededor, que aceptaron sus órdenes.

Lo que lo seguían era de su misma calaña.

*BOOM*

Una explosión de viento provino del combate y aterradoras ondas expansivas se extendieron para todas partes con la neblina rojiza, cubriendo cada vez más la visión.

Aguantando los poderosos hechizos de magia de aire de un vampiro enloquecido estaba Aurora, con su espada en alto, creando una barrera celeste.

Arwa sintió la presión de los hechizos y se dio cuenta de que probablemente no podría entrar al combate a ayudar y esa misma idea lo tuvieron otros.

Quienes al no tener goblins con quienes luchar retrocedieron.

“Tch…”

Jeremías chasqueó la lengua y cuando intentó avanzar con su grupo, una enorme presión cayó en ellos, cuando la gravedad cambió de una manera ridícula.

¿La princesa sabia magia de gravedad? No lo había notado, si no fuera por Jeremías y su grupo, quienes parecieron aplastados por el peso de sus propios cuerpos.

*BOOM*

Los relámpagos surgieron desde el cielo y cayeron en picada, continuando la batalla a lo lejos siguiendo a Aurora, que estaba corriendo para esquivar.

Una velocidad lo suficiente aterradora como para decir que ella estaba en el punto más alto de la velocidad y al verla soportar algunos ataques, Arwa estuvo claro que el cuerpo de esa joven era fuerte.

Instintos y reflejos perfeccionados junto a un aura de espada lo suficiente diversa como para atacar y defenderse.

Estaba enfrentándose a un oponente que estaba empleando múltiples magias para atacar y Aurora siguió defendiéndose.

Al darse cuenta de que los paladines no podían atravesar la barrera, Arwa grabó un video de la batalla para enviárselo a Alice.

No sabía por qué no había aparecido hasta ahora, pero incluso si ella deseaba ganarse unos puntos con Alice interviniendo, era imposible.

Y estuvo claro que aquí no había nadie que pudiera hacerlo, al menos que alguien más fuerte viniera.

Hasta ese momento que tal vez nunca llegaría, solo podían ver… Y mirando como bastante individuos grababan la batalla, junto a algunos periodistas a lo lejos, estuvo claro que no era la única con esa idea.

******

Alice observó las grabaciones de la batalla que estaba sucediendo a las afueras de la ciudad.

Una vampiresa de rango SS que lanzaba varias magias en contra de Aurora… Los noticieros estaban llamando a Cithrel, desde monstruo hasta una calamidad que podía arrasar al mundo.

Un peligro para el mundo.

Y si uno veía la enorme destrucción que causaba con sus múltiples magias y la presión que emanaba, junto a la neblina rojiza que acrecentaba la atmósfera de peligro, entonces era normal que se creyeran tales palabras.

Tratándola como una villana y como todo villano, siempre había un héroe y en este caso la heroína que la enfrentaba, era la Protectora de Zerzura, cuyos movimientos apenas eran perceptibles por la velocidad y la neblina.

Si no fuera por los cortes rojos, verdes y blancos junto a los cortes incoloros que lograban atravesar la destrucción y la neblina, era probable que cualquiera pensara que Aurora había sido derrotada.

Ver una luz en medio de esa neblina de rojiza era ciertamente un excelente espectáculo y que ambas fueran amigas, llevó a que los periodistas hablaran bien de Aurora.

Después de todo, era ella quien estaba deteniendo al monstruo.

“Así que de verdad era un espectáculo.” Murmuró Alice al salir de la sombra y encontrándose a Venali, que se volvió a levantar dejando su reloj holográfico.

Esa elfa la observaba con una expresión extraña, ya que probablemente había esperado que ambas lucharan.

Una estupidez sin sentido para Alice.

“Cithrel quedará como un villano y Aurora como una heroína…” Murmuró Alice y dudando, preguntó. “¿Por eso deseabas enfrentarme?”

Desde que se reveló lo que verdaderamente era Cithrel al público, era probable que ella tuviera que volver al Imperio.

Incluso si sus padres eran permisivos o ninguno de sus vasallos la criticaba, no podría quedarse en este mundo, porque la opinión pública estaría en contra del imperio y la iglesia del conocimiento.

En caso de que no volviera las presiones aumentaría y las criticas ya no la afectarían únicamente a ella, sino a quienes estaban a cargo del portal.

Sin embargo, Cithrel continuó moviéndose y ahora estuvo claro cuál era el objetivo.

“No, yo solo te detendría. En un momento te dejaría ir y tú irías a proteger a tu hermana, derrotándola.” Explicó Venali con una mirada de disculpa al ver que su expresión no cambiaba.

Cithrel con sus acciones no provocó problemas para ella misma, sino que para ella y Aurora que estaban en este lugar y fue más problemático para su hermana, ya que las fotos con Amber y la princesa eran públicas.

Las críticas hasta habían llegado a Amber y esa superestrella también fue cuestionada por darle amistad a un ‘monstruo’.

A Cithrel tal vez no le importaría, puesto que la opinión de los terrícolas era insignificante para alguien como ella y más cuando eventualmente volvería a su propio mundo.

No obstante, Aurora y Alice quedarían en este lugar, sufriendo las consecuencias de las acciones de Cithrel.

Al menos, que se mostrara una situación que cambiara la opinión pública y lo mejor era un espectáculo, en donde ella asumiera la culpa y ambas quedaran como heroínas.

Cithrel no se daba cuenta de que su hermana no le importaba lo que opinaban los demás y lo único que hubiera querido, era que pudiera aceptar la ayuda que ofrecía.

“¿Iras?” Preguntó Venali con cierta curiosidad y a la vez deseo que siguiera el plan.

A la vez desactivó la barrera permitiéndole escapar y Alice abrió una bolsa de papitas.

“¿Por qué debería?” Dudó en voz alta.

Estaba en este lugar porque estaba siguiendo a su hermana y no le interesaba lo que desconocidos pensaran de ella.

Así que no tenía necesidad de algún espectáculo para mejorar su imagen.

******

Aurora era malditamente rápida y a la vez era capaz de contorsionar su cuerpo, realizando piruetas tan únicas, que lograba esquivar cualquier ataque.

Las lanzas de piedra se abalanzaron y ella la utilizó como base para moverse.

Los cortes de aire volaron y esa joven, mientras saltaba para atacarla, se movía generando plataformas, evitando cada corte y entonces balanceaba la espada lanzando un corte.

El aura roja cortaba la barrera con facilidad y era letal mientras que, por otra parte, el aura incolora tenía un poder abrumador.

Sin embargo, Cithrel iba a destacar una fortaleza única.

*BOOM*

Recibiendo un puñetazo de ese espadachín, ella voló hacia atrás usando sus alas para mantenerse en el aire y luego escupió uno de sus colmillos rotos, antes de que volviera a crecer.

“Eres fuerte.” Dijo Cithrel con honestidad.

Era cierto que ella no había ido con todo en esta batalla y no estaba utilizando sus mejores hechizos, pero supo que incluso si iba con todo, Aurora sobreviviría durante un tiempo.

Para ser un rango S era fuerte.

“¿Cómo una cucaracha molesta?” Cuestionó Aurora extendiendo un domo para protegerse de los cortes externos de magia de aire.

¿Una cucaracha que soportaba todos los ataques y sobrevivía? En cierto modo, un oponente que fuera resistente era molesto, ya que la otra parte sobreviviría a cualquier ataque y para colmo, tenía la capacidad de ser un peligro si se descuidaba.

Las auras rojas e incoloras podían ser letales y eran capaces de herir a cualquier enemigo, incluso ella.

“Tú lo dijiste.” Respondió Cithrel extendiendo su mano en el aire.

Una presión de la magia de gravedad cayó en los alrededores y luego cortes de viento, espaciales, rocas de tierra y bolas de fuego aparecieron alrededor de Aurora.

La expresión de Aurora no cambió al ver el ataque y fue ella quien reaccionó primero, balanceando su espada, lanzando cortes verdes y con otro ligero balanceó extendió varios cortes incoloros que rompieron las rocas de tierra.

*Boom*

*Boom*

*Boom*

Los cortes verdes descaderaron las explosiones de las bolas de fuego y entonces esquivando los cortes espaciales y de viento, Aurora trató de cortarla con su espada.

A mitad de camino, Cithrel levantó una barrera de agua que fue cortada hasta la mitad por el aura roja.

Una barrera de rango SS con una presión suficiente alta como para impedir ataques de cualquier tipo, fue cortada por un rango S.

Entonces Aurora continuó, generando una barrera celeste como un domo, que empujó el agua a los lados.

Cithrel levantó su mano por puro instinto y…

*BOOM*

La espada rodeada de aura celeste, golpeó su brazo y Cithrel vio su visión cambiando, entonces sintió el dolor al golpear la tierra.

Sus colmillos crecieron fascinada por la batalla y su oponente, tan resistente y a la vez tan tenaz.

Para alguien del Linaje de Caín no había mejor oponente que alguien que hiciera disfrutar la batalla y Aurora lo hacía.

La idea de herir a su amiga, para que ella pudiera probar la sangre también pasó por su mente, pero Cithrel culpó a la investigadora cuya sangre contenía drogas, que despertaron su hambre y naturaleza.

Lamentablemente, para esa mujer, ya se había saciado con Taqiyya y ahora estaba más tranquila, lo suficiente como para quedarse en el suelo, reflexionando en la situación.

“¿No vendrá Alice?” Preguntó Cithrel en tono curioso.

La neblina roja impedía que cualquiera se acercara, ya que alrededor de este dominio sus hechizos rondaban y aunque no iban a asesinar a los invasores, los iba a golpear lo suficiente como para dejar en claro que ella era una amenaza.

“¿De verdad lo preguntas? Es probable que está mirando desde lejos con una bolsa de papitas en sus manos.” Respondió Aurora y dándole una mirada que dejaba ver cierta molestia, suspiro y señaló. “No deberías haber hecho esto.”

Era lo suficiente inteligente como para darse cuenta lo que estaba sucediendo.

“No. No lo era.” Respondió Cithrel y con calma, añadió. “Pero creo que era necesario.”

No debería haberse puesto ella como la villana para que Aurora resaltara y quedara bien, pero Cithrel creyó que era necesario.

“Así que… ¿Tendrás que irte?” Preguntó Aurora con calma.

El lugar estaba sellado con su magia y ella habló directamente, mirándola con cierta seriedad.

“Sí. Tengo obligaciones que cumplir y objetivos que completar.” Respondió Cithrel sentándose en el suelo y volviendo a su forma humana, añadió. “No esperaba que terminara de esta manera.”

La sorprendió que la emboscaran y por eso estaba tan enojada, lo suficiente como para perseguirlo y recuperar a Venali, matando a todos los culpables.

Luego deseaba encargarse de la investigadora por su cuenta y se encontró con el tirador, que despertó su naturaleza, llevando a que se retirara.

Perdió el control cuando fue emboscada y lo hizo porque un ritual la provocó, sin embargo, no iba a perder el control y causar problemas por algunas mujeres al azar.

Por tal razón volvió con Taqiyya y ahí se dio cuenta de que había causado problemas, no a ella, sino que Aurora y Alice, quienes vinieron para apoyarla.

“Debiste haber llamado a Taqiyya.” Dijo Aurora con seriedad al guardar su espada y dándole la mano para que se levantara.

Todo empezó porque Taqiyya llamó a Aurora y ella vino como siempre buscando apoyarla, siendo seguida por su inseparable hermana.

“Y debí haberte avisado para que no vinieras.” Murmuró Cithrel en calma.

Si hubiera llamado a Taqiyya, ella se quedaría tranquila y no hubiera molestado a Aurora y el problema fue que estaba tan concentrada en seguir a quienes capturaron a Venali, que no se preocupó por las consecuencias.

“Mal. Debiste haberme llamado para pedirme ayuda. Si hubiéramos trabajado juntas hace tiempo hubiéramos capturado a la investigadora y la hubieras asesinado.” Regañó Aurora y encogiéndose de hombros, cuestionó. “¿Qué? Deberías reconocer lo que has hecho mal.”

Mirada seria y palabras dichas con una expresión llena de regaño, como si estuviera criticando a una niña.

Cithrel se rio suavemente y Aurora la acompañó.

Aurora era alguien que ayudaba a aquellos que consideraba amigos y era capaz de meterse en asuntos turbios, para completar su ayuda y lo hizo porque para ella la amistad era importante.

Lo suficiente, como para imaginar que si alguien se aprovechaba de esa amistad podría meterla en problema y lo extraño era que incluso cuando Cithrel se imaginaba ese escenario, lo veía imposible.

Aurora era una buena amiga que priorizaba a aquellos que era cercanos y buscaba ayudar con tanto entusiasmo y dedicación, que generaba en la otra parte un sentimiento de devolución y la impresión de que no podía estar a la altura.

Un asunto bastante divertido, ya que Aurora muy pocas veces pediría ayuda y no deseaba ninguna devolución, ya que ella era alguien que no pediría ayuda de manera directa y prefería solucionar sus problemas por su cuenta.

“¿Al menos te has podido encargar de la investigadora?” Preguntó Aurora con seriedad.

Cithrel cerró sus ojos para captar la conexión que había establecido con su presa y pudo darse cuenta de la dirección general en donde se encontraba y que estaba viva.

Para convertir a un vampiro era necesario que compartiera la sangre, pero necesitaba una cantidad de sangre determinada y si era un poco como ella le dio, entonces servía para crear un vínculo y mantener a una persona vigilada… Y sedienta por su sangre.

Uno de los tantos métodos que los vampiros mantenían a sus ‘juguetes’ favoritos en control.

“Sí. Espero que pueda encontrarla antes de que…” 

Antes de que terminara su comentario, una fuerte presencia golpeó desde afuera y entonces, Cithrel percibió a los Ejecutores del Orden actuando en contra de su barrera.

Por las voces, Regis Delacroix que estaba liderando iba a detenerla muy diferente a Jeremías que pedía que lo asesinara.

El problema no se trataba de ellos, sino que los pilares de plata que cayeron quemando a los goblins erradicando los rastros de esas criaturas.

Entonces una figura se manifestó en frente de ambas.

“Perdón por la interrupción.” Dijo la Luz de Plata y sonriendo, añadió. “Debo detener a la peligrosa vampiresa. Supongo que es preferible que lo hagamos nosotros antes de que la Iglesia del Orden.”

Cithrel reconoció a esa mujer y por la forma que miraba a Aurora, estuvo claro que ambas estaban conectadas.

Solo idiotas la querían matar o asesinar por lo que había hecho y eso se debía a que, si alguna autoridad le hacía algo, el Imperio Falion y el Imperio Lunar con sus dos dioses no se quedarían quietos.

Por eso ella tuvo que venir ocultándose, ya que, si se convertía en un objetivo, podría ser un desastre político.

Que la capturara la Iglesia del Tiempo y el Espacio era mejor que ir con la Iglesia del Orden, que en este mundo parecían ser bastante extremistas y violentos.

“Si. Me rindo.” Dijo Cithrel con seriedad.

No era como si hubiera hecho algo mal, aparte de asesinar a aquellos ritualistas que la emboscaron e incluso ellos eran insignificantes.

Como si fuera poco, actuó en los Restos de Turquía que estaban conectados con un Rey Demonio que tenía relaciones con el Imperio Falion y ninguno de ellos la podría juzgar incluso si hubiera cometido crímenes más serios.

“¿Pueden enviar alguien por la investigadora? Estoy segura de que desea reunirse conmigo.” Dijo Cithrel con una sonrisa entretenida.

Cuando la besó la alimentó con su sangre para crear una conexión y a la vez, para generar un vínculo en donde la otra parte desearía su sangre.

Un vínculo que la atraería hacia ella.

******

Mordiéndose las uñas, Luciana caminó por el pasillo, adentrándose a una oficina de un gremio en Ankara y luego se dirigió al ascensor.

Este gremio estaba conectada a la Secta de Larzura, con quienes tenían contacto y servía como una casa de seguridad, para cuando todo salía mal.

Y estaba saliendo mal.

Ella liberó a los vampiros y lo hizo por medio de algunos túneles, sin embargo, la princesa llegó a su posición.

Al igual que esa mujer que Jake deseaba asesinar.

Fue tan oportuno que llevó a que Luciana pensara que alguien la delató y el único que quedaba en ese lugar, fue la misma persona con la cual estaba cooperando.

¿Qué demonios estaba pensando?

Soportando ese picor en su interior y su mente, que empezaba a desviarse, en pensamientos inoportunos, Luciana trató de controlarse.

“¿Ya está el portal?” Preguntó Luciana cuando la puerta se abrió y el líder del gremio se presentó para saludarla.

“No, los portales y todo tipo de medios de teletransporte mágicos han sido sellados y los vuelos cancelados por el reciente ataque.” Dijo el líder y al ver que su expresión se distorsionaba, informó. “Hemos preparado un camino seguro por tierra para usted.”

Como toda ciudad había elementos para sellar y cubrir el área en caso de emergencia o ataques terroristas y que lo activaran dejaron en claro, que los dueños de esta ciudad no deseaban que nadie se fuera.

“Eso es… Bueno.” Murmuró Luciana cuando el pensamiento de que deseaba quedarse apareció en su mente.

No era solo un deseo simple, estaba guiado por el sabor de la sangre, la emoción del beso de la princesa y el deseo de querer más.

¿Estaba encantada? Tal vez eran remanentes del encanto o quizás esa vampiresa hizo algo peor al trasmitirle la sangre.

La maldita sangre del Linaje Caín podía ser utilizada como elementos alquímicos… Así de aterrador era la sangre y sus efectos eran tan diversos como únicos.

Un asunto bastante normal cuando Caín, quien era el vampiro original, era literalmente un Dios, aunque ya había sido asesinado por el Enemigo de la Humanidad.

“Prepara...”

“Señor, alguien pregunta por usted.” Dijo un secretario, proyectando con el reloj holográfico la cámara de la sala de la entrada.

En la sala, coqueteando con la secretaria, estaba un hombre joven de ojos rojos y cabello negro, que estaba sonriendo animadamente a la secretaria que estaba riéndose con timidez.

La mirada de ese hombre se desvió a la cámara y sonrió.

“Así que aquí estas. Estoy interesado en tu investigación. ¿No me entregarías todo como un regalo?” Preguntó el hombre con una sonrisa.

Luciana escuchó la voz en su oído y sus ojos se abrieron con sorpresa, no por ser detectada a esta distancia, sino que, en su mente, el conocimiento la estaba dejando y lo más aterrador, era que ella misma parecía entregar todo.

Le estaba pidiendo que diera todo y como un regalo, que se daba, no debería dejarse nada para ella misma.

“No… No… No… No… No…”

Rompiendo el reloj holográfico, Luciana tembló mientras trataba de alejarse mientras todo su conocimiento e investigación se filtraba de su mente.

Usando pergaminos mágicos y artefactos mentales, la filtración continuó y luego los pensamientos de entregarle los detalles que tenía almacenado en su anillo espacial, aparecieron en su mente.

“No. NO. NO!”

Tantos años de investigación perdiéndose sin saber la razón, la ira despertó en Luciana y peor fue, que ella no tenía maneras para detenerlo.

Justo cuando estaba moviéndose, percibió una ligera onda mental y Luciana se movió a esa presencia, entonces cuando una mano apareció al frente de ella, la tomó.

El espacio se distorsionó y la filtración continuó mientras el mundo cambiaba a un color ligeramente purpura, en un viaje tan extraño como misterioso.

La mano pertenecía a Jake, quien, tras un viaje largo, llegaron a un sótano y…

“Ella acaba de perder la información que tenía.”

Luciana que estaba desesperada por haber perdido su investigación, observó la esfera de dónde provenía la voz y entonces se giró, para observar al joven.

“Lo siento. Es algo que debo hacer.” Dijo Jake apuntándole con la pistola a la cabeza.

*Bang*

El sonido del disparo fue lo último que ella percibió.


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Historia La Caída Capitulo 14
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Historia Paralela La Caída Capitulo 14: Ser un héroe.

Historia Paralela La Caída Capitulo 14: Ser un héroe.

Por una escalera, un equipo militar estaba subiendo con rifles de asalto en sus manos.

Víctor que estaba en ese equipo, chasqueó su lengua y saltó por la escalera, subiendo utilizando la velocidad y fuerza de un luchador para saltar los pisos.

Llevaban artefactos para ocultar su presencia y él pudo percibir las presencias que buscaba estaban en los departamentos del edificio.

Actualmente, se encontraba en uno de los edificios de Washington D.C., Estados Unidos y su objetivo era un equipo de la Agencia de Seguridad Nacional, que últimamente estaban reuniéndose demasiado tiempo entre ellos.

No era el primer equipo que detenía, pero si aquel cuyo número era mayor y Víctor pensaba que este equipo al igual que los otros equipos que había detenido, tenía planes siniestros.

Ya estaban en febrero del año 2030 y desde que Víctor comenzó a trabajar para Frederick, el número de misiones y batallas que tenía que realizar, había aumentado.

Y esta no era diferente.

Tensando sus músculos, cuando los militares llegaron junto a los otros usuarios de habilidades, Víctor se movió, adentrándose al pasillo y dirigiéndose a donde el grupo con mayores números estaba presente, pateó la puerta.

*Boom*

La puerta voló por el aire, golpeando a una mujer que estaba equipándose una armadura y entonces, uno de los hombres sacó su pistola y disparó.

“UGhh…”

Avanzando sin importarle el picor de las balas, Víctor le dio un puñetazo en el hombro, quebrando todo el cuerpo del hombre y empujándolo en contra la pared, entonces se dio vuelta y esquivó la espada de la mujer.

Dos, tres, seis esquives consecutivos cuando llegó al séptimo, él reforzó su cuerpo con energía mágica, deteniendo la espada y tomándola del cuello, apretó el agarre.

“UGhh…”

La mujer trató de rasguñarlo queriendo escapar de su agarre y aunque duro unos momentos al ser un rango A, cuando Víctor aumentó el agarre con mayor fuerza, pudo quebrarle el cuello.

“No podrás detener…”

Un tercero que estaba por estallar unas bombas de su chaleco, y antes de que pudiera apretar el botón, su brazo fue cortado y cayó al suelo, entonces otro corte de luz dividió la cabeza del hombre.

Víctor que eliminó a los dos restantes, tras terminar el trabajo y darse cuenta de que los otros equipos hicieron lo mismo, observó al espadachín.

Era un hombre de espalda erguida que estaba utilizando una espada y estaba equipado con una armadura ligera.

Lo que destacaba eran los mechones blancos de su cabello y los ojos que brillaban con blancura mientras que la espada estaba rodeada de algún tipo de aura de espada de color blanco, que purificaba.

“El Arcángel de la Guerra, ¿cierto?” Dudó Víctor y dando la mano con sangre en saludo, se corrigió. “Perdón, debe ser el Arcángel Miguel.”

Grandes individuos estaban apareciendo constantemente y algunos eran notables como que el Gigante de Acero que soportó que todo un edificio fuera derribado en su cabeza o Agatha, que todavía no obtenía su propio título.

Al frente de él estaba uno de esos tantos individuos, que estaba resaltando y Víctor lo reconoció, ya que este hombre en particular al igual que Agatha y Antón, tenía una habilidad innata.

“Ese es solo un título. Mi nombre es Archibald Morgan.” Saludó el hombre con una sonrisa sin importarle la sangre, añadió. “Es un gusto conocerte Vladímir, Puño de Hierro.”

Víctor dio una sonrisa ante el hombre que bromeaba con su título, específicamente el título de la identidad que usaba.

No eran solamente los medios quienes ponían los títulos, sino que cualquier persona le gustaba y Víctor durante este tiempo, había obtenido un título como Vladímir.

“Lo mismo digo…”

Antes de que pudiera continuar su conversación con el Arcángel Miguel, se detuvo unos segundos y frunció el ceño al ver la televisión.

El programa de noticiero cambió de repente como si alguien hubiera intervenido en la trasmisión y entonces apareció, una mujer de cabello verde teñido.

Ojos de color verde, llevaba una túnica druídica y a su lado, estaba un gorila junto a un general de las fuerzas estadounidense.

“Los usuarios de habilidades no pueden aguantar más las constantes exigencias del gobierno. Somos nosotros quienes salen a la batalla, enfrentándonos al peligro de lo desconocido y poniendo nuestras vidas en juego.”

Ella estaba usando una voz seria, solemne y era lo suficiente llamativo como para atraer a aquellos que la escuchaban.

“Somos nosotros quienes protegemos esta nación. ¿Y para qué? ¿Para qué unos bastardos sentados en la cima sigan manteniéndose? ¿Por una sociedad que no nos desea y no nos respeta?”

Los usuarios de habilidades eran quienes estaban al frente de la batalla en contra de las apariciones y las grietas que se generaban.

Limpiaban las mazmorras que aparecían y que necesitaban limpieza, a la vez que ponían su vida en riesgo cuando esas grietas traían decenas, si no cientos de criaturas.

En este punto era difícil decir que lo hacían por un pago, cuando las restricciones del gobierno y en algunas naciones el reclutamiento forzoso era un asunto real.

Durante los primeros meses lo aceptaron y se levantaron para proteger a sus seres queridos, amigos, conocidos y su nación.

Una nación cuya sociedad estaba queriendo imponer aún más restricciones por temor.

“Esta nación debe cambiar y si no lo hace por las buenas, tendremos que vernos forzados a obligarla. Por qué nuestras libertades están en juego y hoy más que nunca debemos levantarnos.”

No estaban pidiendo un cambio y tampoco dando un ultimátum, estaba declarando que llevarían un cambio a la fuerza.

“Hemos luchado en grandes guerras, nos hemos enfrentado a ejércitos innumerables, colosales dragones, visitado planos demoniacos y aventurados en donde ningún terranovense ha ido… Somos jugadores y hoy más que nunca es hora de levantar nuestras voces y nuestras armas.” Dijo la mujer y sonriendo con entusiasmo, anunció. “¡Hoy es hora de la libertad!”

La comunicación se cortó y el anfitrión del programa de noticiero, se quedó aturdido por las palabras que acababan de anunciar.

Sin darse cuenta de que ese anuncio era una orden de comienzo.

******

En un restaurante con vista al monumento a Washington, estaba un hombre hablando con la mesera.

“Un almuerzo exquisito. Denle mi alabanza al chef.” Dijo el hombre con una sonrisa llena de tranquilidad.

Estaba alrededor de sus treinta años y estaba bien vestido, lo suficiente como para resaltar su aspecto superior al promedio y destacar la madurez que el hombre aparentaba.

“Gracias.” Respondió la mesera y poniéndose tímida, dudó. “¿De parte de quien sería la alabanza? Si es que puedo saber, claro.”

“Aarón Vincent.” Respondió el hombre y sonriendo al ver que la mujer, lo miraba con cierta atención, añadió. “Pero tú puedes llamarme Aarón.”

“Es un lindo nombre.” Murmuró la mesera con una sonrisa tímida.

“Aunque no tan agradable como la vista que tengo ahora.” Dijo Aarón Vincent y viendo que la mujer se sonrojaba, observó la vista al monumento y más allá a la casa blanca, y comentó. “¿No crees lo mismo?”

La ambigüedad que estaba utilizando llevó a que la mesera se riera suavemente.

“Estoy un poco acostumbrada. Conozco demasiado estos lugares y lo he visto decenas de veces.” Respondió la mesera con calma.

Justo cuando Vincent estaba por responder, observó que por la calle estaban moviéndose tres tanques, con cuatro camiones y cerca de cinco vehículos blindados.

¿Algún evento importante? Vincent era un turista de este país y desconocía para qué se necesitaba tantos vehículos y más tres tanques.

“Deben estar encargándose de alguna grieta.” Dijo la mesera con una sonrisa para calmarlo.

“¿Es así?” Dudó Vincent y volviendo su mirada a esa mujer guapa, añadió. “Conoces bastante. ¿Trabajas como guía en tus tiempos libres? Estaría necesitando una guapa y conocedora guía turística.”

Y una buena compañía para su corta vacaciones… Sonriendo con cierta tranquilidad, la mujer observó sus alrededores y se acercó.

“Como ha sido tan encantador, puedo ser su guía luego de terminar mi turno.” Dijo la mujer y con una sonrisa coqueta, precisó. “El pago es una excelente cita. ¿Qué le parece?”

“Es una…”

*BOOOM*

Antes de que pudiera terminar sus palabras, un retumbe de una explosión vino de repente y luego se escucharon ruidos de disparos, provenientes en dirección de la casa blanca.

¿Otro ataque terrorista? Vincent se levantó de inmediato.

“Vuelve a dentro y ocúltate en un lugar seguro.” Ordenó Vincent con seriedad.

Tal vez porque era muy temprano o el restaurante Apicius era poco conocido, pero no había tantas personas siendo atendidas hoy.

*Boom*

Escuchando otra explosión y viendo como los pocos turistas del restaurante se ocultaban y en la calle muchos estaban corriendo, Vincent vio a un equipo militar siendo perseguido por otros militares.

¿Qué demonios estaba ocurriendo? Sin ninguna duda, Vincent cubrió su rostro con un hechizo de magia de viento para evitar que alguien lo reconociera y flotó en el aire, revelando su aura de rango A.

Acercándose en un vuelo que dejaría boca abierta a cualquiera, cuando se acercó los militares que estaba siguiendo a los otros, le dispararon con sus armas.

“Deténganse. Vengo a ayudar.” Anunció Vincent distorsionando su voz y liberando presión suficiente para asustar.

“¡Cuidado! ¡No son militares! ¡Son traidores!” Gritó el jefe militar que estaba huyendo.

En respuesta, los militares apuntaron sus armas y le dispararon, pero Vincent estaba preparado y su hechizo de aire, retuvo las balas.

Seguía perdido por la situación y que esos supuestos militares no hablaran, queriendo asesinarlo, dejó en claro que eran enemigos.

Justo cuando estaba por lanzar su hechizo, él sintió un intenso peligro y…

*Boom*

El cañón de unos de los tanques que provenía de la casa blanca disparó y con una respiración tensa, Vincent lanzó su hechizo justo a tiempo.

“…”

El sudor cayó por su rostro al observar la bala de cañón que retuvo con su magia de aire, controlándolo para que no estallara y prácticamente reduciendo su velocidad.

Dudando de si disparar la bala del cañón o detener el tanque antes de que le disparara, Vincent se decidió por la segunda y con un rápido hechizo de aire, levantó el tanque lo suficiente como para que disparara hacia arriba.

*Boom*

Justo en dirección al monumento y Vincent que estaba tenso ante la idea de arruinar un monumento histórico, respiró aliviado al darse cuenta de que no hubo tanto daño.

Los militares que defendió se habían movido, disparándole a los militares que lo atacaban y aunque el ruido de la batalla cerca de la casa blanca continuaba, al menos en este lugar hubo cierta tranquilidad.

“Al parecer vienen refuerzos.” Dijo uno de los militares cuando jets de combate se acercaban volando desde la distancia.

Vincent que observaba como volaban en una formación de cuña, tuvo un mal presentimiento cuando uno de los jets de combate de un costado, disminuyó la velocidad lo suficiente como para que los otros lo sobrepasaran.

“¿Qué está sucediendo?” Cuestionó un soldado.

La respuesta no vino de nadie más que del piloto, que disparó varios misiles a los dos jets de combates y a la vez utilizó la metralleta, para golpear el ala de uno.

Un golpe lo suficiente como para que el misil lo golpeara y si bien no explotó en el acto, voló hacia su dirección y Vincent observó cómo se estrelló con el monumento, derrumbándolo a la mitad.

Dejando a Vincent totalmente incrédulo por lo que sucedía.

******

En una plaza de Londres, Agatha estaba mirando a su hija saltar por el lugar, jugando con una rama que había obtenido de alguna parte.

“A que estás jugando, ¿cariño?” Preguntó Agatha al acercarse.

“Estoy luchando contra villanos.” Respondió la pequeña y sonriendo balanceando la rama, murmuró. “Como papa.”

Antón cuando le decía que iba a trabajar, mencionaba que iba a detener villanos y en cierto sentido, lo hacía.

Villanos peores que monstruos que corrompidos por el ‘Caos’.

“¿A dónde está, papa?” Preguntó la pequeña inclinando la cabeza.

“Esa es una buena pregunta, cariño.” Respondió Agatha y sonriendo mientras daba su mano, dudó. “¿Quieres que vayamos a buscarlo?”

La pequeña asintió tomando su mano.

Agatha con una sonrisa, se dirigió a donde supuestamente su esposo iba a estar comprando alguna bebida.

Decidieron que hoy sería un agradable día para salir en familia y eso hicieron y entre múltiples lugares que podían elegir, Londres era una de las ciudades más seguras.

La Princesa Margaret que despertó como un usuario de habilidad, estaba involucrándose en la política y estaba extendiendo su influencia, hasta el punto de que ayudó a la fundación de un gremio.

La Guardia Real era quien estaba manteniendo la seguridad de estas tierras y esta ciudad, con un esfuerzo y dedicación sin igual.

Había más influencias y movimientos que se ocultaban a los ojos del público, pero para Agatha esta ciudad era una de las mejores para vivir, sabiendo que sería seguro.

Dirigiéndose a la tienda a la que fue su esposo, pudo ver una multitud afuera de la tienda y entre ellos estaba su esposo, que, al salir, no pudo ocultar la seriedad en su expresión.

“Hubo un intento de golpe de estado en Estados Unidos. Atacaron la Casa Blanca y al presidente.” Susurró Antón cerca de su oído y luego tras unos segundos, añadió. “Parte del ejército no responde las órdenes y otros se han opuesto directamente. Algunos hablan de una guerra civil.”

Guerra civil.

Un asunto que, en este punto de la historia, no era tan sorprendente, sin embargo, las consecuencias eran inimaginables.

Los usuarios de habilidades, lunáticos y todos aquellos que deseaban quitarse todas sus restricciones, lo harían.

Antón estaba murmurando para no delatar su preocupación a Aurora y a la vez, la mirada que daba demostraba que deseaba intervenir y la vez se contuvo.

Tal vez porque ella había ordenado que la iglesia no interviniera y lo hizo, no solo porque no estaba interesada, sino que la iglesia no tenía la fuerza para involucrarse en estos asuntos y salir indemne.

Si esa organización deseaba obtener fuerza para convertirse en un pilar que sostuviera este mundo, necesitaba crecer y no lo haría si se involucraba en conflictos de terceros.

Sin embargo…

“La iglesia no intervendrá y solo ayudará si es necesario, Antón. Ya lo he decidido.” Dijo Agatha y viendo que su esposa daba una ligera sonrisa de que entendía, añadió. “Pero eso no significa que yo pueda detenerte a ti.”

Sus palabras sorprendieron a su esposo.

Un asunto era la iglesia, como organización que no debía verse involucrada directamente en el conflicto político de esa nación y otro era una persona que deseaba ayudar a quienes lo necesitaban.

No se trataba de no enojar a cualquiera de los bandos y aquellos que pujaban sus intereses en esa nación, se trataba de que era incapaz de involucrarse en un evento masivo y salir sin consecuencias.

Al menos por ahora.

No obstante, ella no podía detener que su esposo y ese hombre si lo deseaba podía moverse personalmente, como alguien que no estaba involucrado con la iglesia.

“Ve, cariño. Solo recuerda, cuidarte y llamarme si necesitas algo.” Dijo Agatha dando una sonrisa que llevaba su cariño y su suspiro de que era inevitable.

Ella no tenía interés en ayudar y rescatar a aquellos que lo necesitaban o luchar por algún ideal, pero no iba a detener que su esposo lo hiciera.

Tenía la fuerza y ahora mientras no se arriesgará, podía luchar por lo que deseaba y quería.

“Te amo. ¿Lo sabías?” Cuestionó Antón y sin esperar que respondiera, le dio un beso apasionado y añadió. “Eres lo mejor que le ha pasado a mi vida.”

“¡Papa!” Exclamó Aurora haciendo un puchero, al escuchar esas palabras.

“Oh, lo siento. Nuestra familia es lo mejor que me ha pasado.” Dijo Antón riéndose y abrazando a su hija, añadió. “Me tengo que ir. Perdóname por no estar contigo.”

En respuesta, vino un abrazo de Aurora, quien sonrió alegremente y lo despidió deseándole suerte, sin preguntar que iba a hacer.

Entonces, Antón se movió por su cuenta, alejándose a la distancia y Agatha suspiró.

“¿Qué ira a hacer, padre?” Preguntó Aurora con curiosidad.

Ella lo apoyó sin saber que era lo que iba a hacer ese hombre… Agatha sonrió ante su adorable hija.

“Ser un héroe.” Murmuró Agatha, sonriendo al pensar en su esposo.

Por más que no compartiera sus valores, no iba a negar que esa clase de hombre que se preocupaba por otros, era de quien ella se enamoró.


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