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Historia La Caída Capitulo 16
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Historia Paralela La Caída Capitulo 16: Siguiendo su propia voluntad.

Historia Paralela La Caída Capitulo 16: Siguiendo su propia voluntad.

En un edificio cerca de un famoso hospital, se escuchaba una alarma.

“¡Resguárdense en sus casas! ¡Todos vuelvan a sus hogares! ¡En este momento!”

Esa voz estaba extendiéndose por las calles de Nueva York, proviniendo de un helicóptero que estaba volando por el cielo dando aviso con cierta alarma.

La respuesta fue un cohete que voló desde la terraza de otro edificio y el helicóptero tuvo que esquivar, pero el misil golpeó la cola del helicóptero, llevando a que empezara a arder y a perder estabilidad.

“¡Precaución! ¡Precaución! ¡Ataque enemigo!”

La voz se extendió y el helicóptero, se dirigió un edificio residencial causando risas en aquel que había disparado el cohete.

“…”

A diferencia de lo que cualquiera esperaba cuando el helicóptero se acercaba al edificio, no hubo explosiones, sino que una esfera de agua tragó el helicóptero, impidiendo que aquellos del interior salieran heridos o el helicóptero explotara.

Y luego desaparecieron con magia espacial.

“Al parecer hay alguien poderoso protegiendo a la familia de Crawford!” Dijo el hombre que disparó el cohete y con una expresión seria, ordenó. “¡Muévanse ahora!”

Desde otros edificios cercanos varios hombres se lanzaron flotando volando en dirección al edificio, adentrándose por las ventanas y por el suelo.

Sus fuerzas incluían varios rangos A, y aunque cada vez esos usuarios de habilidades aumentaban aún más en número, este grupo era especial.

Compuesto por la elite de la elite, ellos fueron contratados para secuestrar la familia de Crawford, en busca de que ese hombre se rindiera.

La debilidad del ‘Escudo de Hierro’ de Estados Unidos, era su familia.

Observando con un binocular mientras las batallas estallaban en el interior, ese hombre no se dio cuenta de que detrás de él, estaba una figura.

“Son nuestros objetivos. ¡Quemémoslo!"

“No, no, debemos degollarlo.”

Dos voces con diferentes emociones y con el mismo tono salieron de la figura, llevando a que el hombre se diera vuelta tratando de sacar su arma.

Fue demasiado tarde, ya que la figura movió su dedo señalándolo mientras lanzaba un hechizo de magia mental.

“Es mejor ser amables. Necesita conocer la Voluntad de nuestro magnífico Señor.” Dijo la figura mientras el viento revelaba su rostro.

Un hombre delgado y demacrado, con un cabello blanquecino canoso y una mirada perdida, que en este momento estaba llena de fanatismo.

La magia mental invasiva como un cuchillo se adentró en la mente del hombre que lideraba el grupo de ataque, extrayendo la información y haciendo aparecer nombres de existencias que causarían terror.

El Diablo Primordial y mayor que todo, el gran y poderoso ídolo de adoración… ¡Karzhal!

Melador se rio divertido y esta vez fue su turno de mirar al edificio, observando como aquellos que estaban en el interior eran emboscados por su gente.

“¡Alabado Sea!”

*BOOM*

Un mago lunático se inmoló a sí mismo y lo más increíble fue que el fuego, no lo quemó, sino que encendió su locura y explotó parte del edificio, causando que varios de los atacantes murieran.

Desde la calle otros lunáticos salieron riéndose atrapando a los atacantes y aunque algunos ni siquiera eran rangos A, el número era un asunto aterrador.

Melador observó el edificio viendo la batalla que ocurría en los diversos pisos mientras sus ojos cambiaban.

“¡Deberíamos torturarlos a todos! ¿Cómo se atreven a atacar a nuestra fundadora? Merecen ser degollados. Déjame degollarlos a todos.”

“No. Debemos aumentar nuestros números. ¡Ella volverá con nosotros junto a él! ¡Y una vez que nuestro Señor vuelva el mundo será suyo!”

La voz vino del mismo hombre, pareciendo que estaba hablando solo y la rareza de la expresión cuando hablaba, dio la impresión de que eran diferentes personas.

“No, nosotros solo tenemos un deber y ese es asegurar la familia de la Fundadora.” Dijo Melador y observando que los atacantes se estaban por retirar, ordenó. “¡Háganlo!”

Su gente se retiró de repente a rápida velocidad y entonces…

*Boom*

*Boom*

*BOOOM*

Las explosiones sucedieron de manera sucesiva en la base del edificio, llevando a que causara un derrumbe con los atacantes en el interior y un par de su gente, que no quisieron huir.

Una nube de polvo y tierra se extendió por el aire, cubriendo los alrededores ante la caída sistemática de todo el edificio.

Mañana se encontrarían varios cuerpos y entre ellos la familia de la Fundadora.

Mientras que la verdad era que la iglesia que había venido antes se encargaría de resguardarlos ocultando sus identidades.

Viendo como los atacantes se retiraban, Melador dio una sonrisa al haber ayudado a la familia de la Fundadora.

En donde fuera que estuviera Alexa Crawford, probablemente estaría un poco contenta de que su familia no muriera.

Si es que no los había olvidado cuando se encontrara con su Señor.

******

En una sala, un gorila la salió de una habitación y volvió a su forma humana, utilizando un artefacto de limpieza para quitarse el sudor de su cuerpo desnudo. 

Cabello totalmente verde y ojos del mismo color, esa mujer caminó desnuda sin ocultar su figura y cierta sonrisa feliz en su rostro.

“Deberías descansar y no estar cambiando de forma tantas veces.”

Desde la misma habitación un gorila de pelaje blanco salió del lugar mientras hablaba utilizando un artefacto.

Una bestia mágica… Específicamente una de las primeras bestias mágicas que ‘despertaron’ en este mundo.

En el mundo múltiples bestias despertaban obteniendo inteligencia y aunque eran acontecimientos sorprendentes, no lo era para los jugadores que viajaron a otro mundo.

Algunos hablaban del peligro de las bestias que buscarían tomar un lugar propio en este mundo y otros lo utilizaban como algún tipo de fenómeno de zoológicos o no le importaban y seguían cazándolas.

Los humanos eran muy diferentes entre ellos y algunos podían ser tan crueles, como peculiares y este era uno del último caso.

“No te preocupes. Mi hechizo ayuda a mantener mi cuerpo. Aunque crece rápido.” Dijo Corina, conocida como la Rebelde.

Aquella que llevó a que los jugadores enloquecieran y trayendo desastres a esta nación.

En este momento, se tocaba la panza sonriendo con cierto cariño al observar al gorila.

“Aun así… No deberías esforzarte.” Dijo el gorila acercándose y poniendo la mano en la cabeza de esa mujer, mientras él caminaba en dos patas.

“Hay que hacer lo necesario. Últimamente, las bestias mágicas están despertando con mayor número. Utilizar a los jugadores para que las libere es excelente.” Respondió la mujer y dando una sonrisa desenfrenada, añadió. “Y es emocionante.”

Los Estados Unidos de América estaban en una situación precaria en donde los jugadores pululaban por todas partes causando estragos.

Robos, asaltos, asesinatos, violaciones, destrucción y miles de fechorías más eran llevadas a cabo en esta nación.

Los héroes que estaban apareciendo y otros que estaban viniendo de otras naciones para apoyar, estaban actuando, defendiendo y protegiendo a los inocentes.

Sin embargo, esos inocentes eran humanos y nadie le daba importancia a las bestias mágicas que despertaban y que seguían siendo tratadas como animales.

Corina creía que como un druida era su deber proteger a las bestias mágicas, cooperar y relacionarse con ellas.

“Necesitan alguien que ayude. Como yo te ayude a ti y cooperar con esos tipos, es un medio para lograr nuestros objetivos.” Dijo Corina en calma.

Ella era el rostro de la rebeldía y del levantamiento de los usuarios de habilidades y jugadores, pero detrás de ella se encontraban un grupo de ambiciosos que deseaban tomar el poder de Estados Unidos para ellos mismos.

Familias ricas y prestigiosas, que tenían un extenso historial de actuar en las sombras y que por mucho tiempo dirigieron la política en la oscuridad y la única diferencia, era que ahora querían todo para ellos mismos.

Y para lograrlo necesitaban causar cierta destrucción que debilitara a esta nación.

Después de todo, ellos ya tenían individuos leales bajo su mando, extendidos por múltiples ramas del gobierno y que algunos militares no se movieran era la prueba de su capacidad.

“¡Entonces déjame luchar a mí!” Pidió el gorila solemnemente.

La mujer sonrió y lo abrazó totalmente desnuda, llevando a que el gorila sonriera revelando sus dientes puntiagudos.

“Señora. Nos ha llegado un uniforme. La Familia de Crawford ha muerto, el edificio explotó y se derrumbó.”

Antes de que ambos se acercaran más, una voz provino desde el exterior y Corina puso una expresión seria ante esa falla.

La mejor manera para detener a Frederick Crawford que opusiera su última resistencia era con su familia y ahora no la tenía.

“Prepara a la gente. Tendremos utilizar la fuerza.” Dijo Corina sin ocultar la frialdad.

Según esas familias que la estaban apoyando, ellos con sus espías consiguieron la información que debajo del pentágono se encontraba un arma secreta.

La última arma que podría cambiar el mundo y detener esta guerra civil y Frederick deseaba activarla.

Al menos tal era la información que obtuvieron los espías y aunque desconocían la certeza de esa información, Corina necesitaba atacar.

No pudieron obtener medios para negociar y ahora era necesario utilizar la fuerza.

******

Víctor se ocultó en la esquina de un pasillo, observando como los soldados disparaban sus rifles de asalto en el pasillo.

Los atacantes se movieron con todo y ahora ellos estaban retrocediendo pasillo tras pasillo, en dirección del ascensor a la base secreta bajo tierra.

“Nece…”

Un soldado estaba por liderar, cuando una bala atravesó su cabeza, esparciendo los pedazos por los alrededores.

Entonces Víctor vio como una granada llegaba al medio del pasillo y…

“Mier…”

*BOOOM*

A diferencia de otras granadas, está en particular estaba encantada con magia, llevando a que la explosión fuera intensa.

Lo suficiente como para que Víctor saliera volando, rompiendo la pared y cayendo en una oficina.

El Pentágono estaba cayendo bajo el ataque de las fuerzas enemigo y estaban perdiendo, lo suficiente como para decir que la derrota era inminente.

Y él estaba aquí.

“¡Necesitamos refuerzos en el lado oeste!”

“¡Por nuestra patria!”

“¡Mueran hijos de puta!”

La primera voz pedía refuerzos por el sistema de comunicación, el segundo daba su último mensaje antes de que se escuchara una explosión a la lejanía y el tercero era un hombre alto de piel oscura, que pasó por el pasillo con una metralleta.

Acribillando a todos sus enemigos con balas encantadas con magia y cubierto de barreras de magos.

Víctor que estaba aturdido, se arrancó los pedazos de metal que se clavaron en su pecho y miró sus brazos heridos.

Ya había obtenido lo que deseaba… Ese pensamiento lo hizo levantarse y medio aturdido por la explosión se dirigió a la parte secreta, en donde había preparado su escapatoria.

Pasando por los edificios, vio heridos en el suelo, algunos cadáveres, llantos, gritos de dolor y lealtad sin precedente, en aquellos que quedaban.

Los pocos magos estaban cansados, los luchadores y espadachines estaban pálido con graves heridas en sus cuerpos y los soldados comunes apenas resistían recurrir a los últimos recursos para protegerse.

“Hahahaha…”

Las risas de los jugadores llegaban desde lejos en el pasillo y Víctor creía que ellos estaban muy felices, por estar atacando un lugar tan emblemático como este.

Tal vez entre ellos algunos estaban haciendo lo que creía correcto para su nación, pero la mayoría de los que estaban en este lugar eran jugadores, que ya habían perdido la cabeza.

Al alejarse y adentrarse en un baño, Víctor se detuvo antes de utilizar un artefacto de movimiento espacial, que rompería cualquier sellado simple.

“¿Qué estoy haciendo?” Murmuró Víctor ligeramente perdido por el aturdimiento.

¿Qué estaba haciendo en este sitio? Ni siquiera era su nación.

Tampoco tenía conocidos que trabajaban en este lugar y excepto por Frederick, no había nadie más que le interesaba.

Como si fuera poco, Frederick ya le había dado lo que él buscaba y ahora tenía algunas identidades falsas que podía usar para ocultarse por completo.

Necesitaba una identidad distinta a la de Vladímir para quitarse de encima aquellos que sabía que era alguien conocido del Enemigo de la Humanidad.

“Soy débil…” Murmuró en voz baja.

Era débil y por tal razón necesitaba ocultarse de los posibles enemigos o ambiciosos que su amigo tenía y que irían a por ‘Vladímir’.

También era lo suficiente débil como para no utilizar su verdadera identidad y ni hablar para comenzar futuros planes.

No tenía nadie conocido en estas tierras y, aun así, Víctor no activó el artefacto para retirarse y peor que todo, estaba aquí dudando y cuestionándose.

¿Fue la tortura que sufrió con la mafia lo que lo convirtió en alguien temeroso? ¿Fue el miedo a morir que tenía? Su voluntad flanqueaba y él respiró hondo.

“Si Ersin algún día lo descubre me va a querer castigar.” Murmuró Víctor en una sonrisa y riéndose a carcajadas sintiendo como su cuerpo reaccionaba al combate, añadió. “Ella me conoció de esta manera.”

Su amada que no estaba presente en este mundo, no le gustaría que tomara riesgos y más cuando ella no estaba presente.

Era una mujer amorosa y se conocieron con él siendo imprudente.

La única diferencia era que en Terra nova como jugador era inmortal y era capaz de revivir incluso si recibía el aliento de un dragón.

Aquí si se descuidaba podía morir.

“Viviré mucho tiempo.” Murmuró Víctor saliendo del baño guardando el artefacto en su anillo espacial y tensando su cuerpo mientras escuchaba el ruido de batalla, anunció. “Viviré sin miedo.”

Dando un paso hacia adelante, luego otro y otro, él avanzó mientras una sonrisa aparecía en su rostro.

¿Cómo en este mundo las personas se volvían fuerte? Si fuera Terra nova, tendrían que subir de nivel asesinando seres vivos.

Sin embargo, la tierra era diferente y Víctor, aunque desconocía muchos asuntos, al correr con toda velocidad, sonrió como nunca.

Viviría como siempre había vivido… Siguiendo su propia voluntad.


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Historia La Caída Capitulo 17
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Historia Paralela La Caída Capitulo 17: Batalla final.

Historia Paralela La Caída Capitulo 17: Batalla final.

Víctor corrió por el pasillo, superando la parte media de la defensa y entonces al ver que las balas volaban y escuchando un poderoso rugido, se movió por el pasillo.

Cubriéndose con sus brazos reforzados con energía mágica repelió las balas y atrapó por la cabeza a un jugador que usaba un rifle.

“¡Un enemigo suicida!”

Las balas volaron en su dirección y Víctor utilizando el cuerpo del que atrapó como escudo cargó hacia adelante y a mitad de camino lanzó los restos del cadáver.

Una espada cortó el cuerpo a la mitad y la sangre bañó el rostro del jugador que estaba detrás, quien cerró los ojos para que no fuera manchado.

Un error.

*BOOOM*

Liberando toda la fuerza en un puñetazo en el pecho del hombre, la fuerza explosiva fue intensa, emanando una onda expansiva.

El jugador voló hacia atrás destrozando parte de la pared por la intensidad.

“¡VENGAN A POR Mí!” Rugiendo con locura expresando su voluntad para luchar. 

Su mismo rugido liberó una onda expansiva muy sutil.

Las venas aparecieron por sus brazos y Víctor se dejó atrapar por la emoción y volvió a avanzar.

Un lunático disparó un lanzacohetes y él deslizándose por el suelo lo esquivó, entonces al acercarse realizó una patada giratoria, que le quebró el cuello a ese jugador, escuchando la explosión a su espalda.

Aterrizando en el suelo, volvió a salir disparado, arremetiendo en contra de un mago que estaba por lanzar un hechizo.

“Po…”

Lo que fuera que estuvo por decir no pudo cuando Víctor atravesó el pecho del hombre con su brazo.

Empleando su energía mágica y su aura de combate de cierta manera, le permitió atravesar con mayor facilidad el cuerpo, convirtiendo su mano en la punta de una lanza.

*BOOM*

Otra explosión vino cuando un mago lanzó su hechizo y Víctor que utilizó el mismo hombre que había atravesado como escudo, fue quemado por completo por la bola de fuego, que trató de engullirlo.

Un poderoso hechizo de rango A que quemó toda su piel y ropa, trayendo un dolor intenso.

“¡GRAAAAAA!”

En vez de gritar de dolor, Víctor liberó un rugido que dejaba salir su locura y la onda expansiva volvió a aparecer, dispersando el fuego.

Adolorido y herido, él se convirtió en una bestia con la carne chamuscada y en ese mismo estado, continuó hacia al mago.

Uno de sus parpados fue quemado lo suficiente intenso como para que perdiera parte de su vista y el dolor amenazó con quebrantar su mente y voluntad.

Sin embargo, Víctor gruñó y continuó avanzando al mago, que se asustó por su locura y trató de huir.

Otros jugadores se interpusieron en su caminó, pero Víctor con su cuerpo reforzado en energía mágica y su propia aura de combate, atropelló a todos, resquebrajando el suelo a cada paso.

“¡Te tengo!”

Como una bestia cazando a su presa, Víctor saltó con todas sus fuerzas y cayó en la espalda de ese mago y sonriendo, sostuvo la cabeza y la golpeó en contra del suelo.

“Ughh… UGhhh… Uhggg…”

Un golpe tras otro, el mago era un rango A y era duro, aunque no lo suficiente cuando su cabeza empezó a deformarse y Víctor con su último esfuerzo, la destrozó en contra del suelo.

“¡Ataquen! ¡Sigan a Vladímir!” 

“¡Muerte a los traidores!”

¿Fue porque estaban en apuros y estaban en las últimas? ¿O quizás porque él abrió una brecha entre sus enemigos? 

Sin importar cuál fuera la razón, aquellos pocos usuarios de habilidades que quedaban con vida y soldados, avanzaron a su lado, entablando un combate más intenso.

Uno de ellos le lanzó una poción, rociándolo por todo su cuerpo y Víctor lo dejó al darse cuenta de que su vitalidad estaba volviendo.

La poción ayudó a su regeneración, pero su fuerza de voluntad estaba impulsando aún más su regeneración de una manera desmedida.

¿Era el intenso deseo de batalla? ¿Sus instintos que lo impulsaban a la batalla? ¿O era otra razón?

“Iré a por la cabeza de los enemigos.” Dijo Víctor sin importarle cuál era la razón.

Necesitaba ir por quien dirigía las tropas.

No importaba que los jugadores atacaran descontroladamente, había algunos que se movían con cierta coordinación y tales hechos dejaban en claro, que había alguien dirigiendo.

“Te seguiremos.” Respondió el jefe de los soldados.

Utilizando cambio rápido para ponerse una ropa que cubriera más su parte privada, Víctor bebió una poción y luego de bañarse en otra, avanzó de vuelta.

Se puso en medio del pasillo, cargando con todas sus fuerzas y chocó con el frente, empleando su cuerpo para golpear a sus enemigos.

Las metralletas eran molestas y problemáticas por el calibre de las balas que, aunque rebotaban en su cuerpo, instintivamente lo hacía esquivar.

Los otros pocos usuarios de habilidades que se mantuvieron con Frederick, ayudaron a reducir la dificultad del avance y entonces, llegaron a la entrada, en donde la presencia de mayor fuerza se sentía.

En ese lugar también estaban varios usuarios de habilidades a la espera, quienes se sorprendieron por el ataque y Víctor identificó a la mujer de cabello verde, que dio el aviso cuando todo comenzó.

Su objetivo.

“¡GRAAA!”

*Boom*

Cuando rompió la entrada saltando por el aire, un rugido sonó cerca de él y se cubrió en el aire, recibiendo puñetazo que lo envió chocando con un tanque ligero, moviéndolo con sutilidad.

Siguiendo sus instintos volvió a rodar por el suelo, esquivando la patada de un gorila de tres metros de alto, cuyos puños congelaron parte del tanque.

Pelaje blanco, alto, musculoso y con alguna clase de magia de hielo que resultaba problemática.

Un enemigo perfecto.

“¡GRAAAAA!”

“¡GRAHHHH!”

Ambos rugieron con la misma fuerza e intensidad y chocaron sus puños.

*Boom*

La onda expansiva fue intensa demostrando que ambos estaban en la cúspide del rango A y la única diferencia fue que Víctor retrocedió hacia atrás, teniendo su puño ligeramente congelado.

Volviendo a abalanzarse mientras los otros equipos trataban asesinar a sus propios oponentes, la batalla con el gorila de pelaje blanco inició.

Duro, resistente y por sobre todo, experimentado con instintos agudos.

*Boom*

Recibiendo otro puñetazo que lo envió volando por el aire, Víctor se aferró al suelo reduciendo la onda expansiva y volvió a cargar, ignorando que su hombro en donde recibió el golpe se estaba congelando.

Ese gorila era muy fuerte y su capacidad aterradora, pero no tenía algo que personas como él tenía.

Cambiando sus puños y abriendo sus manos, Víctor empleó su aura siguiendo lo que había aprendido en Terra nova y entonces, evitando el puñetazo, se deslizó por el suelo y le cortó la parte trasera de la pierna.

“¡Cariño!” El grito de la mujer de cabello verde se extendió por el lugar.

“¡Estoy bien! ¡Puedo solo!” Gruñó el gorila dándose vuelta para golpearlo con su puño.

Víctor se afirmó en el suelo cambiando su aura de combate y su posición, recibiendo el puñetazo con su palma abierta.

*Boom*

La onda expansiva fue intensa y el sonido aterrador, pero la mayor parte de la fuerza detrás del golpe, fue evitada gracias a su postura.

Era un jugador que viajó a un mundo en donde no solo la magia estaba desarrollada, sino que las técnicas de combate y las artes de todo tipo.

En donde había enemigos y oponentes que eran bestias hasta criaturas masivas cuyos cuerpos superaban a cualquier humano.

Sin embargo, los terranovense predominaron en tan ambiente hostil y Víctor había aprendido de ellos durante estos diez años.

Aunque no era un experto fue suficiente como para realizar algunos movimientos y al ver la sorpresa del gorila, Víctor atrapó el gran brazo de esa bestia mágica y cambiando de postura, lo levantó lanzándolo al suelo.

*Boom*

“¡GRAAA!”

La criatura golpeó el suelo y Víctor que volvió cambiar de postura, atrapó el brazo y lo retorció tratando de quebrarlo.

Fallo cuando el gorila rugió y lo tiró en contra la pared, antes de volver a cargar en su contra.

Necesita terminar la batalla con un movimiento… Esa idea vino a su mente y Víctor se movió cargando de vuelta.

Esquivando el golpe del gorila sin perder su avance, lanzó su puñetazo al estómago de esa criatura.

*Boom*

Aunque un sonido aterrador provino del impacto, esa criatura controló su cuerpo lo suficiente como para que él sintiera que golpeó un saco de boxeo, uno lleno de metal.

El peligro llegó de inmediato y cuando trató de retroceder, el gran gorila lo abrazó, queriendo quebrarle los huesos.

“GHHH…”

Gruñendo con locura, el crujir de sus huesos empezaron a escucharse y Víctor abriendo su boca, le mordió el pecho peludo a esa criatura arrancando un pedazo de la carne y los músculos.

“Asqueroso humano.” Frunciendo del dolor el gorila retrocedió por instinto.

Víctor ajustando su brazo dislocado y dándose cuenta de que varios huesos estaban quebrados, volvió a moverse de vuelta.

Sabiendo que, si no terminaba con la batalla podría morir y aunque ese miedo estuvo presente, él sonrió sin perder el salvajismo ni el deseo de una batalla, que hacía arder su sangre.

El gorila volvió a realizar un puñetazo que por su tamaño fue más lento y Víctor que volvió a adelantarse al esquivarlo, trató de darle un puñetazo en el estómago a la criatura similar como el anterior.

La sonrisa viciosa del gorila dejó ver que estaba preparado para su intento y la única diferencia fue que Víctor en vez de emplear su puño, de repente abrió su mano abierta, tendiendo su palma como una cuchilla.

Cubiertas con su aura de combate emitida alrededor de su puño, controlada para convertirla en un arma, su brazo no fue detenido por los músculos, sino que atravesó el cuerpo de ese gorila.

“Ghh…”

Hubo un silenció cuando el gorila vomitó sangre y Víctor profundizó aún más, sin importarle la sangre y luego se retiró.

“¡Cariño!”

Ignorando el grito de una mujer, él observó al gorila caer al suelo de rodillas y con la misma posición de manos, realizó un giró cortándole el cuello a la bestia.

Esta vez su aura fue con mayor potencia y cortó parte de la garganta, en su totalidad llevando a que la sangre saliera en cantidades inmensas.

Él estuvo diez años en Terra nova y gracias a su amigo se aventuró a múltiples sitios, obteniendo conocimiento y aprendiendo de distintos maestros.

Controlar su aura de combate de esta manera fue una técnica que aprendió de una escuela de luchadores muy especial.

“Fuiste un excelente oponente.” Dijo Víctor volviendo a cortar, solo que esta vez con la suficiente fuerza como para decapitarlo.

El aura estaba concentrada en solo sus puños, llevando a que la mayor parte de su cuerpo estuviera desprotegido y esa era una de las desventajas de este estilo de combate.

Sin embargo, esa misma aura empezó a extenderse por sus brazos y Víctor al sentir que su aura se elevaba, recordándole a algunos terranovense dio una sonrisa y…

“¡GRAAAAAAA!” 

Liberó su rugido como una bestia enloquecida que expulsó una intensa aura, que detuvo el combate y llevó a que todos retrocediera.

Mostrando una fuerza mayor que la de un simple rango A.

“¡Cariño!”

Incluso la mujer que se había convertido en gorila retrocedió hacia atrás y otros jugadores vinieron a buscarla, llevando a que huyera.

Llorando al ver el gorila muerto en el suelo.

Víctor no continuó el combate y se concentró en su aura de combate, que la volvió a cubrir por completo para evitar que alguien la reconociera.

En un futuro, él se mostraría como verdaderamente era y en ese momento, si llegaba la necesidad utilizaría sus mejores cartas, para sorprender a cualquier enemigo que se enfrentara.

Sin embargo, por ahora necesitaba permanecer oculto.

“Gracias.” Dijo el capitán de los soldados, que había perdido uno de sus brazos.

“Haz que los demás cuiden sus heridas.” Respondió Víctor y observando a ese hombre, pidió. “¿Puedes llevarme a ver a Frederick?” 

Frederick estaba en el sótano y para acceder era necesario los códigos que únicamente el capitán y algunos individuos importantes conocían.

El capitán asintió y lo empezó a guiar entre medio de los heridos y cadáveres de ambas fuerzas.

Los jugadores al darse cuenta de que su jefa se retiraba empezaron a hacer lo mismo, dejando que la batalla finalmente terminara.

Adentrándose profundamente al pentágono, cuando llegaron a la parte clasificada, el capitán puso algunos códigos en una entrada.

“Lo siento, mi mano tembló.” Murmuró el soldado cuando la puerta no se abrió la segunda vez y frunciendo el ceño a la tercera.

¿Frederick cambió los códigos de seguridad? Ante ese pensamiento, Víctor percibió un aumento de calor y de repente la puerta se abrió.

“Los sistemas deben estar funcionando mal.” Murmuró el capitán sin darse cuenta de la extrañeza.

Víctor no respondió y al adentrarse a la zona, se dirigieron a donde estaba el ascensor y tras poner los códigos, descendieron sintiendo cada vez más calor en cuanto a más bajaban.

Si antes la extrañeza era sutil esta vez fue más alta, llevando a que el mismo capitán se diera cuenta de que el calor no era normal.

“Es mejor que te quedes aquí.” Ordenó Víctor adentrándose por el pasillo y dirigiéndose a donde provenía el calor.

En este lugar se debía proteger algo importante y aunque él pensaba robarlo si era posible, ahora se dio cuenta, de que Frederick mantuvo la defensa por otra razón.

Había entidades que ayudaban a aquellos que le rezaban y algunos lo hicieron por amabilidad, otros lo hicieron por diversión y algunas veces esas existencias, tenían exigencias.

¿Qué harías para conseguir aquello que más deseas?

Esa pregunta apareció de repente en la mente de Víctor y cuando llegó al final, la entrada se abrió.

Una sala gigantesca que parecía el interior de un volcán y que cuyo cambio estaba extendiendo por los alrededores convirtiendo todo el pasillo en un infierno.

Y en medio de esa sala, estaba un hombre tirado en el suelo y sin vida.

¿Qué harías para conseguir aquello que más deseas?

La pregunta volvió a sonar en la mente de Víctor y él observando un pequeño frasco que probablemente contenía veneno en la mano de Frederick, dio un suspiro.

“¿Qué es lo que deseas para darme lo que necesito?”

La pregunta que aparecía en su mente era un engaño que daba la impresión de otorgar lo que uno deseaba, dando algo a cambio.

Sin embargo, no se trataba de dar algo a cambio, sino lo que la otra parte deseaba.

Y esta vez, Víctor supo que la otra parte deseaba una vida y un espectáculo.

Un espectáculo de una batalla final.

******

Una niña caminó por el pasillo de la Casa Blanca, tarareando felizmente mientras pasaba los cuadros de los diferentes presidentes.

Este lugar estaba altamente protegido por decenas de guardias y usuarios de habilidades contratados, sin embargo, el Presidente de la Nación se mantuvo en su emblemática oficina.

A pesar de que hace un tiempo hubo un ataque terrorista y en la actualidad estas tierras estaban en un grave conflicto.

Ningún guardia notó a la niña, quien se adentró a la oficina oval en silencio.

“Señor, las fuerzas del pentágono han sido atacadas. La amenaza a su vida es tangible. Es necesario evacuar ahora.” Dijo el jefe del Servicio Secreto.

La preocupación en su voz era evidente y más cuando uno recordaba el ataque anterior, en el que militares se movieron, sorprendiendo al Servicio Secreto al mando de la seguridad del presidente de la nación.

“¿Cuál es la situación en el pentágono?” Preguntó el presidente en respuesta.

Era un hombre de piel oscura, que llevaba una expresión solemne y decidida.

El cansancio, las ojeras y la dificultad en su mirada junto a la seriedad era evidente.

Y era normal que fuera serio cuando la seguridad de su nación y mayor importante para él, su propia imagen iba a quedar empañada.

El peor presidente de la historia de Estados Unidos… Ese título probablemente llevaría ese hombre.

Bastante normal cuando se pensaba, que ese hombre fue quien propuso restricciones a los usuarios de habilidades, queriendo agradarles a los ciudadanos comunes que eran mayoría, todo por su reelección.

Ahora al quedarse en este lugar sin ir al búnker presidencial era un modo de mantener su legitimidad, diciéndole al mundo que él no les temía a los terroristas.

Jezabel que observaba curiosa dejó ver su presencia, atrayendo la mirada del jefe del servicio secreto, que levantó su arma.

“¿Qué hace una niña aquí?” Preguntó el hombre bajando su arma al verla a ella y frunciendo el ceño al utilizar las comunicaciones, cuestionó. “¿Alguien ha dejado entrar a una niña? ¡Lo único que tienen que hacer es mantener la vigilancia!”

Se notaba tenso… Una reacción bastante normal, para alguien que estaba a cargo de la seguridad de alguien tan importante.

“¿Pequeña estás perdida?” Preguntó el hombre tratando parecer amigable y sonriendo, añadió. “¿Dónde están tus padres? ¿Quieres que te lleve con ellos?”

Los pensamientos de ese hombre maldiciendo el trabajo, sus subordinados y a todos aquellos que debían cuidar la seguridad, llegaron a la mente de Jezabel y ella sonrió de manera inocente.

“¿Puedes viajar en el tiempo?” Preguntó Jezabel y avanzando con una sonrisa, comentó. “Dudó que puedas retroceder antes de mi nacimiento.”

El hombre se sorprendió y fue cuando el presidente se levantó al verla, que el hombre se dio cuenta de la extrañeza.

“Retírate.” Pidió el presidente y al ver que ese hombre no respondía, ordenó. “¡Ahora! ¡Y que nadie entre!”

La voz denotaba miedo, terror y a la vez cierta esperanza, que trataba de ocultar detrás de la expresión solemne.

Hace tiempo le había dejado de divertir como aquellos que se creían importantes trataban de mantener su imagen delante de ella.

“Frederick lo logró…” Murmuró el presidente abriendo y cerrando su boca.

Estaba feliz por dentro de que Frederick Crawford lograra cumplir con su objetivo… Pedirle ayuda a un Primordial.

Aión los ignoró por la red social, Orden estaba poniendo un ojo en este lugar, pero era más por su hermano mayor, que por otra razón y luego estaba ella… La existencia que tuvo más presencia en este mundo.

Frederick mejor que nadie sabía que ella estaba ‘caminando’ en la tierra y estaba saliendo con un terrícola, lo que significaba que prestaba atención a este lugar.

Suficiente atención como para realizar un ritual tratando de pedirle un trato.

Lo que aquellos que se movían en las sombras creían que era el arma que podía cambiar el destino de la nación, termino siendo una ritual de sacrificio por ayuda.

Un sacrificio que requería un espectáculo y como todo espectáculo necesitaba ser entretenido y agradable.

Como una batalla final, la muerte del amante de la perpetradora y, por último, el sacrificio de un hombre leal condimentó una obra volviéndola pasable.

“El sacrificio de Frederick te ha dado la posibilidad de hacer un trato.” Reveló Jezabel en un tono aburrido.

Un trato, no un deseo y como todo trato debía haber concesiones para ambas partes.

“Te ayudaré a detener aquellos que mueven los hilos y que desean convertir esta nación en su títere.” Dijo Jezabel observando indiferente.

Le ayudará a detener a los perpetradores que actuaban en secreto y que, en este punto, se habían infiltrado profundamente en las filas de esta nación.

“¿Cambiarás la realidad?” Dudó el presidente con una expresión asombrada.

¿Cambiar la realidad? Jezabel ni siquiera se rio del hombre que estaba delante de ella.

No necesitaba cambiar la ‘realidad’, solo necesitaba guiar a las personas correctas al momento correcto y antes de que se diera cuenta, aquellos que planeaban tomar esta nación para sí mismo, caerían.

“¿Qué es lo que deseas?” Preguntó el presidente al darse cuenta de la idea del trato.

Como todo trato era necesario que ellos dieran algo de su parte y fue lo suficiente decisivo como para hacer la pregunta.

Jezabel chasqueó sus dedos haciendo aparecer dos documentos en la mesa.

“Dos… No, una bomba nuclear. No seré tan codiciosa.” Respondió Jezabel y dando una expresión seria, precisó. “Y quiero que me ayudes a eliminar al enemigo más poderoso de todo este universo.”

La seriedad de sus palabras no concordó con la expresión del presidente, cuyo rostro cambiaba de múltiples maneras al leer el documento.

“Quieres… ¿Eliminar a la ONU?” Preguntó el hombre y con una expresión temblorosa, al darse cuenta, murmuró. “Esto es un juego para ti...”

No preguntó la razón y menos cuando vio las diferentes imágenes puestas en el documento, que detallaba el plan para acabar con una organización mundialmente conocida.

Podía decir las fechorías que aquellos que eran miembro de esa organización realizaba o incluso hablar detalladamente de que los mismos dirigentes buscaban debilitar el gobierno estadounidense, queriendo utilizar ese organismo para extender su dominio.

Sin embargo, no lo hizo y al escuchar ese murmullo sonrió.

“Por supuesto.”

Este mundo era un patio de juego para alguien como ella y aunque era una pena que su amado no estuviera con ella, no significaba que estaba sola y menos cuando alguien como Agatha estaba presente.

Y aunque Agatha le pidió que no destruyera este patio de juego, no significara que no pudiera romper unos juguetes en busca de diversión.

Una diversión que era difícil de conseguir sin su amado a su lado.


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