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TG - Capítulo 592
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Quedarse atrás.

Capítulo 592: Quedarse atrás.

Clémentine al pie de la montaña en donde estaba el templo de los monjes, leyó los últimos mensajes.

Ella les había mencionado a todos sus conocidos que iba a estar ocupada por un tiempo y si bien contó un poco sobre que era ser un viajero, no reveló cuál iba a ser su siguiente misión.

Si Clémentine era sincera, la sola idea de que ella iba a viajar a otro mundo era, de por sí, extraordinariamente irreal.

Si uno de sus compañeros le decía que iba a viajar a otro mundo, ella no le creería, así que prefirió no contar demasiado.

También estaba la idea de que esta era una misión personal del Fénix y Clémentine no quería hablar demás.

En su tiempo en Zerzura aprendió a que había que tener cuidado con la información clasificada, incluso cuando se trataba de sus compañeros.

Más importante que todo, no quería asustar a sus compañeros por esta misión y prefirió mencionar que se iba a quedar a entrenar sin salir del templo y sin tener contacto.

Clémentine había leído varios libros en el templo y las advertencias tanto de su padre como de otros monjes siempre fueron claras… El Plano Astral era peligroso.

Hacer que sus compañeros se preocupen no era lo ideal y más cuando esto era algo que ella quería hacer.

Leyendo los últimos mensajes de despedida de todos sus compañeros y luego de su padre y hermano, Clémentine cerró su reloj holográfico y sus alrededores se distorsionaron al instante.

Entrando a un mundo de color púrpura ilimitado, viajó por los alrededores con su verdadero cuerpo y luego se adentró a una torre, dirigiéndose a una habitación privada.

En el interior estaba la pluma de fuego y ella se acercó a un espejo.

Este mundo era creado a partir de poder mental, pero la habitación no era ilusoria o algo de ese estilo, la cama era de algodón siendo bastante cómoda y agradable mientras que la decoración era exquisita.

Dentro de la torre, ella podía oler el perfume de limpieza de la habitación y podía escuchar ruido de afuera mientras que podía acostarse y dormir en el interior.

Todo fue creado por el poder del Fénix que daba forma a una nueva realidad en este mundo y ella ahora se miró en el espejo.

Llevaba un traje ajustado de una sola pieza con líneas púrpuras que le permitían activar barreras de emergencia en caso de que algo sucediera.

Era un traje puramente psiónico, ya que lo mágico no funcionaba bien en este mundo y era un traje hecho en la Empresa Agmar de su padre que se dedicaba lo psiónico.

Ella también llevaba aretes, brazaletes y su reloj holográfico similar a los nuevos que se usaban para los portales abismales.

Clémentine estaba lo más equipado posible para esta misión y para lo que fuera a venir, hasta había llevado comida y suministros.

Al viajar con su propio cuerpo significaba que tenía necesidades y si bien había formas de evitar alimentarse o ir al baño, gracias comidas o pergaminos que nutrían el cuerpo, ella llevaba comida normal y mágica por si acaso.

“¿Lista?” Preguntó el Fénix que la estaba esperando.

“Sí.” Respondió Clémentine en un tono serio.

Sus alrededores fueron quemados totalmente por llamas púrpuras y entonces una figura de fuego gigantesca apareció delante de ella.

Clémentine la observó.

El ave era gigantesca, con cerca de cincuenta metros de envergadura, con sus alas abiertas y cerca de veinte metros de longitud, desde su gigantesco pico hasta su cola.

Las plumas eran creadas por llamas púrpuras que parecían fusionarse con este mundo y Clémentine sintió la presión mental y física, que la agobiaba.

La cabeza de la criatura descendió y la observó con el gigantesco ojo detenidamente, entonces bajó la cabeza.

“Sube.” Ordenó el Fénix.

Su voz femenina era dominante y clara.

La estaba invitando a subir a la cabeza y Clémentine observó esas plumas púrpuras que parecían arder y luego de tragar con dificultad flotó a la cabeza.

Al pisar la cabeza sintió la suavidad de las plumas y una fuerza externa a ella, la mantuvo afirmada en la cabeza.

Las llamas púrpuras no la quemaron, sino que parecían protegerla, purificando tanto su alrededor como eliminando cualquier influencia.

Entonces la gigantesca ave, abrió sus alas aleteando en este Plano Astral causando olas en la energía púrpura y dio vuelo.

Clémentine volaba por este mundo púrpura, pero ella no se podía comparar con Fenghuang, quien parecía volar por el cielo abierto.

No había direcciones en este mundo, excepto el velo que cubría el Plano Astral de la tierra y el Fénix voló directamente y a pesar de que no había distancia, el velo se acercó y luego de un momento lo cruzaron.

Sin romperlo o destrozarlo, dando la impresión de que tenía la llave para salir y entonces en el otro lado abrió las alas.

Cruzaron el velo… Tal idea sorprendió a Clémentine y ella sintió la pureza de la energía psiónica que componía este mundo.

Un púrpura ilimitado la cubría y el sentimiento era más fuerte que antes, generando una presión, similar a los que los magos sentirían al estar en un área con alta densidad de energía mágica.

Y Clémentine observó el exterior del Plano Astral de la tierra, viendo un ilimitado color púrpura sin fin, y en su visión, notó ruinas de palacios y estructuras tan misteriosas como extravagantes.

Un edificio hecho de lo que parecía carne, una estructura de miles, escaleras y puertas que no tenían sentido alguno o agujeros negros que parecían absorber a todo lo que tocaban.

Fenghuang voló en medio de todo esto, sin temor.

Pareciendo que había nacido para esto.

******

Leslie en la ciudad Atlántida se acercó a un restaurante y se adentró al área, notando en una esquina a la persona con la cual se vino a reunir

“Lo siento por la tardanza.” Dijo Leslie y al sentarse, sonrió. “Tenía algo de tiempo libre y el trabajo se ha detenido mientras siguen con la investigación, espero que no importe que te haya invitado hoy.”

El joven la observó y desvió la mirada al mozo para que se acercara.

Andrés estaba bien vestido, pareciendo ligeramente formal, con el cabello negro corto, bien peinado.

“No te preocupes. Yo también tenía tiempo libre, así que es bueno relajarse.” Respondió Andrés y…

“¿De verdad?” Preguntó Leslie con una sonrisa.

Era fácil darse cuenta de que Andrés mentía, ya que desviaba la mirada y no la miraba a los ojos y cuando ella hizo su pregunta, él suspiró.

“Me atrapaste. En realidad, estoy trabajando, pero quería darme un descanso.” Respondió Andrés.

Esta vez fue un poco más sincero que antes y Leslie lo dejó pasar al ver que venía el mozo para tomar sus órdenes.

Ella pidió la comida y una bebida para luego observar al joven.

“¿Es duro trabajar con Cesar?” Preguntó Andrés con calma.

Hizo la pregunta antes de que ella pudiera preguntar y Leslie reflexionó sobre su trabajo.

Estaba en la Academia Cernunnos con su grupo, actuando como cazadores de bestias mágicas peligrosas y mayormente grupos de rescate para bestias mágicas.

El entrenamiento era intenso y los enfrentamientos de vez en cuando eran peligrosos, permitiéndole a ella probar sus habilidades.

Cesar era el capitán que dirigía las misiones y técnicamente era su jefe.

Leslie lo había mencionado antes en la reunión y Cesar había hablado del tema, pero ahora Andrés estaba preguntando sinceramente.

“Aunque no lo creas, Cesar es más cauteloso de lo que puede parecer. No le gusta tomar riesgos.” Respondió Leslie.

Cesar era alguien feroz y un gorila atronador conocido por gustarle las batallas, pero era cauteloso y le gustaba investigar mucho antes de empezar sus misiones.

En este momento estaba investigando sobre los cazadores de bestias que llevaban las bestias a Egipto y quería tener toda la información antes de empezar la siguiente misión.

Tal característica era rara cuando uno pensaba lo feroz que era en las batallas y lo directo que llegaba ser.

“Bueno. Estuvo con Aurora, así que posiblemente aprendió a ser cauteloso de ella y lo feroz debe ser de Alice.” Supuso Andrés y entonces ambos se miraron.

Tanto Cesar como Rupert estuvieron con Aurora y Alice y era normal que aprendieran de ellas, aunque en este punto habían tomado sus propios caminos, empezaron ahí.

Era similar con todos los del grupo que iniciaron en sus prácticas a mitad de año y que ahora cada uno recorría sus propios caminos.

Sin embargo, había un punto que los seguía sorprendiendo…

“Alice es un rango SS.”

Ambos murmuraron al mismo tiempo y luego dieron sonrisas.

“¿Has visto el grupo de la academia de nuestro año? Están hablando de ella. Dicen que los novatos que entran también están hablando de ella. Tenemos un rango SS.” Dijo Andrés en calma.

“¿La han tratado como una heroína? Solamente fue un año.” Murmuró Leslie y agitando la cabeza, señaló. “Y he visto el grupo. Nadie puede creerlo.”

Alice era fuerte y siempre lo fue.

Sin embargo, el rango SS era considerado un rango en el cual muy pocos podían llegar y con solamente comparar el número de rango S con los rangos SS era fácil darse cuenta de la diferencia.

Y Alice había alcanzado ese rango.

En el grupo en donde estaban los compañeros que fueron en su año estaban sorprendidos y deslumbrados, al igual que las redes de la academia.

Lamentablemente, Alice no era de darle importancia y no era de hablar demasiado por esos grupos.

Si bien había dejado la academia, Alice no era de seguir en contacto.

“Aurora seguramente le seguirá.” Murmuró Leslie en voz baja.

“¿Tú también lo crees?” Preguntó Andrés y al verla asentir, señaló. “Ellas llevan años en el rango S.”

Literalmente años en el mismo rango y si bien para muchos significaba estar estancado, ellos sabían que antes Aurora no era de usar su espada.

Al menos, no como ahora y si bien no la habían visto luchar con todo, las grabaciones cuando luchó en contra de Cithrel seguían estando.

Era más, Leslie tenía el video de la batalla guardado.

¿Cuánto faltaba para que Aurora ascendiera? Siendo un rango S era capaz de luchar en contra de un rango SS y todos se preguntaban qué haría cuando alcanzara ese rango.

“Todos están avanzando.” Murmuró Leslie otra vez y ambos se miraron en silencio.

El mozo les trajo la comida y la bebida mientras el silencio seguía, entonces cuando se fue ambos comieron.

“Somos los únicos rangos A.” Dijo Andrés y Leslie asintió con una media sonrisa.

Ellos dos eran los últimos rangos A del grupo que fue a África en las prácticas hace mucho tiempo.

Leslie dio una sonrisa al ver que Andrés le servía la bebida y luego de tomar la copa, brindó con él.

“Para nada decepcionado, supongo.” Dijo Leslie.

“Por supuesto. Soy bueno en lo que hago.” Respondió Andrés y viendo que ella sonreía, señaló. “Y quiero ser mejor.”

Andrés no era simplemente bueno en lo que hacía, era excelente en su trabajo.

Sin embargo, nunca fue alguien que mostrara arrogancia abiertamente o que fuera tan directo con sus capacidades y en cierta forma era humilde.

Sus últimas palabras fueron lo que le llamaron la atención a Leslie.

“¿Así que tienes algo preparado?” Preguntó Leslie con curiosidad.

Era una pregunta que no necesitaba una respuesta detallada y Andrés respondió con una sonrisa.

No era que ellos fueran mediocres comparados a sus demás compañeros, simplemente que sus profesiones eran más difíciles de avanzar.

Leslie conocía algunos maestros de armas de rango S, pero el número de rango S con talentos relacionados con la tecnología era aún más bajo.

Existían, no obstante, no era fácil avanzar… Al menos no tan fácil como las demás profesiones y ahora Andrés dejó ver que quería avanzar.

“¿El motivo?” Preguntó Leslie sonriendo al ver al joven.

Andrés estaba mirando la copa mientras jugaba agitándola y estaba perdido en sus pensamientos, pero Leslie podía sentir la seriedad que emanaba.

El modo en el que quería mejorar no era una broma y era algo serio… Quizás Andrés no luchaba y ponía su vida en riesgo, pero sus trabajos no eran simples.

Así que Leslie quería saber la razón por la cual deseaba mejorar.

“Quiero poner a prueba mis habilidades.” Respondió Andrés y mirándola directamente, murmuró. “¿Qué tan fuerte soy? ¿Hasta dónde he llegado? Quiero ponerme a prueba y conocer mis límites.”

Quería ver cuáles eran sus capacidades que logró obtener hasta ahora y que tan lejos había llegado.

Leslie no pudo evitar perderse por unos segundos en los tan serios ojos de sus compañeros y sonrió sin poder controlarlo.

“Cuando lo descubras me encantaría saberlo.” Respondió Leslie levantando la copa para brindar.

Andrés no era de mostrar arrogancia y a veces se podía tomar como falta de confianza, pero él era bueno… Solamente tenía que ver lo increíble que era por sí mismo.

¿Y en cuanto a Leslie? Ella, al ver que el joven chocaba la copa con ella con una sonrisa, no pudo evitar tener ciertos pensamientos.

Ella se estaba quedando detrás de todos sus compañeros, quienes eran cada vez más fuertes y Leslie no quería quedarse atrás.

Al menos, no cuando Andrés quería avanzar.


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TG - Capítulo 593
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Cambios.

Capítulo 593: Cambios.

En el jardín de la Iglesia del Tiempo y el Espacio, Aurora se sentó en un banco mientras bebía té.

El jardín verde era agradable, con varias flores creciendo en la zona y los caminos entre las flores permitían explorar el jardín.

Si bien no era un jardín tan grande y ocupaba una pequeña porción de la iglesia, era sin duda agradable.

Aurora observó la estatua que estaba en el centro del jardín.

Un joven, un adulto y un anciano… La estatua estaba cubierta por un velo que distorsionaba el rostro y el cuerpo, dando una impresión mixta.

Era la estatua que representaba a Aión y Aurora se quedó observando el rostro distorsionado de la estatua.

“¿Te gusta el jardín?”

Una voz vino desde su espalda y Aurora se giró para ver a la Cardenal Brousseau que estaba acercándose a ella con algunos documentos.

Hoy había venido aquí para buscar información sobre lo que se había metido.

“Sí, es un jardín muy agradable.” Respondió Aurora en calma.

“Tus ojos se siguen desviando a los documentos.” Dijo la Cardenal Brousseau y dando una sonrisa amistosa, le pasó los documentos mientras se sentaba a su lado.

Aurora ni siquiera se avergonzó, sino que tomó los documentos con una expresión de disculpa y leyó.

La Iglesia del Tiempo y el Espacio tenía información de muchos temas y Aurora había venido aquí para conseguir más información sobre los murales.

Leyendo la información que la Iglesia tenía de los murales o si sabían sobre la historia que Aurora vio en el dibujo.

Lamentablemente, ellos no conocían la historia, pero sabían que antes del Gran Cataclismo ocurrieron eventos paranormales en Egipto.

Eventos que posteriormente fueron dejados de lado cuando desaparecieron… Básicamente, cuando fueron solucionados por su hermano.

“¿En qué te estás metiendo ahora?” Preguntó la Cardenal Brousseau con una sonrisa amigable.

No estaba cuestionando, sino que curioseando con cierta preocupación sobre sus acciones y Aurora se detuvo.

No supo cómo responder… No, con todo lo que estaba sucediendo.

La Emperatriz del Infierno, reconocida por lo peligrosa que podía ser, le informó que robaron un mural importante de la seguridad de la torre mágica que le perteneció a su hermano, conocido como el ‘Enemigo de la Humanidad’.

Aurora no sabía que parte de toda esa idea era más preocupante.

“¿Me creería si dijera que algo puede ocurrir con la Calamidad No-Muerta?” Preguntó Aurora sinceramente.

Guardó los documentos para leerlos después, aunque lo poco que había visto no era nada útil.

Así que observó a la Cardenal Brousseau, la mujer con la cual había cooperado muchos años de su vida y que la había ayudado en todo lo que se presentaba.

Si al principio fue porque sus padres eran dos individuos importantes, a Aurora le gustaba pensar que ahora era porque ambas eran cercanas.

La Cardenal Brousseau tenía un cabello negruzco que cada día estaba tomando un mayor color negro, mientras que las arrugas lentamente desaparecían con el tiempo.

La mujer en vez de envejecer estaba rejuveneciendo y para Aurora esa era la prueba de que ella estaba usando el poder de su dios constantemente.

“Sí. ¿Necesitas algo de mí?” Preguntó la Cardenal Brousseau y poniéndose la mano en el mentón, murmuró. “Creo que la Cardenal Najjar está a cargo de la zona de Egipto y sus alrededores. En cuanto a temas más preocupantes, está en manos de Esmeralda, que es la sucesora de tu madre en trabajos cuestionables.”

La mujer respondió de inmediato sin cuestionar de dónde sacó la información o como la obtuvo y Aurora recién se daba cuenta del peso de confianza que ponía en ella.

Sin embargo, no era un peso que la agobiaba y era todo lo contrario, ya que la relajo mucho.

“¿Quieres que te pase sus números o pregunte por ti?” Preguntó la Cardenal Brousseau y observándola, señaló. “Nuestra influencia no es alta por la zona, pero podemos movilizarnos.”

Aurora la observó unos segundos y…

“¿Por qué está dispuesta a ir tan lejos por mí?” Preguntó Aurora sinceramente.

Muy pocas veces tenía charlas con la Cardenal Brousseau fuera del trabajo habitual y era porque ella era una persona que mantuvo la distancia durante mucho tiempo.

Era lo mismo que aquellos que estaban al mando de Zerzura y si bien ella confiaba en ellos, no los conocía bien, al menos no como se debería luego de tantos años.

Y Aurora no sabía por qué la estaba ayudando.

Una parte de ella apuntaba a la idea de las profecías sobre ella y otra a la idea de que sus padres eran importantes, pero…

“Porque confió en ti y conozco tus prioridades.” Respondió la Cardenal Brousseau como si fuera obvio y dándole una palmada en el hombro, agregó. “Sé que te mueves por el bienestar de otros o para evitar el daño y estoy dispuesta a apoyarte.”

Una respuesta clara y corta que no necesitó demasiado pensamiento.

La Cardenal Brousseau la apoyaba en este punto, no por sus padres o por las profecías que había de ellas, sino que simplemente porque la conocía lo suficiente bien como para saber que no iba a hacer algo malo.

“Gracias por su confianza. Estoy un poco abrumada, pero es agradable.” Dijo Aurora con una sonrisa entretenida.

Estaba bromeando descaradamente y la Cardenal Brousseau sonrió cuando la vio levantarse.

“¿Ya te irás? ¿No deseas quedarte a tomar té?” Preguntó la Cardenal Brousseau.

La mayoría de veces que Aurora visitaba a la cardenal, ella la invitaba y la mayoría de veces la rechazaba.

“Claro.” Respondió Aurora.

Esta vez fue diferente y ella sonrió animada, queriendo tener un tiempo para relajarse.

Su respuesta provocó que la Cardenal Brousseau levantara la ceja, pero finalmente sonrió.

“No sé lo que sucedió en el Duodécimo Portal Abismal, pero me gusta el cambio que tienes.” Dijo la Cardenal Brousseau.

Cambio… Aurora no negaba que estaba cambiando o para decirlo de otro modo estaba aceptando todo con mayor calma.

Fue a visitar a su cuñada que era una Primordial y cuando le mencionaron sobre el mural, eligió solucionarlo por su cuenta.

No ya pensando en que no tenía la capacidad o la influencia para acercarse a esas tierras, sino que usando sus contactos para poder moverse.

¿A qué vino el cambio? ¿O cuál era la razón?

Aurora no tuvo respuesta, al menos no una respuesta exacta.

Ella había vuelto a tomar su espada y de ese mismo modo había decidido a enfrentar lo que antes no estaba enfrentando y si era sincera, le parecía bien.

Después de todo, Aurora ya no quería quedarse en el mismo lugar y necesitaba avanzar.

Tanto en sus amistades, su fuerza o incluso en lo romántico… Prácticamente, quería avanzar en todos los aspectos de su vida.

Así que ahora simplemente dio una sonrisa.

******

Aurora entró a la sala del edificio en Zerzura y notó que Alice estaba recostada en el sillón viendo televisión.

“¿Y cómo te fue?” Preguntó Alice mientras comía.

“Me dieron el número de la Cardenal Najjar y me comuniqué con ella. Mencionó que no había escuchado nada extraño. Aunque su atención estaba más centrada en los demonios y en la recuperación de la zona satélite que en la calamidad no-muerta, pero investigara.” Respondió Aurora y dejándose caer en el sofá, murmuró. “No parece fácil.”

Se había quedado con la Cardenal Brousseau para desayunar y también decidieron comunicarse con la Cardenal Najjar, que estaba más centrada en la recuperación de las tierras cerca de Egipto y antiguamente Israel, que actualmente era la zona satélite de Europa.

Al estar en la frontera con las tierras sin ley, muchos crímenes sucedían y algunas personas seguían acercándose a esa zona para vivir ni hablar de los refugiados que se quedaron.

La Calamidad No-Muerta no iba a salir de sus tierras… Esa era la idea que todos tenían, pero ahora Aurora dudaba.

“No creo que aquellos que robaron el mural lo hicieran para mantenerlo de decoración.” Respondió Aurora en un tono bajo.

¿Qué era lo que planeaba esa gente? ¿Usar las almas guardadas en el mural? ¿Liberar las almas? ¿O algo más?

“Ya me he encargado de la purificación y liberación de las almas en los otros murales. Los murales son artefactos y es probable que lo que tengan que hacer lo hagan en Egipto.” Respondió Alice y observándola, preguntó. “¿No quieres dejarle el trabajo a alguien más?”

Los murales eran de Egipto y guardaban cientos de miles de almas, así que sin duda eran algún tipo de artefacto altamente desarrollado.

Alice estaba preguntando si no podían dejarle a la Iglesia del Orden o a la Iglesia del Tiempo y el Espacio el trabajo, pero Aurora negó con la cabeza.

“Es de la torre de nuestro hermano.” Dijo Aurora observando a su hermana que fruncía el ceño.

“No es mi hermano.” Respondió Alice con disgusto y calmándose, añadió. “Y no tenemos que hacernos cargos de las acciones de otros.”

Si al principio dejó ver que a ella no le gustaba la idea de tener de hermano al Enemigo de la Humanidad, lo segundo mostraba aún más desagrado.

“Lo sé, pero no quiero dejar que nuestra cuñada lo solucione ella misma… No creo estar preparada para eso.” Respondió Aurora y levantado la ceja al ver que Alice asentía, señaló. “Dices que no es tu hermano, pero te gusta que ella sea tu cuñada.”

La expresión indiferente de Alice tembló y las cejas se agitaron unos segundos antes de verla y suspirar.

“Sé que me estás molestando.” Murmuró Alice en respuesta.

Aurora soltó una risa divertida al ser descubierta.

No estaba mintiendo sobre la idea de que no quería que su cuñada se hiciera cargo de encontrar el mural, ya que, si bien podía hacer el trabajo más fácil, también podía causar más daño y repercusiones.

Aurora ya estaba cansada de que por las profecías la relacionaran a Aión y sinceramente no estaba dispuesta a soportar que la relacionaran a la Emperatriz del Infierno.

Después de todo, al menos el primero no era tan respetado en la tierra, pero la segunda tenía demasiado adoradores y fanáticos o incluso gente que la respetaba, similar a su hermana.

“¿Qué tal si le pides ayuda a tus conocidos?” Preguntó Aurora, levantó la ceja sin aguantar la curiosidad.

Alice le dio una mirada directa y luego soltó un bufido un poco infantil.

“Solo quieres confirmar la identidad de Hermes.” Respondió Alice y dando una sonrisa, reveló. “Pero pediré ayuda. Para ver si mis conocidos saben algo.”

Aurora quedó en silencio, ya que fue atrapada, pero no se avergonzó y sonrió al escuchar el tono que su hermana usaba.

La forma que dijo ‘mis conocidos’ daba a entender de que tenía más conocidos que Hermes y si bien Aurora lo dudaba, le sonrió.

“Bueno, al menos ahora lo conoces.” Bromeó Aurora riéndose divertida al ver que la expresión de Alice volvía a temblar.

Antes lo trataba de negar diciendo que no conocía a Hermes… Aurora se estaba burlando directamente de su hermana y Alice agitó la cabeza como si ella no fuera afectada por sus bromas infantiles.

“Liam no podrá encontrar demasiada información, no si no vamos directamente y no tenemos nada para empezar la búsqueda.” Dijo Alice y en calma, preguntó. “¿Por qué no consultas con Cesar o Leslie? Ellos estuvieron cerca de Egipto y han trabajado por la zona. Seguramente la Academia Cernunnos tenga mejores fuentes de información que nosotras.” 

Tanto Cesar como Leslie habían estado hablando superficialmente del trabajo que hacían y era ese gran gorila quien mencionó que ellos estaban investigando a los cazadores ilegales que estaban raptando bestias mágicas del desierto de Sahara.

Como su última misión fue cerca de la frontera de Egipto, ellos seguramente seguían investigando y era probable que tuvieran mayores contactos que ella.

No había que subestimar la red que tenía la Academia Cernunnos y Aurora asintió.

“Quizás sería bueno tener una reunión con ellos.” Murmuró Aurora y entonces, cuando estaba por usar su reloj holográfico, un mensaje vino de repente.

El mensaje de Érica que mencionaba que estaba por entrar al Undécimo Portal Abismal.


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