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TG - Capítulo 657
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Mamá.

Capítulo 657: Mamá.

“¡Mamá, no te olvides de traer los ingredientes para practicar!”

Una mujer de piel oscura escuchó un audio y no pudo ocultar la sonrisa que prácticamente brotó de forma natural.

Lewa sonrió al ver que Ashanti le enviaba varios emoticones de un conejo cocinando mientras estaba a la espera en la cola del banco.

El Banco Nacional de Zerzura daba la posibilidad de realizar todas las transacciones de modo virtual, pero como ella era una persona que no confiaba totalmente en la tecnología, prefería realizar sus trámites en persona.

Lo bueno era que la cola del banco no era tan larga y a pesar de que estaban en los primeros días del mes de noviembre cuando todos cobraban, la cola avanzaba con rapidez.

Ella vio las dos colas, los guardias de seguridad y se sintió cómoda al darse cuenta de que no era la única persona que hacía cola esperando.

Al igual que ella, a muchos le costaba adaptarse a Zerzura.

No se trataba solamente de lo solitario que podía ser no conocer a nada ni a nadie, sino que también a lo avanzada que era la ciudad. Los trámites en línea y de alta seguridad, las aplicaciones para diferentes partes de la vida y prácticamente todo era virtual.

Personas como ella y otros que vivieron una vida en donde los trámites se hacían en persona desconfiaban de lo virtual a causa de todos los talentos relacionados con la tecnología, pero nadie negaba la seguridad informática de Zerzura.

Se hablaba de que tal seguridad era el núcleo de la ciudad y si bien las malas lenguas hablaban de que existían equipos que vigilaban a cada habitante, a sus ojos no importaba demasiado tal falta de privacidad.

Si uno vivía en zonas de guerra en donde bandos luchaban entre ellos, esta vigilancia era normal, ya que ella había tenido vecinos que la acusaban con milicianos por estar en el otro bando y las consecuencias en muchos casos podía ser la muerte.

“¡Trae ingredientes para hacer tortas y también decoraciones! A la Tía le gustan sus muñecos de hielo y quiero crear un muñeco con chocolate blanco.”

Viendo que su reloj volvía a sonar, ella abrió el chat y escuchó el mensaje provocándole otra sonrisa.

Ashanti estaba emocionada y muy metida en la cocina y estaba practicando para crear una torta para Érica.

La razón era que Érica prometió que cuando saliera de la torre mágica, ella vendría a festejar con ellos su ascenso de rango y Ashanti se puso la meta de cocinarle una torta.

“Bien, te llevaré todo lo que quieras. Cuando ella salga le tendrás preparado la mejor torta de todas.” Lewa envió el mensaje en audio y recibió múltiples mensajes de varios muñecos de hielo bailando.

Lewa volvió a sonreír.

Le parecía increíble como sus vidas cambiaron luego de venir a la ciudad, pero más increíble fue el efecto que Érica tuvo en cada miembro de su familia.

Fue Érica quien motivó a su ingenuo esposo a que se volviera más fuerte y se diera cuenta de que a pesar de que él era un hombre ingenuo con buenas intenciones, si uno no tenía la fuerza necesaria para protegerse no podría cambiar nada… Y ahora Okello era uno de los rangos S de la ciudad.

También fue Érica quien logró que Ashanti estuviera motivada por el estudio y si bien al principio fue por los regalos de esa joven mujer, en este punto era para hacerla sentir orgullosa.

Y a ella también la cambio. Conocer un lugar nuevo y venir a vivir en un sitio desconocido fue difícil, pero Érica al ayudar a su hija y al venir a visitarla llevó a que todo se volviera más llevadero.

Lo suficiente como para que ahora todo fuera bien.

Así que no había duda de que se esforzaría con su hija para crear una torta para festejar al lado de Érica… Esa joven maga iba a ascender al rango SS y estaba confiada y mayor que todo ya había eliminado a rangos SS y era cuestión de tiempo.

Como si fuera poco, su esposo había tenido avances en el regalo que había querido preparar y una vez que Érica viniera y se reunieran de vuelta la sorprenderían.

Y Érica vendría a visitarlos. Era curioso como los noticieros hablaban del historial de ella y la ponían entre los jóvenes más influyentes del mundo.

Hija de un líder del gremio profundamente relacionado con la Realeza del Reino Unido, estudiante de la Academia de Héroes, una de las ganadoras del Torneo Internacional, ex-líder de la Asociación de Héroes, participante de un portal abismal y asesina de rangos SS… Para Lewa, Érica era impresionante y a veces sentía que era imposible que alguien tan importante como esa joven fuera cercano a ellos.

Sin embargo, Érica era todo lo contrario a lo que uno esperaría. Alegre, carismática y por sobre todo humilde y hasta tímida en sus logros.

Lewa sonrió al pensar en su amiga y al escuchar ruido levantó la cabeza y se giró para mirar a la entrada al igual que los demás.

Vio a dos guardias deteniendo a dos individuos que llevaban gabardinas, gorras y lentes y…

“Cuidado…”

******

“Oh, ¿ministro, otra vez de compras?”

Jibrin Turay al estar en la cola del supermercado, escuchó una voz de su espalda y vio a una joven mujer saludarlo.

Las miradas de otros clientes fueron a parar a él y fruncieron el ceño al tratar de reconocerlos y muchos lo lograron.

“¿No puedo salir de compra?” Preguntó Turay dando la impresión seria y…

“Pídale a su asistente o secretaria. O pida que le pongan a alguien que la ayude. ¿A dónde está su secretario Sade cuando lo necesitaba?” Cuestionó la joven mujer y sonriéndole, le dio unas palmadas y comentó. “Debe cuidar su salud.”

Turay notó de reojo que las encargadas de la cola mirándolo y asintiendo y fue lo mismo para la persona que estaba delante de él escuchando.

“No estoy tan viejo como para utilizar a mi secretario para todo.” Respondió Turay mirando las cervezas que llevaba la mujer, añadió. “Y yo no soy quien debe cuidar su salud.”

La joven mujer simplemente se rio ligeramente avergonzada, pero no fue molestada.

“Una cerveza cada cierto tiempo no hace daño a nadie.” Respondió la joven mujer y viendo la hora, agregó. “Tengo que hacer las compras, mis hijos estarán enojados si llego tarde. Aunque mi esposo se pondrá celoso si se entera de que perdí mi tiempo con el Primer Ministro.”

La mujer al ver que él simplemente agitaba la cabeza y la despedía se rio y se fue rápidamente al fondo del supermercado.

Él volvió a la cola con sus productos y vio como la persona que estaba delante de él y que estaba siendo atendido, lo miraba de vez en cuando.

Era un hombre joven y miraba a las vendedoras que le sonreían y luego a él sin comprender totalmente.

“Lo es.”

Estaban dos vendedoras encargadas de esta cola de productos rápidos y la más joven habló como si supiera lo que estaba en la mente del joven.

“¿De verdad?” Preguntó el joven cuando lo miró y cuando Turay asintió, preguntó. “¿Puedo sacarme una foto?”

La segunda vendedora, que era una señora mayor de edad, se rio al ver su expresión y él suspiró.

“No soy tan importante como crees, pero si quieres podemos sacarlo una foto.” Dijo Turay en calma.

Le encantaría decir que en este punto de su vida estaba acostumbrado a las fotos, pero la verdad era que los jóvenes lo veían a él de un modo diferente. El respeto y la admiración para alguien como él a veces lo abrumaba.

¿Esto era lo que sentía Aurora? Turay al tener esa pregunta sonrió y posó para la ‘selfi’ y cuando terminó, el joven se fue sonriendo y fue su turno de ser atendido.

“¿Todavía no está acostumbrado Primer Ministro?” Preguntó la más joven de las encargadas.

“Deja de llamarlo Primer Ministro, lo vemos cada día. En este punto deberías estar acostumbrado al verlo en nuestro turno.” Dijo la señora mayor y al chequear los productos, declaró. “Y estoy de acuerdo su fanática de antes, debería traer a su asistente o secretario. Pasan los años y viejos como nosotros nos volvemos más viejos.”

Al igual que la joven mujer de antes, la señora también se mostraba sería al aconsejarlo y Turay sonrió.

Conocía a la mayoría de este supermercado, ya que era un sitio el cual él había venido desde que fue abierto y había conocido a cada cliente y trabajador habitual.

La joven mujer de antes era Marisol, tenía tres hijos, un esposo y le gustaba tomar una cerveza fresca en el almuerzo. La señora que la miraba seriamente era Lana la Mayor y era llamada así porque la joven que atendía a su lado era Lana la Menor.

Tuvieron la suerte de ser puesta juntas y desde ese momento eran inseparables y ambas siempre lo molestaban con lo mismo.

“Incluso si me vuelvo viejo seguiré haciendo mis propias compras.” Respondió Turay y apuntando al pasillo y la entrada, señaló. “Y tengo personas que me ayudan.”

En la entrada estaban dos hombres dirigidos por la Capitana Sadiya que estaba tan seria como siempre y ellos eran sus escoltas del día.

“No es lo mismo. Alguien de su estatus debería tener gente que haga todo por usted.” Dijo Lana la Menor.

“Déjalo es testarudo. Siempre lo fue.” Dijo Lana la Mayor y sonriendo divertida, agregó. “Incluso si se rompe las piernas vendrá arrastrándose por su cuenta a comprar.”

Lana la Mayor era una antigua ciudadana y lo había conocido o visto antes, así que sabía mejor que nadie qué clase de hombre era y Turay no negaba que su testarudez era alta.

“Claro que sí. Soy un cliente leal.” Respondió Turay en calma, añadió. “Mejor terminemos con todo y evitemos que la cola se estanque. No quiero perder votos por retrasar la cola.”

“¡No se haga él que puede perder! ¡No hay otro candidato!”

Turay escuchó el grito de alguien de la cola y vio que Marisol había regresado y esperaba en el fondo. Su broma en voz alta provocó varias risas entre aquellos que esperaban.

Entre esas personas que reían, Turay vio a un hombre con una gabardina, lentes que ocultaban los ojos y una gorra cubriendo la cabeza.

“Si es mejor que acabemos rápido o seré despedida y usted tendrá que darme trabajo.” Dijo Lana, la mayor.

“¿Contratarte para que te quedes hablando? No, no, yo ya soy suficiente para eso.” Respondió Turay y al escuchar la risa, pagó y se alejó deseándole suerte a Lana la Menor en su estudio.

Al caminar hacia la Capitana Sadiya él se giró al ver la cola de vuelta y vio al hombre con gabardina mirar a cada lado dando la impresión de estar nervioso.

“¿Ministro, sucede algo?” Preguntó la Capitana Sadiya al acercarse a su lado.

Ella llevaba un traje negro y llevaba su mano en el mango de su espada en la cintura. Los dos reclutas que lo seguían también estaban a su lado cómodamente.

“Creo que…” El hombre era sospechoso.

Sus palabras no salieron cuando vio que el hombre revelaba el interior de la gabardina mostrando explosivos y sacaba un detonador.

“Alabado sea el Señor de Las…”

*Boom*

Turay no lo escuchó terminar la frase debido a que el hombre activó el detonador y la explosión de fuego negro brotó para todas partes. Fue la Capitana Sadiya quien utilizó su cuerpo para protegerlo y ambos fueron lanzados hacia atrás.

El calor del fuego quemó parte de su hombro y la explosión prácticamente lo hizo golpear la pared, pero la barrera y los artefactos de seguridad lo protegieron lo suficiente como para sentir un ligero dolor y el aturdimiento en su mente.

Un pitido profundo sonó en sus oídos y Turay se levantó escuchando más explosiones y viendo como Sadiya gritaba de dolor mientras su espalda estaba quemada.

Los dos reclutas que lo seguían estaban desorientados y perdidos, y al igual que él, ellos miraron el interior del supermercado viendo el fuego, cadáveres y a lo lejos escucharon gritos de dolor.

“¡Dejen de estar aturdidos! ¡Sáquenlo de aquí! ¡Ahora!” La Capitana Sadiya gritó a los reclutas y esos dos jóvenes hombres reaccionaron y lo ayudaron a levantarse.

“Señor, nos debemos ir. Esto es un ataque a su persona.”

“No sabemos si hay más atacantes. ¡Señor, debemos irnos de inmediato!”

Los reclutas gritaron tratando de sacarlo y alejarlo del fuego, asustados y desorientados, pero él había pasado por muchas situaciones difíciles durante su vida y en este momento esos recuerdos volvieron. 

Sin embargo, los recuerdos no era lo único que venían.

“¡Mantengan la calma!” Ordenó Turay y activando la barrera para que el humo no lo molestara, ordenó. “Muévanse necesitamos ayudar. Utiliza pergaminos para disipar el fuego y alejar el humo. El edificio puede derrumbarse en cualquier momento, así que utiliza artefactos de tierra.”

Los reclutas se quedaron paralizados por sus órdenes y Turay frunció el ceño.

“¡¿Qué esperan?! ¡Muévanse ahora!” Ordenó y su voz hizo que los dos reclutas reaccionaran y se movieran a sus órdenes.

Con sus años en el poder había aprendido a como ordenar a personas más fuertes que él y a pesar de que por lo general mantenía la calma, esta situación requería una presencia que diera orden.

Turay no se quedó perdiendo el tiempo y al acercarse a la Capitana Sadiya que gruñía en silencio vio la herida del fuego en la espalda y las llamas negras no solamente quemaron, sino que corrompieron la espalda.

¿Alguna clase de hechizo de fuego y corrupción? Lo que fuera que hubiera estallado no fue nada bueno y Turay sacó un artefacto de purificación.

“Ministro necesita irse…” Pidió la mujer conteniendo el dolor.

A pesar de que Sadiya era un rango S su cuerpo fue altamente dañado y era impresionante que todavía permaneciera consciente, pero fue ella quien le salvó la vida. El fuego que todavía ardía por algunas partes del edificio no era simple.

“No vinieron a por mí, Sadiya. Ahora mantén la calma.” Dijo Turay y viendo que el recluta que usaba un artefacto de agua que no funcionaba, ordenó. “Utiliza artefactos de purificación.” 

La explosión sucedió cuando él se alejó y no fue un asesino, fue un terrorista, ya que si fuera el primero hubiera estallado cuando él estaba en la cola.

Turay al ver el fuego siendo apagado cuando el recluta utilizó un artefacto de purificación, dejó a la Capitana Sadiya con el artefacto y se acercó al área.

“¿Cuándo llegará la seguridad?”

Turay le hizo una señal de silencio al recluta al ver que los escombros del edificio ya habían caído en el área cubriendo gran parte del supermercado. Si bien el fuego estaba apagado y quedaban algunos pasillos al fondo, el área que fue afectada por la explosión fue cubierta por escombros.

Sin embargo, él prestó atención y agudizó sus oídos.

“Ayuda…”

Turay escuchó el grito de ayuda y también lamentos y él utilizó un artefacto para elevar los escombros y como el otro reclutaba reforzó los cimientos del edificio y el fuego se había apagado, fue fácil levantar los escombros.

Al levantar los escombros con el mayor cuidado posible que su experiencia de los años de desastre le había dado, él vio un cuerpo y el recluta que había murmurado se arrastró para sacarlo.

El cuerpo de Lana la Mayor estaba sobre Lana la Menor y la primera había cubierto a la segunda llevando a que la mayor parte de su cuerpo fuera quemado totalmente, pero Lana la Menor sollozaba en silencio y murmuraba pedidos de ayuda.

Estaba gravemente herida con múltiples heridas, pero ella estaba viva.

“Sácala y cúrala. Mantenla estable.” 

Los reclutas estaban congelados al ver un cadáver tan de cerca y tan repentinamente, pero fue la Capitana Sadiya quien reaccionó y a pesar de que estaba pálida por el dolor, ella ayudó a arrastrar los cuerpos lejos.

Turay al ver que tenía alguien de ayuda, se concentró en el artefacto. No era mago, era un simple hombre, pero a diferencia de antes no era un marinero perdido, era el capitán de un barco y necesitaba dirigir y liderar.

Así que dejó los pensamientos y dudas de lo que sucedía, apartó la ira, el rencor y su aturdimiento sobre quien se había atrevido a atacar este sitio y utilizó el artefacto para sacar los cuerpos.

La mayoría que estaban en la zona cercana de la explosión habían fallecido, incluyendo a Marisol, y a pesar de que él veía muertas personas que antes habían bromeado a su lado, continuo.

Revivir la experiencia de años de haber vivido situaciones similares no fue agradable, pero fue útil para mantenerlo enfocado.

Sin embargo, no importa la calma que mantuviera al final la mayoría de la zona de explosión y decenas de metros más allá habían fallecido y únicamente quedaban unos pocos heridos bajo escombros o con quemaduras severas.

Eran aquellos que usaban artefactos o tenían métodos de protección… Para él era milagros entre las decenas de personas que murieron.

Turay al ver tantos cadáveres, mantuvo su seriedad.

“Sáquelo afuera. Necesitamos salir e ir por la puerta trasera para verificar de vuelta.” Dijo Turay al sacar a las personas.

Al salir arrastrando los cuerpos de los supervivientes, él ayudó usando artefactos y al salir vio a tres magos deteniendo el fuego en el aparcamiento donde había un cráter mientras otros usuarios de habilidades ayudaban a tratar las personas heridas.

Dos magos estaban volando sobre el supermercado extrayendo el humo del interior con magia de viento y un par de luchadores estaban saliendo por el techo usando sus cuerpos para sacar los heridos del fondo del supermercado.

“¿Por qué no llega la seguridad?”

Turay volvió a escuchar la voz del recluta entre los gritos y gemidos de dolor y sus ojos se movieron entre los edificios de la ciudad y vio humo negro saliendo de varias partes de la ciudad.

No eran el único lugar que fue atacado… Tal fue su respuesta y su primera acción fue buscar entre la multitud más personas sospechosas y entre ellas vio a una mujer con gabardina y ojos celestes.

Esta vez la mujer no tenía lentes y ambos cruzaron miradas y Turay vio la locura en los ojos de la mujer.

“¡Oh, Gran Señor de las Abominaciones, esto es por usted!”

“Cuidad…”

Turay no tuvo tiempo de gritar cuando la explosión sucedió, pero esta vez la esfera de fuego negro no se extendió más de un metro, ya que un tridente de agua voló hacia la mujer y atravesó a la esfera de fuego y al mismo tiempo produjo una esfera de agua alrededor para evitar que la explosión se expandiera.

Entonces un hombre apareció cerca y al mover su mano la esfera de fuego y agua disminuyó de tamaño hasta que finalmente quedo el tridente de agua y el cuerpo carbonizado de la mujer a la vista y el hombre extrajo el tridente dejando caer el cuerpo.

Un hombre de mediana edad y de piel blanca, no había ningún rasgo que destacara, pero incluso Turay sintió el poder que el hombre utilizó cuando deshizo el tridente de agua.

Era un alto rango… Tal idea vino a su mente y en ese momento portales se abrieron y un grupo del ejército llegó de inmediato.

Al ver un cadáver quemado y a un hombre cerca de él, las autoridades se acercaron más tensos de lo que habían estado nunca.

“Vayan a ayudar a las personas. Él detuvo a uno de esos terroristas.” Dijo Turay a las autoridades y al ver que obedecían, miró al hombre y pidió. “Es mejor que quedes esperando las autoridades.”

La versatilidad del manejo del agua y la fuerza que incluso una persona común como él percibió y la identidad desconocida completamente dejó en claro que el hombre estaba ocultando su identidad y si bien él estaba agradecido por la ayuda, al no saber lo que sucedía todos eran sospechosos.

Turay al ver que las autoridades se movían e informaban a la Capitana Sadiya, él levantó las cabezas viendo como el humo flotaba en el cielo y en un punto él entrecerró los ojos al darse cuenta de que el humo estaba chocando con una barrera transparente.

“¿Cuál es la gravedad?” Preguntó Turay antes de que la Capitana Sadiya lo obligara a moverse.

Podía ver el humo a lo lejos y entendía que este no fue el único lugar que atacaron.

“Seis bombas han estallado y se han evitado y capturado a cincuenta y nueve terroristas.” Respondió el capitán del grupo en voz baja.

******

Dentro de una torre mágica sonaba una risa alocada.

A Érica le encantaría decir que era de sus clones, pero esta vez era ella quien se reía emocionada y extasiada al ver una figura de hielo siendo creada alrededor de un núcleo.

El hielo cambiaba de forma, pasaba de la figura de un hombre, a la de una mujer, cambiaba de altura, se movía y contorsionaba el cuerpo de múltiples maneras y prácticamente practicaba cada movimiento posible, y Érica estaba eufórica al darse cuenta de que el núcleo de rango SS estaba funcionando en un cuerpo de hielo.

Y el cuerpo era más que increíble. El hielo fue creado con múltiples hechizos y era tan duro como maleable, permitiendo un cambio de forma fluido y a la vez rápido, llevando a que ella se preguntara a cuantos cuerpos se ajustaría el clon y como de rápido sería el cambio.

En este momento el clon no era un rango SS, ya que ella lo lanzó como un clon de rango S para probar sus capacidades, pero hasta ahora iba más que bien.

“Necesito experimentar para…”

Su mente estaba fluyendo con ideas, los problemas de esas ideas y las soluciones, de tal manera que ella sintió que su cerebro estaba más vivo que nunca, pero antes de poner sus ideas en palabras para dejarlas grabadas, su reloj holográfico sonó.

Ella lo ignoró y…

“Si hago…” El reloj volvió a sonar y ella chasqueó la lengua enfadada y se acercó al reloj holográfico para ver quién era.

Al ver el nombre de Ashanti ella respiró hondo para calmarse. Había muy pocas personas que ella dejaba sin silencio y cuyas llamadas sonaban, pero a todas ellas le había mencionado que si la llamaban fuera para algo importante.

“Pequeña si me llamaste para nada te castigaré.” Dijo Érica al atender, pero si antes estaba molesta, al escuchar sollozos del otro lado su expresión cambio totalmente. “¿Ashanti? ¿Sucede algo?”

Su expresión cambio totalmente y hasta sintió que su clon de hielo que estaba con el núcleo de rango SS miraba al escuchar el tono de su pregunta.

En su mente pasaron diferentes escenarios al escuchar los sollozos de Ashanti, pero ella se concentró en el otro lado.

“Mi mamá… Mi mamá murió.”

Nada de lo que había imaginado la preparó para lo que escuchó.


mode_commentComentario de Evil_Warlord

Un marinero convertido en capitán… Espero que hayan disfrutado el capítulo.

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TG - Capítulo 658
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Si eso es lo que buscan.

Capítulo 658: Si eso es lo que buscan.

Aurora escuchó los gritos y ordenes que venían del campamento médico de la iglesia. Los hospitales fueron abarrotados por las víctimas del ataque terrorista y aquellos que no podían ser atendidos fueron enviados a la iglesia.

También era la iglesia quien tenía mejores capacidades de curación gracias al poder del tiempo de las sacerdotisas, pero la situación era más grave.

“¡Traigan más artefactos de purificación!” Ordenó la Sumo Sacerdotisa Xaali al ver que sus poderes de tiempo no funcionaban correctamente.

Las bombas usaban algún tipo de elemento explosivo de corrupción y tal corrupción hizo que el tiempo chocara de tal manera que fue difícil retroceder el tiempo para curar a las personas afectadas.

Sesenta y cinco terroristas aparecieron por toda la ciudad y si bien los explosivos tenían diferentes potencias, cada uno de ellos liberaba un fuego negro que derretía el concreto y quemaba la carne dejando corrupción.

Llevando a que los seis estallidos que sucedieran de los sesenta y cinco fueran extremadamente peligrosas. Como si fuera poco, algunos explosivos en algunos sitios tuvieron una potencia mayor.

El ataque al Banco Nacional de Zerzura que produjo las mayores víctimas, fue uno de los sitios más afectados, ya que casi todo el edificio fue derrumbado y la gente de afuera fue afectada.

Aurora apretó el agarre de su espada envainada en su cintura y al dejar de mirar, salió de esta zona y se dirigió a la sala principal de la iglesia.

No se iba a culpar por no haber llegado. Ella había estado en la Iglesia del Tiempo y el Espacio en la Ciudad Atlántida e incluso si se apuraba, no hubiera llegado a tiempo.

Todo fue rápido, incluyendo las reacciones de las autoridades y de Atenea.

Al llegar a la sala principal, ella caminó a la puerta y vio los escalones hacia abajo y luego la ciudad en silencio.

En el cielo la barrera brillaba a la vista y por arriba de los edificios volaban cientos y miles de drones, al igual que miembros del ejército y los gremios más confiables.

La ciudad estaba en un toque de queda y todos estaban en sus casas. Gracias a la barrera que se activó al instante que las explosiones sucedieron, nadie podía dejar la ciudad por ningún método.

Así de grave era la situación y era normal cuando este ataque causó cerca de quinientos fallecidos y miles de heridos.

Aurora apretó el mango de su espada y sintió su sangre hirviendo en ira y rencor, pero ella la controló y cerró los ojos por unos segundos.

No necesitó pensar cuál iba a ser su respuesta. No cuando apenas podía contener la sed de sangre que amenazaba por salir.

Sus emociones alimentaban su cuerpo gracias a su concepto de luchadora, pero las emociones eran tan fuertes que su concepto no podía aceptarlas a todas y probablemente su espada tampoco.

Aurora apretó el agarre de su espada y escuchó las grietas a pesar de que estaba envainada. Esta era una espada secundaria y de entrenamiento que ella usaba y que su maestro le daba, pero no iba a soportar su aura.

No tenía una espada que soportara lo que estaba sintiendo en este momento.

Ella abrió los ojos al ver que desde la esquina la oscuridad brotaba y Alice aparecía.

“¿Algo?” Preguntó Aurora mirando fijamente a su hermana.

“Traje a Melgar, pero él estaba seguro de que nada paso por su vista. Lo traje para hablar con los demás.” Dijo Alice y con seriedad, añadió. “Y Atenea me pidió que fuera a por algunos escondites que ella descubrió de los terroristas, pero solamente encontré explosivos y no hay nada más.”

Melgar, también conocido como Jasar el Pálido, era el dueño del bajo mundo de la ciudad de Zerzura y ese demonio de las sombras era excelente para conocer los secretos del bajo mundo.

Él limitaba los negocios de ese tipo, pero también se deshacía de cualquier elemento peligroso y mayor que todo, era excelente para descubrir secretos.

Y que él no tuviera idea de qué individuos como estos se movieron era sorprendente.

“Vamos a hablar con los demás.” Ordenó Aurora y caminó al interior de la iglesia, moviéndose por los pasillos.

Lo principal en este momento no era pensar por su cuenta. Necesitaba estar en continua comunicación con el ejército, la iglesia y las autoridades de los gremios y la ciudad.

Al llegar a uno de los pasillos, un secretario la guio a una sala apartada dentro de la iglesia.

“Enviaré el mensaje de su llegada.”

Ellas eran las únicas que estaba aquí y Aurora no tuvo que pensar demasiado para darse cuenta de que cada alto mando estaba ocupado.

Ellos se comunicaban por medio de Atenea, así que cada uno tenía sus tareas, pero era esta reunión de emergencia la que ayudaría a definir todo.

Al llegar a la sala, Alice dejó salir a Melgar y ese demonio de la sombra mostró su verdadera forma y le dio un asentimiento mientras se ponía a usar el reloj holográfico.

Probablemente, seguía comandando a su gente para buscar más información.

Ella no tuvo nada que hacer. Liam estaba ayudando a Atenea y prácticamente la seguridad estaba a cargo de los gremios o el ejército.

A pesar de que ella no sabía cómo los terroristas entraron a la ciudad o se mantuvieron ocultos, los diferentes miembros de la seguridad tuvieron un tiempo de reacción récord.

La prueba era los cincuenta y nueve detenidos y cuyas explosiones fueron evitadas o detenidas antes de causar un mayor daño.

El tiempo de reacción fue en parte de ellos y en parte Atenea, el núcleo de la seguridad y quien estaba a cargo de prácticamente todo.

Aurora se puso a leer los informes que Atenea generaba por su cuenta y vio de reojo que Alice hizo lo mismo.

Menos de un minuto tuvo tiempo para leer y el primero en aparecer fue el General McLean, seguido de Zhan Tian del Gremio Orisha Oko, Abdellah del gremio de mercenarios, James de la Empresa Apicius y al final vino Fiona Brousseau de la iglesia.

“Turay no puede asistir. Tuve que sedarlo para que se quedara en la cama, pero se encuentra bien. Tuvo una quemadura en el hombro, pero por la adrenalina no la sintió y quiso seguir trabajando. Tuvo la suerte de que un individuo de alto rango estuviera presente y lo salvara de lo peor, pero fue mejor dejarlo descansar.” Dijo la Cardenal Brousseau y reuniéndose en la mesa, habló. “Hemos logrado estabilizar a todos los heridos. La corrupción es un problema, pero doctores y magos de curación de la iglesia han venido. Incluyendo a la Cardenal Najjar.”

Aurora frunció el ceño, ya que sabía que Turay estuvo cerca de uno de esos ataques y conocía al hombre lo suficiente bien como para entender que él seguiría trabajando sin importar lo grave que se encontrara.

“El ejército está en alerta máxima. Nuestras tropas están preparadas para moverse a cada ciudad o pueblo de África en caso de que esto sea un ataque mayor. El Rey de Mombasa y el Rey de Madagascar también nos apoyan. Los refuerzos enviados por el Rey de Arabia, la Ciudad Atlántida, Grecia y el Imperio Falion están protegiendo nuestros pueblos.” Dijo el General McLean y con seriedad, añadió. “Un segundo equipo vendrá de la Academia Cernunnos y la Unión Europea. Cuando lleguen serán enviados con la gente del Bosque Mágico para que vigilen las tierras baldías en nuestro territorio.”

Si lo primero era el bienestar de los civiles heridos, lo segundo era la seguridad y si bien ellos tenían un ejército lo suficiente grande para cubrir su territorio, no lo era para cubrir el continente donde tenían influencia.

Las fuerzas aliadas eran de ayuda y aunque Aurora estaba sorprendida de que algunos enviaran tropas, a la vez estaba agradecida. Era probable que otras naciones enviaran apoyo, pero que no fueran nombradas mostraba que ellos confiaban en algunos de ellos, nada más.

En este tipo de situación se agradecía el apoyo de las fuerzas externas, pero no se podía depender completamente de ellos cuando algunas tareas únicamente las podía realizar Zerzura.

“Hemos asegurado a los mercenarios y Nicholas los tiene vigilado evitando que salgan a las calles.” Dijo Abdellah controlando completamente su presencia.

Aurora sintió como el espacio se retorcía alrededor del hombre de forma natural, pero se concentró en la reunión.

“El Gremio Orisha Oko está ayudando a la policía de Zerzura y los gremios aliados mantienen un ojo en los aventureros.” Dijo Zhan Tian con seriedad.

“También hemos evitado que los héroes salgan sin cuidado.” Agregó James en calma.

Los mercenarios ayudaron en su momento, pero muy pocos de ellos eran verdaderamente confiables y era similar con los gremios de aventureros. Zerzura era próspera y los gremios que surgieron en estas tierras tenían valores, mientras que los gremios extranjeros daban más importancia a la codicia.

En cuanto a los héroes, la influencia de ellos en la ciudad era baja, por tal razón no estaban en esta reunión y era mejor evitar que los héroes urbanos salieran en este momento en donde la tensión era tan alta.

Aquellos héroes que se había ganado la confianza probablemente ya estaban trabajando en donde se los necesitaba.

La razón por la cual estaban vigilando mercenarios, aventureros y héroes era simple…

“¿Melgar no tienes nada de tu lado?” Preguntó Aurora mirando al demonio cuya expresión era seria.

“Nada. Atenea vigila relojes holográficos. Yo vigiló a las personas y mis métodos de vigilancia son seguros.” Respondió Melgar y en calma, añadió. “Y he realizado varios chequeos e incluso en este momento mi gente está siendo reunida y cuestionada. Si algo se me escapó, dudó que pueda escapar de la vigilancia.”

Si el ataque no fue provocado o apoyado por el bajo mundo, el lado de la oscuridad de la ciudad, entonces significaba que estaba relacionado con el otro lado.

La razón por la cual estaban tan seguros era que la ciudad tenía una de las seguridades más altas del mundo. No se trataba de personas poderosas, sino que los medios para entrar.

A pesar de que la barrera de la muralla no estaba activa, a su máxima potencia, todo el tiempo era lo suficiente como para evitar que gente volara ocultándose, entrara por bajo tierra o incluso se teletransportarse ilegalmente.

No era perfecto, ya que el ‘Viaje’ de Clémentine podía superar la seguridad, pero si lo que ella decía era cierto, entonces viajeros eran raros.

En cuanto a los portales cosmos, estos eran altamente seguros para los viajes y quizás las excepciones eran aquellas calamidades, pero por lo demás, las personas tenían que entrar por los portales o por las puertas de la muralla y las únicas excepciones eran aquellos habilitados para tener portales de viaje.

Ya fueran empresas, gremios o grupos importantes e influyentes de la ciudad.

Como no usaron el bajo mundo para ocultarse, significa que usaron otros medios más a la luz.

“Atenea danos tu informe.” Pidió Aurora en calma.

“Los escondites estaban a nombres de terceros. La seguridad en este momento los está rastreando para averiguar sus ubicaciones e interrogarlos. También estamos rastreando cuando aparecieron por primera vez los terroristas y quien los trajo. Con Liam estamos chequeando todas las cámaras de la ciudad y principalmente de las cámaras alrededor del escondite.” Respondió Atenea con su típica voz mecánica y proyectándose en el centro de la mesa, reveló. “Sin embargo, lo que tenemos claro es que ellos estuvieron ocultos y fueron equipados con bombas en los escondites. Probablemente, permanecieron ocultos para evitar ser notados como sospechosos.”

Toda la ciudad estaba equipada con cámaras y era de tal modo que había muy pocas áreas con puntos ciegos. La ciudad fue diseñada para mantener una vigilancia total y era Atenea quien estaba atento a las cámaras todo el día sin perder nada.

Ella era quien detectaba los crímenes con anterioridad a que sucediera y hasta tenía la posibilidad de determinar las posibilidades que sucediera un crimen e incluso un accidente. A Liam le encantaba enseñarle muchas cosas y Atenea era el núcleo de la ciudad por una razón.

Fue ella quien descubrió a los sospechosos con anterioridad y por tal razón las autoridades pudieron moverse con rapidez evitando gran parte de los ataques.

Si bien no fueron todos, no podían negar la importancia de Atenea.

“Tienes permiso para acceder a todos los sistemas de seguridad de la ciudad.” Dijo Aurora en calma.

A pesar de que estaba habilitando a que Atenea violara la seguridad de todos los ciudadanos, empresas o gremios, nadie dijo nada.

Se reunieron aquí en la iglesia y no en el edificio gubernamental oficial por una razón… Hoy se iba a hacer la vista gorda de muchas acciones que normalmente considerarían evitar.

“Ya lo he hecho.” Respondió Atenea luego de un momento de silencio.

Aurora dejó salir una media sonrisa al ver que las expresiones cambiaban ante la respuesta. Atenea estuvo al lado de Liam y era una creación de Lucius… Era probable que ella no tuviera ningún límite, excepto los valores inculcados por su compañero.

Sin embargo, estuvo bien para ella y Aurora, al mirar a los demás, dudó un segundo.

“Los terroristas son de la Secta de Ketzula, ¿no?” Preguntó Aurora y mirando a los presentes, pidió. “¿Ya han descubierto su objetivo?”

Ella vio como el General McLean le daba una mirada a la Cardenal Brousseau sin responder.

A pesar de que no había pasado mucho tiempo, las autoridades se movían rápido y que la Cardenal Najjar viniera no solamente fue para ayudar, sino que para ver el pasado de aquellos capturados.

Ella quería el resultado del interrogatorio, pero no fue el General McLean ni la Cardenal Brousseau quien habló.

“Los terroristas atacaron la ciudad en nombre de Ketzula. Algunos de ellos hasta mencionaron tu nombre.” Reveló Atenea y luego dio inicio a una proyección.

La proyección iniciaba en una prisión en donde una mujer estaba capturada gritando el nombre de Ketzula y alabando a su dios. A veces se quería morder la lengua para suicidarse, pero la curación de la habitación lo evitaba.

Después de unos segundos, la Cardenal Najjar entró a la prisión y ella al rezar a su dios vio el pasado de esa persona mostrándolo para las cámaras.

Lo vieron en el escondite y también lo vieron saliendo de un taxi, pero cuando el pasado iba más allá, solamente veían figuras sin formas y distorsiones caóticas y sin sentido.

“Aurora Campbell tuvo la culpa de la caída de la secta. Para vengarte necesitas destruir la ciudad…” La proyección se dividió en múltiples proyecciones de los diferentes terroristas capturados y todas tuvieron el mismo escenario. “La venganza debe ser su sufrimiento.”

Cada proyección no mostraba el pasado correctamente y era una mezcla de magia de corrupción que evitaba el pasado, pero también se debía probablemente algún tipo de magia mental por el cual se dieron las órdenes.

Básicamente, aquellos que dieron las órdenes se ocultaron perfectamente y solamente dejaron en claro el objetivo… Vengarse de ella.

“La venganza es una excusa que los verdaderos perpetradores les dieron a los terroristas.”

Atenea dijo lo evidente y Aurora soltó una risa, que se volvió una carcajada.

No era una risa de diversión, sino que ese fue lo primero que salió al darse cuenta de que su cuñada tenía razón. Aquellos que la querían muerta no pararía y como vieron que asesinarla no funcionó, buscaron otro modo de dañarla.

¿Querían romper su voluntad? ¿Quebrarla para que ella no hiciera nada y huyera? ¿Tantos muertos para ese objetivo?

Lo único que consiguieron fue que su ira fuera cada vez más alta y su voluntad aún más fuerte.

“Bien… Si eso es lo que buscan está bien.” Murmuró Aurora al detener su risa y levantando la cabeza, ignoró a los demás y ordenó. “Atenea sigue con la investigación. Quiero que descubras quien fue la persona que preparó esos escondites y quien dentro de la ciudad los ayudó.”

Aurora vio a la Cardenal Brousseau, James y a Zhan Tian pálidos y a pesar de que ella trataba de controlar su presencia en este punto, apenas podía.

Ella puso su mano en la espada que llevaba, pero escuchó las grietas cuando su espada no pudo soportar las emociones de su desbordante ira.

Sin embargo, no iba a parar. Esos bastardos fueron a por su ciudad y si ellos buscaban provocar una guerra, ella se los daría.

Los sectarios eran solamente peones y para ella fue fácil darse cuenta de quienes eran las mentes maestras.

“Me encargaré de la ciudad.” Dijo el General McLean al levantar su presencia para apoyar a la Cardenal y a los demás.

Aurora vio la seriedad en la mirada del general y ella asintió el apoyo e ignoró las expresiones de los demás. En este momento apenas contenía su ira y no iba a dejar que nadie la detuviera.

“¿Abdellah puedes enviarme a Turquía?” Preguntó Aurora mirando a ese hombre cuya presencia trataba de ocultar.

Ella no quería usar medios oficiales para ir allí e iba a ir lo más rápido posible… A pesar de que no sabía quién era la mente maestra, sabía bien que la Sociedad de Asesinos estaba involucrada y él se iba a encargar de todos esos bastardos.

Alice ya había descubierto la ubicación y era hora de darles una visita.


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