tg-capitulo-671
TG - Capítulo 671
40675
896

Ya no podemos retrasarnos más.

Capítulo 671: Ya no podemos retrasarnos más.

La oscuridad brotó desde la esquina de un viejo edificio. Las paredes, que ya habían perdido el color, estaban manchadas de sangre y la oscuridad se deslizó por el suelo. Era una oscuridad sólida que avanzó con rapidez y se adentró por debajo de la puerta de uno de los tantos departamentos.

“No, por favor… No…” Una voz baja y débil vino desde una habitación. La oscuridad se movió por la sala desordenada y entró con rapidez a la habitación. En el interior estaba un hombre forzándose sobre una mujer que estaba en una cama. La mujer lloraba y suplicaba, mientras que el hombre sonreía disfrutando de la resistencia que su víctima estaba poniendo.

Alice reaccionó de inmediato y, convirtiendo su oscuridad en una lanza, lo atravesó por la costilla y empaló al hombre en la pared. El hombre no tuvo oportunidad de gritar debido a que la oscuridad lo tragó, y en el interior esa oscuridad lo devoró lenta y cruelmente hasta que el cuerpo se convirtió en parte de la oscuridad, parte del todo en el que Alice se había convertido.

“Quédate en tu departamento. No salgas. Las autoridades vendrán pronto”, dijo Alice.

Un aviso cortó antes que ella abriera sus ojos. Lo primero que sintió fue el viento en su piel, y luego la gran ciudad Abiyán que estaba en silencio. Un silencio que no mostraba calma, sino que ocultaba una profunda oscuridad.

La mujer que ella acababa de ayudar no era la única que se encontraba en una situación difícil. La república era un sitio en donde existían más criminales que inocentes, y la guerra y el caos que ésta traía llevaba a que esas personas aprovecharan este momento para mostrar su naturaleza. Y esta vez era igual. 

En los barrios bajos, pandillas se enfrentaban a las autoridades de Zerzura, quienes no tenían abasto cuando ellos también se enfrentaban a las autoridades de la república. Las personas inocentes sufrían cuando esta clase de enfrentamiento sucedía. Ella lo sabía, y Aurora también.

¿Si Zerzura controlaba y anexaba a la república, la situación cambiaría para mejor? Probablemente lo haría, pero era innegable el sufrimiento inmediato.

Aun así, su hermana aceptó lo que iba a suceder y Alice quiso disminuir esas consecuencias por más mínimas que fueran. Aunque si era realista, su intervención no era mínima.

“…” Alice sonrió y cerró los ojos. Ella vio cientos de escenas en su mente como si tuviera ojos en muchos lugares a la vez… Miles de ojos en diferentes partes de la ciudad. Cada mota de oscuridad era ella y, por ende, Alice era capaz de sentir y captar todo alrededor de su oscuridad y, a la vez, moverse y cumplir su objetivo. Y eso hizo.

“¡Ahhh!” Ella entró a un bar de usuarios de habilidades y, al ver a una pareja ensangrentada rodeada de cadáveres, ella los engulló en su oscuridad y los devoró. No hubo dudas. La sonrisa que la pareja daba al mirar los cadáveres, la indiferencia y el disfrute, era fácil de reconocer para Alice. Un asesino reconocía a un colega.

En otra parte, en un tiroteo de pandillas con paladines de la iglesia, ella intervino y atravesó a los pandilleros. Luego, en otro sitio donde militares de la república se reunían, ella apareció y, usando cientos de lanzas, los empaló a todos y la oscuridad de las lanzas los tragó sin dejar caer una gota de sangre.

Alice no dudó en matar. Ella tomó el papel de jueza y de verdugo. Si creía que alguien merecía morir, ella los asesinaba sin dudas, pero ella no era extrema. 

Aquellos que realizaban crímenes menores como robos eran tragados por su oscuridad y lanzados a las prisiones de los cuarteles militares que las fuerzas de Zerzura controlaban.

La velocidad de movimiento no era lenta. Alice mataba a decenas de personas, vigilaba a otros miles y capturaba a otros cientos. 

Alice abrió sus ojos y miró desde el edificio. Su oscuridad estaba en gran parte de la ciudad, oculta en cada esquina y siempre en movimiento.

Ella no deseaba mostrar que era un rango SSS, al menos por ahora, así que se ocultaba bien, pero era imposible ocultarse por completo. 

¿Cómo podía ocultar el hecho de que estaba en distintos sitios al mismo tiempo? La oscuridad crecía por cada usuario de habilidad que devoraba y sus límites de control, en este punto, eran indefinidos. Después de todo, en este momento no existía ningún cuerpo físico que la limitara y ella era la oscuridad de la ciudad. 

Hace años, Alice había temido alcanzar esta etapa en la que se podía decir que ya había cruzado los límites humanos, pero ahora lo aceptaba más que nunca. Al volver a cerrar sus ojos, los abrió y vio la misma ciudad, solamente que cubierta de nieve y hielo. La vista era tal que el mundo parecía cubierto de blanco. 

Al ajustar sus sentidos y recrear su cuerpo, Alice se movió por el hielo hacia la presencia que podía percibir.

“Hahahaha…” Una risa desconcertante y frenética se extendió por este mundo de hielo. La risa revelaba felicidad y orgullo, pero también locura y tristeza. Alice caminó en calma y, en medio de la nieve, vio varias figuras de hielo en guardia y luego a la persona que rodeaban: una mujer de cabello rubio y ojos celestes. Era guapa incluso mientras estaba cubierta de sangre y lloraba de dolor.

La mujer se limpiaba la boca con un pañuelo, quitándose la sangre que todavía caía de un ojo cortado de forma profunda. La línea iba desde el ojo a la nariz y cruzaba a la mejilla y, a pesar de que parecía que utilizó artefactos de curación, la herida no cerraba. 

“Hahaha.” Érica siguió riéndose mientras miraba a la Marquesa que estaba a unos metros de ella.

Eliana estaba congelada en un pilar de hielo y, a centímetros de ella, en el mismo pilar de hielo se encontraba un brazo.

A pesar de que Érica lo ocultaba con la túnica ella había perdido todo el brazo derecho.

“Hahaha... Lo hice”, dijo Érica al mirarla. La risa era en parte de shock por el dolor y por la idea de que había cumplido su venganza.

“Necesitamos interrogarla. Necesitamos descubrir todo lo que sabe”, dijo Érica en un tono que seguía mostrando ira.

Alice caminó y se puso delante del pilar, notando que Eliana podía verla y reaccionaba a pesar de estar congelada en esa prisión de hielo.

¿La Marquesa sabría algo? Fue ella quien cooperó con aquel miembro del gremio de asesinos y si Alice era sincera no tenía esperanza de descubrir más de lo que ya sabía.

“No sabrá nada”, dijo Alice, no siendo pesimista sino realista.

Una verdadera organización secreta se mantendría oculta, aunque sus miembros fueran capturados, y si bien algunos sabrían sobre otros, no significaba que conocieran a todos.

Que Eliana haya usado el hechizo de Raiden mostraba que esa mujer estaba desesperada por mostrarse valiosa.

Después de todo, si alguien se infiltraba en la red de Raiden, habría descubierto la verdad.

Quizás ellas habían estado mirando a otra parte, pero Zerzura y Atenea investigaban todo y una vez que pasaran de investigar los asuntos internos llegarían a los externos. Y habría sido cuestión de tiempo para descubrir los negocios turbios de Raiden.

Alice suponía que Eliana tenía confianza, pero también tomó un riesgo para caerle bien a un superior.

Al final, un hecho era claro.

“Ya no podemos retrasarnos más”, murmuró Alice y a pesar de que sintió que Érica temblaba, ella mantuvo su mirada en Eliana.

Alice había estado pensando en un plan. Uno que le daría la libertad que ella buscaba y que los llevaría más cerca de aquellos que se ocultaban.

Un plan que tenía sus riesgos y consecuencias. Sería un espectáculo que involucraba directa e indirectamente a muchas personas.

Para iniciar este plan solamente faltaba una pieza… La aceptación y cooperación de Aurora y Alice esperaba que su hermana tomara su decisión pronto y una vez que Aurora se decidiera, no habría vuelta atrás.

******

Aurora observó de reojo cómo Edward era tomado prisionero por los paladines de la Iglesia del Tiempo y el Espacio. El hermano de Clémentine estaba vigilante y hablando con la Cardenal Brousseau.

Por la expresión tan seria del hermano de Clémentine, estaba claro que la Cardenal Brousseau no quería retroceder y Aurora estuvo agradecida. Ella prefería que la Iglesia del Espacio y el Tiempo tomara a Edward prisionero y de esa forma ella podría comunicarse con él sin tener que pasar por tantos problemas como lo hubiera sido con la Iglesia del Orden.

Al ver que Edward era llevado con magia espacial, ella miró el campo militar y vio a los militares sin parar de moverse. Estaba anocheciendo y las tareas no iban a detenerse.

La República de África Occidental estaba siendo controlada por Zerzura y la causa no fue el ataque terrorista. Las autoridades querían encargarse de aquellos que atacaron la ciudad y de ello no había duda, pero querer detener a atacar otra nación existía un abismo. Y la razón por la cual se cruzó ese abismo fue ella... Este conflicto llevó a que todas las fuerzas de Zerzura se movilizaran para atacar a la República y enfrentarse a los militares, mercenarios, aventureros o gremios de jugadores de esta nación y la causa fue ella.

Fue ella quien reveló la verdad en Zerzura y en vez de detenerse y tomar una decisión en calma, ella optó por borrar la República. Aurora lo aceptaba y no se arrepentía de su decisión y por tal razón no se lamentaba de las consecuencias.

¿Cuántas personas estaban muriendo a cada segundo en este momento? Existían numerosos gremios de jugadores siendo atacados, mercenarios siendo capturados o mafiosos siendo eliminados a cada segundo y 'eliminados' era la palabra correcta. La República estaba habitada por muchos criminales y en vez de dejarlos vivos y tener que lidiar con los conflictos en el futuro, se decidió encargarse de ellos con anterioridad. De esa forma, evitaban que esos criminales causaran problemas que después dañarían a la ciudad o a sus aliados.

Tomar esa decisión significaba que ellos estaban asesinando a cientos, si no es que miles, de personas por el simple hecho de que lidiar con ellos en el futuro sería una molestia y una carga. Se podían excusar en que Zerzura no tomaría riesgos y trataría de detener criminales cuando ellos oponían resistencia y eran peligrosos, pero era una excusa simple.

Viendo cómo el hermano de Clémentine se iba y la cardenal Brousseau se acercaba, Aurora volvió a controlar su expresión.

“La situación parece complicada para él. La Iglesia del Orden parece tener pruebas directas”, dijo la cardenal Brousseau con calma al mirarla. “Lo enviaremos a la prisión de nuestra iglesia y dejaremos que su abogado contacte con él”.

La expresión de la cardenal Brousseau era seria y solemne, mirándola fijamente, queriendo preguntarle si ella sabía algo más y a la vez sin querer hacer la pregunta que la pondría en una situación difícil.

“Me tomó por sorpresa tanto como a usted”, dijo Aurora, y mirando a los militares que seguían moviéndose y usando portales para teletransportarse, agregó: “Y ya tengo suficiente con lo que lidiar”.

Ella no estaba relacionada con lo que hizo Edward y si era sincera, no lo estuvo por el simple hecho de que él no mencionó nada. Aunque incluso sin ser cómplice de un criminal acusado por una iglesia, ella ya tenía demasiados problemas.

“No necesitas preocuparte. No tienes que cargar con todo tú sola. La Iglesia del Tiempo y el Espacio dará un comunicado. La República de África Occidental es una peste que era necesario eliminar antes de que esto sucediera”, dijo la cardenal Brousseau y poniéndose a su lado, añadió: “El Sumo Pontífice Abraham dará un comunicado sobre este ataque y respaldará a Zerzura. Estamos tratando con criminales que vendieron armas a sectarios y terroristas”.

Aurora miró a la cardenal y la forma en que hablaba con calma, tratando de decirle que no lidiara con todo, y ella lo sabía.

Entendía que ella no tenía que cargar con las muertes de aquellos criminales que habitaban en la república, al igual que tampoco tenía que cargar con aquellos militares de Zerzura que saldrían heridos o incluso morirían.

Una orden había llevado a que el ejército de Zerzura, que había permanecido entrenando bajo el general McLean y el coronel Makeba, se movilizara, y ellos estaban determinados a detener a aquellos que atacaron la ciudad.

Sin embargo, ya no podía ignorar lo que sucedía.

“¿Por qué el Sumo Pontífice Abraham apoya a Zerzura?”, preguntó Aurora, observando a la cardenal.

¿Por qué el Sumo Pontífice Abraham, la cabeza de la iglesia, apoyaba a Zerzura? Tal pregunta ocultaba otra pregunta aún más profunda… ¿Por qué la apoyaba a ella?

Era innegable en este punto que Zerzura se movía a su voluntad. No se trataba de que las autoridades, como la cardenal Brousseau, no tuvieran su propio modo de pensar, pero el punto era que la apoyaban.

Aurora entendía que el General McLean la apoyaba en todo desde hace tiempo, así como James seguía las órdenes de Alice sin dudarlo. También lo entendía de los líderes del gremio Orisha Oko que la acompañaban en todo, así como de la misma Cardenal Brousseau, pero el Sumo Pontífice no tenía sentido.

Sus padres ya no estaban en la Tierra desde hace tiempo y Aurora apenas se comunicaba con ellos. Era probable que nadie de la Iglesia pudiera comunicarse con ellos por medios normales.

El Sumo Pontífice podría deshacerse de la influencia que el Gigante de Acero y la Luz de Plata tenían sobre la Iglesia y tomar sus propias decisiones sin apoyar a las hijas de esas dos personas, pero no lo hizo.

La Cardenal Brousseau puso una expresión seria al recibir su mirada y, a pesar de que entendió a lo que ella se refería, dio una sonrisa.

"¿Importa?" preguntó y, sonriendo al mirar a los militares, reveló: "Cuando llegué a África creyendo que Agatha o Antón le pidió un favor a Abraham para enviarme, imaginé muchos escenarios y ninguno fue lo que esperaba. Al llegar encontré a una niña perdida y solitaria que simplemente quería ayudar para ocultar sus pesares."

¿Eso era lo que la Cardenal vio cuando llegó a África? ¿La vio a ella llevando su pasado a cuestas?

"Me quedé para ayudar a esa niña, para apoyarla y de ese modo ayudar a todos aquellos a quienes esa niña quisiera ayudar. No fue Abraham quien me obligó, ni tus padres o un dios. Fui yo quien decidió quedarse", dijo la Cardenal Brousseau y, mirándola directamente, reveló: "Desconozco las razones por las cuales el Sumo Pontífice Abraham te apoya a ti como apoyó a tu padre y madre antes que a ti, y si soy sincera, ya no me importa. La Iglesia no está aquí por la voluntad de Abraham o alguien más. Está aquí porque yo, como todos los paladines que están en Zerzura, creen que esto es lo correcto. Defender la ciudad es lo correcto."

La Cardenal Brousseau no sonaba orgullosa y evitó mencionar que la razón por la cual la Iglesia la apoyaba era ella misma, la segunda al mando de la Iglesia y la que probablemente se convertiría en la próxima Sumo Pontífice.

Aurora volvió a mirar a los paladines que estaban protegiendo los portales y vigilando el cuartel militar. Cada paladín revelaba seriedad, y era probable que ella había luchado al lado de ellos.

A algunos les gustaba dividir la Iglesia del Tiempo y el Espacio de la Iglesia de Zerzura, y la razón era que la segunda se movería incluso sin la aprobación de aquellos que lideraban todo, y la razón era que la Cardenal Brousseau tenía la autoridad de movilizar la Iglesia por su cuenta.

Aun así, no había duda de que el Sumo Pontífice ayudaba y la razón no era la insistencia de la Cardenal Brousseau.

“Gracias por tu apoyo, Fiona”, dijo Aurora. Mirando a la mujer que revelaba preocupación, sonrió. “Solamente tengo muchas cosas en mi mente. Pronto lo resolveré todo”.

El Sumo Pontífice Abraham apoyó a sus padres como a ella por aquel a quien ese prestigioso hombre adoraba, el mismo que era su sistema.

Ese hombre no podría responderle su pregunta al igual que no podía hacerlo Fiona y la única manera de encontrar la verdadera respuesta era hablando con su sistema… con Aión.

Fiona con sus palabras quiso señalar que Aión no dio la orden de que la iglesia estuviera aquí y que él no había guiado la voluntad de todos los paladines que arriesgaron sus vidas. Tampoco guió a Fiona, quien había aceptado por su propia voluntad quedarse en la ciudad y convertirse en parte de la ciudad.

Sin embargo, era innegable la influencia de su sistema en la decisión de Abraham y ella ya no podía retrasar la verdad.

“Volveré a trabajar. Esta noche será ocupada”, dijo Aurora para relajar a la cardenal y al recibir un asentimiento, ella caminó en dirección del campamento militar, donde se reunían los militares.

Aurora no mentía cuando decía que tenía miles de asuntos en su mente. Estaba el plan de su hermana, que cada vez le atraía más, pero también su sistema y, más allá, ella misma.

¿El rango SS era suficiente para proteger a aquellos que quería proteger? Quizás era muy precipitado pensar en su fuerza y en el avance cuando apenas había ascendido hace un par de horas, pero el desafío que estaba delante de ella era grande.

La organización secreta de la cual Eliana era parte y aquellos que iban detrás de ella no solamente apuntaban a su vida, apuntaban a una carrera para convertirse en dioses y una vez que lo hicieran, ella no podría hacer nada.

Aurora no quería ver a las personas que apoyaba morir a causa de algunos bastardos que querían alcanzar la divinidad.

Ella podría tomar el camino fácil y suplicar ayuda a su cuñada o a su sistema, pero ella había aprendido que los Primordiales no eran omniscientes. Tanto su cuñada como su sistema no estaban atentos todo el tiempo a ella y no lo estarían de cada persona que ella buscaba cuidar.

Para Aurora era normal. Vivía su vida con un sistema que la vigilaba, pero únicamente a ella, y lo aceptó cuando sucedió lo de Malik hace años o cuando Zerzura se enfrentó a dificultades.

Si quería proteger lo que ella quería, entonces era ella quien necesitaba ser fuerte y estar cuando era necesario y para ello, necesitaba mirar más lejos.

Si aquellos que tanto luchaban por alcanzar la divinidad lo lograban, ella necesitaba hacerse una pregunta... ¿Los enfrentaría e intentaría detenerlos? Y si la respuesta era positiva, entonces se necesitaría averiguar qué se necesitaba para detenerlos de tal modo que ella no saliera perdiendo. 

Solamente una persona podría darle una respuesta en todo este planeta y esa era su cuñada, quien parecía saberlo todo.


Reacciones del Capítulo (0)

Comentarios del capítulo: (0)


tg-capitulo-672
TG - Capítulo 672
40702
897

Perdiendo la cabeza.

Capítulo 672: Perdiendo la cabeza.

La sangre salpicó el rostro de Nicole cuando ella golpeó el rostro de una mujer. Sus puños llevaban la fuerza de rango S, pero ella estaba usando sus manoplas con pichos y cada golpe desfiguraba el rostro de esa mujer.

Nicole no tuvo piedad y golpeó varias veces sin dudar hasta que su puño logró destrozar el rostro y partir el cráneo adentrándose al interior.

Al darse cuenta de que ella había asesinado a esa mujer, Nicole la tiró al suelo y escupió la sangre de su boca al cadáver.

“…”

Nicole miró los alrededores. Ella estaba en el interior de un pequeño bar que en este momento estaba destruido y desordenado.

La pared estaba rota y ensangrentada, las sillas y mesas quebradas y un par de cadáveres se encontraban tirados como muñecos sin vida. Algunos tenían el cuello quebrado, otros murieron cuando ella les rompió los huesos perforando órganos o cuando le partió el cráneo como la última en morir.

Todos murieron por ella… Nicole hace años jamás habría imaginado que alguna vez en su vida estaría rodeado por cadáveres y personas asesinadas por ella, pero aquí estaba y no se arrepentía.

“Asquerosos bastardos.” Gruñó Nicole dirigiéndose a la barra del bar y con un trapo se limpió la sangre del rostro.

La sangre no le molestaba y asesinar tampoco. La mayor parte de su tiempo la pasaba siendo ‘Bastet’ y ahora que ella trabajaba como ‘Nicole’ apenas controlaba su salvajismo.

No disfrutaba asesinar, pero tampoco le daba asco ensuciarse con la sangre y los órganos de sus enemigos.

Y si era sincera, estos bastardos lo merecían.

Nicole saltando la barra tomó una cerveza, la abrió mientras miraba por la ventana.

La luz de la Luna entraba por la ventana y desde afuera solo se podía sentir el silencio absoluto. Ella no estaba en una gran ciudad, sino que en una pequeña aldea privada en alguna parte del norte de Costa de Marfil.

Esta aldea era liderada por la mujer que antes había asesinado y ella se encargaba de vender, traficar y secuestrar personas inocentes de toda la república para venderlas al exterior.

Las mujeres eran convertidas en esclavas sexuales que eran enviadas a prostíbulos por todas partes del mundo. Las más guapas eran vendidas a personas ricas como sirvientas personales.

Los hombres también eran vendidos para esos trabajos y también como mano de obra forzada que trabajaban en áreas inhóspitas como mazmorras de cultivo peligrosas. Aquellos seres humanos que no tenían valor en esa clase de negocio eran usados como mano de obra barata hasta que eran desechados y vendidos a cualquiera que necesitara especímenes para experimentar o para rituales.

Toda esa información fue trasmitida a Nicole antes de que viniera a este sitio y le pasaron este informe porque el objetivo final era claro… Matarlos a todos.

“Estoy exhausta.”

Nicole habló para sí misma.

Zerzura atacó la República de África Occidental hace varias horas durante el día y ella estuvo trabajando hasta este momento. Era la madrugada y faltaría unas horas para amanecer y ver el sol del nuevo día y ella seguía trabajando.

En este punto ella perdió la cuenta de cuantas personas había asesinado.

A diferencia de las autoridades más publicas, los trabajos que a ella le llegaban eran lo peor de lo peor y lo que se buscaba no era capturar, era asesinar y para su mala suerte la república estaba lleno de personas que merecían la muerte y la mayoría eran lunáticos que no se rendirían hasta que estuvieran en las puertas de la muerte.

De todos los que se había enfrentado, ella había aceptado la rendición de muy pocos de ellos. Este trabajo iba a estar oculto de Zerzura y no iba a estar registrado en ninguna parte, así que al final sus muertes no importaban ni siquiera como estadísticas.

Sin embargo, que estos bastardos estuvieran muertos significaban que en el futuro no podrían causar daños a Zerzura ni a las personas de estas tierras.

“Estoy perdiendo la cabeza.” Murmuró Nicole al darse cuenta de lo frio e inhumano que eran sus pensamientos.

En este punto era más Bastet que la heroína Nicole… Tal idea la hizo reír, ya que Bastet no era un personaje, era simplemente otra faceta de ella.

Nicole bebió la cerveza por completo y luego la tiró al suelo y saltando de vuelta la barra se dirigió a la entrada y la abrió.

En el centro vio a cinco demonios seguidores de Melgar y bajo sus pies estaban diez criminales capturados con varias heridas en sus cuerpos. 

El área era pequeña. En el centro estaba una plaza y en los alrededores se encontraban un par de edificios como este bar, la armería y un par de casas para aquellos miembros de esta organización.

Las casas estaban destruidas y varios cuerpos estaban enterrados bajo los escombros. La mitad de la armería había desaparecido, al igual que la mitad del cuerpo de un mago de rango S que yacía allí.

Tirados en esta plaza se encontraban treinta cadáveres, la mayoría de rangos B, un par de rangos A y dos rangos S.

La líder era la última rango S que quedaba y murió de manera patética al rogar por su vida.

Todo lo hizo ella, mientras que los seguidores de Melgar se encargaron de cazar a aquellos que huían.

“Elimínenlos.” Ordenó Nicole en calma y viendo que los demonios se miraban entre ellos sin obedecer, preguntó. “¿O tienen órdenes para capturar algunos?”

La única razón para mantener vivos a esta clase de personas era para hacerlos firmar contratos y obligarlos a trabajar. Nicole no iba a quejarse de que criminales sean tratados de este modo y menos la escoria como los de esta organización. Era más, ella tenía esa clase de trabajadores bajo sus órdenes y no era tan hipócrita como para quejarse.

Aun así, ella no imaginaba que Melgar quisiera un par de rangos A y B que a la primera oportunidad huyeron para salvar sus vidas.

Y ella tampoco les daría el beneficio a ellos de que se unieran en su organización y no era porque no quería revelarse, sino que no estaba de humor.

“Sí. Hemos decidido dejar algunos.”

Una voz vino desde el suelo y Nicole levantó la ceja al ver que la sombra se levantaba y tomaba la forma de humanoide. Era la sombra de color oscuro de Melgar y esa sombra había hablado.

“Necesitamos mantener algunas organizaciones bajo nuestro yugo. Útil para mantener la apariencia y también para controlar el bajo mundo en el futuro.” Dijo la sombra de Melgar.

La voz era del demonio y si bien Nicole lo había visto antes usar esa capacidad, ella le encontraba interesante que él tuviera una sombra como un segundo cuerpo.

El rostro de Melgar tomó forma física de repente y en un segundo la sombra tomó los rasgos de Jasar el Pálido. La sombra y el cuerpo real cambiaron de posición en un instante.

“Empiecen con la limpieza. Necesitamos borrar los rastros de la batalla y de lo que sucedió.” Ordenó Melgar a los demonios y mirándola a ella, señaló. “Los que te han seguido son confiables. No dirán nada.”

Nicole recibió la mirada del hombre y luego, desviándose a los demonios que empezaban a guardar los cadáveres en anillos espaciales, soltó una risa.

“Gracias.” Respondió Nicole.

Él le estaba diciendo que nadie sabría que la persona que causó este desastre fue ella y con el estilo tan salvaje de Bastet. Lo cual era bueno, pero Nicole se preguntaba si tenía sentido.

Aurora era quien lideraba todo y probablemente si le preguntaba a Melgar, él revelaría todo. También estaba Andrés, que controlaba las redes y era probable que él la hubiera visto hacer varias de sus tareas de limpieza.

¿Sus amigos entenderían la clase de trabajo que realizaba? Cada uno de ellos tenían sus propias maneras de pensar y habían creado sus propios códigos y sentido moral y era difícil saber lo que ellos harían cuando se enteraran de la clase de persona que ella se había convertido.

Al final, Nicole no pensó demasiado. Cada uno de ellos eran diferentes y la razón por la cual eran amigos no era que compartieran valores o códigos morales.

“Si estás cansada, ve a descansar. Nosotros seguiremos la limpieza.” Dijo Melgar y mirando el cielo nocturno, agregó. “Es probable que antes del amanecer los altos mandos lleven una reunión para tratar las repercusiones y ahí probablemente tengamos que bajar el ritmo.”

La misión se llamaba limpieza, no únicamente porque ellos eliminaban a las organizaciones más peligrosas del bajo mundo, sino que también luego se encargaban de limpiar todo rastro de batalla.

El objetivo era evitar que las muertes que sucedían en el bajo mundo se hicieran oficiales y de ese modo las repercusiones no serían tan altas. No era lo mismo revelar que en un conflicto bélico sucedieron bajas de jugadores y militares a que se revelara que todo el bajo mundo fue masacrado en una noche.

“Van a tener un momento complicado.” Murmuró Nicole con una expresión difícil.

La dificultad y la complejidad venía del hecho de que en la actualidad el público en general no imaginaba que existieran conflictos y uno como el que había ocasionado Zerzura se convertiría en el centro de atención.

Si lo de las muertes salía a la luz, la culpa recaería en la ciudad y también en las autoridades que controlaban todo. Básicamente, la Empresa Apicius y la Iglesia del Tiempo y el Espacio serían cuestionadas y como también participó la Empresa Cosmos y la Ciudad Atlántida junto al Bosque Mágico, el asunto era grande.

El modo que se tratara las repercusiones definiría si Zerzura quedaba como los malos o buenos frente al mundo.

“Lo dudo. Los de arriba son buenos para esto y tienen los medios para solucionar las cosas.” Respondió Melgar en calma revelando cierta confianza.

Nicole pensó en la Empresa Apicius, la Empresa Cosmos y luego la Iglesia del Tiempo y el Espacio. Cada uno de ellos estuvo involucrado en este ataque y si ella era sincera, los dos primeros eran influyentes y tenían medios para evitar las mayores repercusiones.

Ella suspiró. Al menos eso era lo que le gustaba creer.

******

Andrés bebió un trago de jugo energizante. Este jugo estaba hecho con frutas y energía mágica y era creado por la Empresa Apicius, quienes la distribuían como recursos para el ejército.

Y en este momento él estaba en el cuartel militar de la ciudad Accra, en el comedor, yendo por su cena… En realidad, sería su desayuno, ya que en unas horas amanecería, pero a causa del trabajo él no había cenado.

Andrés luego de tomar la bebida llevó su botella a su mesa y miró los platos preparados y sonrió al sentarse dejando salir un suspiro agotado.

Iba a comer pollo asado y el aroma despertó su apetito y a pesar del cansancio él se puso a comer.

El agotamiento mental al trabajar era excesivo y él había pasado gran parte del día sentado en una silla, informando sobre detalle de misiones y a la vez encargándose del trabajo de interceptar y manipular mensajes.

Faltaba poco para amanecer y en este momento quedaban algunos puntos de resistencia, pero el mayor desafío había pasado y él lo había superado.

Sus compañeras seguían trabajando cada una en las secciones que les había tocado y Andrés quiso volver a su trabajo. Si él era sincero, Atenea, Minerva y Luna podían realizar todo el trabajo por su cuenta sin ayuda de nadie, pero ellas también tenían mucho trabajo y las ayudas de individuos con talentos relacionados con la tecnología le brindaba apoyo en tareas que se requería presencia física o en misiones menos prioritarias.

Al menos eso le gustaba creer a Andrés, aunque la realidad era que ellas tres eran incomparables en sus capacidades.

Comiendo mientras su mente pensaba en ese tema prácticamente distrayéndose, él levantó la cabeza cuando vio a Liam entrar al comedor.

“¿Estarás ocupado en unos minutos?” Preguntó Liam y con calma, explicó. “En unos minutos tengo que participar en la reunión de los altos mandos, pero ya hice una cita para reunirme con las redes de información de la república. Tenemos que organizarnos en preparación para el futuro.”

“Supongo que me quieres como remplazo para la reunión de los altos mandos.” Murmuró Andrés y viendo que Liam asentía, él suspiró. “Te ayudaré.”

Liam tenía su propia red de información y él estaba conectado con muchas redes en África, incluyendo a varias de la república. Ellos en el futuro se convertirían en las fuentes de información que mantendrían controlado todas estas tierras y era necesario organizarse para dividir el territorio y asegurar las lealtades.

Esa tarea era importante no solamente por el dinero y la riqueza que generarían, sino que también por la información que ellos en el futuro brindarían y que ayudaría a las autoridades a controlar tanto el bajo mundo como el mundo de los negocios.

Ellos eran mejor que extranjeros que deseaban obtener un territorio e invadían estas tierras.

“Gracias.” Dijo Liam y luego se fue apurado.

Andrés terminando de comer volvió a suspirar. Todavía sin haberse recuperado de su agotamiento.


mode_commentComentario de Evil_Warlord

Ayer no tuve tiempo de subir asi que subo ahora.

Reacciones del Capítulo (0)


Comentarios del capítulo: (0)