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Capítulo 689: Presa.
Aurora se movió cautelosamente entre los árboles y matorrales. Quizás estaba siendo exagerada al ser tan cautelosa, pero ya había visto a la bestia aterrizar y ella no quería causar problemas en su plan.
Había estado mirando los alrededores y preparando los detalles para su caza, pero si ella quería cazar sin ponerse en peligro era necesario mantener el sigiloso.
Para bien o para mal el enfrentamiento con ese lobo que la atacó antes le demostró que las bestias en este mundo eran más problemáticas de lo que parecían y ella no debía subestimar a nadie, incluso una bestia de rango S.
Este mundo de por si era muy diferente a la tierra. Las bestias al igual que los terranovense subían de nivel matando, pero el nivel no era lo único que existía.
Terra nova fue tratada como un juego no solamente por los niveles, sino que existían lo que llamaban ‘estadísticas’ y luego estaban habilidades. Tales eran razones por la cual la idea de que todo era juego predominaba en esos tiempos.
Las llamadas ‘estadísticas’ se compararían a los valores del cuerpo. La fuerza, agilidad, energía mágica y entre otros valores, pero lo extraño de este mundo eran que los seres vivos podían ‘subir’ esas estadísticas mientras más alto fuera el nivel.
Un espadachín de rango S de la tierra podía ser rápido si se centraba en entrenar la velocidad, pero aquí un espadachín del mismo rango podía ser rápido, fuerte y hasta ser capaz de lanzar magia.
Ni hablar de las ‘habilidades’ que no solamente trataban de magia. Por lo que Aurora había leído las habilidades en Terra nova englobaban desde técnicas de combate, magia y otro tipo de artes de combate que ella todavía no había visto y aunque la mayoría eran realizadas con energía mágica seguía siendo único en el estilo.
En cierta forma los seres vivos de este mundo al estar en contacto con la energía mágica desde sus inicios los llevó a evolucionar de maneras que Aurora no podía comprender.
Así que ella prefería ser cautelosa. Vino aquí a entrenar y tratar de pulir sus habilidades, pero todavía debía volver a la tierra y para volver, necesitaba sobrevivir.
“…”
Aurora al llegar debajo de un árbol enterró un artefacto mágico que había comprado en el pueblo de novatos y luego se quedó en silencio al ver por medio del arboles dos bestias que a primera mirada parecían serpientes.
La longitud de sus cuerpos de seis metros, la forma que se deslizaban por el aire y el movimiento de sus cabezas y ojos serpentinos llevaron a que ella pensara en las serpientes, pero estas bestias eran diferentes.
Los wyvern por lo general controlaban bestias de menor nivel que ellos y aquí presente resguardando los alrededores del nido de la pareja de wyvern se encontraban los ‘wyrm’ o al menos una subespecie de esta raza.
Estas bestias eran similares a las serpientes en algunos aspectos, pero ellos tenían alas emplumadas en sus espaldas y su cabeza era parecida a los wyvern, pero a la vez ligeramente diferente. No tenían cuernos y sus cabezas eran ligeramente más largas.
Ahora un par de esos wyrm pasaron cerca de moviéndose por el aire y Aurora mantuvo su mirada en ellos hasta que ambos abandonaron su campo de visión y sus sentidos.
Esas bestias eran de rango S y eran agiles, pero lo problemático no era la dificultad de lidiar con ellos, sino que si las enfrentaba y no las eliminaba con rapidez podrían alertar a la pareja de wyvern que ella necesitaba eliminar.
Luego de que Aurora se sintió segura avanzó por los arboles durante treinta metros y entonces se encontró con el empinado pico de esta montaña y ella empezó a escalarlo en silencio.
Aurora entendía que sus habilidades de sigilo no eran las mejores al menos en este mundo así que fue extremadamente cautelosa, pero para su suerte el pico empinado no era tan alto y debido a la forma fue fácil esconderse hasta que alcanzó un hueco de gran tamaño en la que pudo ocultarse mejor.
Luego de que ella entrara al hueco y se ocultara recién pudo tener momento para observar sus alrededores y la vista la impresiono.
Enormes picos de diferentes montañas se alzaban ante sus ojos. Algunos picos estaban cubiertos por las blancas nubes que engullían los picos y otros eran picos empinados y altos que se perdían entre las altas nubes del cielo.
La energía mágica en este sitio era sumamente densa hasta del punto de que un rango A o incluso un rango S de la tierra tendría problemas para lidiar, pero la vista era lo que hizo que Aurora se diera cuenta de que ya no estaba en la tierra. Esto era Terra nova.
Ella tuvo que agitar la cabeza para tratar de dejar de ser hipnotizada por la vista y bajó sus ojos a la zona más plana de esta montaña. El pico en donde ella se encontraba era el punto más alto, pero era el centro de una frondosa parcela en la cima de la montaña.
Los arboles verdes y altos conformaban un pequeño bosque, pero en todo este sitio un área era plana y Aurora observó a aquellos que crearon su nido en esta zona.
El wyvern que ella antes había visto estaba en un nido de rocas, árboles y hojas secas. El gran cuerpo de la bestia estaba descansando y a su lado estaba una bestia de mayor tamaño.
Si el wyvern hembra media dieciséis metros desde la punta de la cabeza hasta su cola el wyvern macho era aún más grande. Cerca de veintidós metros de longitud y Aurora comprendía que si abría sus amplias alas la envergadura sería sorprendente.
El cuerpo del macho tenia diferencias. El cuerpo sumamente musculoso y la tonalidad de las escamas era de un colorido marrón que parecía camuflarse entre las rocas, tal impresión venia de los raros patrones de las escamas que eran desordenados.
Otra de las mayores diferencias eran los cuernos y la cola. A diferencia de la hembra, los cuernos del macho eran aún más grande y tenía protuberancias sutiles mientras que las colas las escamas estaban dispuestas de tal manera que daba la impresión de ser un mazo con pinchos puntiagudos.
Un wyvern macho salvaje e indómito. Tal impresión era lo que generaba tal imponente bestia y Aurora mantuvo su mirada fija, pero se abstuvo de realizar un movimiento.
No temía que perdería, ya que ella confiaba en sus habilidades y desde que había llegado a este mundo su mayor ventaja se había convertido en la energía mágica que energizaba su cuerpo.
No obstante, no era ingenua. Ella no tenía la menor idea de su posición actual y como si fuera poco, tampoco conocía que enemigo desconocido esperaba entre esos grandes picos de otras montañas.
Así que hizo lo mejor que podía hacer en esta situación… Esperar.
“…”
Y así lo hizo. Estuvo cerca de trece horas esperando oculta en ese hueco frio y húmedo en lo alto de la montaña. La vista fue de ayuda para pasar su aburrimiento, pero la posición fue incomoda.
Aun así, ella se abstuvo de ser imprudente. Quizás estaba siendo demasiado cautelosa, pero Aurora no quería tomar riesgos innecesarios y menos cuando la situación estaba bajo su control.
El objetivo era cazar y como una cazadora necesitaba esperar. Al final de tantas horas su paciencia dio frutos y Aurora vio al macho mover su cuerpo y luego mover las alas mientras empezaba a correr al acantilado de la montaña y entonces la gran bestia se lanzó al vacío del acantilado y empezó a volar y alejarse.
Según el bestiario los wyvern les gustaba dividir sus tareas y mientras uno cuidaba el hogar, la otra parte cazaba y conseguía alimentos para ambos. El horario no estaba definido, pero ella tuvo suerte de que el macho saliera en el amanecer.
Una oportunidad perfecta para Aurora que había estado esperando durante tantas horas y ella no la desperdició.
Lo primero que hizo fue sacar un cristal transparente en lo cual mostraba diferentes puntos brillantes. Tal artefacto se encargaba de controlar todos los artefactos que ella puso alrededor del pico de la montaña y ahora ella los activo.
No hubo un efecto destacable, pero Aurora comprendió que ahora el sonido del interior del pico estaba sellado, lo que significaba que ella tenía la oportunidad de moverse.
Este sellado si la batalla estallaba no duraría demasiado, pero Aurora creyó que era suficiente, así que salió de su escondite y luego al mirar a la bestia desenfundó una de sus tantas espadas de entrenamiento y flotó en el aire creando plataformas.
Su objetivo estaba acostado en el nido a más de cien metros de distancia y Aurora al prepararse estallo con todas sus fuerzas. Su velocidad de rango SS y la alta energía mágica de su cuerpo hizo posible que su aceleración creciera a niveles impresionantes.
En un parpadeó ella llegó al cuello de la bestia que reaccionó cubriéndose con el ala, pero el aura roja rodeó la espada tan intensamente que atravesó las escamas, los músculos y la carne. Un corte profundo que a mitad de camino se detuvo cuando la espada se hizo trizas a causa de la intensidad del aura roja, pero el corte continuo.
Lo que salió al otro lado fue una espada de aura escarlata y Aurora apenas afirmó su posición se agachó y vio como la cola del wyvern hembra pasaba sobre su cabeza y luego ella realizó una pirueta hacia un lado esquivando la mordedura de la bestia.
“¡GYAA!”
Sin quedarse sin hacer nada en medio de su pirueta ella realizó un giró que lanzó un profundo corte rojo al ojo de la bestia provocando que gritara y la sangre salpicara para todos lados.
Aurora apenas aterrizó volvió a moverse de vuelta dejando un cráter a su espalda y ella esquivó la peligrosa cola de la bestia con una pirueta y se dirigió a la espalda. Específicamente a la conexión del ala con el cuerpo de la bestia.
Cuando estuvo a un metro de cercenar a la bestia ella vio como las escamas brillaban con sutileza y su instinto le advirtió lo suficiente como para que ella saltara al cielo.
Sus rápidos reflejos le permitieron observar como desde cada escama se generaban pinchos que apuntaron a ella y Aurora en vez de esquivar o retroceder movió su espada lanzando múltiples cortes incoloros.
“…”
Aurora ignoró el sonido de su espada cortando las piedras continuó lanzando sus cortes incoloros cada vez con mayor fervor. De cinco pasaron a diez, de diez a veinte y de veinte a cuarenta hasta que escuchó lo que buscaba.
“Gyaa…”
El chillido de dolor de la bestia hizo que Aurora sonriera y ella empujó su espada ignorando los pinchos que todavía se acercaban. Su objetivo fue el cruce entre todos sus cortes en donde una apertura diminuta quedo a la vista.
El aura roja de su espada de aura cambió a un aura verde y aunque ella estaba a diez metros en lo alto de la bestia, su estocada alcanzó su objetivo.
“¡GYAA!”
Aurora sintió como su espada de aura entraba en la carne de la bestia. Era un sentimiento extraño, pero en este punto para ella su espada de aura era una extensión de su cuerpo y podía percibirlo con claridad.
“HAA!”
Sintió como atravesaba las escamas, los músculos y luego la carne. Fue en ese momento que ella gritó dejando salir su aura roja y trató de balancear su espada con todas sus fuerzas.
Lo que quedaba de su espada de entrenamiento se deshizo y luego también la empuñadora, pero Aurora vio su corte deslizarse por la tierra a pesar de que en donde estaba ella no sucedió nada.
Su aura verde le permitió cruzar el espacio de una manera inexplicable y ella consiguió alcanzar a su objetivo… Aurora no pudo pensar demasiado en los detalles ya que recibió con su cuerpo los impactos de los pinchos de piedra que le lanzaron.
El impacto fue considerable y tal como se esperaría de una bestia de rango SS, pero ella también era una luchadora de rango S con un fuerte cuerpo que le permitió soportar la mayoría de los golpes.
Aurora tomó distancia mientras notaba como la nube de polvo causado por los pinchos se esfumaba y ella respiró hondo dejando que las heridas de su cuerpo se curaron. Su armadura y barrera la protegieron, pero a lo que se enfrentaba era a una bestia de rango SS con alta afinidad mágica, así que su cuerpo tuvo que soportar varios golpes.
Sin embargo, Aurora sonrió. Su cuerpo se curaba con una alta velocidad y las heridas superficiales desaparecían al instante y las heridas que eran más problemáticas se cerraban a una velocidad visible.
Si antes ella tenía una considerable regeneración, aquí tal regeneración fue multiplicada y fue igual para su fuerza.
“Dudo que el macho no se haya enterado.” Murmuró Aurora sonriendo mientras cerraba y abría sus puños.
Ella condensó su espada con su aura roja y la lanzó a un wyrm que estaba huyendo atravesándolo con un tajo, luego observó a su principal enemigo.
La espalda del wyvern hembra se encontraba en un horrible estado. Los cortes atravesaban gran parte de la espalda y las alas, pero lo que destacaba fue el último corte.
El corte que fue hecho a larga distancia y que mostró un alcance y potencia formidable había partido a la bestia a la mitad. Una bestia de rango SS con un cuerpo y físico que incluso era alabado en este mundo.
“Un corte poco limpió.” Murmuró Aurora acercándose a la bestia y mirando su corte.
No estaba bromeando, sino que era una observación honesta. El corte no fue limpió y era probable que se debiera a su espada rota.
Si bien ella podía crear espadas de aura sólidas para luchar, todavía no había logrado profundizar en las posibilidades de lo que podía hacer y tampoco crear un nuevo estilo. Por supuesto, su instinto en combate, entrenamiento y destreza le permitía mostrar una alta fuerza de combate.
Aun así…
“Todavía puedo lograr más.” Murmuró Aurora.
Si ella tuviera una espada que se ajustara a sus estándares y dejara las espadas de entrenamiento podría obtener un aumento formidable de fuerza.
Tal idea no era arrogancia, sino que provenía de un análisis sobre su propia fuerza y sus espadas de aura.
“Debería poder conseguir un arma aquí.” Murmuró Aurora en calma y observó a la distancia en donde una poderosa presencia enojada se acercaba.
Su último ataque había asesinado al wyvern hembra pero también había roto la insonorización del área y había asustado a los wyrm de rango S.
Ahora el macho se acercaba a la distancia y Aurora lo esperó en calma preparada para la batalla.
Tenía tiempo suficiente para pensar en su arma luego, así que ella sonrió al ver la figura de la bestia a la distancia y luego su cuerpo se tensó de inmediato.
“…”
El wyvern macho de más de veinte metros de longitud y cuyas alas abiertas llevaban a que su envergadura superara los cuarenta metros fue partido a la mitad. Aurora apenas pudo ver una cabeza un más grande saliendo de una nube en lo alto del wyvern, luego vio la sangre y las tripas cayendo al suelo.
Entonces una presencia surgió cuando una figura se elevó en el aire y Aurora tembló de pie a cabeza de forma instintiva mientras abría la boca totalmente atónita.
“¡GRAAAAAAAAAAAAAH!”
Lo primero que ella sintió fue el rugido que quemó toda la montaña y a pesar de que Aurora levantó su espada con el aura celeste el rugido la empujó hasta el pico de la montaña en donde soportó la intensidad del empuje.
Entre medio de las llamas que surgían en los alrededores y la distorsión de su campo de visión causado por el aura de la criatura, Aurora pudo verlo.
De ochenta a noventa metros de longitud desde la cabeza hasta la cola y más de doscientos metros de envergadura. Un cuerpo con gigantescas escamas rojas brillantes y ardientes, una cabeza grande con varios cuernos rojos más alto que ella.
Dientes blancos y afilados que probablemente podrían aplastarla con facilidad y una boca que partió a un wyvern en pedazos.
Cuatro patas grandes y gruesas con garras afiladas que daban la impresión de atravesar hasta las más fuertes armaduras o aplastar a varios humanos a la vez.
Aurora estaba cerca de un kilómetro de distancia, pero ella podía verlo… Y el dragón también la observó.
Ojos rojos tan intensos que Aurora sintió el calor provenir de ellos y luego estaba el aura. Si el majestuoso, gigante e impresionante cuerpo de un dragón ya era aturdidor, el aura era de otro mundo.
No era un aura que tendría una bestia normal. Ni su padre o madre podrían imitar la opresión y majestuosidad de esta aura.
“…”
Aurora apretó su espada por puro instinto y su mente lo único que vino fue como sobrevivir. Jamás se le ocurrió escapar y era porque no podía.
El aura no era algo que un rango SSS pudiera tener. Era algo más… Algo superior y a pesar de que el dragón era gigante, Aurora antes apenas pudo percibir el en movimiento y la única razón por la cual podía ver los detalles era porque ahora mismo estaba volando a una velocidad lenta.
Aurora que estaba tensa sintió como el aura que antes la presionaba se desviaba y el dragón al volver aletear aceleró llegando sobre su cabeza sobrepasándola y luego agarrándose del pico de la montaña donde ella se había ocultado.
El pico de por si era pequeño de unos treinta metros de altura y unos cien metros de anchura, pero cuando la criatura aterrizó tirando su peso la montaña tembló y ella fue lanzada hacia atrás por la sola onda expansiva.
“…”
Aurora tragó con miedo y luego frunció el ceño al ver como la bestia bajaba la cabeza dejando ver sus múltiples cuernos.
“Melorrill te encantan las entradas llamativas.” Una mujer de cabello de color azul que llegaba a la cintura y que llevaba un vestido dorado con complejamente bordado de color plateado, apareció entre los cuernos del dragón y descendió con calma.
El vestido se agitaba por el viento, pero a pesar de que descendía el vestido nunca reveló más que las largas piernas blancas.
La mirada, la presencia y ese descenso en este momento…
“Cithrel eres un ángel…” Murmuró Aurora al reconocer a la belleza que acababa de aparecer de repente y sus ojos se desviaron sutilmente a la gigantesca bestia que miraba desde detrás de la angelical princesa.
Cithrel al aterrizar sonrió descaradamente al escuchar su murmullo y se acercó para abrazarla, pero a mitad de caminó levantó su ceja y la olfateó similar a la primera vez que se encontraron en la tierra.
“Hueles bien. Como un vino maduro…” Murmuró Cithrel y oliendo otra vez, añadió. “Se pierde inocencia y se gana madurez. Estoy sorprendida, pero supongo que no es momento para que me lo cuentes.”
Aurora al escuchar la parte de ‘vino maduro’, ‘inocencia’ y ‘madurez’ la miró por un segundo sin comprender a lo que se refería, pero luego volvió a mirar de reojo a la figura majestuosa que estaba detrás.
El dragón que Cithrel llamó Melorrill estaba mostrando los colmillos y por la mirada de que le daba Aurora supo que se estaba divirtiendo al escuchar la conversación y mayormente al verla.
Aurora trató de controlar su mente y cuerpo, pero… No pudo.
¿Su espada podía cortar esas escamas? Las escamas rojas del dragón ni siquiera se podían comparar a la del wyvern ya que eran completamente diferentes.
Estas escamas eran gruesas, grandes y daban la impresión de que podrían resistir su corte más potente lo cual era impresionante. El dragón del cual ella solamente había oído historias era impresionante.
A pesar de su inmenso tamaño no tenía ninguna abertura y Aurora no podía imaginar cómo podría derrotarlo, pero lo intentaba. Su mente simuló cientos de escenarios posibles y en ninguno terminaba con buen resultado y ese ‘buen’ resultado era simplemente atravesar las gruesas escamas rojas.
“Los terrícolas siempre son iguales.” Refunfuñó Cithrel y girándose para mirar al dragón, ordenó. “No seas duro con ella, Melorrill.”
Aurora parpadeó al darse cuenta de que Cithrel entendió lo que ella estaba pensando y la orden que dio.
Aun así, ella no pudo rechazarlo y tampoco lo intento. Era imposible rechazar el combate con un ser que era sacado de las leyendas.
Melorrill, el Dragón Rojo percibió su deseo de ponerse en prueba y mostró los colmillos.
“No se preocupe, Su Majestad. Sera fácil.” Murmuró el dragón y apenas Cithrel desapareció, la dragona abrió su boca.
Aurora vio los afilados colmillos y luego como una luz se asomaba desde lo profundo de la garganta y…
“Mierda…”
Ese fue su ultimo murmullo.
Capítulo 690: Guía.
Capítulo 690: Guía.
Apenas Aurora recuperó la conciencia sintió el dolor por todo su cuerpo y ella lentamente abrió sus ojos y parpadeó dándose cuenta de la suavidad de la cama en donde se encontraba.
La suaves y blancas sabanas que cubrían su cuerpo y la suavidad del colchón hizo que ella quisiera acostarse a descansar, pero la extrañeza del lugar lo impidió.
Ella estaba acostada en una amplia cama y notó a través de las cortinas a cada lado de la cama la extensa habitación en la que se encontraba.
Aurora quitó las sabanas y dándose cuenta de que tenía un pijama suspiró en calma y luego soltó un suspiro agotado.
No duro demasiado en el combate o para decirlo de otra manera lo último que recordaba era haber esquivado el fuego de Melorrill que derritió por completo gran parte de la montaña y luego haber recibido un manotazo.
Ni siquiera fue con las garras fue un golpe como si un gigante golpeara a una mosca molesta y tal ataque fue suficiente para noquearla. Su barrera celeste, su armadura e incluso su cuerpo no pudo soportarlo.
Peso, velocidad y fuerza… Todo combinado en uno solo ataque fue devastador.
“Es impresionante.” Murmuró Aurora tratando de acomodarse en la orilla de la cama.
Aurora no se enojó por su perdida, sino que estaba impresionada por haber visto un dragón. Existencias que eran conocidas por ser lo más cercano a los dioses y que aclamaban estar en lo más alto de la cadena alimenticia entre los mortales.
Al final, ella dejó esos pensamientos y se concentró en sus alrededores.
La amplia habitación en la que se encontraba era extravagante a niveles que ella jamás había visto. Ella podía ver los ventanales con sus cortinas traslucidas cuya tela daba una sensación de suavidad y brillo misteriosa.
Luego las paredes blancas con ligeros tallados dorados iniciaban en lo más bajo y subían al techo ovalado y alto conformando un tallado en donde se podía ver hombres y mujeres con alas blancas bailando.
El candelabro del centro de la habitación sobre los amplios sofás iluminaba perfectamente cada rincón de la habitación mientras que la luz solar de los ventanales ligeramente cubiertos por las cortinas iluminaba cálidamente el interior.
La mezcla de luz natural con la luz mágica del candelabro se encargaba de revelar la extravagancia de cada mueble del interior de esta habitación.
Desde la cama, los sofás, las mesas y sillas, el ropero y los otros muebles emanaban energía mágica mostrando que cada mueble era un artefacto mágico o si no lo era entonces la materia primera era de primera calidad.
“Un poco pretencioso.” Murmuró Aurora en calma.
Una parte de ella pensó que era todo para presumir, pero ella desecho esa idea con facilidad. Ella probablemente estaba en el corazón del Imperio Falion y, por ende, era posible que cada habitación fuera extremadamente lujosa.
Aurora ignoró sus alrededores y simplemente se levantó y empezó a estirarse dejando que sus huesos sonaran.
Ella entendió porque los dragones eran tan alabados y se hablaba tanto de ellos. A pesar del tamaño de Melorrill, ella era aterradoramente rápida.
Lo peor era que Aurora no había visto todo. El aliento de dragón era sin duda digno de una poderosa magia prohibida, pero ella comprendía que no era todo.
¿Cómo es posible vencer a un dragón? Tal pregunto pasó por su mente y ella escuchó el ruido de la puerta.
“Quie…” Aurora que estuvo por preguntar quién era, se quedó tiesa al ver que las puertas se abrían en par y si al inicio ella pensó que era Cithrel, frunció el ceño de inmediato, al ver quienes entraban.
Una mujer seguida de cinco mujeres más entró a la habitación. La que guiaba el camino era una mujer rubia de ojos azules.
Cabello rubio largo, ojos azules y alta. Su mirada presuntuosa y su caminata orgullosa mostraba la altitud de la mujer que a Aurora les recordó a los nobles que miraba en las películas que de vez en cuando veía con su hermana.
La mujer llevaba un vestido de sirvienta largo en una mezcla de estilo victoriano y disfraz moderno de color blanco y negro. La falda era corta revelando parte de las piernas que estaban cubierta por media blancas.
¿Cithrel o los jugadores instauraron esta moda? Aurora parpadeó por la vestimenta de lo que ella suponía que eran sirvientas y observó a las mujeres.
Las otras mujeres que seguían a la mujer principal también revelaban cierta altanería y el color de cabello predominante era el rubio al igual que los ojos, pero un par de ellas se notaban nerviosas. Tal vez por entrar descortésmente.
“Así que tú eres la invitada de Su Majestad.” Dijo la mujer rubia mirándola de pie a cabeza y mostrando lo que Aurora supuso que era burla.
¿El Imperio Falion estaba tan mal como para que las sirvientas actuaran de esta manera? Aurora tuvo esa pregunta en su mente, pero por lo que recordó de las conversaciones que tuvo cuando estuvo en la tierra con Cithrel supuso que no era correcto.
“Quítate esos trapos.” Ordenó la mujer e hizo una señal para que otra sirvienta sacara un vestido y un par de zapatos. “Su Majestad en este momento está en una reunión importante y ha pedido por ti. Solo dañaras su reputación si vas con esos trapos.”
Aurora al escuchar que hablaba de su pijama bajó la cabeza y supo de inmediato que el pijama era uno de los que usaba Cithrel. Probablemente esa princesa la guio para que se pusiera el pijama.
“Bien.” Respondió Aurora en calma.
Estaba agotada física y mentalmente lo suficiente como para no querer discutir y a pesar de que no le gustaba el vestido que le estaban ofreciendo, simplemente iba a seguir la corriente.
Estaba en un mundo desconocido en medio de un imperio desconocido y Aurora creía que tenía que seguir el sentido común local y para ella tal sentido común era algo que incluso su amistad con Cithrel no podía evitar.
Así que recibió el vestido blanco frunció un poco por los bordados y el corset que no solamente se veía apretado si no que era ligeramente escotado y revelaba bastante piel o más de lo que ella esperaba de su idea de un mundo en el medievo
Aurora al ver el vestido notó que el vestido era un estilo de la edad victoria y dudó si fueron los jugadores quienes impusieron este estilo victoria o era algo que surgió localmente.
En medio de sus dudas simples, ella frunció el ceño de inmediato al ver que las sirvientas se acercaban.
“Me puedo cambiar sola.” Dijo Aurora al darse cuenta de que las intenciones de las demás sirvientas y al ver que la mujer mandona no quería ceder, añadió. “No estoy acostumbrada a que me ayuden a cambiarme.”
Su tono fue tranquilo, pero su mirada negaba cualquier tipo de ayuda. Ella era una terrícola que se cambiaba sola… Incluso Cithrel usaba magia o un artefacto para ayudarla a cambiarse y Aurora no tenía intenciones de ceder en este asunto.
Incluso para ella había limites en el sentido común local que podía aceptar.
“Helisent es mejor dejarla sola.” Una sirvienta que estaba en el fondo y que parecía asustada hablo calmadamente.
Aurora recibió la mirada de los ojos azules de la sirvienta que parecía querer ayudarla y al final vio como la mujer llamada Helisent asentía.
“Que sea rápido.” Ordenó Helisent y dio una orden para que se retiraran.
Aurora las vio salirse y notó como la puerta se cerraba sellando el interior y ella suspiró.
“En el pueblo de novatos eran más cordiales.” Murmuró Aurora en calma.
Aurora no entendía la razón del trato actual a su persona. Lo poco que había interactuado con los terranovense sintió que cada uno de ellos eran agradables e incluso los miembros del imperio eran respetuosos.
Por supuesto, había personas descortés y maleducadas en cualquier parte, pero al menos ella no recordaba haberse encontrado a uno que la despreciara por ser un ‘plebeyo’.
Aunque tampoco podía decir mucho, ya que su estatus siempre fue alto y estaba lejos de considerarse una persona común.
¿Enviaron las personas más cordiales a la tierra?
Aurora simplemente se rio ante tal pensamiento y realmente no le dio importancia. Hasta ahora por sus interacciones con aquellos del pueblo de novatos fue agradable y no iba a dejar que una persona al azar dañara la imagen que estaba teniendo de los locales.
“¿Lista?”
“Me lo están dejando difícil.” Murmuró Aurora al escuchar la pregunta del exterior de la habitación y luego suspiró al ponerse el vestido con ‘cambio rápido’.
Gracias a que todavía tenía su anillo espacial era fácil cambiarse a cualquier tipo de ropa en un instante, así que ella lo aprovechó y luego se miró en un espejo cercano ajustándose un poco la ropa.
El vestido era de color blanco y si bien tenia algunos bordados era un estilo bastante simple que no concordaba con el corset apretado y altamente bordado. La calidad de la tela era alta y única probablemente algo de Terra nova que era difícil conseguirse en la tierra.
“Listo.” Dijo Aurora cuando terminó de arreglarse.
Helisent al entrar frunció el ceño al verla como si incluso con un vestido fuera difícil quitarle el aura de ‘plebeya’.
“Arréglenla.” Ordenó con un tono despectivo.
Las otras sirvientas se acercaron y Aurora simplemente cedió y levantó sutilmente la ceja al ver a las sirvientas trabajar.
Las sirvientas se dividieron el trabajo de inmediato. Una fue por su cabello para arreglarla, otro acomodo y arregló la parte baja de su vestido y la más tímida arregló el corset y…
“Ugh…” Lo apretó tan fuerte que Aurora sintió que se quedaba sin aliento.
Era un rango SS con un fuerte cuerpo que se mantenía en una forma perfecta, pero igual el corset fue apretado tanto que ella lo pudo sentir.
Antes de que ella se quejara, otra sirvienta le trajo el espejo y…
“Wow, me veo bien.” Murmuró Aurora al darse cuenta de que el corset al estar tan apretado resaltaba su escote.
¿Cuántos puntos de ataque acaba de ganar con esta vestimenta? Aurora que no heredó los grandes atributos de su madre fue sorprendida al ver el cambio que ofrecía este vestido.
Por supuesto, un poco de incomodidad era el costo de un poderío de ataque mayor.
Su murmulló provocó una sonrisa en la sirvienta tímida que le había apretado el corset.
“Vamos.” Ordenó Helisent.
Aurora no tuvo oportunidad de agradecer y tuvo que seguir al grupo escoltada por las sirvientas alrededor y siguiendo la espalda de Helisent.
Ella observó a la mujer, la caminata, la altivez y como paseaba por el amplio corredor del palacio y supo que Helisent no era una sirvienta. A diferencia de las demás sirvientas que parecían acostumbradas a sus roles, la mujer mostraba altivez y confianza para ordenar.
¿Su idea de que la mujer era una noble estaba acertada?
Aurora simplemente continúo caminando y dirigió su mirada al pasillo que estaban entrando. Las paredes estaban bien decoradas con diferentes cuadros y a cada lado se podían ver varias armaduras de caballeros.
Las paredes eran de un color dorado y si bien no brillaba al ser iluminado por los candelabros, si resultaba los diferentes tallados.
Aparte de las decoraciones lo que Aurora no paraba de mirar fue las estatuas de caballeros. Armaduras de cuerpo completo de color plateado en el que no se podía ver los ojos. Cada una de las armaduras brillaban, pero lo que más resaltaba era la calidad de la armadura.
Probablemente rangos SS de la tierra pagarían una fortuna por estos conjuntos hasta el punto de que incluso los más ricos tendrían que quedar en deuda.
“¿Sus ojos acaban de brillar?” Preguntó Aurora con curiosidad al ver que en medio de la rendija de uno de los cascos brilló.
“Son armaduras vivientes regaló del Emperador Ka…”
“Silencio.”
La sirvienta tímida trató de responder en voz baja, pero Helisent la interrumpió acallándola.
“Espero que la estadía no sea muy larga.” Murmuró Aurora y si bien notó que el cuerpo de Helisent tembló de disgusto, el grupo continuó.
Aurora honestamente esperaba que su estadía no fuera tan larga o mejor sería decir que esperaba no tener tan pésimo guía.
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