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TG - Capítulo 690
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Capítulo 690: Guía.

Capítulo 690: Guía.

Apenas Aurora recuperó la conciencia sintió el dolor por todo su cuerpo y ella lentamente abrió sus ojos y parpadeó dándose cuenta de la suavidad de la cama en donde se encontraba.

La suaves y blancas sabanas que cubrían su cuerpo y la suavidad del colchón hizo que ella quisiera acostarse a descansar, pero la extrañeza del lugar lo impidió.

Ella estaba acostada en una amplia cama y notó a través de las cortinas a cada lado de la cama la extensa habitación en la que se encontraba.

Aurora quitó las sabanas y dándose cuenta de que tenía un pijama suspiró en calma y luego soltó un suspiro agotado.

No duro demasiado en el combate o para decirlo de otra manera lo último que recordaba era haber esquivado el fuego de Melorrill que derritió por completo gran parte de la montaña y luego haber recibido un manotazo.

Ni siquiera fue con las garras fue un golpe como si un gigante golpeara a una mosca molesta y tal ataque fue suficiente para noquearla. Su barrera celeste, su armadura e incluso su cuerpo no pudo soportarlo.

Peso, velocidad y fuerza… Todo combinado en uno solo ataque fue devastador.

“Es impresionante.” Murmuró Aurora tratando de acomodarse en la orilla de la cama.

Aurora no se enojó por su perdida, sino que estaba impresionada por haber visto un dragón. Existencias que eran conocidas por ser lo más cercano a los dioses y que aclamaban estar en lo más alto de la cadena alimenticia entre los mortales.

Al final, ella dejó esos pensamientos y se concentró en sus alrededores.

La amplia habitación en la que se encontraba era extravagante a niveles que ella jamás había visto. Ella podía ver los ventanales con sus cortinas traslucidas cuya tela daba una sensación de suavidad y brillo misteriosa.

Luego las paredes blancas con ligeros tallados dorados iniciaban en lo más bajo y subían al techo ovalado y alto conformando un tallado en donde se podía ver hombres y mujeres con alas blancas bailando.

El candelabro del centro de la habitación sobre los amplios sofás iluminaba perfectamente cada rincón de la habitación mientras que la luz solar de los ventanales ligeramente cubiertos por las cortinas iluminaba cálidamente el interior.

La mezcla de luz natural con la luz mágica del candelabro se encargaba de revelar la extravagancia de cada mueble del interior de esta habitación.

Desde la cama, los sofás, las mesas y sillas, el ropero y los otros muebles emanaban energía mágica mostrando que cada mueble era un artefacto mágico o si no lo era entonces la materia primera era de primera calidad.

“Un poco pretencioso.” Murmuró Aurora en calma.

Una parte de ella pensó que era todo para presumir, pero ella desecho esa idea con facilidad. Ella probablemente estaba en el corazón del Imperio Falion y, por ende, era posible que cada habitación fuera extremadamente lujosa.

Aurora ignoró sus alrededores y simplemente se levantó y empezó a estirarse dejando que sus huesos sonaran.

Ella entendió porque los dragones eran tan alabados y se hablaba tanto de ellos. A pesar del tamaño de Melorrill, ella era aterradoramente rápida.

Lo peor era que Aurora no había visto todo. El aliento de dragón era sin duda digno de una poderosa magia prohibida, pero ella comprendía que no era todo.

¿Cómo es posible vencer a un dragón? Tal pregunto pasó por su mente y ella escuchó el ruido de la puerta.

“Quie…” Aurora que estuvo por preguntar quién era, se quedó tiesa al ver que las puertas se abrían en par y si al inicio ella pensó que era Cithrel, frunció el ceño de inmediato, al ver quienes entraban.

Una mujer seguida de cinco mujeres más entró a la habitación. La que guiaba el camino era una mujer rubia de ojos azules.

Cabello rubio largo, ojos azules y alta. Su mirada presuntuosa y su caminata orgullosa mostraba la altitud de la mujer que a Aurora les recordó a los nobles que miraba en las películas que de vez en cuando veía con su hermana.

La mujer llevaba un vestido de sirvienta largo en una mezcla de estilo victoriano y disfraz moderno de color blanco y negro. La falda era corta revelando parte de las piernas que estaban cubierta por media blancas.

¿Cithrel o los jugadores instauraron esta moda? Aurora parpadeó por la vestimenta de lo que ella suponía que eran sirvientas y observó a las mujeres.

Las otras mujeres que seguían a la mujer principal también revelaban cierta altanería y el color de cabello predominante era el rubio al igual que los ojos, pero un par de ellas se notaban nerviosas. Tal vez por entrar descortésmente.

“Así que tú eres la invitada de Su Majestad.” Dijo la mujer rubia mirándola de pie a cabeza y mostrando lo que Aurora supuso que era burla.

¿El Imperio Falion estaba tan mal como para que las sirvientas actuaran de esta manera? Aurora tuvo esa pregunta en su mente, pero por lo que recordó de las conversaciones que tuvo cuando estuvo en la tierra con Cithrel supuso que no era correcto.

“Quítate esos trapos.” Ordenó la mujer e hizo una señal para que otra sirvienta sacara un vestido y un par de zapatos. “Su Majestad en este momento está en una reunión importante y ha pedido por ti. Solo dañaras su reputación si vas con esos trapos.”

Aurora al escuchar que hablaba de su pijama bajó la cabeza y supo de inmediato que el pijama era uno de los que usaba Cithrel. Probablemente esa princesa la guio para que se pusiera el pijama.

“Bien.” Respondió Aurora en calma.

Estaba agotada física y mentalmente lo suficiente como para no querer discutir y a pesar de que no le gustaba el vestido que le estaban ofreciendo, simplemente iba a seguir la corriente.

Estaba en un mundo desconocido en medio de un imperio desconocido y Aurora creía que tenía que seguir el sentido común local y para ella tal sentido común era algo que incluso su amistad con Cithrel no podía evitar.

Así que recibió el vestido blanco frunció un poco por los bordados y el corset que no solamente se veía apretado si no que era ligeramente escotado y revelaba bastante piel o más de lo que ella esperaba de su idea de un mundo en el medievo

Aurora al ver el vestido notó que el vestido era un estilo de la edad victoria y dudó si fueron los jugadores quienes impusieron este estilo victoria o era algo que surgió localmente.

En medio de sus dudas simples, ella frunció el ceño de inmediato al ver que las sirvientas se acercaban.

“Me puedo cambiar sola.” Dijo Aurora al darse cuenta de que las intenciones de las demás sirvientas y al ver que la mujer mandona no quería ceder, añadió. “No estoy acostumbrada a que me ayuden a cambiarme.”

Su tono fue tranquilo, pero su mirada negaba cualquier tipo de ayuda. Ella era una terrícola que se cambiaba sola… Incluso Cithrel usaba magia o un artefacto para ayudarla a cambiarse y Aurora no tenía intenciones de ceder en este asunto.

Incluso para ella había limites en el sentido común local que podía aceptar.

“Helisent es mejor dejarla sola.” Una sirvienta que estaba en el fondo y que parecía asustada hablo calmadamente.

Aurora recibió la mirada de los ojos azules de la sirvienta que parecía querer ayudarla y al final vio como la mujer llamada Helisent asentía.

“Que sea rápido.” Ordenó Helisent y dio una orden para que se retiraran.

Aurora las vio salirse y notó como la puerta se cerraba sellando el interior y ella suspiró.

“En el pueblo de novatos eran más cordiales.” Murmuró Aurora en calma.

Aurora no entendía la razón del trato actual a su persona. Lo poco que había interactuado con los terranovense sintió que cada uno de ellos eran agradables e incluso los miembros del imperio eran respetuosos.

Por supuesto, había personas descortés y maleducadas en cualquier parte, pero al menos ella no recordaba haberse encontrado a uno que la despreciara por ser un ‘plebeyo’.

Aunque tampoco podía decir mucho, ya que su estatus siempre fue alto y estaba lejos de considerarse una persona común. 

¿Enviaron las personas más cordiales a la tierra?

Aurora simplemente se rio ante tal pensamiento y realmente no le dio importancia. Hasta ahora por sus interacciones con aquellos del pueblo de novatos fue agradable y no iba a dejar que una persona al azar dañara la imagen que estaba teniendo de los locales.

“¿Lista?”

“Me lo están dejando difícil.” Murmuró Aurora al escuchar la pregunta del exterior de la habitación y luego suspiró al ponerse el vestido con ‘cambio rápido’.

Gracias a que todavía tenía su anillo espacial era fácil cambiarse a cualquier tipo de ropa en un instante, así que ella lo aprovechó y luego se miró en un espejo cercano ajustándose un poco la ropa.

El vestido era de color blanco y si bien tenia algunos bordados era un estilo bastante simple que no concordaba con el corset apretado y altamente bordado. La calidad de la tela era alta y única probablemente algo de Terra nova que era difícil conseguirse en la tierra.

“Listo.” Dijo Aurora cuando terminó de arreglarse.

Helisent al entrar frunció el ceño al verla como si incluso con un vestido fuera difícil quitarle el aura de ‘plebeya’.

“Arréglenla.” Ordenó con un tono despectivo.

Las otras sirvientas se acercaron y Aurora simplemente cedió y levantó sutilmente la ceja al ver a las sirvientas trabajar.

Las sirvientas se dividieron el trabajo de inmediato. Una fue por su cabello para arreglarla, otro acomodo y arregló la parte baja de su vestido y la más tímida arregló el corset y…

“Ugh…” Lo apretó tan fuerte que Aurora sintió que se quedaba sin aliento.

Era un rango SS con un fuerte cuerpo que se mantenía en una forma perfecta, pero igual el corset fue apretado tanto que ella lo pudo sentir.

Antes de que ella se quejara, otra sirvienta le trajo el espejo y…

“Wow, me veo bien.” Murmuró Aurora al darse cuenta de que el corset al estar tan apretado resaltaba su escote.

¿Cuántos puntos de ataque acaba de ganar con esta vestimenta? Aurora que no heredó los grandes atributos de su madre fue sorprendida al ver el cambio que ofrecía este vestido.

Por supuesto, un poco de incomodidad era el costo de un poderío de ataque mayor.

Su murmulló provocó una sonrisa en la sirvienta tímida que le había apretado el corset.

“Vamos.” Ordenó Helisent.

Aurora no tuvo oportunidad de agradecer y tuvo que seguir al grupo escoltada por las sirvientas alrededor y siguiendo la espalda de Helisent.

Ella observó a la mujer, la caminata, la altivez y como paseaba por el amplio corredor del palacio y supo que Helisent no era una sirvienta. A diferencia de las demás sirvientas que parecían acostumbradas a sus roles, la mujer mostraba altivez y confianza para ordenar.

¿Su idea de que la mujer era una noble estaba acertada? 

Aurora simplemente continúo caminando y dirigió su mirada al pasillo que estaban entrando. Las paredes estaban bien decoradas con diferentes cuadros y a cada lado se podían ver varias armaduras de caballeros.

Las paredes eran de un color dorado y si bien no brillaba al ser iluminado por los candelabros, si resultaba los diferentes tallados.

Aparte de las decoraciones lo que Aurora no paraba de mirar fue las estatuas de caballeros. Armaduras de cuerpo completo de color plateado en el que no se podía ver los ojos. Cada una de las armaduras brillaban, pero lo que más resaltaba era la calidad de la armadura.

Probablemente rangos SS de la tierra pagarían una fortuna por estos conjuntos hasta el punto de que incluso los más ricos tendrían que quedar en deuda.

“¿Sus ojos acaban de brillar?” Preguntó Aurora con curiosidad al ver que en medio de la rendija de uno de los cascos brilló.

“Son armaduras vivientes regaló del Emperador Ka…” 

“Silencio.”

La sirvienta tímida trató de responder en voz baja, pero Helisent la interrumpió acallándola.

“Espero que la estadía no sea muy larga.” Murmuró Aurora y si bien notó que el cuerpo de Helisent tembló de disgusto, el grupo continuó.

Aurora honestamente esperaba que su estadía no fuera tan larga o mejor sería decir que esperaba no tener tan pésimo guía.


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TG - Capítulo 691
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Capítulo 691: Otro mundo.

Capítulo 691: Otro mundo.

Aurora siguió caminando por el amplio pasillo y en vez de hacer preguntas que podrían alterar el mal humor de Helisent, simplemente se concentró en las armaduras vivientes.

¿Cuánto les pagaban a esas armaduras vivientes para quedarse quietas todo el día? Por lo que Aurora sabia las armaduras sirvientes eran un tipo de no muerto y probablemente no se quedarían todo el día como estatuas gratuitamente.

¿O sí?

Aurora en un punto ya no supo que pensar debido a que el número de armaduras vivientes que notó fue elevándose y un punto los dejo de contar.

Se encontraban cada varios metros y entre más avanzaban por el pasillo los detalles de las armaduras empezaban a cambiar siendo cada vez más complejos y a la vez mas relucientes.

“…”

Aurora al llegar a una encrucijada amplia en la que se encontraba una puerta doble de cuatro metros de altura notó aún más armaduras, pero estas de color negro azabache y ella las contó.

Dos armaduras a lado de las puertas y dos a cada lado de los seis caminos que se conectaban a esta encrucijada y cada uno de ellos eran armaduras vivientes y si bien ocultaban el aura, era fácil notar que eran calamidades.

Rangos SSS como estatuas… ¿Se quedaban quietas todo el tiempo? Para Aurora los no muertos eran como cualquier otro ser ‘vivo’ lo que significaba que tenían consciencia como para decidir y le parecía extraño que aceptaran quedarse como estatuas.

¿Diferente estilo de vida? ¿Diferentes pensamientos de especies? Aurora no pudo responder su propia duda ya que siguió a Helisent a una puerta unos metros de la puerta de mayor tamaño y al entrar pudo ver una gran y amplia sala.

Cerca de sesenta metros de longitud y unos ochenta metros de altura con pilares blancos rodeando una amplia mesa rectangular en los que hombres y mujeres se encontraban sentados.

Aurora que observó rápidamente a esas personas bien vestidas se fijó en Cithrel que estaba en la parte delantera de esa mesa y que al verla primero sonrió y luego frunció el ceño con una mirada extraña.

“Su Majestad he traído a su invitada.” Dijo Helisent al arrodillarse.

Ellas no se acercaron a la mesa amplia sino se quedó al lado de un pilar y guiados por Helisent se arrodillaron mirando al suelo.

Aurora que fue tomada por sorpresa por la rápida reacción de las sirvientes que ya tenían entrenado el saludo.

“¿Debo?” Preguntó Aurora a Cithrel sin saber qué hacer.

La razón de su pregunta fue en parte a las miradas del grupo que estaba sentada en la larga mesa. Cerca de veinte hombres y mujeres bien vestidos la estaban mirando y si bien las auras eran serenas, algunos no ocultaban su poderío.

Mayormente rangos SSS y si bien ninguno la miraba de mala manera y era una mirada de curiosidad, para Aurora fue claro que cada uno de ellos eran personas importantes.

“¿Puedes arrodillarte con ese vestido?” Preguntó Cithrel levantándose de su asiento con comodidad y mirándola de pie a cabeza con extrañeza, dudó. “No voy a negar que te queda bien. Resalta tus atributos y todo, pero… ¿Qué demonios haces con eso?”

La pregunta fue directa y Aurora notó de inmediato que Helisent tembló como si se diera cuenta de la extrañeza de la voz de Cithrel.

Cithrel estaba sorprendida de verla llevando este vestido y para ella fue claro que la orden de vestirla bien no fue dada directamente.

“Me veo bien.” Respondió Aurora y encogiéndose de hombros, añadió. “Y me gusta.”

Cithrel soltó un bufido ante su simple respuesta y se acercó al frente de las sirvientas y la fue mirando una por una. Ninguna se atrevió a levantar la cabeza y la sola mirada de Cithrel causó temblor en la mayoría de ellas.

Aurora notó el sudor y el temblor de Helisent que le era imposible ocultar el miedo.

Al final la mirada de Cithrel dio a parar a la sirvienta más tímida y…

“¿Melorrill no te pedí que vieras si Aurora estaba despierta? ¿Por qué ahora tengo una muñeca?” Cuestionó Cithrel con un tono autoritario.

La sirvienta rubia que para Aurora había supuesto que era la más tímida se levantó y su cuerpo empezó a cambiar al igual que su cabello.

El cabello rubio paso a un colorido rojo intenso y la altura disminuyó varios centímetros. Lo único que se mantuvo igual fue la esbeltez, ya que le aura, la presencia e incluso la mirada cambio por completo.

Aurora reconoció los ojos rojos de la mujer y Melorrill que se levantó caminó al frente de Cithrel y señaló a Helisent.

“Fui a buscar a su amiga, pero a mitad de camino me encontré con la noble hija del Duque Torvaris.” Dijo Melorrill e ignorando el temblor de Helisent y de un hombre de la mesa, aclaró. “Helisent me obligó a revelarle mi objetivo y como ella deseaba ser una ‘digna’ sirvienta de Su Majestad tomó el liderazgo de traer a la ‘sucia’ plebeya.”

El tono de Melorrill fue burlón y sonrió al mirar a Helisent que paso de arrodillarse a golpear su cabeza con el piso.

“Lo siento…”

“Silencio.” Ordenó Cithrel de inmediato y toda la sala cambio.

Las auras se levantaron de inmediato y aplastaron a todas las sirvientas hasta el punto de que las cabezas golpearon el piso.

Una de las auras vino de Melorrill que sonreía y las otras vinieron de aquellas personas de la mesa y la mayoría de ellos mostraron auras de rango SSS controladas a la perfección.

Ninguna de esas auras la toco a ella y Aurora no pudo evitar admirar el control tan meticuloso y más que todo eso… Tantas personas poderosas reunidas en una sala.

Cithrel se frotó el rostro y les hizo una señal simple a las personas en la mesa como si les ordenara que dejaran de ‘molestar’.

“Lo siento. Es mi culpa.” Dijo Cithrel y suspirando al mirar a las sirvientas, añadió. “Estoy contratando sirvientas nuevas. Las más leales se encuentran encargándose de mi coronación, así que tuve que reclutar a las hijas de los nobles.” 

Ambas miraron a Helisent que temblaba y parecía llorar en silencio, entonces se miraron.

“Como ves no son las mejores opciones.” Dijo Cithrel con desprecio y mirándola directamente, preguntó. “¿Entonces qué quieres hacer? Normalmente seria ejecutada.”

Aurora al escuchar las últimas palabras observó a Cithrel con extrañeza tratando de ver si estaban jugando con ella, pero…

“Es verdad. Te invite como mi amiga personal y teóricamente deberían tratarte con el mismo respeto que a mí y, por ende, recibir un castigo similar si existe cualquier falta de respeto.” Explicó Cithrel como si fuera obvio.

“El Imperio Falion es bastante tradicional.” Dijo Melorrill en calma y apunto a la mesa en donde varias personas estaban reunidas. “Mira hasta el Duque Torvaris no opondrá resistencia si ejecutan a su hija. Probablemente eso sea mejor a que le castigo se extienda a la familia.”

Aurora observó la mesa y notó que algunos asentían al comentario de Melorrill y otros agitaban la cabeza mirando a Helisent e incluso otros miraban a un hombre que mostraba un rostro furioso al mirar a Helisent.

El rostro tenía una similitud a Helisent. De cabello rubio y ojos azules. El hombre de mediana edad delgado y de barba recortada no ocultaba su ira hacia lo que Aurora supuso como su propia hija.

“Que me regale algunos vestidos extra. Creo que a Kairos le sorprendería si visto uno de estos.” Dijo Aurora encogiéndose de hombros y notando a Cithrel que sonreía, añadió. “Y tampoco me interesa asesinar personas por algo tan insignificante.”

Por la mirada de Cithrel y la seriedad de las personas en la amplia mesa este asunto era grave. Si esto fuera un trabajo normal y se tratara mal a un invitado seria despedido, pero esto no era un simple trabajo y las consecuencias iban más allá de perder el trabajo.

“Ya escuchó Duque Torvaris. Su hija fue salvada por la misericordia de mi buena amiga.” Dijo Cithrel mirando al hombre de mediana edad y luego a los demás, declaró. “Sinceramente espero que controlen a sus vástagos. Les he permitido que me sirvan, pero si vuelven a cometer cualquier falta serán ustedes lo que pierdan la cabeza.”

“Entendemos, ¡Su Majestad!”

“Entendemos, ¡Su Majestad!”

“Entendemos, ¡Su Majestad!”

Las voces se levantaron al unísono y Aurora notó que recibió la mirada del Duque Torvaris.

“Mi familia estará eternamente agradecida con usted, Su Excelencia.” Dijo el Duque Torvaris.

Si al principio Aurora se encogió de hombros como si no le diera importancia, luego frunció el ceño al ver la mirada del duque.

La mirada del hombre era solemne. No era un agradecimiento al azar, sino que era sincero y profundo. Aurora solo había visto ese tipo de mirada en algunas personas de Zerzura.

Era la mirada de un hombre que daría su vida si ella lo pedía. El problema aquí que tal lealtad venia de un poderoso individuo cuyo trasfondo y autoridad era elevado en el imperio.

“Necesitas acostumbrarte. Ser mi amiga no es simple.” Dijo Cithrel al acercarse a ella y palmeándole el brazo, añadió. “Duque no se olvide de alejar de mi vista a su vástago.”

Aurora que se sintió ligeramente incomoda al final suspiró y siguió a Cithrel.

Quizás estaba menospreciado lo que significaba ser la amiga de Cithrel… De la futura Emperatriz del Imperio Falion.

Aurora siguió a su amiga.

“Deberías haberle pedido algo más al Duque Torvaris. Es probable que ceda hasta su asiento de Duque si lo pides.” Dijo Cithrel sonriéndole y cuando ella la miró, se rio y añadió. “Bienvenida a Terra nova, Aurora.”

Esta era la primera bienvenida desde que ella llegó a este mundo y Aurora al darse cuenta de que recién estaba empezando su viaje, suspiró.

De verdad estaba en otro mundo.


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