Capítulo 698: Tierra 3.
Capítulo 698: Tierra 3.
Un silbido animado sonaba por medio de un oscuro pasillo. Las paredes del pasillo estaban tenidas de sangre que lentamente caía al suelo, en donde se podían ver cadáveres siendo lentamente tragados por una profunda oscuridad.
Los pasos sonaron y el tarareo aumentó y Hermes caminó abiertamente por el pasillo y al llegar a una sala vio como seis personas lo esperaban temblando de miedo con sus armas en las manos.
Cada uno de ellos era diferente, pero tenían una similitud. Eran asesinos y como tal eran desalmado que desprecian la vida.
Sin embargo, ahora todos mostraban miedo y Hermes sonrió.
“Terminen con su vida, por favor.” Pidió Hermes. Su voz tranquila y serena llevó una fuerza intangible que provocó que aquellos que lo escucharan, obedecieran.
Seis personas, cada una de ellas diferentes, llevaron sus armas a sus cuellos y luego se desgarrón el cuello mientras sus ojos se llenaban de terror.
Hermes caminó entre ellos con una sonrisa y siguió tarareando mientras sus pies se manchaban de sangre.
Su caminata lo llevo a otro pasillo y él desde allí, observó la oscuridad y sonrió al darse cuenta de que algunas ‘ratas’ todavía seguían vivas.
“Ven, ahora.”
Una voz de repente sonó sus alrededores y desde sus pies una oscuridad se extendió, tragándola entonces de repente cayó en una oficina.
La oficina tan elegante y sofisticada estaba manchada de sangre y Hermes primero miró a la persona que estaba limpiando parada en la sala.
Pelo negro largo que estaba cayendo por sobre sus hombros. Una figura elegante cubierta por un vestido negro impoluto. Ella no tenía una gota de sangre en su ropa y la mujer de ojos completamente negros lo miró sin ocultar la molestia que ella siempre mostraba.
“Alice, te ves más delgada. ¿No quieres ir a almorzar?” Preguntó Hermes con una sonrisa y recibiendo una mirada fría de la mujer, sonrió. “Vamos, no podemos trabajar todo el día… Es necesario comer, ¿no?”
Alice frunció el ceño sutilmente antes de ignorarlo y mirar al hombre que estaba sentado en una silla. El hombre tenía una larga barba blanca y tenía múltiples heridas sangrantes por su cuerpo, pero las graves heridas que dejaban ver los huesos, no era lo que resultaba sorprende.
Lo sorprendente era que el hombre estaba sonriendo a pesar de la tortura.
“Tienes que tener una dieta más balanceada.” Dijo Hermes con una sonrisa, pero se giró lentamente para mirar al hombre que sonría y comentó. “Oh, encontraste algo único.”
Sus ojos rojos se fijaron en el hombre que les sonreía pareciendo confiado y Hermes al mirarlo pudo ver no solamente cada detalle de la mente del hombre y también otros recuerdos que eran extraños.
Generalmente una persona tendría recuerdos de su vida, pero aquí era diferente, había otros recuerdos que no eran del cuerpo original, pero que igualmente llenaba la memoria.
“UGGGGGGGGGGGHHHHHHHH!”
El hombre grito horrorizado cuando él entró profundamente en la mente explorando hasta que alcanzó el alma y ahí…
“UG…”
Los ojos del hombre explotaron, al igual que parte del cuerpo y la sangre salpicó a Hermes, que sonrió al ver que una luz purpura trataba de escapar.
“No hay salida en este lugar.” Su voz se extendió fortaleciendo un hecho irrefutable.
Antes él había sellado esta área en todos los niveles posibles, incluyendo un nivel que no era experto… Lo psionico.
La luz trató de huir, pero Hermes la tomó y jugueteó con ella mirándola como un niño que tenía un juguete nuevo.
“Así que estos son aquellos que vinieron en el Tercer Portal Abismal? Estas no son almas de Slaran o fantasmas enloquecidos.” Murmuró Hermes recordando el tercer portal abismal.
El Tercer Portal fue un mundo ya destruido que contenía las almas de la raza conocida como Slaran. El Profeta del que tanto se había hablado pertenecía a esa raza y su alma había entrado a un cuerpo, pero entre tantas almas, él no era el único que había llegado.
Algo más que almas enloquecidas habían entrado.
“Pensé que le Iglesia del Orden se había encargado de todos. Al parecer una se filtró.” Murmuró Hermes con una sonrisa.
“No se encargaron de todas.” Replicó Alice y frunciendo el ceño, ordenó. “Él estaba a cargo del Gremio de Asesinos de Gran Bretaña. No es un puesto que simplemente pueda ocupar poseyendo el cuerpo del jefe original. Averigua como llego aquí y como se mantuvo… Y quien lo ayudo.”
Actualmente estaban en el Gremio de Asesinos de Gran Bretaña… O lo que quedaban de sus restos.
Esta no era el primer gremio que ellos habían limpiado y tampoco era el último, pero el primero que mostraba algo extraño. La mayoría de los asesinos o los superiores del gremio eran individuos peligrosos que tenían sus secretos, pero nada como esto.
¿Un alma psionica ocupando el cuerpo de un alto rango del gremio? Hermes jugueteó con la luz purpura y entendió la razón por la cual Alice estaba seria.
Esta luz no era tan fuerte como para lograr este objetivo, así que existía la posibilidad de que recibiera ayuda… O quizás otros lo pusieron aquí.
“Lo psionico no es mi campo de especialidad.” Dijo Hermes y viendo la expresión molesta de Alice, murmuró. “Bueno, ya sabes. Magia y psionico no se llevan bien.”
La expresión de Alice se volvió aún más molesta y parecía enojada, lo que llevó a que él sonriera.
“No te preocupes. Me encargare.” Respondió Hermes y viendo que Alice se retiraba, preguntó. “¿Qué tal si vamos algún día a comer? Me tratas como un esclavo, Alice.”
En respuesta, Alice despareció en la oscuridad como si nunca hubiera estado aquí y Hermes simplemente sonrió girándose a la luz purpura.
¿Y que si lo psionico no era su fuerte? En este momento, Alice le había dado permiso para hacer todo lo que fuera necesario para descubrir cualquier información... Y él lo haría.
En cuanto a las consecuencias de sus acciones… Bueno, él también las cargaría, después de todo ese era su trabajo.
******
En una habitación destruida se encontraban varios hombres y mujeres arrastrando cadáveres mientras quien estaba en el medio de esa sala, se encontraba leyendo su reloj holográfico.
Una máscara de hueso blanco cubría gran parte de su frente y nariz, dejando los ojos en forma gato al descubierto. Los ojos eran tan rojos como la sangre salpicada por las ruinas del lugar.
Nicole se acomodó su cabello blanco que era característico de su identidad como Bastet y luego escuchó unos pasos y una presencia que conocía y ella se giró para mirar a Melgar, mejor conocido como Jasar el Pálido.
“¿Ya te vas?” Preguntó Melgar con seriedad al mirar su máscara y en calma, añadió. “Los que están aquí son mis hombres, pero hay que tener cuidado de las autoridades de la ciudad.”
El hombre pálido y delgado la observó, especialmente su máscara y su comentario dejaba ver cierta preocupación por su identidad.
Ahora estaba en Sudáfrica en uno de los cuarteles de un Señor de la Guerra local que había querido pasarse de listo y llevar una expedición al norte… Por supuesto, ella y Melgar los eliminaron antes de tiempo.
A pesar de que ellos dos trabajaban ilegalmente, no había duda de la influencia de las autoridades en ellos y por tal razón, ella necesitaba ser cuidadosa.
Un asunto era que ‘Nicole’ estuviera involucrada y otro era que ‘Bastet la Caníbal’ lo estuviera. Dos identidades diferentes que en estos últimos tiempos coincidían más de lo que ella hubiera imaginado.
“Lo sé. Estoy esperando que me vengan a buscar.” Respondió Nicole y en calma, añadió. “Tampoco no deje nadie vivo. No es que haya testigos.”
A ella le dieron la tarea de atacar este lugar y lo hizo por su cuenta como tantas veces antes y ella no había dejado nadie con vida.
Aun así, entendió que, si bien las personas que trabajaban para Melgar eran de confianza, Zerzura estaba movilizando todas sus fuerzas y las investigaciones de toda clase, especialmente tecnológicas eran muy avanzadas.
“Supongo que ustedes han dejado vivos a algunos.” Dijo Nicole y viendo la expresión tranquila de Melgar, preguntó. “¿Que van a hacer con ellos? Deberíamos dar un ejemplo.”
Era necesario dar un ejemplo para hacerle saber a los malhechores que no deberían tener la idea de ir a la zona de influencia de Zerzura y más importante, mantener la cabeza baja como lo hicieron durante todo el tiempo que Aurora y Alice estuvieron activas.
Ella no tuvo que decirle que clase de ejemplo debería dar Melgar, pero lo miró atentamente. Nicole cuando no usaba esta identidad, estaba como ella misma y era brutal cuando tomaba misiones.
Por las historias que había oído de Aurora y especialmente de Alice, ellas lo fueron y por tal razón el nombre de Protectora de Zerzura causaba terror.
Melgar antes de responder notó como el espacio se torcía y desde allí, María apareció llevando su traje de secretaria y un artefacto espacial en sus manos.
“Lo haremos. No necesitas preocuparte.” Respondió Melgar y en calma, añadió. “Te enviare los informes cuando todo termine.”
Nicole asintió y acercándose a María, ambas se movieron espacialmente durante un par de minutos hasta que llegaron a una amplia sala.
Lo primero que Nicole observó fue el altar que estaba en medio de la sala, especialmente la pequeña estatua que Alice le había dado.
“Ha sido útil supongo.” Murmuró Nicole y acercándose a la estatua, la tomó y la miró durante un rato antes de limpiarla y guardarla en su anillo especial.
Generalmente ella llevaba la estatua a todas partes, ya que de vez en cuando las influencias de las entidades detrás de la estatua eran útiles, pero había veces que era más útil en Sur América.
“Lo ha sido. Si bien no podemos decir que controlamos todo el bajo mundo de Sur América, tenemos influencia en todo el imperio.” Respondió María y mirándola a ella, añadió. “Los contratos han sido cada vez más exigentes, especialmente para aquellos con peores historiales.”
¿Se podía decir que ella tenía un buen maestro? Nicole al tener ese tonto pensamiento, simplemente lo ignoró y asintió ante el informe.
Víctor era un nombre que se manejaba por contratos y tenía prácticamente su propia fuerza controlada por medio de contratos y ella estaba creando la suya… Lo de Aurora le había mostrado que no era tiempo de dudar.
Necesitaba tener una influencia que la respalde y si bien la mafia que había formado al inicio ayudaba, ella necesitaba profundizar aún más. Necesitaba una fuerza capaz de seguirla ciegamente y si no era voluntario, entonces seria obligatorio.
“Sigue reforzando el control en Sur América. Necesito un fuerte respaldo antes de continuar al norte.” Dijo Nicoles con seriedad y notó a María, que la miraba con cierta preocupación. “Habla.”
“Entiendo tu objetivo y te respaldare, ¿pero no te preocupa que el pago de la estatua se haga cada vez más elevado? Los contratos… Ya no son como antes.” Murmuró María revelando su preocupación honesta.
Los contratos en este punto eran unilaterales y se hacían con habitualidad, ya que existían muchos criminales en Sur América y más importante, Nicole no era exigente con las personas que necesitaba en sus fuerzas.
Diferentes negocios le daban dinero para formar una fuerza y los contratos aseguraban la obediencia extrema, pero tal obediencia era respaldada por poderosas entidades. Entidades, que inevitablemente exigirían un precio por su ayuda.
La preocupación de María era acertada y Nicole, antes le hubiera preocupado encontrarse atado a esas entidades, pero…
“Ya es demasiado tarde para preocuparse.” Respondió Nicole con calma.
Ella entendía que ya estaba involucrada con varios Dioses y era probable que ella fuera observada por ellos en todo momento y eventualmente ellos le pedirían que ella hiciera ciertas tareas o cumpliera ciertos favores y Nicole lo haría.
Preocuparse por ellos en este momento no solamente era demasiado tarde, sino que innecesario.
“Entiendo. La investigación del norte es lenta de nuestra parte y probablemente continúe de esa manera, al menos que crucemos límites.” Informó María y viendo que ella asentía, sin obligarla a realizar nada excesivo, añadió. “Te enviare los informes que hemos obtenido.”
La investigación del norte se refería investigar el ejército y todo lo que pudieran. Nicole quería extender su influencia en esa área debido a la última información que habían encontrado relacionada al asesinato de Aurora estaba conectado con militares.
El ejercito del gigante del norte estaba al tanto de lo que había sucedido con Aurora… No, ellos no solamente estaban al tanto, sino que lo ocultaron. Nicole no sabía que tan profundo era, pero necesitaba estar preparada.
Si Nicole dejaba sus límites, ella podría desde secuestrar personas inocentes, obligarlos a firmar contratos respaldadas por entidades demoniacas e incluso la tortura, consiguiendo la verdad a cualquier costo… Sin embargo, todavía no había cruzado ese límite.
¿En cuanto a si lo cruzaría? Nicole todavía tenía confianza en sus compañeros y esperaba que ellos hicieran más progreso que ella.
Capítulo 699: Tierra 4.
Capítulo 699: Tierra 4.
“¿No me agradan las figuras políticas que están surgiendo podemos deshacernos de ellos?”
Andrés que estaba al frente de una mesa de oficina observó a una mujer de baja estatura y de cabello y ojos blancos.
Helen la Señora del Amanecer y la Gobernante de la Luz era una mujer regordeta y guapa, que había sido una Gran Señora de la Guerra durante mucho tiempo.
Ella había gobernado… O para decirlo de otra forma, ella había estado viviendo los lujos de ser una de las antiguas lideres mientras sus subordinados le daban todo lo que ella quería.
Tal como se esperaría de una Gran Señora de la Guerra, ella era indiferente, pero también demasiado perezosa.
“No. Eres parte del Consejo. No deberías eliminar figuras políticas.” Respondió Andrés y mirando a la mujer, añadió. “Incluso si esas figuras políticas se elevan, tu fuerza te garantiza una posición inquebrantable.”
“Pero no podemos perder fuerza política. Esas personas obtendrán influencia y apoyó. Eventualmente se convertirán en personas que pueden interponerse en el camino de Zerzura.” Respondió la mujer y girándose para mirarlo con sus ojos blancos, preguntó. “¿O no es así, Andrés?”
La mujer había cedido a salvar su vida fácilmente y se había pasado al bando de Zerzura con una facilidad sorprendente. Andrés no estaba seguro de las exigencias del contrato que ella firmó, pero fue claro, que su intención era honesta.
El Consejo de la Republica eran los nuevos individuos gobernaban la antigua República de África Occidental y Helen era la principal gobernante.
También había otras personas que fueron puesto por Zerzura, pero a lo que ella apuntaba, era que eventualmente alguien podía surgir que fuera en contra de los intereses de Zerzura.
Y no era que los ciudadanos de la república no estuvieran agradecidos de haberse librado de tiranos, pero existían intereses en juego. Andrés que estaba trabajando actualmente como parte de las fuerzas de inteligencias de la republica lo sabía.
Naciones, empresas, gremios y prácticamente diferentes organizaciones buscaban extender su influencia y si era posible su control.
Helen podía perezosa y poco ambiciosa, pero no era estúpida.
“Lo es. Sin embargo, aun así, debemos jugar con las reglas que nosotros nos hemos impuesto.” Respondió Andrés y viendo a la mujer que lo seguía mirando, añadió. “Y dudó que alguien sobrepase en influencia a Zerzura y la Ciudad Atlántida.”
Era indudable la influencia de Zerzura, pero quienes eran la segunda potencia en tener influencia en estas tierras era la Ciudad Atlántida, que estaba apoyando no solamente económicamente, sino que militar.
Tenerlos a ellos como aliado significaba que, si eventualmente una figura política surgía, probablemente fuera de parte de la Empresa Cosmos y su ciudad.
“Te comprendo, Andrés.” Respondió Helen y volviendo a suspirar como si no quisiera trabajar, preguntó. “¿Debería llamarte Andrés o Ministro Andrés?”
“Solamente Andrés. No soy parte del gobierno, solamente trabajo para ti.” Respondió Andrés en calma y…
“Aja. ¿Es humildad?” Preguntó Helen y al notar su expresión, exclamó. “Oh, así que lo dices en serio. Bueno, eres el Representante de las Redes de Información de toda la República, así como también el encargado de la seguridad e inteligencia de la nación. Estas más cerca de ser un ministerio que de ser un trabajador.”
Andrés quiso responder, pero se quedó en silencio… Fue Liam quien prácticamente le dio el trabajo lanzándole una enorme carga.
Si bien él quería abrir su red de información en estas tierras y lo estaba haciendo, el trabajo que se le dio fue prácticamente representar a todas las redes de información que alguna vez Liam había representado en la zona, así como también estar a cargo de la seguridad de la república.
Él no sabía si Liam confiaba en él o simplemente quería darle más trabajo y él quitarse de encima, pero aquí estaba. Ninguna autoridad de Zerzura lo había rechazado o dudado cuando su nombre fue sugerido y ahora él estaba lidiando con la mujer que tenía al frente.
“Ja. No soy la única que estoy en el foco.” Murmuró Helen y levantándose dando otro suspiro, añadió. “Bien, vamos a trabajar. Todavía queda mucho por delante y necesito tu ayuda, Andrés.”
La mujer volvió a suspirar como si no quisiera trabajar, pero luego se movió y salió de la oficina.
Andrés que estaba detrás de ella suspiro y la siguió… Mantener segura lo que Aurora había protegido era una responsabilidad pesada y él estaba llevándola.
******
Leslie se movió espacialmente y luego apareció en una pequeña sala en alguna parte de la Ciudad Acra la antigua capital de Ghana. Ella conocía el lugar y también la ubicación, pero este sitio era secreto ya que para moverse se utilizaba múltiples artefactos espaciales para que el viaje fue imposible o al menos difícil de rastrear.
La pequeña sala estaba vacía y ella abriendo la puerta se dirigió a la sala de reuniones y al entrar notó a Andrés, usando su reloj holográfico mientras estaba sentado en la mesa redonda.
“¿Trabajo difícil?” Preguntó Leslie y ella se dirigió a una silla al lado de él, golpeándole el hombro con una sonrisa. “Deberías tomar un descanso.”
“Si debería.” Respondió Andrés y mirándola por un segundo, sonrió y preguntó. “¿Sucedió algo bueno? Te ves animada.”
Leslie pensó en el trabajo que actualmente hacia junto a las autoridades de la Ciudad Atlántida. Desde que le dieron esa armadura de poder ella había podido ayudar de manera más continua y seguida.
Había ofrecido su apoyo eliminando portales, ayudando a pueblos lejanos, deshaciéndose de gremios, sectarios o algunas organizaciones de magos que habitaban la república.
Ella había tratado de estabilizar la república o al menos de reducir cualquier percance y sabía que Nicole estaba haciendo lo mismo solamente que más al sur del continente y Andrés estaba trabajando, pero en una parte más informática.
Todos ayudaban en mantener África y lo que Aurora había dejado seguro, pero la Empresa Cosmos le había dado una oferta que la había sorprendido.
“La Empresa Cosmos me ofreció un puesto en un equipo como su capitana.” Reveló Leslie y viendo la sorpresa y la sonrisa de Andrés al estar feliz por ella, continuó. “Creo que lo aceptare. Esto no viene de la empresa. Esto viene de Kairos. Me darán financiamiento, tecnología y libre albedrio mientras mantienen el respaldo.”
Leslie no dudó en decir que aceptaría. Esta oferta no venía de la Empresa Cosmos, la Ciudad Atlántida, sino que fue dada por Kairos.
Esta forma era la manera que apoyaba Kairos y Leslie sintió que ella fue la que fue ayudada debido a que trabajaba actualmente con la Ciudad Atlántida diferente a los demás.
Sin embargo, ella no dudo en aceptar.
“Creo que con esto voy a ser más útil.” Respondió Leslie con una media sonrisa.
“Eres útil, Leslie.” Replicó Andrés de inmediato y dándole una palmada en el hombro, le sonrió. “Eres la persona más eficaz con la que he trabajado.”
Andrés no estaba solamente consolándola, sino que fue honesto con su comentario y a Leslie le agrado, pero lo sabía.
Ella no era tan fuerte como lo era Érica, quien prácticamente era un rango SS cuyo poderío sorprendió a muchos y cuya ayuda resultaba ser inigualable. Tampoco tenía el potencial de crecimiento de Clémentine, quien, desde la muerte de Aurora, se había dedicado a entrenar mientras trataba de usar el mundo psionico para ver cómo podía ayudarla en esta situación.
No era como Andrés que prácticamente se había hecho cargo de toda la seguridad de una nación entera y trabajaba duramente para mantener la república.
Tampoco era como Nicole que no dudaba en ensuciarse las manos y que tenía contacto con el Imperio de Sudamérica que le daba tantas ventajas.
Ella podía contar con su padre y la empresa, pero no podía compararse a la Empresa Apicius y su autoridad era demasiado baja… Leslie entendía que ella no estaba a la altura de la situación y se estaba quedando atrás.
Sin embargo, no se iba a rendir ni dudar.
“Ya tengo en mente a quien contratar para mi equipo. Ya le he comunicado a la Empresa Cosmos mi intención de crear un equipo de elite.” Respondió Leslie y en calma, añadió. “Espero que si la situación lo requiere podamos ofrecer apoyo.”
No podía compararse a Érica en fuerza y más con su ejército de hielo que era capaz de crear. Tampoco con Clémentine y sus habilidades psionicas, Nicole y su fuerza personal o con Andrés, pero ella no necesitaba compararse.
Era una tiradora que podía disparar desde varios kilómetros de distancia y ahora con el apoyo de la Empresa Cosmos y su tecnología, ella sentía que podía convertirse en un apoyo que fuera vital.
Desde tiradores que podían eliminar su objetivo silenciosamente y con rapidez hasta un equipo de apoyo armado.
“Te estaré apoyando.” Murmuró Andrés sonriéndole para animarla y luego miró la entrada por la cual Clémentine, Nicole, Érica y luego Akira entraron.
Las tres mujeres dieron saludos breves y luego se sentaron alrededor de la mesa. Las miradas fueron a parar a Clémentine y Érica, que suspiraron.
“Hablamos con Urfin para que le informe a Cithrel. Él mencionó que volvería a Terra nova. Es probable que eventualmente tengamos el apoyo del Imperio Falion y Cithrel.” Reveló Clémentine y observándola, añadió. “Sin embargo, no podemos decir cuándo.”
La muerte de Aurora fue sorprendente y si bien era necesario investigar, también era importante reunir aliados y compañeros que pudieran respaldarlos.
Cithrel Elamaris Falion, la Princesa del Imperio Falion y la futura Emperatriz era una de las mejores aliadas que podían conseguir. Específicamente el Imperio Falion que ellos controlaban.
¿Cuantos individuos de alto rango podrían ayudarles si Cithrel le ofrecía ayuda? Lamentablemente ellos no sabían demasiado sobre la comunicación con el Imperio Falion, cuanto llevaría y cuál sería la respuesta.
“La Cardenal Brousseau ha desaparecido. Se rumorea que fue hablar con el Sumo Pontífice y no ha vuelto. No sabemos si fue castigada o se encuentra en penitencia.” Reveló Akira y viendo las expresiones serias, añadió. “Quien está a cargo de la Iglesia en Zerzura es la Sumo Sacerdotisa Xaali. Ella nos ha ofrecido su apoyo. También la Cardenal Najjar que está a cargo a nivel mundial de la Iglesia del Tiempo y el Espacio, también ha ofrecido su ayuda, pero es menor.”
La Cardenal Brousseau era prácticamente uno de los grandes pilares que podrían ayudarlos en este momento, pero ya no estaba.
¿Se había metido en problemas? ¿Quiso hacer algo por la muerte de Aurora y el Sumo Pontífice intervino? Leslie tuvo dudas, pero al final suspiró.
“Así que no podemos contactar con los padres de Aurora.” Murmuró Leslie con un suspiro.
La Iglesia del Tiempo y el Espacio podía ofrecerle ayuda ya sea a nivel mundial o en Zerzura, pero nadie se podía comparar a la autoridad de la Cardenal Brousseau y en más alto nivel, ella era la única que podía tener alguna forma de contactar con los padres de Aurora, ahora que Alice había desaparecido.
Tampoco podía pedirle ayuda a la Iglesia del Tiempo y el Espacio para hacer algo ilegal cuando lo requiriera, así que la ayuda iba a ser a la luz. Útil, pero en este momento no tanto.
“Cesar y Rupert han estado en el bosque mágico. Han ayudado a mantener la estabilidad frente a los cazadores. Aun así, la situación es delicada.” Dijo Akira cambiando de tema y al tener la atención de todos, reveló. “La Reina Amnestria no ha salido de su residencia. No se sabe de su estado ni de sus intenciones.”
Su voz mostró cierta preocupación y era inevitable. La Reina Amnestria, la Reina del Bosque Mágico no solamente era la gobernante inquebrantable de varias bestias de rango SS y varias razas, sino que también era una bestia de rango SSS.
Una calamidad cuya inestabilidad podía llevar toda África al caos, sino es que al mundo. En cierta forma, a nivel político ellos con sus rangos SS y miles de bestias de alto rango podían ser considerados como una potencia.
Obtener el apoyo de ella sería útil, pero más importante era evitar que ella se descontrolara. La desaparición de Alice ya era demasiado para ellos y no podían lidiar con otro individuo incontrolable.
“Con respecto a los cazadores creo que puedo ayudar. No es algo claro, pero la Asociación de Héroes me hablado. Específicamente Gregorio Bellucci. Veré si puedo traer los héroes a África. Serán de gran ayuda para la estabilidad.” Dijo Érica de repente y con una expresión fría, añadió. “Sin embargo, no esperen demasiado. La Asociación de Héroes… No, todo el Gremio de Héroes es un desastre.”
Leslie volvió a suspirar.
Edward hubiera sido un apoyo inquebrantable en esta situación. Él no solamente era hábil, sino que había liderado la Asociación de Héroes de manera impecable y lo había llevado a convertirse en una organización prestigiosa en Europa.
Sin embargo, de repente él se había convertido en un asesino y había prácticamente asesinado a todos los altos mandos del Gremio de Héroes y como si fuera poco, su encarcelamiento había dejado a la Asociación de Héroes en una posición pésima.
“Cualquier apoyo extra será bienvenido. Clémentine ha logrado conseguir apoyo de varios monjes psionico y yo he traído varios miembros de mi gremio y gremios aliados de Japón, pero el bajo mundo de África se está agitando.” Dijo Akira y suspirando, reveló. “Eventualmente la situación aquellos que mantuvieron sus cabezas agachadas surgirán y es preferible tener muchas personas para ese caso.”
¿Qué tan grande era la influencia de la Protectora de Zerzura? Aurora había forjado durante años una reputación que había logrado suprimir a muchos señores de la guerra, organizaciones criminales y gremios de jugadores.
Ella jamás había controlado África directamente, pero a través de su reputación había creado un equilibrio de poder que se mantuvo por su presencia y ahora que no estaba, ese equilibrio se estaba desmoronando.
Zerzura actuaria y mantendría la política que Aurora mantuvo durante años, pero ellos no podían estar en todas partes y encargarse de todo. Por tal razón necesitaban ayuda.
Leslie observó que en este silencio Nicole abrió la boca, pero fue interrumpida por la puerta que se abría.
Liam que tenía ojeras y llevaba una camisa desordenada y ligeramente sucia entró de repente. Era raro que él estuviera tan desordenado, ya que cuidaba su apariencia, pero su estado revelaba la situación.
“Maldición. Lo siento por la tardanza.” Dijo Liam y dejando una maceta con un pequeño taño creciendo en la mesa, murmuró. “No entiendo cómo Alice se fue sin llevarse su planta. No sé ni siquiera para que la quiere. ¿Se la comerá? Dios, ni siquiera sé qué clase de planta requiere energía mágica tan pura.”
El hombre maldijo en voz baja y regó la planta, pero Leslie se concentró en el hombre en sí. Liam se notaba nervioso, preocupado y estresado, que se quejara tanto revelaba que su estrés ya había llegado a lo más alto.
La causa del estrés era que él estaba siguiendo la principal pista en el Gigante del Norte y por su expresión, había encontrado respuestas.
Todos esperaron hasta que él regara la planta y luego Liam los miró durante un brevemente momento en silencio y suspiró.
“Lo siento. No pude encontrar nada.” Reveló Liam con pesar.
“¿Como? ¿No teníamos un nombre? Te conseguí nombres de personas que trabajan en la base militar. Como es que…” Nicole se levantó y su voz reveló no solamente ira, sino que desconcierto.
Fue Érica quien le dio una señal para que se calmara y luego miró a Liam.
“Cuéntanos. ¿Qué sucedió?” Pidió Érica en calma.
Ella era la que mayormente mantenía la mente fría desde que había ascendido de rango y también había tomado cierto rol de liderazgo que había ganado por su fuerza. También era su máxima fuerza de combate no solamente al ser una maga de rango SS, sino que por sus clones de hielo.
Leslie se concentró en Liam.
La investigación que tenían en manos era seguir los rastros que Nicole había encontrado. Satélites militares del Gigante del Norte detectaron la anomalía que representaba el combate de Aurora y ellos conocían la situación, pero los rastros fueron borrados.
Fue Liam quien recomendó investigar y él se hizo cargo de la investigación siendo apoyado por Nicole que tenía influencia en la zona y lograron encontrar la base militar que controlaba el satélite y quienes se deshicieron de la señal.
El objetivo siguiente era encontrar la razón. ¿Quién ordenó que se descartara la señal y quien borró la información para que no se extendiera?
“Luego de investigar a todos los miembros de la base militar logre encontrar ciertas pistas. Rumores si quieren llamarlo, especialmente de ese día. Una batalla de rango SS no es algo que sea fácil de borrar.” Informó Liam y en calma, explicó. “Me infiltre en todos lados. Escuche las llamadas, los videos de grabaciones, controle las cámaras y hasta espié las familias de quienes trabajaban allí. Encontré pistas un Teniente de la base. No usaba nada de tecnología y únicamente se comunicaba con medios psionico. Un candidato perfecto para ocultar algo.”
Las habilidades de Liam eran bien conocidas y este mundo la tecnología ya formaba parte de la vida de cualquier ser humano. Incluso los magos o jugadores que optaban por medios mágicos, no descartaban por completo la tecnología.
Sin embargo, todavía existían personas ya sean magos o psionicas que únicamente confiaban en sus medios, pero en el ejército era extraño. Leslie más que nadie entendía que los ejércitos de las naciones dependían de la tecnología.
Incluso si el Gigante del Norte buscaba otro medio para no depender de la tecnología de la Empresa Cosmos, no sería a un nivel de que un soldado no usara nada tecnológico.
“Me las arregle para espiarlo lo más posible y por todos los medios. Incluso conseguí cuando dejaría de estar en servicio y esperaba encargarme de él en ese momento.” Dijo Liam y con una expresión molesta, declaró. “Desapareció antes.”
Los fruncir de ceños se hicieron evidentes y Leslie también fue una de ellas.
“¿Como que desapareció? ¿Se enteró?” Preguntó Andrés sin ocultar sus dudas.
“No lo sé… Realmente no lo sé. Me asegure de no ser evidente. Soy malditamente bueno en lo que hago y tengo años de experiencia. Esta vez fue perfecto.” Dijo Liam y como si humor emporara, maldijo. “Desapareció por completo y sabes que es extraño? ¡Que nadie le importa un carajo!”
Liam se calmó lo máximo que pudo, pero como ya había hablado continuo.
“No tenía familia y había cortado lazos con sus amigos, solamente se dedicaba al trabajo y al ejército, pero el ejército prácticamente no le importó demasiado. Se lo dio por muerto y se siguió todo como si nada.” Dijo Liam luego de soltar un suspiro.
“¿Ya estaba preparado de que se pudiera detectar algo?” Preguntó Akira, pero…
“Así que hay alguien con mayor autoridad. Ya sea que lo respaldó, que lo envió o que se encargó de él.” Dijo Nicole y su voz llevó cierta sed de venganza.
No tuvo miedo ante la idea que se estaba presentando ante ellos. La idea de que el asesinato de Aurora no solamente fue algo preparado por un grupo, sino que posiblemente estaba relacionado a una influencia mayor.
Una influencia que podría haber llegado al Gigante del Norte.
¿La pregunta era que tan profundo era esa influencia? En donde se había detectado la batalla de Aurora había sido un área en la influencia del Gigante del Norte y fueron ellos quienes primero deberían haberla detectado.
No sucedió como correspondía y la razón fue que se había preparado todo de tal modo, que incluso si Aurora trataba de llamar la atención, seria ignorado… Leslie sintió como las presencias lentamente se descontrolaban.
“Es mejor que tratemos de calmarnos. No sabemos todavía a que nos enfrentamos.” Dijo Érica tratando de disminuir los ánimos.
“¿Y qué? Incluso si es una nación. No podemos rendirnos.” Dijo Nicole sin ocultar la ira en su voz y también la locura.
“No sabemos si es una nación. Incluso Zerzura tuvo espías a su lado. Primero necesitamos delimitar con quien estaba relacionado ese Teniente y encontrar conexiones.” Intervino Andrés y en calma, propuso. “Creo que podemos seguir trabajando virtualmente hasta recopilar información. Una vez obtenida, veremos qué hacer.”
Andrés propuso la investigación para luego ir a la acción y Leslie asintió. Todavía seguían sin pistas y primero era necesario encontrar rastros.
¿Con quién estaba relacionado ese Teniente? ¿Quién tendría la autoridad de ayudarlo y enviarlo? La investigación podría darles pistas útiles para seguir.
“Bien.” Aceptó Nicole al ver que todos estaban de acuerdo con esa idea, pero ella los observó y pidió. “Pero luego se lo informare a mi maestro y le pediré su ayuda.”
El silenció se extendió y Nicole aprovechó esa oportunidad para reforzar su idea.
“No hay nadie en esta sala que tenga la autoridad, la influencia y el poder que él tiene. También mantiene una relación conflictiva con el gigante del norte por años. Es imposible que no tenga maneras de encontrar secretos en esa nación.” Reveló Nicole y mirándolos, añadió. “Su ayuda podría adelantar semanas sino es que meses nuestra investigación. Hasta podríamos encontrar pistas más sustanciales.”
Nadie negaba el poderío, la autoridad y el peso del Emperador Víctor y su potencial ayuda. El Gigante del Norte y el Gigante del Sur tuvieron largos años de tensión y ambas naciones conocían muy bien la situación del otro.
Además, el Emperador Víctor era alguien que podría ejercer cierta presión y encontrar más respuestas de lo que ellos podían lograr.
Sin embargo…
“Él no es confiable. No es alguien que podamos controlar. Ni sabemos que es lo que hará.” Dijo Érica con una voz fría revelando un ligero rechazo.
Ella no dijo que no, porque encontrar los culpables de Aurora era más importante que todo, pero si reveló su cautela. Una cautela que provenía del hecho de que el Emperador Víctor era lo suficiente poderoso, como para ayudarlos, pero también como para ignorarlos.
“Entiendo que ustedes no confían en él. Pero yo si… Y sé que mi maestro me ayudara.” Respondió Nicole con una voz profunda.
Hubo un momento de silencio, pero Érica fue la primera en asentir y luego los demás siguieron. Leslie incluida en el grupo.
La situación lo superaba y si bien pedir ayuda al Emperador Víctor era incierto, ellos no confiaban en él, sino que en Nicole.
Quizás el Emperador Víctor podría ayudarlos.
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