El día de la ceremonia ha llegado
Capítulo 7: El día de la ceremonia ha llegado
El Monte Tiachu estaba cubierto por una gruesa vegetación verde que brillaba hermosamente con los rayos del sol que caían desde lo alto del cielo. Su exorbitante flora era única, pudiéndose encontrar todo tipo de hierbas extrañas que podían ayudar a un cultivador.
En la base de la montaña, la pequeña ciudad estaba azotada por un mar de gente que llegaba de todos lados. Muchos jóvenes de toda la región se acercaban a la montaña para intentar dar ese gran salto y convertirse en un dragón.
Shao Bo era uno de estos muchos jóvenes que querían ingresar a la Secta Niebla del Tesoro y dar ese gran salto. El joven de unos 14 años entró a la ciudad con una gran sonrisa. El aire juvenil exudaba por todos lados. Había todo tipo de jóvenes que caminaban de aquí para allá.
Unos iban en grupos, otros en solitario, pero todos ellos tenían algo en común: Emoción.
-Hay tanta gente… y posiblemente muchos de ellos serán mis competidores! Tengo que ganar y entrar en la Secta Niebla del Tesoro!- pensó el joven con los ojos brillantes.
La ceremonia se celebraría en 2 días, por lo que quizás mucha más gente llegaría pronto.
Shao Bo sintió un ligero dolor en el estómago y sonrió levemente. -Ya hace mucha hambre. No he comido en horas. Será mejor encontrar una taberna que sirva algo de comida- dijo Shao Bo mientras avanzaba por las calles buscando un buen lugar para comer.
Encontró un pequeño bar que no estaba tan lleno, pero había mucha gente hablando, jóvenes más que todos.
-Luego de entrar en la Secta Niebla del Tesoro, avanzare en mi cultivo y me convertiré en el nuevo Jiang Zhenkang- dijo un joven con los ojos brillantes soñando su nuevo futuro.
-¿Jiang Zhenkang? Deja de soñar despierto bastardo!! Ni aunque nacieras mil veces te podrías comparar con Jiang Zhekang- dijo otro joven burlándose.
-Es cierto, ¿quién es Jiang Zhekang? El mayor talento que ha dado la Región de los Mil Dorados en 800 años!! Como una mierdecilla como tú puede compararse- otro joven se unió a la conversación y dijo.
Las leyendas de Jiang Zhekang eran muy conocidas entre los jóvenes de la Región de los Mil Dorados. Naciendo como un huérfano, pobre y sin nada, conoció a un viejo poderoso de aquella época. Ese fue solo el inicio de alguien que cuando entro en contacto con el mundo del cultivo, saltó hasta convertirse en un dragón completo!
Su fuerza avanzó a pasos agigantados, derrotando a todo tipo de expertos. Al final, su cultivo llegó a ser tan alto que nadie sabía en qué etapa se encontraba. Luego de eso, desapareció.
Hasta el día de hoy no se sabe nada de él.
Shao Bo sonrió levemente al escuchar el nombre Jiang Zhekang. Había escuchado su historia desde que era un niño. Era su gran inspiración para el cultivo. Si pudiera llegar a hacer un tercio de lo que fue Jiang Zhekang, Shao Bo sería feliz.
En una mesa cerca, un joven de unos 15 años con ojos verdes intensos escuchaba atentamente lo decían los jóvenes. Era Xu Zhong -Jiang Zhekang, ¿eh?- pensó el ojiverde con una sonrisa. Nunca había oído hablar de tal personaje. Después de todo él venía de las Tierras del Sur, que tenía sus propia leyendas como: La Emperatriz Imperial de Sangre, El General Hambriento o la Espada del Amanecer.
Todas eran leyendas de cultivadores legendarios del pasado.
-La Emperatriz Imperial de Sangre fue la que fundó el Imperio Xebac. Eso fue hace más de dos mil años. En cuanto al General Hambriento… no hay mucha información sobre él, pero se decía que su poder era aterrador, también que comía gente. La Espada del Amanecer es la más misteriosa, después de todo se dice que su espada es la que provoca que el sol salga en el este… ¿Cuán locas pueden llegar hacer las leyendas?- se burló Xu Zhong en su interior. No le importaban mucho las leyendas ya que sabía que normalmente se exageraba cuando se cuentan.
Luego de tantos años, todas esas leyendas estarían tan distorsionadas que quizás lo que se cuenta nunca pasó.
Xu Zhong siguió escuchando todo lo que decían en el bar. Era un forastero y no sabía mucho sobre la Región de los Mil Dorados. Sentarse y escuchar en un bar era a su parecer una muy buena manera de obtener información gratis.
Tazzzzz
En ese momento, un fuerte estruendo se escuchó en las afueras del bar. Los varios jóvenes que hablaban alegremente se sorprendieron y salieron para ver qué estaba pasando.
En la calle, un joven de unos 20 años apuntaba su espada hacía el cuello de un hombre que asustada rogaba por su vida.
-S-señor, por favor, no sabía que esas piedras eran tuyas, por favor, perdóname la vida- rogó el hombre mirando a los ojos al joven que le apuntaba con la espada.
El joven vestía una túnica azul con bordados blancos. Su espada era larga y plateada, desprendiendo un ligero olor a sangre.
-E-es un discípulo de la Secta Niebla del Tesoro- dijo un joven que había salido de la taberna.
-Sí, ese es el tipo de túnicas que utilizan los discípulos de la Secta Niebla del Tesoro- dijo otro joven.
Xu Zhong también salió y vio al joven con la espada en la mano. -Sus ropajes son diferentes a los de Li Chen…- pensó recordando la túnica de Li Chen.
-¡Hmph! Intentado robar mis piedras zen en mi cara, eres ciertamente un estúpido.-
-N-no me atrevería, no me atrevería. Si supiera que esas piedras zen eran de su excelencia, jamás pensaría en robarlas- el hombre estaba ciertamente asustado. El moco caía de su cara y sus ojos estaban llorosos. Tenía una apariencia lamentable.
-Un sucio ladrón también merece morir. Así estaré ayudando a tus futuras víctimas. Muere!!- el joven discípulo bajó su espada y la clavó firmemente en la garganta del ladrón.
Garrrhjhjh
Slasshh
El joven discípulo movió su espada y cortó limpiamente, dejando la cabeza del hombre pegada a su cuerpo por una pequeña parte de carne. El suelo se llenó de sangre y el cuerpo del ladrón se desplomó. Sus ojos aún pedían misericordia.
-Puajjj!!- un joven que estaba observando se vomitó al ver tal escena. Seguido de eso, otros jóvenes también vomitaron. Algo tan sangriento y aterrador era algo a lo que no estaban acostumbrados.
Shao Go que también estaba allí estaba pálido. Sus pies temblaban por el terror. -L-lo mató sin pestañear- pensó el joven mirando con miedo al joven discípulo de la Secta Niebla del Tesoro.
Xu Zhong estaba calmado. Este tipo de vista no era muy diferente a las cosas que había visto en el sur. Incluso él mismo ya había tomado muchas vidas. -Estos jóvenes claramente son unos novatos. No hay vivido el mundo. Esto no es nada- se burló Xu Zhong en su mente.
El joven discípulo de la Secta Niebla del Tesoro solo vió de reojo a los jóvenes pálidos y bufó. -Basuras…- pensó marchándose del lugar. Ya vendrían algunos subordinados mortales de la secta a encargarse del cadáver.
-Ese Gu Chao es demasiado salvaje y sangriento. No era necesario mostrar tal escena a los jóvenes sin experiencia- dijo el Anciano Fan recibiendo la noticia de parte de uno de sus subordinados.
Sabía muy bien la actitud de Gu Chao. Alguien solitario y de sangre fría. Ya había matado mucha gente desde incluso antes de entrar en la secta.
-Que se le va hacer. Recojan el cuerpo de ese ladrón. Aumenten la seguridad para que no tengamos que ver nuevamente a Gu Chao matando a personas frente a los mortales- ordenó el Anciano Fan frotándose la frente.
El asesinato del ladrón se quedó grabado en la mente a algunos jóvenes que dudaron por primeras vez sobre si este era su camino.
Xu Zhong volvió a su comida que ya estaba fría. Con una mueca, desistió de comerla y se fue para su habitación.
En el transcurso del día, más y más personas llegaron a la ciudad, volviéndose aún más alborotada de lo que ya estaba. Al día siguiente, el Anciano Fan tuvo que salir personalmente a recibir a unos invitados.
-Fan Jie jajaja, viejo amigo, ¿cómo estas?- saludó un hombre de mediana edad con una gran sonrisa. El Anciano Fan le correspondió el abrazo también con una sonrisa.
-¡Qin Zhenya! ¿Qué haces aquí?- preguntó el Anciano Fan mirando detrás del hombre. Allí, una hermosa joven de unos 15 años estaba de pie con una cara inexpresiva. Era una joven bastante hermosa. Sus ojos negros eran fríos como el hielo. Su cabello igualmente negro como la noche estaba atado en una cola de cabello. Era alta y curvilínea. Ciertamente era una belleza rara.
-¿Para qué más? Para la ceremonia de apertura de tu secta- dijo Qin Zhenya mirando a la joven detrás de él.
-Tu Familia Qin tiene un pase directo a la secta, por los jóvenes de tu familia no necesitan hacer este tipo de pruebas. Todos son dragones y fénix entre los hombres- dijo el Anciano Fan. La Familia Qin era una gran familia de la Ciudad Fenhong al oeste de la Región de los Mil Dorados.
Aunque no era una familia tan poderosa como las Grandes Familias de la Ciudad Jincheng, era igualmente reconocido, con una herencia de más de 200 años.
-Lo sé, pero esta pequeña terca no quiere favoritismos. Quiere ingresar a la Secta Niebla del Tesoro como lo haría alguien normal jejeje- dijo Qin Zhenya negando con la cabeza.
-¿Oh? Ya veo. Pequeña junior, ya que es tu decisión, lo cumpliré-
-Se lo agradezco Anciano Fan- habló la joven de mirada fría por primera vez. Su voz era hermosa, suave y refinada. Aunque incluso al hablar, su expresión no cambiaba lo más mínimo.
-Mañana será la ceremonia, así que han llegado a tiempo. Bien, no he preguntado tu nombre, ¿cómo te llamas?- preguntó el Anciano Fan curioso.
-Me llamo Qin Shui- respondió.
-Ya veo, hermoso nombre, como su dueña- dijo el Anciano Fan con una alagó. Qin Shui no cambió su expresión, seguía tan estoica como siempre.
-Fan Jie, ¿no vas a invitarme una copa? No nos hemos visto en años- dijo Qin Zhenya con una sonrisa.
El Anciano Fan se rio y asintió. -Claro que si.-
-Qin Shui, explora la ciudad mientras converso con este viejo amigo. Puedes volver aquí después- dijo Qin Zhenya mirando a la fría joven. Esta asintió y con una reverencia se fue.
-Vaya, la temperatura ha vuelto a subir- bromeó el Anciano Fan.
-Y que lo digas. Siempre ha sido así- respondió Qin Zhenya entrando con el Anciano Fan a la tienda de campaña.
Al otro día…
El día de la ceremonia de apertura de la Secta Niebla del Tesoro había llegado. Varios jóvenes ya se habían levantado de su camas mientras mostraban expresiones nerviosas y asustadas.
-Al fin ha llegado el día…- susurró Shao Bo. Estaba muy nervioso y entusiasmado. Su sueño de convertirse en inmortal solo estaba empezando.
En otro lado, Xu Zhong miraba el cielo despejado mientras suspiraba.
-Si… el día ha llegado, ¿qué deparará el futuro?- pensó mientras avanzaba hasta la base hasta el lugar indicado donde se celebraría las pruebas.
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